jueves, 11 de junio de 2020

6 DE OCTUBRE DE 1820: LA LLEGADA DEL EJÉRCITO LIBERTADOR A LA CIUDAD DE ICA


Crónicas del Bicentenario
6 DE OCTUBRE DE 1820:
LA LLEGADA DEL EJÉRCITO LIBERTADOR
A LA CIUDAD DE ICA

LA EXPEDICIÓN ARENALES : LA MARCHA DE LOS VALIENTES
1era. Etapa: de Pisco a Ica

En tiempos del coronavirus, y afrontando una cuarentena forzosa (casi centena), con la tristeza de haber perdido a muchos seres queridos, amigos y familiares entrañables; con la  incertidumbre de tener amigos y familiares  varados en algún lugar del país o en el extranjero; repasamos algunos pasajes de nuestra historia regional, en el marco de éste año 2020, cuando vamos a conmemorar, a revalorar (con virus o sin virus) el Bicentenario de la Independencia de los territorios que hoy conforman la Región Ica.

Recordamos aquél 8 de setiembre de 1820, el histórico desembarco de la expedición libertadora del General San Martín, en la bahía de Paracas, en nuestra hermana provincia de Pisco. Y luego de instalar su cuartel general, y del fracaso de las negociaciones con el Virrey del Perú, Joaquín Pezuela; el joven pero veterano militar argentino, José de San Martín, ordenó a su paisano, otro bravo y experimentado militar, Juan Antonio Álvarez de Arenales; iniciar la marcha de los valientes, atravesar el desierto iqueño, combatir con los ejércitos realistas y dirigirse a la sierra, para tomar Huamanga, Cerro de Pasco, Jauja, Tarma y Huancayo.

El día 3 de octubre de 1820 las tropas de la expedición fueron prevenidas de hallarse listas a emprender marcha inmediatamente de recibida la orden. Al mismo tiempo y con el nombre de vanguardia se constituyó un destacamento compuesto por:

Batallón N 11, Mayor Deheza                          562
Batallón N 2, Mayor Aldunate                         471
Granaderos a Caballo, Tnte. Coronel Guido      50
Cazadores a caballo, Teniente Suárez                30
Artillería, teniente Cabrera                               25

Total: 1138 soldados patriotas

Jefe de este destacamento fue designado Juan Antonio Álvarez de Arenales, esclarecida e inmaculada reputación militar, exponente ilustre de las virtudes y cualidades castellanas…De él podría decirse lo que Tito Livio de Aníbal “Ninguna fatiga cansaba jamás su cuerpo ni su ánimo; soportaba igualmente el calor y el frío; en el vestir no se adelantaba a sus iguales: la medida en el comer y en el beber la daba la naturaleza y no el placer, en el dormir y en el velar no hacía diferencia alguna: muchas veces fue visto acostar entre los soldados con un capote militar”.

Segundo jefe designóse al teniente coronel Manuel Rojas, argentino, ya reputado como subordinado de Rondeau; correspondiendo a la misma nacionalidad Deheza, Rafael Guido, en cuyo escuadrón figuraban su compatriota Lavalle y el francés Brandsen, como capitanes, y siendo Vicente Suárez, paraguayo.

En el transcurso de la mañana del 4 de octubre, San Martín en lacónica comunicación previno a los jefes realistas la ruptura de las hostilidades y dio a Arenales la orden de salida y las instrucciones para su cometido. Estas revelan todo el plan táctico próximo a ejecutarse; de ellas hoy bastan dos líneas: “2do. A su paso por Ica atacará la división enemiga que se halla allí establecida…”

En cumplimiento de esta orden, las tropas designadas emprendieron marcha ese mismo día, saliendo de Pisco a las 11 am haciendo de retaguardia los cazadores cuya partida fue una hora más tarde.

