TESTIMONIOS DE LA
INDEPENDENCIA DEL PERÚ
Y SUDAMÉRICA
TOMÁS GUIDO
Edecán de San Martín
General de Brigada de los Ejércitos del Perú
La
Municipalidad Provincial de Ica, a través de la campaña educativa “Región Ica,
Cuna de la Independencia”, a cargo de la Biblioteca Municipal “José de San
Martín”; pone a disposición del público nacional y extranjero, algunos datos
valiosos de la Guerra de la Independencia del Perú y de Sudamérica, con la
finalidad de contribuir con la historia, la identidad y el desarrollo integral
de los pueblos hermanos de nuestro continente.
En
tiempos de pandemia, pero también en el año del Bicentenario de la
Independencia de la Región Ica, creemos que es necesario conocer y revalorar
nuestra historia, con los testimonios de los protagonistas de la gesta heroica
de la Independencia de Sudamérica; para conocer sus triunfos y derrotas,
durante la guerra a muerta contra la esclavitud que mantenía sumisos a millones
de personas, bajo el yugo español. Conocer y revalorar sus testimonios, es
seguir el ejemplo de vida de nuestros héroes, de cada soldado, de cada
guerrillero patriota, y retomar fuerzas y vencer al letal Covid 19.
SUS INICIOS
Tomás Guido nació en Buenos Aires,
la capital del Virreinato del Río de la Plata,
el 1 de noviembre de 1788. Era hijo del comerciante español peninsular
don Pedro Guido y Sanz y de doña Juana Aoiz y Martínez. Debió abandonar sus
estudios en el Real Colegio San Carlos debido a problemas económicos. Durante
la Invasiones inglesas de 1806 y 1807 participó en la
defensa de Buenos Aires y tuvo luego participación en los sucesos que, en 1810 culminaron con
la Revolución de Mayo y el surgimiento de
la Primera Junta. Al año siguiente fue secretario
del doctor Mariano Moreno durante el viaje a Inglaterra en
el cual éste falleció. De regreso a Buenos Aires, en 1812 permaneció en
ella brevemente como secretario del Ministerio de Guerra para luego trasladarse
a Charcas (actual Sucre) como secretario del
gobernador Francisco Ortiz de Ocampo.
Posteriormente viajó a Tucumán donde
se vinculó con José de San Martín y Manuel
Belgrano, desempeñándose como Oficial Mayor de la Secretaría de
Guerra colaborando con San Martín en el planeamiento de la estrategia a seguir
en el Ejército del
Norte y en la continuación de la Guerra de la Independencia de las
Provincias Unidas del Río de la Plata.
Campañas
independentistas de Chile y Perú
Después de la victoria patriota en la batalla de Chacabuco, el 12 de febrero de 1817, el general San
Martín incorporó a Guido con el grado de Teniente Coronel para que asumiera las
funciones de Secretario de Guerra y Marina y el de representante ante el
gobierno de Chile. Ocupó este cargo por tres años ejerciendo una exitosa tarea
administrativa y diplomática, acompañando a San Martín como primer edecán en
su gesta libertadora por Chile y colaborando en la empresa de liberar Perú.
Negoció exitosamente con el enemigo en Miraflores y participó en los dos
sitios y rendición del Callao, fortaleza de la que fue nombrado gobernador. Ascendido
en 1821 a
Coronel Mayor, fue consejero de Estado y Ministro de Guerra. Tras la Entrevista de Guayaquil que
mantuvieron San Martín y Simón Bolívar acompañó a este último hasta
el final de la guerra de independencia. En 1823 fue conjuez en
Perú del Supremo Consejo Militar y al año siguiente jefe del Estado Mayor del
Ejército del Centro y Ministro General de Gobierno del general Mariano Necochea alcanzando
el grado de General de Brigada de los ejércitos del Perú.
TESTIMONIOS
En
diversos legajos del Archivo Guido que se conserva en el Archivo General de la
Nación, se encuentran numerosos originales y copias manuscritas de las cartas
que Guido dirigía a su joven esposa Pilar Spano, chilena con la que había contraído
enlace el 22 de diciembre de 1818.
Sufrió
mucho el espíritu de Guido al separarse de aquélla, con motivo de incorporarse
a la Expedición y sus cartas sobre abundan en expresiones de cariño y
nostalgia. Hemos entresacado de esas cartas las noticias y conceptos referentes
a la Expedición Libertadora, para componer lo que resulta ser casi un verdadero
Diario…
12 de agosto de 1820. Valparaíso
Hoy
se embarca toda la artillería. Los buques de guerra están casi listos y ya no
nos detiene sino muy contadas obras en los transportes. Esta circunstancia
aumenta mi tristeza porque se aproxima el día de alejarme de ti.
16 de agosto . Valparaíso
Se
están embarcando los equipajes de los oficiales del Ejército . El mío se
embarcará mañana.
18 de agosto. Valparaíso
Te
prevengo que todas las [cartas] que me escribas en lo sucesivo, las entregues a
José o a Faustino para que se las pasen a Lynch y vengan al puerto bajo la
cubierta de Me Hill, vicecónsul americano, quien quedará encargado de
enviármelas por el buque transporte de caballos, que debe salir dos días
después de la Expedición.
18 de agosto. Valparaíso [n° 2]
Anoche
llegó la madre del Director y perdí la esperanza que había concebido de verte
en su compañía. . . Me han entregado tu amable cartita n° 12. La he leído con
gusto, pero me cuesta combinar como has podido atribuir mi anticipada salida de
Santiago a algún sentimiento menos cariñoso. Son bien pública s las razones que
tuve para ello y nuestra demora en el puerto. Si bien no estaba fuera de mi
cálculo, lo estaba fuera de las esperanzas del General, de cuya amistad no
debía yo abusar.
Estoy
seguro no te habría sido menos sensible que a mi haberme mantenido a tu
distancia innecesariamente. Quisiera tener también a mi alcance al que te ha
imbuido de mis diversiones. Es verdad que en el camino tomé la escopeta por
distracción. Es verdad que concurrí a un baile por la necesidad de acompañar al
General y Director, pero es falsísimo que en ambas ocasiones haya conseguido
alegrar mi espíritu. Por olvido no te había hablado de estas cosas, y yo te
suplico que en otra ocasión me hagas más justicia discerniendo los actos deliberados
de la voluntad, de los pasos forzados a que a veces me impele mi posición
pública. . . Hoy se han embarcado cuatro batallones de infantería y actualmente
se están embarcando mis caballos. Si no me crees de mármol, juzgarás el estado
de mi espíritu al acercarse tan aprisa el momento de separarnos.
19 de agosto. Valparaíso
Valparaíso
presenta hoy un espectáculo magnífico pero muy tocante. Por una parte se oyen
aclamaciones de alegría de toda la tropa, y por otra se ven correr por la playa
a las madres y esposas de los pobres soldados bañadas en lágrimas, devorando
con sus ojos las lanchas que conducen a sus hijos y esposos. El estruendo
repetido de la artillería, la armonía de las músicas y el ruido de los tambores
es el objeto de expectación a un inmenso pueblo que corona los balcones y cimas
de las sierras. La historia recordará ciertamente este día como uno de los más
importantes desde el descubrimiento del Nuevo Mundo . . . Cuando ya el tiempo
haya disipado nuestras cenizas, acaso los amadores de la Patria recordarán mi
nombre como el de uno de los americanos que trabajaron por su independencia.
Cada
uno graduará nuestras acciones públicas por los documentos que las califiquen o
por la medida de las pasiones, pero la imposibilidad de transmitir los
sacrificios privados que oculta un hombre dentro de su seno, nos usurpará sin
duda una parte de nuestra gloria. Yo te juro que sólo el santo fin de la
Libertad de nuestra Patria puede impelerme a tomar parte de una empresa que
trastorna todas mis ideas personales y me aleja ele ti.
