domingo, 26 de julio de 2020

TOMÁS GUIDO Edecán de San Martín General de Brigada de los Ejércitos del Perú


TESTIMONIOS DE LA INDEPENDENCIA DEL PERÚ
Y SUDAMÉRICA

TOMÁS GUIDO
Edecán de San Martín
General de Brigada de los Ejércitos del Perú

La Municipalidad Provincial de Ica, a través de la campaña educativa “Región Ica, Cuna de la Independencia”, a cargo de la Biblioteca Municipal “José de San Martín”; pone a disposición del público nacional y extranjero, algunos datos valiosos de la Guerra de la Independencia del Perú y de Sudamérica, con la finalidad de contribuir con la historia, la identidad y el desarrollo integral de los pueblos hermanos de nuestro continente.
En tiempos de pandemia, pero también en el año del Bicentenario de la Independencia de la Región Ica, creemos que es necesario conocer y revalorar nuestra historia, con los testimonios de los protagonistas de la gesta heroica de la Independencia de Sudamérica; para conocer sus triunfos y derrotas, durante la guerra a muerta contra la esclavitud que mantenía sumisos a millones de personas, bajo el yugo español. Conocer y revalorar sus testimonios, es seguir el ejemplo de vida de nuestros héroes, de cada soldado, de cada guerrillero patriota, y retomar fuerzas y vencer al letal Covid 19.

SUS INICIOS
Tomás Guido nació en Buenos Aires, la capital del Virreinato del Río de la Plata, el 1 de noviembre de 1788. Era hijo del comerciante español peninsular don Pedro Guido y Sanz y de doña Juana Aoiz y Martínez. Debió abandonar sus estudios en el Real Colegio San Carlos debido a problemas económicos. Durante la Invasiones inglesas de 1806 y 1807 participó en la defensa de Buenos Aires y tuvo luego participación en los sucesos que, en 1810 culminaron con la Revolución de Mayo y el surgimiento de la Primera Junta. Al año siguiente fue secretario del doctor Mariano Moreno durante el viaje a Inglaterra en el cual éste falleció. De regreso a Buenos Aires, en 1812 permaneció en ella brevemente como secretario del Ministerio de Guerra para luego trasladarse a Charcas (actual Sucre) como secretario del gobernador Francisco Ortiz de Ocampo.
Posteriormente viajó a Tucumán donde se vinculó con José de San Martín y Manuel Belgrano, desempeñándose como Oficial Mayor de la Secretaría de Guerra colaborando con San Martín en el planeamiento de la estrategia a seguir en el Ejército del Norte y en la continuación de la Guerra de la Independencia de las Provincias Unidas del Río de la Plata.

Campañas independentistas de Chile y Perú

Después de la victoria patriota en la batalla de Chacabuco, el 12 de febrero de 1817, el general San Martín incorporó a Guido con el grado de Teniente Coronel para que asumiera las funciones de Secretario de Guerra y Marina y el de representante ante el gobierno de Chile. Ocupó este cargo por tres años ejerciendo una exitosa tarea administrativa y diplomática, acompañando a San Martín como primer edecán en su gesta libertadora por Chile y colaborando en la empresa de liberar Perú. Negoció exitosamente con el enemigo en Miraflores y participó en los dos sitios y rendición del Callao, fortaleza de la que fue nombrado gobernador. Ascendido en 1821 a Coronel Mayor, fue consejero de Estado y Ministro de Guerra. Tras la Entrevista de Guayaquil que mantuvieron San Martín y Simón Bolívar acompañó a este último hasta el final de la guerra de independencia. En 1823 fue conjuez en Perú del Supremo Consejo Militar y al año siguiente jefe del Estado Mayor del Ejército del Centro y Ministro General de Gobierno del general Mariano Necochea alcanzando el grado de General de Brigada de los ejércitos del Perú.

TESTIMONIOS

En diversos legajos del Archivo Guido que se conserva en el Archivo General de la Nación, se encuentran numerosos originales y copias manuscritas de las cartas que Guido dirigía a su joven esposa Pilar Spano, chilena con la que había contraído enlace el 22 de diciembre de 1818.

Sufrió mucho el espíritu de Guido al separarse de aquélla, con motivo de incorporarse a la Expedición y sus cartas sobre abundan en expresiones de cariño y nostalgia. Hemos entresacado de esas cartas las noticias y conceptos referentes a la Expedición Libertadora, para componer lo que resulta ser casi un verdadero Diario…

12 de agosto de 1820. Valparaíso
Hoy se embarca toda la artillería. Los buques de guerra están casi listos y ya no nos detiene sino muy contadas obras en los transportes. Esta circunstancia aumenta mi tristeza porque se aproxima el día de alejarme de ti.

16 de agosto . Valparaíso
Se están embarcando los equipajes de los oficiales del Ejército . El mío se embarcará mañana.

18 de agosto. Valparaíso
Te prevengo que todas las [cartas] que me escribas en lo sucesivo, las entregues a José o a Faustino para que se las pasen a Lynch y vengan al puerto bajo la cubierta de Me Hill, vicecónsul americano, quien quedará encargado de enviármelas por el buque transporte de caballos, que debe salir dos días después de la Expedición.

18 de agosto. Valparaíso [n° 2]
Anoche llegó la madre del Director y perdí la esperanza que había concebido de verte en su compañía. . . Me han entregado tu amable cartita n° 12. La he leído con gusto, pero me cuesta combinar como has podido atribuir mi anticipada salida de Santiago a algún sentimiento menos cariñoso. Son bien pública s las razones que tuve para ello y nuestra demora en el puerto. Si bien no estaba fuera de mi cálculo, lo estaba fuera de las esperanzas del General, de cuya amistad no debía yo abusar.

Estoy seguro no te habría sido menos sensible que a mi haberme mantenido a tu distancia innecesariamente. Quisiera tener también a mi alcance al que te ha imbuido de mis diversiones. Es verdad que en el camino tomé la escopeta por distracción. Es verdad que concurrí a un baile por la necesidad de acompañar al General y Director, pero es falsísimo que en ambas ocasiones haya conseguido alegrar mi espíritu. Por olvido no te había hablado de estas cosas, y yo te suplico que en otra ocasión me hagas más justicia discerniendo los actos deliberados de la voluntad, de los pasos forzados a que a veces me impele mi posición pública. . . Hoy se han embarcado cuatro batallones de infantería y actualmente se están embarcando mis caballos. Si no me crees de mármol, juzgarás el estado de mi espíritu al acercarse tan aprisa el momento de separarnos.





19 de agosto. Valparaíso
Valparaíso presenta hoy un espectáculo magnífico pero muy tocante. Por una parte se oyen aclamaciones de alegría de toda la tropa, y por otra se ven correr por la playa a las madres y esposas de los pobres soldados bañadas en lágrimas, devorando con sus ojos las lanchas que conducen a sus hijos y esposos. El estruendo repetido de la artillería, la armonía de las músicas y el ruido de los tambores es el objeto de expectación a un inmenso pueblo que corona los balcones y cimas de las sierras. La historia recordará ciertamente este día como uno de los más importantes desde el descubrimiento del Nuevo Mundo . . . Cuando ya el tiempo haya disipado nuestras cenizas, acaso los amadores de la Patria recordarán mi nombre como el de uno de los americanos que trabajaron por su independencia.

Cada uno graduará nuestras acciones públicas por los documentos que las califiquen o por la medida de las pasiones, pero la imposibilidad de transmitir los sacrificios privados que oculta un hombre dentro de su seno, nos usurpará sin duda una parte de nuestra gloria. Yo te juro que sólo el santo fin de la Libertad de nuestra Patria puede impelerme a tomar parte de una empresa que trastorna todas mis ideas personales y me aleja ele ti.