El 4 y el 5 de octubre de 1820, en forma escalonada, se inició la marcha de la División Libertadora del Sur, con 1,138 soldados veteranos, entre chilenos y argentinos, y peruanos, entre pisqueños, iqueños, palpeños, nasqueños y chinchanos, que habían solicitado el alta en el Ejército Libertador de San Martín.


6 DE OCTUBRE DE 1820:
LA EXPEDICIÓN DE LA SIERRA LLEGA A ICA

El 6 de octubre llegarían a Ica, de donde el ejército realista, al mando de Quimper, había fugado y el pueblo iqueño recibió con alegría a la División Libertadora, atendiendo y alimentando a los soldados; armando y reforzando a una formidable caballería, infantería y artillería.

Luego de las primeras victorias del ejército patriota, el 7 de octubre en Palpa, el 15 en Changuillo y Nasca, el 16 en Acarí; el  21 de octubre de 1820, el pueblo iqueño se atrevió a proclamar su independencia, decisión que tendría sangrientas represalias meses después, durante la Guerra de la Independencia.   

Aquél 21 de octubre de 1820, San Martín creaba la primera Bandera del Perú, mediante un decreto emitido en el cuartel general de Pisco, y; ese mismo día, en la plaza de armas de la ciudad de Ica, se creaba el Escuadrón de Caballería “Auxiliares Patriotas de Ica”, la primera unidad del Ejército del Perú, escuadrón integrado por los mejores jinetes chinchanos, pisqueños, iqueños, palpeños y nasqueños; jinetes de todas las razas, blancos, negros, mulatos, indios, mestizos, y de todas las clases sociales.

Y al mando de éste primer escuadrón peruano, el legendario capitán argentino, José Félix Aldao; fraile y soldado, que más adelante se convertiría en el mejor organizador de guerrilleros y montoneros del Perú, y brazo ejecutor de Arenales y de San Martín.

A falta de pinturas o grabados  de ésa época, apelamos a nuestra frágil memoria y recordamos las imponentes imágenes registradas en las competencias del Rally Dakar de los últimos años, competencias internacionales, realizadas en nuestra región, con filmaciones y fotografías full HD y 4K; captando la majestuosidad del desierto iqueño, gigantescas dunas de arena, de colores amarillo, crema, dorado y sus miles de matices; una ruta de alto riesgo, que hace 200 años recorrió un puñado de valientes patriotas, soldados argentinos, chilenos y peruanos, al mando del Coronel Mayor Juan Antonio Álvarez de Arenales. 


DE PISCO A ICA

Esta parte de la costa es una de las más difíciles de recorrer con tropas. El calor y la arena son un verdadero y rudo obstáculo, sumado a la falta de agua y de lugares de reposo. La distancia por el camino más corto, es de 75 kilómetros.
La marcha hubo de ser penosa para estos soldados no acostumbrados a topografía y circunstancia tan hostiles… 
Arenales en comunicaciones oficiales da cuenta de ella así:

Documento Histórico
CARTA DE ARENALES A SAN MARTÍN


Chunchanga, casa de Vernales, 5 de octubre de 1820

Señor don José de San Martín:

Mi general:

El cómputo de estas gentes en las distancias es muy distinto del nuestro; y así la jornada de ayer, QUE REGULABAN DE CINCO A SEIS LEGUAS, ES SIN DUDA DE NUEVE MUY LARGAS. Por esto, por el ningún hábito del batallón número 2, en marchar cuando sus oficiales no habían cuidado de que comiesen, y por otras circunstancias imprevistas menos notables, llegamos anoche muy tarde y dificultosamente a este punto, pero por fortuna sin pérdida de soldados, ni otra cosa que es lo principal.