19 de agosto. Valparaíso. [n 2]
A
proporción que corren las horas se agolpan mis ocupaciones y se aumenta mi
ansia de ocupar contigo el escaso tiempo que me dejan éstas. La frecuencia con
que te escribo te probará mi anhelo , y me atrevo a asegurar con orgullo que
entre los miles de hombres que han llegado a Valparaíso desde mi arribo, no habrá
uno solo que me iguale a este respecto, pues no hago sino andar a caza de
individuos que conduzcan mis cartas ... Ha sido tal el conjunto de mis
atenciones desde ayer, que todavía no he visto a Rufino [su hermano , el
coronel Rufino Guido ], y hace cerca de veinte y cuatro horas que se embarcó.
19 de agosto . Valparaíso [na 3]
Todo
es ya movimiento de tropas y ruido de tambores en el puerto. Las piezas de leva
se repiten y todo nos anuncia que se acerca el día de marchar.
Ayer
se embarcaron cinco cuerpos de infantería y varios escuadrones de caballería,
entre ellos el de Rufino, que también se halla a bordo. Hoy quedarán en los
buques todas las tropas.
25 de agosto. A bordo del navío
"San Martín", frente al puerto de Coquimbo.
Desde
que salimos de Valparaíso hemos tenido un viento fresco del Sud, con el que
pudimos adelantar mucho más, pero la necesidad de guardar el orden del convoy
nos ha obligado a acortar de vela y vamos siguiendo poco a poco, sin novedad .
. . En los tres primeros días he sufrido todas las incomodidades del mareo ,
unidas al sentimiento de alejarme de ti. Ya me siento muy recobrado y con algún
apetito que había perdido enteramente . . . Si el tiempo sigue buen o como lo
espero y no hay alguna novedad en el convoy , estaremos en tierra dentro de
diez días, libres ya de la navegación, que en todo sentido es un paréntesis a
la vida del hombre.
9 de octubre. [Falta la primera
parte del texto]
A
los tres días de haber zarpado de Valparaíso una feliz casualidad me
proporcionó ocasión de escribirte por Coquimbo, y al día siguiente por el mismo
[ilegible] principié a trabajar en los objetos de la causa pública. Varios
accidentes en el extravío de algunos buques del convoy nos dieron disgustos,
pero siguió nuestro plan y el 7 de setiembre a las seis de la tarde anclamos en
esta Bahía. [Paracas].
Al
amanecer el día 8 fui el segundo después del General que puse el pie en tierra
a medio tiro de fusil de una partida enemiga que nos observaba, pero ésta
desapareció al ruido de las salvas y principió el desembarco de las tropas con
el mayor orden [ilegible] trescientos hombres [ilegible] pueblo [ilegible] lo
abandonaron precipitadamente. A las 8 de la noche la primera división de
nuestras tropas estaba en cuarteles.
Al
día siguiente se principió a trabajar en proveernos de lo necesario y todo siguió
bien hasta el 14 de setiembre, en que el General recibió un parlamentario de
Pezue1a con el cual 10 invitaba a entrar en una negociación para que terminase
la guerra. El General resolvió marchase yo a Lima con García [García del Río] a
escuchar las proposiciones de Pezuela. El 19 salí de este punto y el 21 fuimos
recibidos a una legua de aquella Capital con las mayores distinciones y con
toda manigificencia. El [ilegible] armisticio con comisionados del Virrey. Se
suspendieron por 8 días las hostilidades. Principiaron nuestras conferencias
[ilegible] tuvimos también con Pezuela. Toda clase de remuneraciones y ventajas
se nos propusieron con tal que se reembarcase nuestro Ejército para Chile. Yo
prop use otro plan de paz, pero no habiendo accedido Pezuela por no hallarse
con bastante autorización del Rey, no pudimos convenirnos y el 5 del corriente
entré de vuelta en el Cuartel General y principiaron las hostilidades.
El
6 tomamos a la ciudad de Ica distante 18 leguas de aquí y capital de este partido.
Los enemigos que la defendían huyeron al acercarse nuestra s tropas, y esto
mismo ha sucedido hasta ahora en todas las ocasiones en que se [ilegiblel. El
pueblo de Ica ha [ilegible] tropas con
entusiasmo y [ilegible) hasta ahora un semblante halagüeño. Tratamos de
economizar la sangre cuanto es posible para preparar un golpe seguro , y aunque
la campaña se dilate más de lo que quisiéramos, creo que nuestras fatigas no
serán inútiles.
Entretanto
hemos aumentado ya- ochocientos hombres voluntarios, de ellos, seiscientos
negros de los esclavos de las haciendas, que a pesar de todas las precauciones
de los enemigos huyen "de ellos y se nos presentan llenos de alegría.
Todos
los buques dispersos están ya reunidos y pronto adelantaremos nuestras operaciones.
Como a más de nuestro empeño por la libertad de la América, nos anima
[ilegible] descansar de una lucha [ilegible] que nos ha empleado [ilegible]
preciosa de nuestra vida y una constancia común en el trabajo y una resolución
a todo sacrificio. Yo por mi parte 'estoy decidido a cooperar a este fin hasta
donde alcancen mis fuerzas, y afortunadamente mi salud no ha sufrido desde mi
llegada grandes alteraciones. Por el bosquejo que acabo de hacerte conocerás
que existen motivos de consuelo y. que tus esperanzas deben animarte con la
idea de un porvenir más afortunado. La justicia, la razón y la humanidad están
de -parte de nuestros esfuerzos. Es por lo mismo de prometerse que no sean
inútiles ...
Está
ya embarcado un negrito de 8 a 9 años que te envío entre los que remite Las
Heras a don Martín Larraín. Este debe entregarlo a José [su hermano, el
presbítero José Guido]. Si te parece grande puede destinarlo el cura a su
servicio bajo la seguridad que te enviaré otro más pequeño, pero si te gusta,
dedícalo a tu [ilegiblel.
10 de octubre. Pisco [Copia
manuscrita1
En
mi carta de ayer tuve el gusto de desahogarme contándote lo más notable de mis
sucesos después de nuestra separación. El buque aún me da tiempo y aprovecho
los momentos que puedo consagrarte. Entre los grandes intereses que me inspiran
un vivo deseo de que concluya felizmente esta campaña, tiene un lugar principal
mi anhelo de verte y gozar de los encantos de tu amistad.
Todo
presenta por cierto un semblante halagüeño y aunque se prolonguen nuestras
fatigas, creo serán coronadas de un buen suceso. Yo me lisonjeo que esta idea
te hará también soportables las privaciones que me encareces en mi ausencia y
que tomarás una parte en la satisfacción con que sabes .me ocupo de cuanto
influya a la Libertad de la América.
[Una posdata de letra de San
Martín, dice]:
Mi
comadre: Seguimos todos bien y con especialidad nuestro Guido. Dios querrá nos
veamos pronto y que se acaben zozobras [sic] . Mis afectos sinceros a mi Sra.
su madre. Mis besos a mis ahijados y se repite su amigo y compadre. José de San
Martín.
20 de octubre. Pisco
En
mis anteriores te di razón de nuestros principales sucesos desde nuestra salida
de Valparaíso hasta la fecha de aquéllas, y te avisaba que después de
inutilizadas todas las medidas conciliatorias que propuso Pezuela y a mi tumo
le hice yo igualmente en Miraflores, se habían roto las hostilidades y
principiaba nuestra campaña. Efectivamente la división nuestra que marchó hacia
el Sur tomó posesión de Ica, capital de este partido, y los enemigos, en número
de mil y quinientos hombres entre milicias y tropas de línea que estaban
acantonados en la ciudad fugaron a treinta leguas de distancia, a la Nasca.