19 de agosto. Valparaíso. [n 2]
A proporción que corren las horas se agolpan mis ocupaciones y se aumenta mi ansia de ocupar contigo el escaso tiempo que me dejan éstas. La frecuencia con que te escribo te probará mi anhelo , y me atrevo a asegurar con orgullo que entre los miles de hombres que han llegado a Valparaíso desde mi arribo, no habrá uno solo que me iguale a este respecto, pues no hago sino andar a caza de individuos que conduzcan mis cartas ... Ha sido tal el conjunto de mis atenciones desde ayer, que todavía no he visto a Rufino [su hermano , el coronel Rufino Guido ], y hace cerca de veinte y cuatro horas que se embarcó.

19 de agosto . Valparaíso [na 3]
Todo es ya movimiento de tropas y ruido de tambores en el puerto. Las piezas de leva se repiten y todo nos anuncia que se acerca el día de marchar.

Ayer se embarcaron cinco cuerpos de infantería y varios escuadrones de caballería, entre ellos el de Rufino, que también se halla a bordo. Hoy quedarán en los buques todas las tropas.

25 de agosto. A bordo del navío "San Martín", frente al puerto de Coquimbo.
Desde que salimos de Valparaíso hemos tenido un viento fresco del Sud, con el que pudimos adelantar mucho más, pero la necesidad de guardar el orden del convoy nos ha obligado a acortar de vela y vamos siguiendo poco a poco, sin novedad . . . En los tres primeros días he sufrido todas las incomodidades del mareo , unidas al sentimiento de alejarme de ti. Ya me siento muy recobrado y con algún apetito que había perdido enteramente . . . Si el tiempo sigue buen o como lo espero y no hay alguna novedad en el convoy , estaremos en tierra dentro de diez días, libres ya de la navegación, que en todo sentido es un paréntesis a la vida del hombre.

9 de octubre. [Falta la primera parte del texto]
A los tres días de haber zarpado de Valparaíso una feliz casualidad me proporcionó ocasión de escribirte por Coquimbo, y al día siguiente por el mismo [ilegible] principié a trabajar en los objetos de la causa pública. Varios accidentes en el extravío de algunos buques del convoy nos dieron disgustos, pero siguió nuestro plan y el 7 de setiembre a las seis de la tarde anclamos en esta Bahía. [Paracas].

Al amanecer el día 8 fui el segundo después del General que puse el pie en tierra a medio tiro de fusil de una partida enemiga que nos observaba, pero ésta desapareció al ruido de las salvas y principió el desembarco de las tropas con el mayor orden [ilegible] trescientos hombres [ilegible] pueblo [ilegible] lo abandonaron precipitadamente. A las 8 de la noche la primera división de nuestras tropas estaba en cuarteles.

Al día siguiente se principió a trabajar en proveernos de lo necesario y todo siguió bien hasta el 14 de setiembre, en que el General recibió un parlamentario de Pezue1a con el cual 10 invitaba a entrar en una negociación para que terminase la guerra. El General resolvió marchase yo a Lima con García [García del Río] a escuchar las proposiciones de Pezuela. El 19 salí de este punto y el 21 fuimos recibidos a una legua de aquella Capital con las mayores distinciones y con toda manigificencia. El [ilegible] armisticio con comisionados del Virrey. Se suspendieron por 8 días las hostilidades. Principiaron nuestras conferencias [ilegible] tuvimos también con Pezuela. Toda clase de remuneraciones y ventajas se nos propusieron con tal que se reembarcase nuestro Ejército para Chile. Yo prop use otro plan de paz, pero no habiendo accedido Pezuela por no hallarse con bastante autorización del Rey, no pudimos convenirnos y el 5 del corriente entré de vuelta en el Cuartel General y principiaron las hostilidades.

El 6 tomamos a la ciudad de Ica distante 18 leguas de aquí y capital de este partido. Los enemigos que la defendían huyeron al acercarse nuestra s tropas, y esto mismo ha sucedido hasta ahora en todas las ocasiones en que se [ilegiblel. El pueblo de Ica  ha [ilegible] tropas con entusiasmo y [ilegible) hasta ahora un semblante halagüeño. Tratamos de economizar la sangre cuanto es posible para preparar un golpe seguro , y aunque la campaña se dilate más de lo que quisiéramos, creo que nuestras fatigas no serán inútiles.

Entretanto hemos aumentado ya- ochocientos hombres voluntarios, de ellos, seiscientos negros de los esclavos de las haciendas, que a pesar de todas las precauciones de los enemigos huyen "de ellos y se nos presentan llenos de alegría.

Todos los buques dispersos están ya reunidos y pronto adelantaremos nuestras operaciones. Como a más de nuestro empeño por la libertad de la América, nos anima [ilegible] descansar de una lucha [ilegible] que nos ha empleado [ilegible] preciosa de nuestra vida y una constancia común en el trabajo y una resolución a todo sacrificio. Yo por mi parte 'estoy decidido a cooperar a este fin hasta donde alcancen mis fuerzas, y afortunadamente mi salud no ha sufrido desde mi llegada grandes alteraciones. Por el bosquejo que acabo de hacerte conocerás que existen motivos de consuelo y. que tus esperanzas deben animarte con la idea de un porvenir más afortunado. La justicia, la razón y la humanidad están de -parte de nuestros esfuerzos. Es por lo mismo de prometerse que no sean inútiles ...

Está ya embarcado un negrito de 8 a 9 años que te envío entre los que remite Las Heras a don Martín Larraín. Este debe entregarlo a José [su hermano, el presbítero José Guido]. Si te parece grande puede destinarlo el cura a su servicio bajo la seguridad que te enviaré otro más pequeño, pero si te gusta, dedícalo a tu [ilegiblel.










10 de octubre. Pisco [Copia manuscrita1
En mi carta de ayer tuve el gusto de desahogarme contándote lo más notable de mis sucesos después de nuestra separación. El buque aún me da tiempo y aprovecho los momentos que puedo consagrarte. Entre los grandes intereses que me inspiran un vivo deseo de que concluya felizmente esta campaña, tiene un lugar principal mi anhelo de verte y gozar de los encantos de tu amistad.

Todo presenta por cierto un semblante halagüeño y aunque se prolonguen nuestras fatigas, creo serán coronadas de un buen suceso. Yo me lisonjeo que esta idea te hará también soportables las privaciones que me encareces en mi ausencia y que tomarás una parte en la satisfacción con que sabes .me ocupo de cuanto influya a la Libertad de la América.

[Una posdata de letra de San Martín, dice]:
Mi comadre: Seguimos todos bien y con especialidad nuestro Guido. Dios querrá nos veamos pronto y que se acaben zozobras [sic] . Mis afectos sinceros a mi Sra. su madre. Mis besos a mis ahijados y se repite su amigo y compadre. José de San Martín.

20 de octubre. Pisco
En mis anteriores te di razón de nuestros principales sucesos desde nuestra salida de Valparaíso hasta la fecha de aquéllas, y te avisaba que después de inutilizadas todas las medidas conciliatorias que propuso Pezuela y a mi tumo le hice yo igualmente en Miraflores, se habían roto las hostilidades y principiaba nuestra campaña. Efectivamente la división nuestra que marchó hacia el Sur tomó posesión de Ica, capital de este partido, y los enemigos, en número de mil y quinientos hombres entre milicias y tropas de línea que estaban acantonados en la ciudad fugaron a treinta leguas de distancia, a la Nasca.