Son las doce del día y ya se nos ha reunido la primera partida de cargamento y la artillería. Trato de dejar escoltados estos intereses en esta con un piquete de los oficiales y soldados que han llegado fatigados y algo enfermos, para que con el descanso se pongan en aptitud de seguir con el cargamento con oportunidad, cuando yo avise; y en consideración a que los enemigos no nos sientan, si no nos han sentido, nos esforzaremos en salir esta tarde y avanzar en toda la noche sobre Ica, con el designio acordado. Fundadamente temo  el no poder llegar a la hora meditada, por la gran distancia que falta, si la comparamos con la andada, más no se nos quede el resultado por falta de diligencia, pues de cualquier modo creo sería lo peor, el que con nuestra parada se diese lugar, a la total desolación de aquel paraje…

Caminó el pliego consabido: mi conductor con su baqueano debe volver a encontrarnos esta noche. Celebro la llegada de nuestros diputados: celebraré más la conservación de la salud de usted y que siempre disponga como guste de la verdadera voluntad de su atento y amantísimo Q.B.S.M

Juan Antonio Álvarez de Arenales


Documento Histórico
BOLETÍN No  2 DEL EJÉRCITO LIBERTADOR

Cuartel general en Pisco, Octubre 22 de 1820

“Después de una marcha forzada y penosa, la división del coronel mayor Arenales, entró el 6 en Ica, y fue recibida con el más sincero entusiasmo por el cuerpo municipal y vecindario de aquel pueblo. El coronel Quimper y el conde de Montemar , se pusieron en fuga pocas horas antes que entrase nuestra división: la tropa que los seguía pasaban de 300 hombres; de ellos se nos unieron dos compañías con sus respectivos oficiales. Los fugitivos fueron perseguidos por un escuadrón de cazadores a caballo al mando del teniente coronel Guido hasta el pueblo de Palpa, 16 leguas al Sud de Ica: de allí regresó esta fuerza en cumplimiento de las órdenes que llevaba.

“Con el objeto de dejar en completa seguridad el vecindario de Ica, y prevenir que la fuerza de Quimper volviese sobre este pueblo, luego que nuestra división siguiese a su destino; dispuso el coronel mayor Arenales, que el teniente coronel Rojas con 80 caballos e igual número de infantes, marchase hasta Nasca, donde según noticias contestes permanecía el enemigo con cuanto pudo salvar en su fuga. ”

“Para que esta operación tuviese el éxito deseado, era necesario que se efectuase por sorpresa: de otro modo, no era factible que la tropa de Quimper se dejase ver de nuestros soldados. El 12 salió de Ica el teniente coronel Rojas, y dirigiendo su marcha por desiertos estraviados, llegó el 15 a Changuillo, tres leguas a retaguardia del enemigo. La confianza que tenía este en sus avanzadas, situadas en el camino de Palpa, hizo que nuestra pequeña división, se aproximase al pueblo sin ser sentida. Entonces dispuso el comandante de ella, que los valientes capitanes Lavalle y Bermúdez, y el teniente Suárez, de cazadores de la escolta, entrasen con la caballería a gran galope, mientras avanzaba la infantería. La confusión y el desorden fue igual a la sorpresa: los enemigos abandonaron la plaza con la velocidad del miedo, y fueron perseguidos y acuchillados hasta una legua del pueblo: el camino por donde emprendieron su fuga, quedó sembrado de cadáveres y heridos. Quimper abandonó a sus soldados, y según afirma uno de los oficiales prisioneros, la única orden que dio al verse atacado, fue, que lo siguiese la caballería.   
“La fuerza del enemigo, por la relación de los mismos prisioneros, ascendía a más de 600 hombres: de ellos se han tomado 6 oficiales y 80 soldados de línea, fuera de un gran número de milicianos: los muertos y heridos pasan de 50. También han quedado en nuestro poder 30 fusiles, un crecido número de tercerolas, fornituras, sables y lanzas, con todos los equipajes de la división. 
“Por los mismos vecinos de Nasca fue informado el comandante Rojas, que el enemigo había remitido al pueblo de Acarí sobre 100 cargas entre pertrechos de guerra y otros efectos que sacó de Ica al retirarse. En la noche del 15, dispuso que el teniente Suárez con una partida de cazadores, saliese con prontitud a apoderarse de aquel cargamento. La actividad de este oficial venció las dificultades que le oponían la distancia