El
jefe de la división nuestra, que era el coronel Arenales, mandó perseguirlos
con 300 hombres y en tres marchas forzadas por los arenales más horribles,
lograron sorprenderlos y ochenta hombres de Granaderos a Caballo que iban a la
vanguardia, cargaron sobre ellos con tal ardimiento, cuando menos lo esperaban
los enemigos, que los derrotaron completamente, sin que se hubiesen escapado
sino los dos jefes y cuatro hombres a favor de sus buenos caballos.
Toda
la tropa, armamento, municiones, caballadas, oficiales y un gran convoy de
equipajes y varios artículos de importancia cayeron en poder de nuestro
soldados. Esta tarde deben entrar en ésta los prisioneros e inmediatamente
marcharán a Lima a ser canjeados por otros de los nuestros. Este triunfo en
nuestro primer ensayo militar ha entusiasmado a nuestro ejército y soplado el
fuego de la Revolución en las provincias interiores, de suerte que de un
momento a otro esperamos una explosión en los pueblos de la sierra, de donde
nos llaman con empeño, y para cuya protección seguirá sus marchas la división
del coronel Arenales. Mientras tanto 'estamos ya embarcando caballos y todo lo
necesario para hacer un movimiento rápido por mar, que se ejecutará luego que
la fuerza que ha de llamar la atención a Pezuela por estos pueblos, esté
organizada . Nuestra situación militar promete en toda partes un término feliz
a la campaña.
Yo
no he podido disfrutar de las satisfacciones de otros en esta brillante
jornada, porque la muerte de mi amigo Jonte ha cubierto mi alma de amargura.
Ayer fue sepultado en la Matriz de esta ciudad y sus últimos males han
aumentado la tristeza que no puedo desterrar de mi alma desde que le di el
último abrazo.
[Pdta.].
En este momento ha llegado el segundo parte, cuya copia incluyo, por el cual se
ve que los últimos restos que se habían escapado a la Nasca cayeron en poder de
nuestras tropas en el pueblo de Acarí, es decir, a distancia de setenta y cinco
leguas hacia el Sur, hasta donde ya no hay un enemigo. Los oficios sobre ambas
acciones van ahora al gobierno, y es regular que los repiques y salvas de artillería
te aviven la memoria de tu amigo. Goza al menos el placer de que nuestras
fatigas no sean inútiles y que la Patria reciba este tributo de nuestros
deberes, al mismo tiempo' que aceleramos el día de volver a la tranquilidad tan
suspirada.
22 de octubre. Pisco
Te
dije en mi anterior que después de habernos posesionado de todo el territorio
de Ica y puestos sus pueblos en conmoción, nos disponíamos a un movimiento
general con todo el ejército. Este va a ejecutarse muy pronto y de él depende
el resultado de la campaña. Si nuestra combinación no es trastornada por algún
acontecimiento inesperado, el enemigo es perdido y muy corto el término de la
campaña, pero si no, tendremos que luchar por más tiempo.
En el bergantín o fragata que dio
a la vela ayer para ese puerto te remití cuatro zurrones de azúcar y una
botijuela de Pisco, y a José le previne de quien debía recibir estos artículos.
Por falta de -proporción segura no te he remitido alguna negrita chica; ha
habido varias, pero no podían marchar sin las madres y ya ese es un tráfago muy
penoso para el que haya de cuidarlas.
Si
salimos bien sobrarán negritas chicas que quieran irse, como sucede ahora. Este
clima se nos hace cada día más intolerable. La tropa padece mucho por los
calores y raro es el jefe que no haya sentido alguna novedad en su salud y
algunos de mucho peligro, y entre ellos el General, a quien a los pocos días de
nuestro arribo tuvimos muy gravemente indispuesto. La dureza del clima ha
contribuido también a acelerar la muerte de Jonte.
La
fortuna nos ha lisonjeado en nuestros primeros, ensayos, pero sólo el amor a la
libertad puede inspirar la ejecución de empresas en este país. Sus habitantes
son en lo general Patriotas, pero es tal el abatimiento a que los ha reducido
el gobierno español, que parece hubiese borrado de su alma todo sentimiento
vigoroso y que estuviesen bien avenidos con la esclavitud. Esperamos, sin
embargo, que en la sierra hay a otro espíritu, y que su cooperación a nuestros
planes sea más activa. . . Hoy sale el buque a reclamar los prisioneros.
24 de octubre. A bordo del navío
"San Martín"
En
mis dos últimas te comunicaba que después de haber disciplinado y aumentado
considerablemente nuestro ejército, y después de haber destruido la fuerza
española que dominaba la provincia de Ica, nos disponíamos a un movimiento
general con todo el ejército para estrechar a Lima. Efectivamente desde antes de anoche
principiaron a marchar las tropas a esta Bahía y hoy se halla todo el ejército
embarcado. El General y yo vinimos a bordo de este buque a la madrugada de hoy.
E! solo reembarco del Ejército, después de haber dejado marchando por la sierra
a un cuerpo de tropas hacia Lima , puede estimarse como un triunfo. La tropa no
podía soportar este clima infernal y las enfermedades crecían diariamente,
principiando por el General, que a los principios estuvo gravemente indispuesto.
La mayor parte de los jefes han sufrido ataques violentos en su salud y algunos
de mucho peligro. En fin , ya respiramos un aire más puro y mañana a las diez
del día probablemente estaremos a la vela con dirección a otro punto más
inmediato a Lima .
El
paso que vamos a dar ahora es difícil, pero puede decidir el término de nuestra
campaña , 'si la fortuna no nos abandona. Yo con fío que los enemigos no podrán
evitar el desarrollo de nuestro plan sin correr también el riesgo de perderlo todo
en una hora , y en tal caso espero que en la primera proporción" que
ocurra podré darte una idea más segura de nuestro porvenir. ¡Cuánto anhelo
Pilarcita , que sea afortunado !
8 de noviembre. A bordo del navío
"San Martín" en el puerto de Ancón.
Al
hacerse a la vela este buque en 24 del pasado en la bahía de Paracas , te
escribí la carta n° 28 con inclusión de algunos papel es importantes. creyendo
fuese conducida por el bergantín " Aurora" próximo a partir para ese
puerto, pero por un accidente inevitable quedó en mi poder y ahora va a mano en
Dn. N. Landa . pasajero en el buque conductor de ésta y encargado por mí de
entregarla a José, con un perrito que te envío para que me lo cuides, porque ha
sido mi entretenimiento en la navegación desde que me lo regalaron. Sabe
algunas gracias y no quiero perderlo en las caravanas de la campaña. Luego que
salimos de Paracas, distante 50 leguas al norte de Lima. nos dirigimos con el
convoy a Cerro Azul, distante veinte leguas- de aquella capital, amenazando un
desembarco con el objeto de que los enemigos se replegasen a Lima y dejasen a
los pueblos que habíamos comprometido ya, para que se organizasen y dieran sus
ataques premeditados: todo se realizó a medida de nuestro deseo. El 27 zarpamos
a las 5 de la tarde , y el 29 a las doce y media del día , estábamos a tiro de
cañón de los Castillos del Callao, cuya población se puso en la mayor
agitación. La vista del convoy era magnífica . La alegría de las tropas excedía
a todo aplauso y los movimientos de la Escuadra amenazaban a Lima (de cuyas
torres nos estaban viendo) todos los preparativos de un desembarco. A las cuatro
y media de la tarde principió a anclar el convoy , y al amanecer ya estaba nuestra
línea "de buques frente a la línea de los enemigos. Durante la noche se
dispararon algunos cohetes incendiarios a que contestaban los enemigos con el
fuego de sus baterías.
11 de noviembre.
A bordo de: navío "San
Martín" en el puerto de Huacho. [Copia manuscrita].