El jefe de la división nuestra, que era el coronel Arenales, mandó perseguirlos con 300 hombres y en tres marchas forzadas por los arenales más horribles, lograron sorprenderlos y ochenta hombres de Granaderos a Caballo que iban a la vanguardia, cargaron sobre ellos con tal ardimiento, cuando menos lo esperaban los enemigos, que los derrotaron completamente, sin que se hubiesen escapado sino los dos jefes y cuatro hombres a favor de sus buenos caballos.

Toda la tropa, armamento, municiones, caballadas, oficiales y un gran convoy de equipajes y varios artículos de importancia cayeron en poder de nuestro soldados. Esta tarde deben entrar en ésta los prisioneros e inmediatamente marcharán a Lima a ser canjeados por otros de los nuestros. Este triunfo en nuestro primer ensayo militar ha entusiasmado a nuestro ejército y soplado el fuego de la Revolución en las provincias interiores, de suerte que de un momento a otro esperamos una explosión en los pueblos de la sierra, de donde nos llaman con empeño, y para cuya protección seguirá sus marchas la división del coronel Arenales. Mientras tanto 'estamos ya embarcando caballos y todo lo necesario para hacer un movimiento rápido por mar, que se ejecutará luego que la fuerza que ha de llamar la atención a Pezuela por estos pueblos, esté organizada . Nuestra situación militar promete en toda partes un término feliz a la campaña.

Yo no he podido disfrutar de las satisfacciones de otros en esta brillante jornada, porque la muerte de mi amigo Jonte ha cubierto mi alma de amargura. Ayer fue sepultado en la Matriz de esta ciudad y sus últimos males han aumentado la tristeza que no puedo desterrar de mi alma desde que le di el último abrazo.

[Pdta.]. En este momento ha llegado el segundo parte, cuya copia incluyo, por el cual se ve que los últimos restos que se habían escapado a la Nasca cayeron en poder de nuestras tropas en el pueblo de Acarí, es decir, a distancia de setenta y cinco leguas hacia el Sur, hasta donde ya no hay un enemigo. Los oficios sobre ambas acciones van ahora al gobierno, y es regular que los repiques y salvas de artillería te aviven la memoria de tu amigo. Goza al menos el placer de que nuestras fatigas no sean inútiles y que la Patria reciba este tributo de nuestros deberes, al mismo tiempo' que aceleramos el día de volver a la tranquilidad tan suspirada.

22 de octubre. Pisco
Te dije en mi anterior que después de habernos posesionado de todo el territorio de Ica y puestos sus pueblos en conmoción, nos disponíamos a un movimiento general con todo el ejército. Este va a ejecutarse muy pronto y de él depende el resultado de la campaña. Si nuestra combinación no es trastornada por algún acontecimiento inesperado, el enemigo es perdido y muy corto el término de la campaña, pero si no, tendremos que luchar por más tiempo.

En el bergantín o fragata que dio a la vela ayer para ese puerto te remití cuatro zurrones de azúcar y una botijuela de Pisco, y a José le previne de quien debía recibir estos artículos. Por falta de -proporción segura no te he remitido alguna negrita chica; ha habido varias, pero no podían marchar sin las madres y ya ese es un tráfago muy penoso para el que haya de cuidarlas.

Si salimos bien sobrarán negritas chicas que quieran irse, como sucede ahora. Este clima se nos hace cada día más intolerable. La tropa padece mucho por los calores y raro es el jefe que no haya sentido alguna novedad en su salud y algunos de mucho peligro, y entre ellos el General, a quien a los pocos días de nuestro arribo tuvimos muy gravemente indispuesto. La dureza del clima ha contribuido también a acelerar la muerte de Jonte.

La fortuna nos ha lisonjeado en nuestros primeros, ensayos, pero sólo el amor a la libertad puede inspirar la ejecución de empresas en este país. Sus habitantes son en lo general Patriotas, pero es tal el abatimiento a que los ha reducido el gobierno español, que parece hubiese borrado de su alma todo sentimiento vigoroso y que estuviesen bien avenidos con la esclavitud. Esperamos, sin embargo, que en la sierra hay a otro espíritu, y que su cooperación a nuestros planes sea más activa. . . Hoy sale el buque a reclamar los prisioneros.

24 de octubre. A bordo del navío "San Martín"

En mis dos últimas te comunicaba que después de haber disciplinado y aumentado considerablemente nuestro ejército, y después de haber destruido la fuerza española que dominaba la provincia de Ica, nos disponíamos a un movimiento general con todo el ejército para estrechar a Lima.  Efectivamente desde antes de anoche principiaron a marchar las tropas a esta Bahía y hoy se halla todo el ejército embarcado. El General y yo vinimos a bordo de este buque a la madrugada de hoy. E! solo reembarco del Ejército, después de haber dejado marchando por la sierra a un cuerpo de tropas hacia Lima , puede estimarse como un triunfo. La tropa no podía soportar este clima infernal y las enfermedades crecían diariamente, principiando por el General, que a los principios estuvo gravemente indispuesto. La mayor parte de los jefes han sufrido ataques violentos en su salud y algunos de mucho peligro. En fin , ya respiramos un aire más puro y mañana a las diez del día probablemente estaremos a la vela con dirección a otro punto más inmediato a Lima .

El paso que vamos a dar ahora es difícil, pero puede decidir el término de nuestra campaña , 'si la fortuna no nos abandona. Yo con fío que los enemigos no podrán evitar el desarrollo de nuestro plan sin correr también el riesgo de perderlo todo en una hora , y en tal caso espero que en la primera proporción" que ocurra podré darte una idea más segura de nuestro porvenir. ¡Cuánto anhelo Pilarcita , que sea afortunado !



8 de noviembre. A bordo del navío "San Martín" en el puerto de Ancón.
Al hacerse a la vela este buque en 24 del pasado en la bahía de Paracas , te escribí la carta n° 28 con inclusión de algunos papel es importantes. creyendo fuese conducida por el bergantín " Aurora" próximo a partir para ese puerto, pero por un accidente inevitable quedó en mi poder y ahora va a mano en Dn. N. Landa . pasajero en el buque conductor de ésta y encargado por mí de entregarla a José, con un perrito que te envío para que me lo cuides, porque ha sido mi entretenimiento en la navegación desde que me lo regalaron. Sabe algunas gracias y no quiero perderlo en las caravanas de la campaña. Luego que salimos de Paracas, distante 50 leguas al norte de Lima. nos dirigimos con el convoy a Cerro Azul, distante veinte leguas- de aquella capital, amenazando un desembarco con el objeto de que los enemigos se replegasen a Lima y dejasen a los pueblos que habíamos comprometido ya, para que se organizasen y dieran sus ataques premeditados: todo se realizó a medida de nuestro deseo. El 27 zarpamos a las 5 de la tarde , y el 29 a las doce y media del día , estábamos a tiro de cañón de los Castillos del Callao, cuya población se puso en la mayor agitación. La vista del convoy era magnífica . La alegría de las tropas excedía a todo aplauso y los movimientos de la Escuadra amenazaban a Lima (de cuyas torres nos estaban viendo) todos los preparativos de un desembarco. A las cuatro y media de la tarde principió a anclar el convoy , y al amanecer ya estaba nuestra línea "de buques frente a la línea de los enemigos. Durante la noche se dispararon algunos cohetes incendiarios a que contestaban los enemigos con el fuego de sus baterías.