El 19 regresó a Ica el comandante Rojas, y el 20 emprendió su marcha al interior (1), la división del coronel mayor Arenales, dejando ya en seguridad a los patriotas. Antes de su partida dispuso el general en jefe, que el teniente coronel Bermúdez quedase en Ica, en clase de comandante general del sur, con una fuerza respetable, a más del armamento y municiones necesarias para aumentarla hasta el grado que se considere conveniente.  

“Tales han sido los resultados del primer ensayo del ejército desde el 5 del que rige, en que salió de Pisco la división del coronel mayor Arenales. Los peruanos han visto ya la enorme diferencia que hay entre los que pelean por oprimir, y los que buscan el combate para librar a sus hermanos: los enemigos por su parte han recibido una lección terrible, el sable de nuestro granaderos y cazadores, ha sido y será siempre una señal de muerte para los soldados del rey: en breve probarán todos los cuerpos del ejército, que los vencedores de Chacabuco y Maypo aún viven, y que sus almas se hallan en toda la juventud del ardor guerrero.

“La municipalidad de Ica ha dirigido a S.E. el general en jefe, una nota con fecha del 19, en que después de encarecerle su profundo reconocimiento por haber libertado a sus habitantes del yugo español, emplea toda la fuerza de sus sentimientos para elogiar la conducta de los jefes, oficiales y tropa que componen la división del coronel mayor Arenales. La impresión que ha causado en todas partes la presencia de los libertadores del Perú, ha sido tanto más vehemente y favorable, cuanto han quedado más al descubierto las falsas y ridículas imputaciones del gobierno de Lima. Ningún habitante podrá quejarse de la conducta del ejército: todas las propiedades han sido respetadas, con excepción de las de aquellos que de hecho se hallaban con las armas en la mano; los esclavos que han venido a presentarse en nuestras filas, han sido amparados; pero al mismo tiempo se ha ofrecido solemnemente indemnizar a sus amos, luego que se establezca un gobierno nacional ; los desórdenes cometidos por algunos de ellos, se han castigado con severidad; y un malvado, que antes de la llegada del ejército en Chincha, cometió un horroso asesinato, luego que se presentó a tomar partido, fue preso, juzgado por orden del general en jefe, mandado ejecutar con aprobación de S.E. en el mismo lugar donde ensangrentó sus criminales manos. En fin, los mismos prisioneros hechos en la acción de Nasca, han sido favorecido en su desgracia, y todos los que estaban en estado de marchar , serán en breve remitidos a Lima. El grande objeto del general en jefe, es ahorrar a la humanidad todas las aflicciones posible, y hacer la guerra de un modo, que a más de ser vencido el enemigo en el campo de batalla, lo sea también ante la opinión de los hombres que piensan. ”


(1)   ) Nota aclaratoria: la partida de Arenales hacia la sierra se postergó para el día siguiente, 21 de octubre de 1820, después de la ceremonia de proclamación de la Independencia por el pueblo y sus autoridades, en la plaza de armas de Ica; situación que posteriormente se explica en cartas de Arenales a San Martín)



FUENTES:

Municipalidad Provincial de Ica
Joyas de la Biblioteca Municipal “José de San Martín”
“Epopeya de la Libertad”
Reminiscencias Históricas de la Independencia del Perú
TOMO I
Setiembre a Diciembre de 1820
Autor: Manuel C. Bonilla  
Lima 1921 



Mag. Juan Carlos Romaní Chacón
Historiador y Periodista
Biblioteca Municipal “José de San Martín”
Ica – Perú
Jueves 11 de junio del 2020
Día 88 del Aislamiento Social Obligatorio por el coronavirus Covid 19 


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