En
mi carta anterior que condujo el bargantín "Telégrafo" pretendía
concluir la relación de nuestro viaje hasta la última fecha , pero la repentina
resolución de Lord Cochrane de permitir a aquel buque seguir a Valparaíso, no
sólo me privó de hacerlo , sino que trastornó mi plan en cuanto a la salida de
los sujetos que debían llevar los papeles que te anunciaba, porque ha sido
necesario detenerlos hasta que el buque quede listo en que va ésta. El 30 del
pasado a las diez y media de la mañana dimos a la vela con todo el convoy desde
el Callao con dirección al Norte de Lima, y a las cinco y media de la tarde
fondeamos en el puerto de Ancón, distante siete leguas de aquella capital: El
31 desembarcamos algunos caballos para montar una partida que diariamente
exploraba el campo enemigo, y a las tres de la tarde ya habíamos interceptado
varias cargas y tomado un oficial prisionero . El T? y 2 del corriente
conservamos con el convoy una actitud amenazante, esperando que Lord Cochrane
efectuase el ataque sobre la fragata " Esmeralda" de guerra que se
hallaba anclada bajo los fuegos de más de doscientas piezas de artillería. Al
amanecer del día tres llegaron prófugos en un bote dos patriotas de Lima, y por
ellos nos impusimos prolijamente de la apurada situación de Pezuela. El resto
de este día y la mañana del 4 nos ocupamos de infinitas tareas para promover la
revolución de los pueblos del Norte y distraer la atención de Pezuela en todas
direcciones, hasta que en la tarde entró en Ancón una goleta procedente de
Guayaquil con el gobernador y varios oficiales prisioneros a su bordo,
remitidos al general San Martín por el nuevo gobierno de Guayaquil, cuyo pueblo
con noticia de nuestra expedición había declarado su independencia. Este
importante acontecimiento inflamó el espíritu de nuestros soldados, que
celebraron con entusiasmo una adquisición que asegura la existencia de nuestra
escuadra, y da nuevo grado de seguridad a nuestra campaña' La noche del 4
estaba destinada para asaltar la fragata " Esmeralda" . Salieron en
efecto, los botes con doscientos hombres voluntarios, pero perdieron el rumbo
en la oscuridad, y apenas tuvieron tiempo para regresar a los buques del bloque
o antes de aclarar. En la noche del 5 resolvió Lord Cochrane asaltar la
"Esmeralda" a cuyo bordo había cuatrocientos hombres de tripulación y
ejecutó su empresa con tal acierto que logró sorprender el buque y después de
una refriega reñida en que Cochrane fue también herido, aunque levemente , sacó
la fragata a las 12 de la noche, y dos lanchas cañoneras, dejando a los
enemigos en el mayor asombro por el feliz resultado de una empresa de las más
atrevidas en la guerra , y que ciertamente estaba fuera del cálculo de Pezuela.
Este golpe en que sólo perdimos catorce hombres muertos y veintitantos heridos,
.y de los enemigos más de cien muertos y doscientos cincuenta prisioneros, con
varios oficiales, ha dejado al Virrey en la última desesperación por la imposibilidad
de que se salven sus paisanos luego que los estrechemos por tierra . En la
mañana del 7 el General pasó al Callao y el 9 regresó el convoy.
Desde
que entramos a Ancón hemos estado por una parte en continuos parlamentos con el
Virrey sobre canje de prisioneros y varias cosas más para enloquecerlo,
mientras que por otra parte minábamos por medio de nuestros agentes sus mejores
batallones, de los que tenemos algunos soldados a bordo, que han venido a tomar
partido, y habíamos enviado trescientos hasta seis leguas al Nort e a recoger
ganados' y víveres para el Ejército. El 9 a las tres de la tarde zarpamos con
el convoy de Ancón hacia este puerto, y a la una del día siguiente ya habíamos
anclado en este puerto.
En
él hemos desembarcado ayer parte del Ejército, y a las dos horas de nuestro
arribo recibimos pliegos del comandante de las tropas remitidas al Norte, de
haber rechazado gloriosamente a seiscientos soldados que lo habían atacado para
privarle de colectar caballos. De suerte que establecida una parte de nuestras
fuerzas, como está al Sur de Lima, y por la Sierra, y retirado el resto de las
tropas por el Norte, vamos reduciendo a aquella capital a un verdadero sitio en
el que el hambre será el peor enemigo. La opinión de los pueblos es la
principal ventaja que tenemos en esta guerra. Todos anhelan por la emancipación
y aunque las habitudes del antiguo sistema ha inspirado entre otras cosas mucha
timidez a estos habitantes, se prestan con cuanto pueden a nuestro servicio
porque detestan a los españoles universalmente. Como el suceso de Guayaquil
ofrece campo para ejecutar un plan que acabe para siempre con el dominio
español en esta parte de América, ha resuelto el General pase yo inmediatamente
a aquella Provincia, a combinar con su gobierno la ejecución de importantes
operaciones y a realizar otras medidas de interés público. Siento en mi corazón
anunciarte que voy a alejarme a una distancia tan consid rable; pero no me
queda arbitrio honesto para excusarme, ni vaya dilatarme más de un mes, único
término que me ha dado el General , dentro del cual debo de esta r de regreso
en el Ejército , si mi salud , como lo espero, resiste la dureza del clima de
aquel punto.
Don Toribio Luzuriaga va también
conmigo a Guayaquil; pero él debe quedar allí para organizar tropas, mientras
nosotros adelantamos nuestra campaña hasta dar en tierra con el Virrey.
Cualquiera
sea tu disgusto al verme emprender nuevo viaje, debe disminuirse con la idea de
que me conduce a él un servicio interesante a la Patria , y que puede acelerar
el término feliz de nuestras fatigas. Trabajo con este anhelo, porque el día de
la victoria será el que me acerque a tus brazos y al logro de mis aspiraciones
personales, reducida a gozar de tu amable compañía sin las agitaciones que han
con sumido la flor de mi vida. Dn. Bemardo Landa te entregará el perrito para
que me lo cuides, y por el mismo conducto, bajo la cubierta de Lynch, recibirás
los papeles que debieron ir por el bergantín "Aurora" . .. Te estoy
buscando un negrito chiquito para remitirte. Si lo consigo esta tarde, también
te lo llevará Landa.
29 de enero de 1821. Huaura
Antes
de dar a la vela en el puerto de Huacho para el de Guayaquil el 13 de noviembre
del año próximo anterior, te dejé escrita una larga carta con la descripción de
los sucesos principales de la campaña hasta entonces y de los motivos que me
llevaban a Guayaquil por un mes. No me es fácil transmitir a la pluma de todos
los sentimientos que me agitaban al alejarme de ti tan tas leguas con una
comisión espinosa y a habi tar un clima temido justamente por sus enfermedades
endémicas y por la voracidad del calor. Todo lo venció la idea de que podía ser
útil a la Patria, y que tú no te desagradarías con que agregase este sacrificio
a los que comencé a hacer desde que dejé tus preciosos brazos. Las primeras
noticias de la revolución de Guayaquil que dieron lugar a mi viaje, ofrecían
todos los elementos para la combinación de un gran plan , pero la inexperiencia
de los jefes que presidieron aquella obra, abrió margen a acontecimientos
desagradables, y cuando yo me prometía terminar en 15 días todos los objetos de
mi comisión, me encontré con que las tropas en aquella Provincia, con las que
especialmente se contaba para varia s ideas, habían sido enviadas sin conocimiento
del General veinte días antes de mi llegada contra las fuerzas de Quito , y que
muy luego fueron aquellas derrotadas. Un suceso tan fatal enervó de pronto
todos los resortes que iba yo a poner en movimiento, y me puso en la necesidad
de trabajar con tesón, y coadyuvar a la reparación de aquel quebranto ; de
consiguiente mi detención en Guayaquil era inevitable , y tu ve que permanecer
bajo un clima infernal cuarenta y cinco días, cuan do sólo había creído estar
veinte . Felizmente mi .salud no sufrió alteración por el método que observé, y
exceptuando algunos fuertes dolores de cabeza que se disiparon con los baños,
no padecí otra incomodidad. Po r fin pasó la principal tormenta y volvieron las
cosas a su antiguo nivel. Entonces desarrollé los objetos de mi comisión y
tenido el gusto de haber llenado en gran parte mis ideas y de regresar al
Cuartel General a combinar por aquí mi carabana, desde donde más inmediato a
ti, podré aprovechar cuantas ocasiones se presenten de conve rsar contigo. ¡Qué
situación tan cruel la mía en los primeros días de mi llegada a Guayaquil!