11 de noviembre.
A bordo de: navío "San Martín" en el puerto de Huacho. [Copia manuscrita].
En mi carta anterior que condujo el bargantín "Telégrafo" pretendía concluir la relación de nuestro viaje hasta la última fecha , pero la repentina resolución de Lord Cochrane de permitir a aquel buque seguir a Valparaíso, no sólo me privó de hacerlo , sino que trastornó mi plan en cuanto a la salida de los sujetos que debían llevar los papeles que te anunciaba, porque ha sido necesario detenerlos hasta que el buque quede listo en que va ésta. El 30 del pasado a las diez y media de la mañana dimos a la vela con todo el convoy desde el Callao con dirección al Norte de Lima, y a las cinco y media de la tarde fondeamos en el puerto de Ancón, distante siete leguas de aquella capital: El 31 desembarcamos algunos caballos para montar una partida que diariamente exploraba el campo enemigo, y a las tres de la tarde ya habíamos interceptado varias cargas y tomado un oficial prisionero . El T? y 2 del corriente conservamos con el convoy una actitud amenazante, esperando que Lord Cochrane efectuase el ataque sobre la fragata " Esmeralda" de guerra que se hallaba anclada bajo los fuegos de más de doscientas piezas de artillería. Al amanecer del día tres llegaron prófugos en un bote dos patriotas de Lima, y por ellos nos impusimos prolijamente de la apurada situación de Pezuela. El resto de este día y la mañana del 4 nos ocupamos de infinitas tareas para promover la revolución de los pueblos del Norte y distraer la atención de Pezuela en todas direcciones, hasta que en la tarde entró en Ancón una goleta procedente de Guayaquil con el gobernador y varios oficiales prisioneros a su bordo, remitidos al general San Martín por el nuevo gobierno de Guayaquil, cuyo pueblo con noticia de nuestra expedición había declarado su independencia. Este importante acontecimiento inflamó el espíritu de nuestros soldados, que celebraron con entusiasmo una adquisición que asegura la existencia de nuestra escuadra, y da nuevo grado de seguridad a nuestra campaña' La noche del 4 estaba destinada para asaltar la fragata " Esmeralda" . Salieron en efecto, los botes con doscientos hombres voluntarios, pero perdieron el rumbo en la oscuridad, y apenas tuvieron tiempo para regresar a los buques del bloque o antes de aclarar. En la noche del 5 resolvió Lord Cochrane asaltar la "Esmeralda" a cuyo bordo había cuatrocientos hombres de tripulación y ejecutó su empresa con tal acierto que logró sorprender el buque y después de una refriega reñida en que Cochrane fue también herido, aunque levemente , sacó la fragata a las 12 de la noche, y dos lanchas cañoneras, dejando a los enemigos en el mayor asombro por el feliz resultado de una empresa de las más atrevidas en la guerra , y que ciertamente estaba fuera del cálculo de Pezuela. Este golpe en que sólo perdimos catorce hombres muertos y veintitantos heridos, .y de los enemigos más de cien muertos y doscientos cincuenta prisioneros, con varios oficiales, ha dejado al Virrey en la última desesperación por la imposibilidad de que se salven sus paisanos luego que los estrechemos por tierra . En la mañana del 7 el General pasó al Callao y el 9 regresó el convoy.

Desde que entramos a Ancón hemos estado por una parte en continuos parlamentos con el Virrey sobre canje de prisioneros y varias cosas más para enloquecerlo, mientras que por otra parte minábamos por medio de nuestros agentes sus mejores batallones, de los que tenemos algunos soldados a bordo, que han venido a tomar partido, y habíamos enviado trescientos hasta seis leguas al Nort e a recoger ganados' y víveres para el Ejército. El 9 a las tres de la tarde zarpamos con el convoy de Ancón hacia este puerto, y a la una del día siguiente ya habíamos anclado en este puerto.

En él hemos desembarcado ayer parte del Ejército, y a las dos horas de nuestro arribo recibimos pliegos del comandante de las tropas remitidas al Norte, de haber rechazado gloriosamente a seiscientos soldados que lo habían atacado para privarle de colectar caballos. De suerte que establecida una parte de nuestras fuerzas, como está al Sur de Lima, y por la Sierra, y retirado el resto de las tropas por el Norte, vamos reduciendo a aquella capital a un verdadero sitio en el que el hambre será el peor enemigo. La opinión de los pueblos es la principal ventaja que tenemos en esta guerra. Todos anhelan por la emancipación y aunque las habitudes del antiguo sistema ha inspirado entre otras cosas mucha timidez a estos habitantes, se prestan con cuanto pueden a nuestro servicio porque detestan a los españoles universalmente. Como el suceso de Guayaquil ofrece campo para ejecutar un plan que acabe para siempre con el dominio español en esta parte de América, ha resuelto el General pase yo inmediatamente a aquella Provincia, a combinar con su gobierno la ejecución de importantes operaciones y a realizar otras medidas de interés público. Siento en mi corazón anunciarte que voy a alejarme a una distancia tan consid rable; pero no me queda arbitrio honesto para excusarme, ni vaya dilatarme más de un mes, único término que me ha dado el General , dentro del cual debo de esta r de regreso en el Ejército , si mi salud , como lo espero, resiste la dureza del clima de aquel punto.

Don Toribio Luzuriaga va también conmigo a Guayaquil; pero él debe quedar allí para organizar tropas, mientras nosotros adelantamos nuestra campaña hasta dar en tierra con el Virrey.

Cualquiera sea tu disgusto al verme emprender nuevo viaje, debe disminuirse con la idea de que me conduce a él un servicio interesante a la Patria , y que puede acelerar el término feliz de nuestras fatigas. Trabajo con este anhelo, porque el día de la victoria será el que me acerque a tus brazos y al logro de mis aspiraciones personales, reducida a gozar de tu amable compañía sin las agitaciones que han con sumido la flor de mi vida. Dn. Bemardo Landa te entregará el perrito para que me lo cuides, y por el mismo conducto, bajo la cubierta de Lynch, recibirás los papeles que debieron ir por el bergantín "Aurora" . .. Te estoy buscando un negrito chiquito para remitirte. Si lo consigo esta tarde, también te lo llevará Landa.










29 de enero de 1821. Huaura
Antes de dar a la vela en el puerto de Huacho para el de Guayaquil el 13 de noviembre del año próximo anterior, te dejé escrita una larga carta con la descripción de los sucesos principales de la campaña hasta entonces y de los motivos que me llevaban a Guayaquil por un mes. No me es fácil transmitir a la pluma de todos los sentimientos que me agitaban al alejarme de ti tan tas leguas con una comisión espinosa y a habi tar un clima temido justamente por sus enfermedades endémicas y por la voracidad del calor. Todo lo venció la idea de que podía ser útil a la Patria, y que tú no te desagradarías con que agregase este sacrificio a los que comencé a hacer desde que dejé tus preciosos brazos. Las primeras noticias de la revolución de Guayaquil que dieron lugar a mi viaje, ofrecían todos los elementos para la combinación de un gran plan , pero la inexperiencia de los jefes que presidieron aquella obra, abrió margen a acontecimientos desagradables, y cuando yo me prometía terminar en 15 días todos los objetos de mi comisión, me encontré con que las tropas en aquella Provincia, con las que especialmente se contaba para varia s ideas, habían sido enviadas sin conocimiento del General veinte días antes de mi llegada contra las fuerzas de Quito , y que muy luego fueron aquellas derrotadas. Un suceso tan fatal enervó de pronto todos los resortes que iba yo a poner en movimiento, y me puso en la necesidad de trabajar con tesón, y coadyuvar a la reparación de aquel quebranto ; de consiguiente mi detención en Guayaquil era inevitable , y tu ve que permanecer bajo un clima infernal cuarenta y cinco días, cuan do sólo había creído estar veinte . Felizmente mi .salud no sufrió alteración por el método que observé, y exceptuando algunos fuertes dolores de cabeza que se disiparon con los baños, no padecí otra incomodidad. Po r fin pasó la principal tormenta y volvieron las cosas a su antiguo nivel. Entonces desarrollé los objetos de mi comisión y tenido el gusto de haber llenado en gran parte mis ideas y de regresar al Cuartel General a combinar por aquí mi carabana, desde donde más inmediato a ti, podré aprovechar cuantas ocasiones se presenten de conve rsar contigo. ¡Qué situación tan cruel la mía en los primeros días de mi llegada a Guayaquil! Ningún objeto era superior en mi imaginación a la idea atormentadora de verme conde nado a no escribirte ni recibir T.US cartas. Yo preveía también la necesidad de un viaje largo y penoso para mi regreso, consideraba que un triunfo del Ejército podía facilitarle la entrada a Lima y la terminación de la campaña, sin que yo presenciase la escena . Todo en fin conspiraba a violentarme y mantenerme en una continuada tortura. Pero el cielo oyó a mi corazón y me proporcionó como por vía de encantamiento el sublime placer de que llegasen a mis manos tus cartas cuando menos lo esperaba y bajo las circunstancias más singulares. Ya había sucedido la derrota de las tropas de Guayaquil en las inmediaciones de Quito, el pueblo había quedado sin guarnición porque el gobierno con taba con el triunfo seguro. Era espantosa la impresión que había hecho aquél contraste.

Los vecinos europeos principiaban a minar la opinión pública, el temor asomaba en todos los. patriotas, principiaba la emigración, los partidos interiores se agitaban , se temía de momento .en momento una revolución, y todo, todo amenazaba una crisis muy peligrosa . . . [Narra luego Guido la forma en que llegó a sus manos la correspondencia del Ejército y la de su esposa; se explaya sobre la impresión favorable que le produjo esta última, y agrega: ] .

"Se colmaron mis votos con las noticias favorables de la campaña. Apenas éstas se difundieron , se serenaron todos los espíritus y el pueblo, siempre versátil e inconsistente, recobró la esperanza y quedó en la calma que yo necesitaba para adelantar mis 'trabajos y regresar al Ejército. Desde entonces mi situación fue menos difícil. Concluí mi comisión y el 6 de diciembre a las seis de la mañana me embarqué en Guayaquil para este punto. La embarcación era pequeña y cargada de pasajeros, de consiguiente la navegación muy incómoda, mucho más para mí, que por el mismo desaseo de algunos de los pasajeros que jamás se habían embarcado, me hacían penosísimo el viaje. Varias calmas lo prolongaban y el agua principiaba a escasear, hasta que me vi precisado a arribar al puerto de Santa, donde desembarqué la tropa de guarnición del buque y otros individuos. El veinte salí de este puerto y el 26 arribé al de Supe, desde donde me vine por tierra hasta aquí. Has discurrido con exactitud acerca de la situación de Pezuela.

Él era un cordero cuando lo traté en las negociaciones de Miraflores , y los progresos que hemos adquirido lo han trastornado de tal modo, que sus comunicaciones están llenas de inconsecuencias propias de un juicio atolondrado; pero es tal la tenacidad de los españoles, tal la indigna cobardía de los limeños , y tales las esperan zas de los empleados de España para resistimos, que la campaña se va dilatando más de lo que generalmente se esperaba, porque hemos presentado a Lima ocasiones tan oportunas para cooperar a nuestros designios de un modo decidido, que sólo ' el abatimiento que engendra el vicio y la esclavitud pueden haberlas hecho infructuosas. Sin embargo, aumentamos diariamente nuestro poder, minamos el de los enemigos, y nos esforzamos para que se prolongue lo meno posible una campaña tan penosa por la dureza del clima ... Es mu y singular la especie de mi diputación a España. Te agitas sin causa con esos temores.

Yo no lo he pensado, ni lo haré jamás, ni hay objeto de misión alguna. Harto convencidos estamos que la pun ta de la bayoneta es la mejor diplomacia para obligar a los españoles a reconocer nuestros derechos. Con la llegada de los buques que salieron de Ancón y Huacho saldrías de los cuidados de nuestro reembarco en Pisco.

Fue ciertamente la maniobra mejor ejecutada, pero de las más peligrosas que podían practicarse. No se ejecutó todo nuestro plan, pero a la vista del Callao se convino el gran golpe de la toma de la "Esmeralda", y nuestras operaciones continuaron con felicidad . . . He dado ya orden para que me busquen una negrita de cinco años para remitírtela. Convengo contigo en que los criados varones no pue den ser maneja dos por las mujeres. Si el negrillo José no se mejora, entrégalo para S9Idado...

El perrito, que te anuncié debía entregarte Landa, era tan gracioso que el General no se hallaba sin él, y me pareció regular el dejárselo por los ratos de entretenimiento que le proporciona . Mañana a la tarde salen mil hombres por mar a una empresa combinada con Lima . Si el resultado fuere feliz, daremos pronto un golpe decisivo. De lo contrario se dilatará forzosamente la campaña' porque los calores son tan excesivos, los caminos tan desiertos, y e I clima tan enfermizo en esta estación, que es indispensable dejar pasar los meses de la canícula para no 140 perder la mitad del Ejército en marchas. Los enemigos se hallan en el mismo caso, así es que aunque algunas veces se han avanzado hasta catorce leguas para encontramos, se han visto obligados a retirarse por las enfermedades de la tropa, a que se une comúnmente una espantosa deserción. He tenido un buen rato con la noticia de la derrota del malvado Benavídez . Sus triunfos en Concepción nos habían puesto en el mayor cuidado porque conocíamos la dificultad de que se moviesen tropas de Santiago. La fortuna vuela por todas partes, y a donde quiera que volvamos los ojos, el aspecto de los negocios anuncia que en este año expirará el dominio español en esta parte de América, y recogeremos el fruto de nuestras fatigas asegurando la independencia de la Patria.

15 de febrero. Huaura.
Falta la primera foja de la tarta, pero de su texto se deduce que fue fechada antes del 19 de dicho mes.

Dentro de dos horas voy a embarcarme para Chancay, de donde pasaré a un punto más inmediato a Lima a tener una entrevista con dos jefes del ejército enemigo, pues lo ha pedido así el general La Serna, que hoy manda en Lima en lugar de Pezuela, que ha sido removido del Virreinato po r una insurrección militar de los mismos jefes de su ejército. Veremos qué sacamos de esta nueva tentativa. Ello es indudable que los vamos reduciendo a una situación muy difícil. El doce de este mes fue apresado el pailebote " Aranzazú " por un bergantín de nuestra escuadra después de un reñido combate. El " Aranzazú " ven ía armado en guerra y traía de Panamá varios oficiales a bordo y la correspondencia de España. Aún no sabemos el resultado de la empresa a que salió Cochrane quince días ha. Si es favorable, como lo creemos, es de esperar que la campaña no sea tan larga de como podía serlo de un orden regular. ¡Cuánto deseo su conclusión! ... Es ya insufrible el infernal clima en que estamos.

Febrero. Faltan las dos primeras fojas de la carta, pero de su texto se deduce que fue fechada después del 19 de febrero.

Me ocurre contarte una anécdota muy curiosa . Una runa en Lima, prima mía, remitió al General San Martín una sortija, y otra para mí, como contraseña de su patriotismo. Esa criatura se valió de un niño que venía de escape y éste fue aprehendido por una de las partidas enemigas y de consiguiente confesó de plano cuanto había, entregando también las sortijas o Se siguió inmediatamente un sumario en el cual corren cosidas las sortijas, que no habrán costado pocos malos ratos a la Patriota.