Ningún objeto era superior en mi imaginación a la idea atormentadora de verme
conde nado a no escribirte ni recibir T.US cartas. Yo preveía también la
necesidad de un viaje largo y penoso para mi regreso, consideraba que un triunfo
del Ejército podía facilitarle la entrada a Lima y la terminación de la
campaña, sin que yo presenciase la escena . Todo en fin conspiraba a
violentarme y mantenerme en una continuada tortura. Pero el cielo oyó a mi
corazón y me proporcionó como por vía de encantamiento el sublime placer de que
llegasen a mis manos tus cartas cuando menos lo esperaba y bajo las
circunstancias más singulares. Ya había sucedido la derrota de las tropas de
Guayaquil en las inmediaciones de Quito, el pueblo había quedado sin guarnición
porque el gobierno con taba con el triunfo seguro. Era espantosa la impresión
que había hecho aquél contraste.
Los
vecinos europeos principiaban a minar la opinión pública, el temor asomaba en
todos los. patriotas, principiaba la emigración, los partidos interiores se
agitaban , se temía de momento .en momento una revolución, y todo, todo
amenazaba una crisis muy peligrosa . . . [Narra luego Guido la forma en que
llegó a sus manos la correspondencia del Ejército y la de su esposa; se explaya
sobre la impresión favorable que le produjo esta última, y agrega: ] .
"Se
colmaron mis votos con las noticias favorables de la campaña. Apenas éstas se
difundieron , se serenaron todos los espíritus y el pueblo, siempre versátil e
inconsistente, recobró la esperanza y quedó en la calma que yo necesitaba para
adelantar mis 'trabajos y regresar al Ejército. Desde entonces mi situación fue
menos difícil. Concluí mi comisión y el 6 de diciembre a las seis de la mañana
me embarqué en Guayaquil para este punto. La embarcación era pequeña y cargada
de pasajeros, de consiguiente la navegación muy incómoda, mucho más para mí,
que por el mismo desaseo de algunos de los pasajeros que jamás se habían
embarcado, me hacían penosísimo el viaje. Varias calmas lo prolongaban y el
agua principiaba a escasear, hasta que me vi precisado a arribar al puerto de
Santa, donde desembarqué la tropa de guarnición del buque y otros individuos.
El veinte salí de este puerto y el 26 arribé al de Supe, desde donde me vine
por tierra hasta aquí. Has discurrido con exactitud acerca de la situación de
Pezuela.
Él
era un cordero cuando lo traté en las negociaciones de Miraflores , y los
progresos que hemos adquirido lo han trastornado de tal modo, que sus comunicaciones
están llenas de inconsecuencias propias de un juicio atolondrado; pero es tal
la tenacidad de los españoles, tal la indigna cobardía de los limeños , y tales
las esperan zas de los empleados de España para resistimos, que la campaña se
va dilatando más de lo que generalmente se esperaba, porque hemos presentado a
Lima ocasiones tan oportunas para cooperar a nuestros designios de un modo
decidido, que sólo ' el abatimiento que engendra el vicio y la esclavitud
pueden haberlas hecho infructuosas. Sin embargo, aumentamos diariamente nuestro
poder, minamos el de los enemigos, y nos esforzamos para que se prolongue lo
meno posible una campaña tan penosa por la dureza del clima ... Es mu y
singular la especie de mi diputación a España. Te agitas sin causa con esos
temores.
Yo
no lo he pensado, ni lo haré jamás, ni hay objeto de misión alguna. Harto
convencidos estamos que la pun ta de la bayoneta es la mejor diplomacia para
obligar a los españoles a reconocer nuestros derechos. Con la llegada de los buques
que salieron de Ancón y Huacho saldrías de los cuidados de nuestro reembarco en
Pisco.
Fue
ciertamente la maniobra mejor ejecutada, pero de las más peligrosas que podían
practicarse. No se ejecutó todo nuestro plan, pero a la vista del Callao se
convino el gran golpe de la toma de la "Esmeralda", y nuestras
operaciones continuaron con felicidad . . . He dado ya orden para que me
busquen una negrita de cinco años para remitírtela. Convengo contigo en que los
criados varones no pue den ser maneja dos por las mujeres. Si el negrillo José
no se mejora, entrégalo para S9Idado...
El
perrito, que te anuncié debía entregarte Landa, era tan gracioso que el General
no se hallaba sin él, y me pareció regular el dejárselo por los ratos de
entretenimiento que le proporciona . Mañana a la tarde salen mil hombres por
mar a una empresa combinada con Lima . Si el resultado fuere feliz, daremos
pronto un golpe decisivo. De lo contrario se dilatará forzosamente la campaña'
porque los calores son tan excesivos, los caminos tan desiertos, y e I clima
tan enfermizo en esta estación, que es indispensable dejar pasar los meses de
la canícula para no 140 perder la mitad del Ejército en marchas. Los enemigos
se hallan en el mismo caso, así es que aunque algunas veces se han avanzado
hasta catorce leguas para encontramos, se han visto obligados a retirarse por
las enfermedades de la tropa, a que se une comúnmente una espantosa deserción.
He tenido un buen rato con la noticia de la derrota del malvado Benavídez . Sus
triunfos en Concepción nos habían puesto en el mayor cuidado porque conocíamos
la dificultad de que se moviesen tropas de Santiago. La fortuna vuela por todas
partes, y a donde quiera que volvamos los ojos, el aspecto de los negocios
anuncia que en este año expirará el dominio español en esta parte de América, y
recogeremos el fruto de nuestras fatigas asegurando la independencia de la
Patria.
15 de febrero. Huaura.
Falta la primera foja de la
tarta, pero de su texto se deduce que fue fechada antes del 19 de dicho mes.
Dentro
de dos horas voy a embarcarme para Chancay, de donde pasaré a un punto más
inmediato a Lima a tener una entrevista con dos jefes del ejército enemigo,
pues lo ha pedido así el general La Serna, que hoy manda en Lima en lugar de
Pezuela, que ha sido removido del Virreinato po r una insurrección militar de
los mismos jefes de su ejército. Veremos qué sacamos de esta nueva tentativa.
Ello es indudable que los vamos reduciendo a una situación muy difícil. El doce
de este mes fue apresado el pailebote " Aranzazú " por un bergantín
de nuestra escuadra después de un reñido combate. El " Aranzazú " ven
ía armado en guerra y traía de Panamá varios oficiales a bordo y la
correspondencia de España. Aún no sabemos el resultado de la empresa a que
salió Cochrane quince días ha. Si es favorable, como lo creemos, es de esperar
que la campaña no sea tan larga de como podía serlo de un orden regular.
¡Cuánto deseo su conclusión! ... Es ya insufrible el infernal clima en que
estamos.
Febrero. Faltan las dos primeras
fojas de la carta, pero de su texto se deduce que fue fechada después del 19 de
febrero.
Me
ocurre contarte una anécdota muy curiosa . Una runa en Lima, prima mía, remitió
al General San Martín una sortija, y otra para mí, como contraseña de su
patriotismo. Esa criatura se valió de un niño que venía de escape y éste fue
aprehendido por una de las partidas enemigas y de consiguiente confesó de plano
cuanto había, entregando también las sortijas o Se siguió inmediatamente un
sumario en el cual corren cosidas las sortijas, que no habrán costado pocos
malos ratos a la Patriota.