De este modo me he visto privado de enviarte el primer obsequio que se me hacía en Lima. La noticia nos la dieron nuestros espías y me la han confirmado los dos jefes enemigos con quienes tuve la entrevista en Torre Blanca ... Reservado. Por este correo escribo a algunos amigos de Buenos Aires interesándolos para que luego que se instituya la autoridad ejecutiva, influyan en mi restitución a ese País en la misma clase de Diputado que antes tenía. Si mis insinuaciones llegan a tiempo, y el orden se ha establecido , me prometo no sea difícil conseguirlo. ¿Qué bien nos vendría o hijita? Este sería un escalón para colgar después la casaca y salir de los laberintos de la vida pública, que deseo renunciar ...

Febrero 26.
Llegaron las negritas, pero por equivocación de Miguel vinieron con las madres, y a pesar que las persuado que sus hijitas serán libres, resisten un poco….

Febrero 27.
No ha sido posible el que se allane aun el asunto de las negritas porque el General ha estado muy enfermo y no ha sido propio incomodarlo…

Febrero 28.
El General se ha aliviado un poco y espero que mañana podré quedar corriente en cuanto a las negritas.  





Marzo 2.
Ya están corrientes las madres en que sus hijitas queden en mi poder. La más chica se llama Petrona y la mayor Manuela. El General ha dado a las madres un documento según el de la copia que te acompaño, y con esto han quedado contentas. Yo incité a una de ellas para que acompañase a las chicas, pero no han querido porque aquí tienen sus maridos y otros hijos . . .

Marzo 3.
Ya he mandado embarcar las negritas en el bergantín "Pacífico", y las he recomendado particularmente al capitán. Es muy natural que el verte con ellas, mueva a alguno la curiosidad, y si te preguntan puedes decir que son dos negritas libres, que el General me ha regalado, y que yo las remito para que cuides la una, y la otra pase después a Buenos Aires al cuidado de mi madre, respecto a estar aquí ambas abandonadas, como positivamente lo estaban, por la incuria de las madres.

14 de marzo. Huaura. [Faltan las dos primeras fojas]
Va pasando aquí la horrible estación del verano. Es imponderable la pesantés del clima que estamos sufriendo. En el mes anterior tuvimos mil doscientos enfermos, la terciana y la disentería consume a la tropa. Cuatro días ha que mi asistente Villegas ha muerto. La suerte de este infeliz me ha hecho impresión, porque es imposible dejar de tomar algún cariño a un soldado que lo acompaña a uno tres años. Además cuidó de ti algunas veces, y esta era la más fuerte recomendación para mí. En medio de las enfermedades que han atacado generalmente a todos, yo no he sentido sino leves indisposiciones. Guardo el arreglo que es compatible con la campaña. Mientras no llega el momento de montar a caballo u ocuparme en algo con el General, disfruto de una agradable soledad. Habito en la sacristía de una Iglesia, en donde sólo se dice misa los días de fiesta, y aunque rodeado de mil santos viejos logro algunas horas de quietud que puedo consagrártelas. Como las enfermedades se han propagado aún más en las tropas de Lima, guardamos una especie de armisticio en que nos ha puesto la estación, pero no será extraño que a mediados del mes que viene tengamos algunos encuentros y probemos si la fortuna nos es tan consecuente como 10 ha sido hasta aquí. Antes de ayer se ha embarcado una división de quinientos hombres de las mejores tropas, para hostilizar a Lima por el Sur y apurar su situación, que en el día es bien crítica.

Yo me prometo muy buenos resultados de las correrías que debe hacer esa fuerza, a1 menos el que se acerque el día en que decidamos nuestra contienda …  Pdta.

Marzo 15.
Corren voces que el enemigo ha salido de sus trincheras y viene marchando hacia Chancay. Aún no han llegado los partes oficiales.

Marzo 16.
Se acaba de recibir aviso que el ejército enemigo ha entrado en Chancay en número de seis mil hombres. Este movimiento no es probable sea con otro intento que el de atacarnos , antes de sufrir los conflictos del hambre, que seguramente sufrirían luego que la división que se ha embarcado hubiese comenzado a operar por el Sur. En este caso muy pronto estará decidida nuestra suerte porque estamos resueltos a esperarlos aquí . . . Al concluir el párrafo anterior ha llegado otro parte de un a partida de observación , comunicando que por una equivocación de los espías, se creyó que los enemigos venían a Chancay, y que éstos aún se mantienen en sus trinche ras a excepción de alguna fuerza de caballería que suele avanzarse a explorar. La falsa noticia primera nos ha dado ocasión de conocer el excelente entusiasmo de nuestra tropa, que seguramente se batirá bien cuando se ofrezca ...


Marzo 16.
Anoche he dado al General todo el chuño que me regalaste, para que se alimente con algo, porque nada apetece . Hazme el gusto de enviarme algún poco más, y dispensa tantas majaderías ...

Marzo 17.
Si puedes conseguir una escarapela de cuenta celeste y blanca, mándamela porque la mía está ya deshaciéndose. ¿Has visto hija hombre más pedigüeño? ¿ ¡Pero a quién ocurriré yo! Tolera mis impertinencias, segura de que toda vez que te se ofrezca algo, yo también seré condescendiente.

25 de marzo. Huaura.
La prolongación de la campaña me va inspirando una especie de aburrimiento que me hace desear cada día más tus cartas como el único desahogo para sobrellevar una situación incómoda. Jamás hemos hecho la guerra bajo un clima tan infernal. Las enfermedades de todo género se propagan en nuestro Ejército de tal modo, que hemos suspendido nuestras principales operaciones. Los enemigos están aún en peor estado y tienen mayor número de enfermos. Ambos nos estamos observando y es necesario que se avance el otoño en el que dicen que cesan las tercianas, para que


 se vea alguna cosa de provecho. Es verdad que el hambre va ya apurando urgentemente a Lima. Esta tarde voy a salir a recibir a un comisionado del Rey que ha venido de España por la vía de Panamá a tratar de la pacificación de esta parte de América. Probablemente hará las mismas proposiciones que los demás comisionados de su clase que han ido a otros puntos, y en este caso será indispensable continuar la guerra, porque no podemos dejar honrosamente las armas de la mano sin haber satisfecho el objeto esencial de la Revolución : la independencia de la América . ¡Qué fortuna sería el que se abriese un campo para conciliar los grandes intereses que se cuestionan, y terminase esta contienda ! Por lo que a mi toca , yo no veo sacrificio superior al beneficio de conseguirlo, a excepción de la libertad del País, que nunca debe cederse.

27 de abril. A bordo de la goleta "Moctezuma".
Algunos movimientos de los enemigos hacia la sierra nos han determinado a otros que vamos a ejecutar para frustrar sus planes, y aprovechar, si es posible, un buen momento. Mientras una división de dos mil quinientos hombres va marchando a cubrir la provincia de Tarma, de donde el enemigo se ha. propuesto surtirse de víveres, otra división fuerte de tropas se ha embarcado para caer cerca de Lima. Con este motivo me hallo desde antes de ayer a bordo de este buque en compañía del General , y mañana daremos a la vela para hacia las inmediaciones de la Capital con todo el convoy. Esta es una de las tentativas que puede concluir esta campaña, que si ya no apura el sufrimiento, agota cuando menos la paciencia.

30 de abril. Huacho.
Después de escrita la anterior y cuando ya íbamos a dar a la vela, se recibió un pliego de Laserna renovando su pretensión de negociaciones de paz. En consecuencia desembarqué ayer y esta noche a las nueve marcho a tierra hasta las inmediaciones de la Capital, donde tendremos nuestras conferencias y pasaré al Callao, si me lo permiten los enemigos, para embarcarme y salir al bloqueo en el que encontraré precisamente al General. Habiendo de tratarse con españoles no espero que se consiga ninguna otra cosa que renovar nuestras diferentes pretensiones. Por consiguiente, tendré que agregar esta nueva incomodidad a las anteriores de igual clase.

25 de junio. A bordo de la fragata "Cleopatra" en el Callao.
Mi salud principia a recobrarse después de una fiebre que me ha tenido en cama quince días en medio de los enemigos , y rodeado de centinelas, por hallarme entonces- en una negociación con el gobierno de Lima, qué aún dura todavía. Para contestar a tus amables cartas con toda la extensión que deseo, necesito sosiego y libertad que ahora no tengo. Metido en un buque con una sola cámara y cercado de lo Diputados de Lima y de lo compañeros que están conmigo, pongo con trabajo estas cuatro letras para aprovechar la salida del barco que va a dar a la vela inmediatamente. Durante la negociaron con el gobierno de Lima, en la que llevo empleados cerca de dos meses, hemos puesto a los enemigos en el mayor conflicto, y estoy ya persuadido que dentro de poco sabrás de nuestra entrada en la Capital,' si no faltan los mejores cálculos. 12 de julio. A bordo de la "Cleopatra". Mi dulce y encantadora amiga: Ya flamea en la plaza de Lima el pabellón de la Patria y los enemigos van huyendo, Esta noche o m

12 de julio. A bordo de la "Cleopatra".
Mi dulce y encantadora amiga: Ya flamea en la plaza de Lima el pabellón de la Patria y los enemigos van huyendo, Esta noche o mañana se intimará rendición a los castillos del Castillo del Callao y yo espero estas resultas para pasar a la Capital. Los asuntos se aglomeran de tal manera que apenas hay tiempo de descanso. Yo aprovecho un momento para ponerte estas cuatro letras porque no hay suceso por grande que sea que te separe un momento de mi memoria. Discúlpame pues me es imposible extenderme ahora. Como sólo una división enemiga ha sido derrotada en la Sierra, nos afanamos en tomar medidas para que el ejército contra rio no vuelta tarde o temprano sobre la Capital y te aseguro que no hay instante que perder . .. No permitas de ninguna manera que José se alucine y se venga. Estamos todavía en momentos críticos, y aunque se ha dado ya el gran paso que todo lo prepara para un resultado feliz, resta todavía que andar.

19 de julio. Urna.
A bordo de la fragata "Cleopatra" te escribí avisándote de la fuga de los enemigos de esta Capital y de la consiguiente ocupación de ella por nuestras tropas. Hoy puedo hacerlo ya desde acá con el consuelo de ver vencida la mayor parte de nuestra carrera, y tener a la mano una inmensidad de recursos para asegurar de todos modos el fin de una campaña que se ha hecho hasta aquí con tanta gloria . . . No es extraño que algunos malvados hayan esparcido opiniones funestas respecto al estado de este Ejército.

La mayor parte de los oficiales que se han despachado de aquí por orden expresa del General, no pueden vivir sino en medio de todos los desórdenes. Su existencia en este país habría traído indudablemente nuestra ruina, porque necesitando nosotros conquistar antes la opinión del país que arrojar a los enemigos, no era posible conseguirlo con hombres corrompidos; estos en cualquier parte procurarán cohonestar su separación del Ejército con invectivas contra él y sus jefes. Se exceptúan de aquéllos algunos que han marchado por sus enfermedades o por haberlo solicitado. Sírvate de gobierno que todos trabajamos aquí a un solo fin, y que los resultados son el mejor argumento con que se puede con testar a los maldicientes .. . Por esta ocasión escribiré nuevamente a Buenos Aires, si me lo permite el tiempo, sobre mi destino en ese País, el cual me servirá de escala para descender a la vida privada que anhelo tanto tiempo ha.

Acá no quiero nada ... Se me iba pasando en blanco hablarte acerca de las escarapelas. Ambas están muy lindas, y como supongo que la de tafetán ha sido hecha por ti, será la que yo use. Pienso estrenarla el día del juramento de la independencia en Lina que debe hacerse dentro de seis días. ¿Te figurabas cuando la trabajabas que saldría a luz para celebrar un suceso tan grande e importante a la humanidad? Yo te juro que será una de las cosas que refiera a mis hijos cuando ellos sean capaces de entender y sentir.

La recomendación tuya en favor de don Manuel Bulnes, no ha sido posible ejecutarla, porque por dos meses y medio he estado entre los enemigos y absolutamente entregado a las negociaciones, cuyo felicísimo y principal resultado ha sido la desquiciación de la moral y del poder del ejército y jefes de Lima. Yo cuidaré de que quedes airosa . .. Considero una gran fortuna haber tenido tiempo para contestar tus amables cartas. Nuestra situación es tal, que no hay momentos que perder.

Los enemigos, aunque se han retirado precipitadamente y en desorden, llevan todavía fuerza, y en el Castillo del Callao existe una guarnición de mil hombres. Es necesario procurar conservar lo que hemos adquirido y esto no se logra sin mucho trabajo. Veremos si en otra ocasión puedo adelantar noticias aun más prósperas que las que ahora recibes; al menos nada quedará por hacer a fin de conseguirlo .. . Cuando oigas los repiques en celebridad de nuestros felices sucesos, acuérdate que existe por ahí tu más afectuoso compañero, y que aún en medio de los mayores triunfos, ninguno me será tan lisonjero , como estrecharte en mis brazos. . . He encontrado en ésta una tía en cuya casa vivo con bastante comodidad.




6 de agosto. Lima.

Supongo que a esta fecha se habrá celebrado en esa con grandes funciones nuestra entrada en Lima. Aquí se ha explicado el entusiasmo del pueblo con los transportes de una verdadera locura. El 28 del mes anterior se juró en esta Capital la independencia del Perú. No he visto en América un concurso ni más lucido ni más numeroso.

En todas las plazas en que se hizo la jura apenas se podía imponer silencio un momento. Las aclamaciones eran un eco continuado de todo el pueblo. Yo fui uno de los que pasearon ese día el estandarte del Perú independiente. Te protesto que ese momento de placer no puedo compararlo sino con el primero en que creí poseer tu corazón.

Jamás podría premio alguno ser más lisonjero para mí, que ver enarbolado el estandarte de la Libertad en el centro del pueblo más importante de esta parte de América, y el objeto de nuestros trabajos en la campaña. Varias escenas tocantes se vieron ese día entre el bajo pueblo, y sus demostraciones fueron tan candorosas, como sincero el gozo que asomaba en los semblantes de todos.

En esa misma noche se dio refresco y baile en el Cabildo. Ninguna tropa pudo contener el aglomeramiento de gentes, y no pudo lucir el decente ambigú que se preparó para los convidados. En la noche siguiente se dio en el palacio del General un baile a que asistieron todas las señoras. Esto requería una descripción particular para lo que no tengo tiempo . La compostura con que se presentaron era elegante, pero tuve lugar de observar que en ninguna parte habían apurado los españoles tanto en el arte de embrutecer a los americanos como aquí. Yo bailé mi contradanza de etiqueta con una señora, y me separé con mis amigos a analizar los efectos de la política del gobierno antiguo.