De
este modo me he visto privado de enviarte el primer obsequio que se me hacía en
Lima. La noticia nos la dieron nuestros espías y me la han confirmado los dos
jefes enemigos con quienes tuve la entrevista en Torre Blanca ... Reservado.
Por este correo escribo a algunos amigos de Buenos Aires interesándolos para
que luego que se instituya la autoridad ejecutiva, influyan en mi restitución a
ese País en la misma clase de Diputado que antes tenía. Si mis insinuaciones
llegan a tiempo, y el orden se ha establecido , me prometo no sea difícil
conseguirlo. ¿Qué bien nos vendría o hijita? Este sería un escalón para colgar
después la casaca y salir de los laberintos de la vida pública, que deseo
renunciar ...
Febrero 26.
Llegaron
las negritas, pero por equivocación de Miguel vinieron con las madres, y a
pesar que las persuado que sus hijitas serán libres, resisten un poco….
Febrero 27.
No
ha sido posible el que se allane aun el asunto de las negritas porque el General
ha estado muy enfermo y no ha sido propio incomodarlo…
Febrero 28.
El
General se ha aliviado un poco y espero que mañana podré quedar corriente en
cuanto a las negritas.
Marzo 2.
Ya
están corrientes las madres en que sus hijitas queden en mi poder. La más chica
se llama Petrona y la mayor Manuela. El General ha dado a las madres un
documento según el de la copia que te acompaño, y con esto han quedado
contentas. Yo incité a una de ellas para que acompañase a las chicas, pero no
han querido porque aquí tienen sus maridos y otros hijos . . .
Marzo 3.
Ya
he mandado embarcar las negritas en el bergantín "Pacífico", y las he
recomendado particularmente al capitán. Es muy natural que el verte con ellas,
mueva a alguno la curiosidad, y si te preguntan puedes decir que son dos
negritas libres, que el General me ha regalado, y que yo las remito para que
cuides la una, y la otra pase después a Buenos Aires al cuidado de mi madre,
respecto a estar aquí ambas abandonadas, como positivamente lo estaban, por la
incuria de las madres.
14 de marzo. Huaura. [Faltan las
dos primeras fojas]
Va
pasando aquí la horrible estación del verano. Es imponderable la pesantés del
clima que estamos sufriendo. En el mes anterior tuvimos mil doscientos
enfermos, la terciana y la disentería consume a la tropa. Cuatro días ha que mi
asistente Villegas ha muerto. La suerte de este infeliz me ha hecho impresión,
porque es imposible dejar de tomar algún cariño a un soldado que lo acompaña a
uno tres años. Además cuidó de ti algunas veces, y esta era la más fuerte
recomendación para mí. En medio de las enfermedades que han atacado
generalmente a todos, yo no he sentido sino leves indisposiciones. Guardo el
arreglo que es compatible con la campaña. Mientras no llega el momento de
montar a caballo u ocuparme en algo con el General, disfruto de una agradable
soledad. Habito en la sacristía de una Iglesia, en donde sólo se dice misa los
días de fiesta, y aunque rodeado de mil santos viejos logro algunas horas de
quietud que puedo consagrártelas. Como las enfermedades se han propagado aún
más en las tropas de Lima, guardamos una especie de armisticio en que nos ha
puesto la estación, pero no será extraño que a mediados del mes que viene
tengamos algunos encuentros y probemos si la fortuna nos es tan consecuente
como 10 ha sido hasta aquí. Antes de ayer se ha embarcado una división de
quinientos hombres de las mejores tropas, para hostilizar a Lima por el Sur y
apurar su situación, que en el día es bien crítica.
Yo
me prometo muy buenos resultados de las correrías que debe hacer esa fuerza, a1
menos el que se acerque el día en que decidamos nuestra contienda … Pdta.
Marzo 15.
Corren
voces que el enemigo ha salido de sus trincheras y viene marchando hacia
Chancay. Aún no han llegado los partes oficiales.
Marzo 16.
Se
acaba de recibir aviso que el ejército enemigo ha entrado en Chancay en número
de seis mil hombres. Este movimiento no es probable sea con otro intento que el
de atacarnos , antes de sufrir los conflictos del hambre, que seguramente
sufrirían luego que la división que se ha embarcado hubiese comenzado a operar
por el Sur. En este caso muy pronto estará decidida nuestra suerte porque
estamos resueltos a esperarlos aquí . . . Al concluir el párrafo anterior ha
llegado otro parte de un a partida de observación , comunicando que por una equivocación
de los espías, se creyó que los enemigos venían a Chancay, y que éstos aún se
mantienen en sus trinche ras a excepción de alguna fuerza de caballería que
suele avanzarse a explorar. La falsa noticia primera nos ha dado ocasión de
conocer el excelente entusiasmo de nuestra tropa, que seguramente se batirá
bien cuando se ofrezca ...
Marzo 16.
Anoche
he dado al General todo el chuño que me regalaste, para que se alimente con
algo, porque nada apetece . Hazme el gusto de enviarme algún poco más, y
dispensa tantas majaderías ...
Marzo 17.
Si
puedes conseguir una escarapela de cuenta celeste y blanca, mándamela porque la
mía está ya deshaciéndose. ¿Has visto hija hombre más pedigüeño? ¿ ¡Pero a
quién ocurriré yo! Tolera mis impertinencias, segura de que toda vez que te se
ofrezca algo, yo también seré condescendiente.
25 de marzo. Huaura.
La
prolongación de la campaña me va inspirando una especie de aburrimiento que me
hace desear cada día más tus cartas como el único desahogo para sobrellevar una
situación incómoda. Jamás hemos hecho la guerra bajo un clima tan infernal. Las
enfermedades de todo género se propagan en nuestro Ejército de tal modo, que
hemos suspendido nuestras principales operaciones. Los enemigos están aún en
peor estado y tienen mayor número de enfermos. Ambos nos estamos observando y
es necesario que se avance el otoño en el que dicen que cesan las tercianas,
para que
se vea alguna cosa de provecho. Es verdad que
el hambre va ya apurando urgentemente a Lima. Esta tarde voy a salir a recibir
a un comisionado del Rey que ha venido de España por la vía de Panamá a tratar
de la pacificación de esta parte de América. Probablemente hará las mismas
proposiciones que los demás comisionados de su clase que han ido a otros
puntos, y en este caso será indispensable continuar la guerra, porque no
podemos dejar honrosamente las armas de la mano sin haber satisfecho el objeto
esencial de la Revolución : la independencia de la América . ¡Qué fortuna sería
el que se abriese un campo para conciliar los grandes intereses que se
cuestionan, y terminase esta contienda ! Por lo que a mi toca , yo no veo sacrificio
superior al beneficio de conseguirlo, a excepción de la libertad del País, que
nunca debe cederse.
27 de abril. A bordo de la goleta
"Moctezuma".
Algunos
movimientos de los enemigos hacia la sierra nos han determinado a otros que
vamos a ejecutar para frustrar sus planes, y aprovechar, si es posible, un buen
momento. Mientras una división de dos mil quinientos hombres va marchando a
cubrir la provincia de Tarma, de donde el enemigo se ha. propuesto surtirse de
víveres, otra división fuerte de tropas se ha embarcado para caer cerca de
Lima. Con este motivo me hallo desde antes de ayer a bordo de este buque en
compañía del General , y mañana daremos a la vela para hacia las inmediaciones
de la Capital con todo el convoy. Esta es una de las tentativas que puede
concluir esta campaña, que si ya no apura el sufrimiento, agota cuando menos la
paciencia.
30 de abril. Huacho.