Siguieron después las iluminaciones y comedias, y ayer se cantó por primera vez en el teatro de Lima la marcha nacional. Todas las castas y cofradías de negros se han esmerado a celebrar la independencia, y ayer tarde se veían reunidas en la plaza y calles inmediatas más de diez y seis mil almas repartidas en bandas con diferentes bailes y bajo diferentes banderas. Pero todo esto forma un contraste singular con el cañoneo que constantemente se oye de nuestro Ejército hacia el Castillo de San Felipe y de éste al nuestro.

Los españoles aún se sostienen dentro de las fortificaciones del Callao y sufren un riguroso sitio en el que perecerán o entrarán en partidos, si alguna ocurrencia extraordinaria no nos obliga a dirigir la fuerzas a otra parte. Hace cuatro días que fui de parlamento al Castillo de San Felipe a proponer capitulación a su Jefe. Fui recibido muy bien por los generales, y aunque a la salida tuve un incidente peligroso, pasó aquello y esperamos aún contestación a lo que propuse en nombre del General.

Laserna se mantiene en la sierra con todas las tropas que ha podido reunir. Su deserción es numerosa y estamos preparando a toda prisa los medios de acabarlo. Esta ha sido de nuestra parte una guerra de paciencia. Con esta hemos desquiciado a los enemigos y con la misma hemos de acabar la obra, si nos ayuda un poco la fortuna.






15 de agosto. Lima.

Ayer intentamos sorprender el Castillo del Callao a las once y media del día. La empresa debía ejecutarse con muy poca tropa. Marchó esta con firmeza hasta la puerta del Castillo en medio del más horroroso fuego de cañón, pero los enemigos alcanzaron a cerrar la puerta un minuto antes de llegar. Con este motivo quedaron del lado de afuera algunas partidas ene migas y entre ellas el general Ricafort y tres oficiales. Todos fueron acuchillados y nuestra pérdida fue muy corta, y sin que hubiese sido herido ni un solo oficial. El golpe no se dio , pero el ensayo fue glorioso de nuestra parte y aterrante para los enemigos. ¡Cuán afortunado fuera hija mía, si no viera derramar una sola gota de sangre para conseguir la libertad del país! Agosto 16. Había llegado al párrafo anterior cuando me avisaron que el buque se detenía hasta hoy. Esta circunstancia me proporciona comunicarte el suceso de anoche. Varios buques grandes habían quedado anclados en la bahía del Callao después del ataque del mes pasado, y anoche a las once fueron asaltados por los botes de nuestra escuadra, sacándose en consecuencia tres de ellos de los mayores sin desgracia considerable de nuestra parte. La Providencia está tan decidida en favor nuestro que no se da un paso sin acierto. Todo conspira a consolidar la obra gloriosa que tomamos a nuestro cuidado, y si conseguimos dar un golpe a Laserna luego que tomemos el Castillo, este es asunto concluido , al menos para mí.

Joaquín Pérez


Pérez, Joaquín Guido: Un cronista inédito de la expedición libertadora del Perú Trabajos y Comunicaciones 1978, vol. 23, p. 127-148 Pérez, J. (1978).

Guido: Un cronista inédito de la expedición libertadora del Perú. Trabajos y Comunicaciones, 23, 127-148. En Memoria Académica. Disponible en:
Información adicional en www.memoria.fahce.unlp.edu.ar
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Su regreso a la Argentina
Tomás Guido regresó a Buenos Aires en 1826, en plena Guerra del Brasil. El presidente de las Provincias Unidas del Río de la PlataBernardino Rivadavia, lo nombró Inspector de Armas y en 1827 Vicente López y Planes lo designó Ministro de Guerra, cargo al cual renunció para ocupar el de diputado electo a la Sala de Representantes de Buenos Aires.
Luego fue enviado por el gobernador Manuel Dorrego, como diplomático extraordinario y ministro plenipotenciario junto a Juan Ramón Balcarce ante la corte de Río de Janeiro, suscribiendo en ese carácter la Convención Preliminar de Paz entre el Imperio del Brasil y las Provincias Unidas del Río de la Plata, el 27 de agosto de 1828. Por este tratado ambos estados acordaron la independencia del Uruguay respecto de ellos.
Guido fue luego ministro de Guerra y Relaciones Exteriores en tres oportunidades: con Juan LavalleJuan José Viamonte y Juan Manuel de Rosas. De 1840 a 1851 representó a la Argentina ante el gobierno del Brasil. Después de la batalla de Caseros y de la caída de Rosas, el general Justo José de Urquiza lo llamó para colaborar con su gobierno resultando ser, en 1855 senador nacional electo por Provincia de San Juan y en 1857 vicepresidente del Senado de la Confederación Argentina. Ya con el grado de Brigadier General acompañó en 1859 a Urquiza al Paraguay interviniendo exitosamente en las gestiones pacíficas entre ese país y Estados Unidos, enfrentados por haber este último enviado una escuadra naval con el objetivo de desembarcar en Asunción.
Su fallecimiento
A la izquierda, la bóveda con forma de gruta, construida por el poeta Carlos Guido Spano, hijo de Tomás Guido, para albergar los restos de su padre. Situada en el cementerio de la Recoleta, fue declarada monumento histórico nacional. A la derecha, urna con los restos de Tomás Guido en la Catedral metropolitana de Buenos Aires, donde descansan desde 1966 junto a los del general José de San Martín.

Tomás Guido falleció en su quinta de Buenos Aires de la Calle Potosí el 14 de septiembre de 1866, según consta en el acta 469 del año 1866 de la Parroquia Nuestra Señora de Montserrat2​.

“En quince de septiembre del año del Señor de mil ochocientos sesenta y seis, el infrascripto Cura de esta Parroquia de Ntra. Sra. De Monserrat dio licencia para sepultar el cadáver del Brigadier Gral. Don Tomás Guido de setenta y siete años de edad, natural de Buenos Ayres domiciliado en la calle Potosí número 426, de estado casado con Doña Pilar Spano”

Hasta 1966 los restos de Tomás Guido descansaron en una bóveda con forma de gruta, construida por uno de sus hijos, el poeta Carlos Guido Spano. Situada en la sección 2.T. 1.1-10- del cementerio de la Recoleta, fue declarada monumento histórico nacional por decreto 3039 del 31 de enero de 1946.3​ En ocasión del centenario de su muerte, sus restos fueron trasladados al mausoleo de la Catedral metropolitana de Buenos Aires, donde descansan junto a los del general José de San Martín.45

El más digno cierre de la reseña de la vida de Tomás Guido son las palabras que dirigiera la hija del Libertador, Mercedes San Martín de Balcarce, a Pilar Spano de Guido:

“Usted, mi querida amiga, pierde al mejor de los maridos; nosotros, al amigo más querido de mi buen padre, al que más apreciábamos y respetábamos; y la Patria, una de sus glorias, y ya uno de los últimos de aquellos hombres heroicos y patriotas que le dieron la libertad y el ser”6





Su matrimonio e hijos

Tomás Guido se casó en Santiago de Chile el 22 de diciembre de 1818 con la hija del coronel Carlos Spano y Padilla, María del Pilar Spano y Ceballos, con quien tuvo cuatro hijos: José Tomás, Eduardo, Pilar, y el poeta Carlos Guido y Spano.5​ Su hija Pilar Guido Spano se casó el 12 de diciembre de 1862 con el revolucionario hispanoamericano de origen chileno Francisco Bilbao Barquín.7

Mucho más importante que escribir sobre la revolución, es contribuir personalmente a realizarla
Tomás Guido




Domingo 26 de julio del 2020
En el Día Nacional del Pisco


INVESTIGACIÓN:
Mag. Juan Carlos Romaní Chacón
Biblioteca Municipal “José de San Martín”

ICA – PERÚ


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