Después
de escrita la anterior y cuando ya íbamos a dar a la vela, se recibió un pliego
de Laserna renovando su pretensión de negociaciones de paz. En consecuencia
desembarqué ayer y esta noche a las nueve marcho a tierra hasta las
inmediaciones de la Capital, donde tendremos nuestras conferencias y pasaré al
Callao, si me lo permiten los enemigos, para embarcarme y salir al bloqueo en el
que encontraré precisamente al General. Habiendo de tratarse con españoles no
espero que se consiga ninguna otra cosa que renovar nuestras diferentes
pretensiones. Por consiguiente, tendré que agregar esta nueva incomodidad a las
anteriores de igual clase.
25 de junio. A bordo de la
fragata "Cleopatra" en el Callao.
Mi
salud principia a recobrarse después de una fiebre que me ha tenido en cama
quince días en medio de los enemigos , y rodeado de centinelas, por hallarme
entonces- en una negociación con el gobierno de Lima, qué aún dura todavía.
Para contestar a tus amables cartas con toda la extensión que deseo, necesito
sosiego y libertad que ahora no tengo. Metido en un buque con una sola cámara y
cercado de lo Diputados de Lima y de lo compañeros que están conmigo, pongo con
trabajo estas cuatro letras para aprovechar la salida del barco que va a dar a
la vela inmediatamente. Durante la negociaron con el gobierno de Lima, en la
que llevo empleados cerca de dos meses, hemos puesto a los enemigos en el mayor
conflicto, y estoy ya persuadido que dentro de poco sabrás de nuestra entrada
en la Capital,' si no faltan los mejores cálculos. 12 de julio. A bordo de la
"Cleopatra". Mi dulce y encantadora amiga: Ya flamea en la plaza de
Lima el pabellón de la Patria y los enemigos van huyendo, Esta noche o m
12 de julio. A bordo de la
"Cleopatra".
Mi
dulce y encantadora amiga: Ya flamea en la plaza de Lima el pabellón de la
Patria y los enemigos van huyendo, Esta noche o mañana se intimará rendición a
los castillos del Castillo del Callao y yo espero estas resultas para pasar a
la Capital. Los asuntos se aglomeran de tal manera que apenas hay tiempo de
descanso. Yo aprovecho un momento para ponerte estas cuatro letras porque no
hay suceso por grande que sea que te separe un momento de mi memoria.
Discúlpame pues me es imposible extenderme ahora. Como sólo una división
enemiga ha sido derrotada en la Sierra, nos afanamos en tomar medidas para que
el ejército contra rio no vuelta tarde o temprano sobre la Capital y te aseguro
que no hay instante que perder . .. No permitas de ninguna manera que José se
alucine y se venga. Estamos todavía en momentos críticos, y aunque se ha dado
ya el gran paso que todo lo prepara para un resultado feliz, resta todavía que
andar.
19 de julio. Urna.
A
bordo de la fragata "Cleopatra" te escribí avisándote de la fuga de los
enemigos de esta Capital y de la consiguiente ocupación de ella por nuestras
tropas. Hoy puedo hacerlo ya desde acá con el consuelo de ver vencida la mayor
parte de nuestra carrera, y tener a la mano una inmensidad de recursos para
asegurar de todos modos el fin de una campaña que se ha hecho hasta aquí con
tanta gloria . . . No es extraño que algunos malvados hayan esparcido opiniones
funestas respecto al estado de este Ejército.
La
mayor parte de los oficiales que se han despachado de aquí por orden expresa
del General, no pueden vivir sino en medio de todos los desórdenes. Su
existencia en este país habría traído indudablemente nuestra ruina, porque
necesitando nosotros conquistar antes la opinión del país que arrojar a los
enemigos, no era posible conseguirlo con hombres corrompidos; estos en
cualquier parte procurarán cohonestar su separación del Ejército con invectivas
contra él y sus jefes. Se exceptúan de aquéllos algunos que han marchado por
sus enfermedades o por haberlo solicitado. Sírvate de gobierno que todos
trabajamos aquí a un solo fin, y que los resultados son el mejor argumento con
que se puede con testar a los maldicientes .. . Por esta ocasión escribiré
nuevamente a Buenos Aires, si me lo permite el tiempo, sobre mi destino en ese País,
el cual me servirá de escala para descender a la vida privada que anhelo tanto
tiempo ha.
Acá
no quiero nada ... Se me iba pasando en blanco hablarte acerca de las
escarapelas. Ambas están muy lindas, y como supongo que la de tafetán ha sido
hecha por ti, será la que yo use. Pienso estrenarla el día del juramento de la
independencia en Lina que debe hacerse dentro de seis días. ¿Te figurabas cuando
la trabajabas que saldría a luz para celebrar un suceso tan grande e importante
a la humanidad? Yo te juro que será una de las cosas que refiera a mis hijos
cuando ellos sean capaces de entender y sentir.
La
recomendación tuya en favor de don Manuel Bulnes, no ha sido posible
ejecutarla, porque por dos meses y medio he estado entre los enemigos y
absolutamente entregado a las negociaciones, cuyo felicísimo y principal
resultado ha sido la desquiciación de la moral y del poder del ejército y jefes
de Lima. Yo cuidaré de que quedes airosa . .. Considero una gran fortuna haber
tenido tiempo para contestar tus amables cartas. Nuestra situación es tal, que
no hay momentos que perder.
Los
enemigos, aunque se han retirado precipitadamente y en desorden, llevan todavía
fuerza, y en el Castillo del Callao existe una guarnición de mil hombres. Es
necesario procurar conservar lo que hemos adquirido y esto no se logra sin
mucho trabajo. Veremos si en otra ocasión puedo adelantar noticias aun más
prósperas que las que ahora recibes; al menos nada quedará por hacer a fin de
conseguirlo .. . Cuando oigas los repiques en celebridad de nuestros felices
sucesos, acuérdate que existe por ahí tu más afectuoso compañero, y que aún en
medio de los mayores triunfos, ninguno me será tan lisonjero , como estrecharte
en mis brazos. . . He encontrado en ésta una tía en cuya casa vivo con bastante
comodidad.
6 de agosto. Lima.
Supongo
que a esta fecha se habrá celebrado en esa con grandes funciones nuestra
entrada en Lima. Aquí se ha explicado el entusiasmo del pueblo con los
transportes de una verdadera locura. El 28 del mes anterior se juró en esta
Capital la independencia del Perú. No he visto en América un concurso ni más
lucido ni más numeroso.
En
todas las plazas en que se hizo la jura apenas se podía imponer silencio un
momento. Las aclamaciones eran un eco continuado de todo el pueblo. Yo fui uno
de los que pasearon ese día el estandarte del Perú independiente. Te protesto
que ese momento de placer no puedo compararlo sino con el primero en que creí
poseer tu corazón.
Jamás
podría premio alguno ser más lisonjero para mí, que ver enarbolado el
estandarte de la Libertad en el centro del pueblo más importante de esta parte
de América, y el objeto de nuestros trabajos en la campaña. Varias escenas
tocantes se vieron ese día entre el bajo pueblo, y sus demostraciones fueron
tan candorosas, como sincero el gozo que asomaba en los semblantes de todos.
En
esa misma noche se dio refresco y baile en el Cabildo. Ninguna tropa pudo
contener el aglomeramiento de gentes, y no pudo lucir el decente ambigú que se
preparó para los convidados. En la noche siguiente se dio en el palacio del
General un baile a que asistieron todas las señoras. Esto requería una
descripción particular para lo que no tengo tiempo . La compostura con que se
presentaron era elegante, pero tuve lugar de observar que en ninguna parte
habían apurado los españoles tanto en el arte de embrutecer a los americanos
como aquí. Yo bailé mi contradanza de etiqueta con una señora, y me separé con
mis amigos a analizar los efectos de la política del gobierno antiguo.
Siguieron
después las iluminaciones y comedias, y ayer se cantó por primera vez en el
teatro de Lima la marcha nacional. Todas las castas y cofradías de negros se
han esmerado a celebrar la independencia, y ayer tarde se veían reunidas en la
plaza y calles inmediatas más de diez y seis mil almas repartidas en bandas con
diferentes bailes y bajo diferentes banderas. Pero todo esto forma un contraste
singular con el cañoneo que constantemente se oye de nuestro Ejército hacia el
Castillo de San Felipe y de éste al nuestro.
Los
españoles aún se sostienen dentro de las fortificaciones del Callao y sufren un
riguroso sitio en el que perecerán o entrarán en partidos, si alguna ocurrencia
extraordinaria no nos obliga a dirigir la fuerzas a otra parte. Hace cuatro
días que fui de parlamento al Castillo de San Felipe a proponer capitulación a
su Jefe. Fui recibido muy bien por los generales, y aunque a la salida tuve un
incidente peligroso, pasó aquello y esperamos aún contestación a lo que propuse
en nombre del General.
Laserna
se mantiene en la sierra con todas las tropas que ha podido reunir. Su
deserción es numerosa y estamos preparando a toda prisa los medios de acabarlo.
Esta ha sido de nuestra parte una guerra de paciencia. Con esta hemos desquiciado
a los enemigos y con la misma hemos de acabar la obra, si nos ayuda un poco la
fortuna.
15 de agosto. Lima.
Ayer
intentamos sorprender el Castillo del Callao a las once y media del día. La
empresa debía ejecutarse con muy poca tropa. Marchó esta con firmeza hasta la
puerta del Castillo en medio del más horroroso fuego de cañón, pero los
enemigos alcanzaron a cerrar la puerta un minuto antes de llegar. Con este
motivo quedaron del lado de afuera algunas partidas ene migas y entre ellas el
general Ricafort y tres oficiales. Todos fueron acuchillados y nuestra pérdida
fue muy corta, y sin que hubiese sido herido ni un solo oficial. El golpe no se
dio , pero el ensayo fue glorioso de nuestra parte y aterrante para los
enemigos. ¡Cuán afortunado fuera hija mía, si no viera derramar una sola gota
de sangre para conseguir la libertad del país! Agosto 16. Había llegado al
párrafo anterior cuando me avisaron que el buque se detenía hasta hoy. Esta
circunstancia me proporciona comunicarte el suceso de anoche. Varios buques
grandes habían quedado anclados en la bahía del Callao después del ataque del
mes pasado, y anoche a las once fueron asaltados por los botes de nuestra
escuadra, sacándose en consecuencia tres de ellos de los mayores sin desgracia
considerable de nuestra parte. La Providencia está tan decidida en favor
nuestro que no se da un paso sin acierto. Todo conspira a consolidar la obra
gloriosa que tomamos a nuestro cuidado, y si conseguimos dar un golpe a Laserna
luego que tomemos el Castillo, este es asunto concluido , al menos para mí.
Joaquín
Pérez
Pérez, Joaquín Guido: Un cronista
inédito de la expedición libertadora del Perú Trabajos y Comunicaciones 1978,
vol. 23, p. 127-148 Pérez, J. (1978).
Guido:
Un cronista inédito de la expedición libertadora del Perú. Trabajos y
Comunicaciones, 23, 127-148. En Memoria Académica. Disponible en:
Información
adicional en www.memoria.fahce.unlp.edu.ar
Esta
obra está bajo una Licencia Creative Commons
Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional https://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/4.0/
Su regreso a la
Argentina
Tomás Guido regresó a Buenos Aires en 1826, en plena Guerra del
Brasil. El presidente de las Provincias Unidas del Río de la Plata, Bernardino Rivadavia, lo nombró Inspector
de Armas y en 1827 Vicente López y Planes lo designó
Ministro de Guerra, cargo al cual renunció para ocupar el de diputado electo a
la Sala de Representantes de
Buenos Aires.
Luego fue enviado por el gobernador Manuel
Dorrego, como diplomático extraordinario y ministro plenipotenciario
junto a Juan Ramón Balcarce ante la corte de Río de
Janeiro, suscribiendo en ese carácter la Convención Preliminar de Paz entre
el Imperio del Brasil y las Provincias Unidas
del Río de la Plata, el 27 de agosto de 1828. Por este tratado
ambos estados acordaron la independencia del Uruguay respecto
de ellos.
Guido fue luego ministro de Guerra y Relaciones Exteriores en tres
oportunidades: con Juan Lavalle, Juan José Viamonte y Juan Manuel de Rosas. De 1840 a 1851 representó a la
Argentina ante el gobierno del Brasil. Después de la batalla de Caseros y de la caída de Rosas,
el general Justo José de Urquiza lo llamó para
colaborar con su gobierno resultando ser, en 1855 senador nacional
electo por Provincia de San Juan y en 1857 vicepresidente
del Senado de la Confederación Argentina. Ya con el grado
de Brigadier General acompañó en 1859 a Urquiza
al Paraguay interviniendo
exitosamente en las gestiones pacíficas entre ese país y Estados
Unidos, enfrentados por haber este último enviado una escuadra naval
con el objetivo de desembarcar en Asunción.
Su fallecimiento
A la izquierda, la bóveda con forma de gruta, construida por el
poeta Carlos Guido Spano, hijo de Tomás Guido, para
albergar los restos de su padre. Situada en el cementerio de la Recoleta, fue declarada
monumento histórico nacional. A la derecha, urna con los restos de Tomás Guido
en la Catedral metropolitana de Buenos
Aires, donde descansan desde 1966 junto a los del general José de
San Martín.
Tomás Guido falleció en su quinta de Buenos Aires de la Calle Potosí el
14 de septiembre de 1866, según consta en el acta 469 del año 1866 de la Parroquia
Nuestra Señora de Montserrat2.
“En quince de septiembre del año del Señor de mil ochocientos sesenta y
seis, el infrascripto Cura de esta Parroquia de Ntra. Sra. De Monserrat dio
licencia para sepultar el cadáver del Brigadier Gral. Don Tomás Guido de
setenta y siete años de edad, natural de Buenos Ayres domiciliado en la calle
Potosí número 426, de estado casado con Doña Pilar Spano”
Hasta 1966 los restos de Tomás Guido descansaron en una bóveda con forma
de gruta, construida por uno de sus hijos, el poeta Carlos Guido Spano. Situada en la sección 2.T.
1.1-10- del cementerio de la Recoleta, fue declarada monumento histórico nacional por
decreto 3039 del 31 de enero de 1946.3
En ocasión del centenario de su muerte, sus restos fueron trasladados al
mausoleo de la Catedral metropolitana de Buenos
Aires, donde descansan junto a los del general José de San Martín.45
El más digno cierre de la reseña de la vida de Tomás Guido son las
palabras que dirigiera la hija del Libertador, Mercedes San Martín de Balcarce,
a Pilar Spano de Guido:
“Usted, mi querida amiga, pierde al mejor de los maridos; nosotros, al
amigo más querido de mi buen padre, al que más apreciábamos y respetábamos; y
la Patria, una de sus glorias, y ya uno de los últimos de aquellos hombres
heroicos y patriotas que le dieron la libertad y el ser”6
Su matrimonio e hijos
Tomás Guido se casó en Santiago de
Chile el 22 de diciembre de 1818 con la hija del coronel Carlos Spano y Padilla, María del Pilar
Spano y Ceballos, con quien tuvo cuatro hijos: José Tomás, Eduardo, Pilar, y el
poeta Carlos Guido y Spano.5
Su hija Pilar Guido Spano se casó el 12 de diciembre de 1862 con el
revolucionario hispanoamericano de origen chileno Francisco Bilbao Barquín.7
Mucho más importante que escribir sobre la
revolución, es contribuir personalmente a realizarla
Tomás Guido
Domingo
26 de julio del 2020
En
el Día Nacional del Pisco
INVESTIGACIÓN:
Mag.
Juan Carlos Romaní Chacón
Biblioteca
Municipal “José de San Martín”
ICA
– PERÚ
No hay comentarios.:
Publicar un comentario