EL CORONEL Y
ABOGADO IQUEÑO
FRANCISCO DE PAULA
CABRERA
Fueron miles de peruanos, nacidos
en Chincha, Pisco, Ica, Palpa, Nasca y otros pueblos del Perú, que viajaron
hasta la ciudad de Pisco para enrolarse en las filas del Ejército Libertador, y
luchar por la libertad de sus pueblos, oprimidos por trescientos años de
esclavitud del imperio español.
La gran mayoría de estos bravos
peruanos, fueron héroes anónimos de la Guerra de la Independencia, y de los
pocos nombres conocidos, quedan apenas algunos documentos en archivos y
bibliotecas públicas y privadas, del Perú y del mundo, que acrediten su
existencia, su vida y obra, en pro de la causa de la Independencia Nacional.
Este artículo pretende rescatar
del olvido y del abandono de algunos archivos, el valioso aporte de nuestros
héroes nacionales, que empiezan a ser conocidos, redescubieros y revalorados,
en tiempos de pandemia y en el año del Bicentenario de la Independencia de la
Región Ica. Cabe aclarar que una investigación de carácter histórico, nunca se
termina, siempre se encontrarán nuevos documentos que amplíen el conocimiento
obtenido, para su difusión permanente, difusión que debe realizarse desde
nuestros hogares, a nuestros hijos, las nuevas generaciones del siglo XXI.
Uno de nuestros héroes regionales
y nacionales de la Independencia, es el joven abogado iqueño, Francisco de
Paula Cabrera, uno de los primeros en incorporarse en Pisco a la Expedición
Libertadora. Fue cadete el 27 de setiembre de 1820, porta estandarte el 1º. de febrero
de 1821, alférez el 3 de agosto del mismo, siendo teniente el 22, capitán el 23
y llegando a teniente coronel en 1835.
Sirvió en los Cazadores de a
caballo y en los Granaderos a caballo de los Andes, en cuyas filas concurrió a
las batallas de Pasco; Torata, Junín y Ayacucho y a los dos sitios del Callao;
en el segundo de estos, se invalidó por herida.- Datos tomados de la foja de
servicios proporcionada por sus descendientes.
I.
FRANCISCO DE
PAULA CABRERA EN EL EJÉRCITO LIBERTADOR DEL PERÚ
Desembarco de San Martín
El llamado Desembarco de San Martín marca el
comienzo de una serie de episodios de la historia peruana de
gran significación para la organización política que adoptaría la Sudamérica independiente.
20 de agosto de 1820, partió de Valparaíso, Chile, con destino
al Perú,
la Expedición Libertadora del Perú al
mando del generalísimo José de San Martín. El jefe de gobierno
chileno, Capitán General Bernardo O'Higgins, realizó grandes esfuerzos
para hacer realidad esta costosa y arriesgada empresa.
El vicealmirante Thomas Cochrane condujo
la flota de once naves de guerra de alto bordo y quince transportes,
conduciendo casi 4000 efectivos de nacionalidad chilena, argentina y peruana
adecuadamente uniformados y pertrechados. La escuadra navegó bajo bandera chilena.1
La finalidad de la expedición
era desembarcar cerca de Lima,
establecer una cabeza de playa segura y realizar una
rápida incursión militar que aislara a la capital y permitiera enfrentar de
manera disgregada al ejército realista.
Un hito clave de la estrategia era tomar Lima, hasta entonces llamada Ciudad de los Reyes, y proclamar la independencia, nombrándose San Martín Protector del Perú, para desde esta posición
llamar a sumarse a la causa patriota al resto del Perú.
El desembarco se produjo sin
novedad en la bahía de Paracas en la mañana del 8 de septiembre.
Tomó varias horas el cuidadoso
arribo a tierra de las tropas, municiones y artillería. Al momento del arribo
un pelotón de caballería del virrey que custodiaba el lugar huyó hacia
el norte. En la ciudad de Pisco hizo otro tanto el jefe
militar español de
la plaza, coronel Químper.
Mientras se realizaba el
desembarco de todo el ejército, un escuadrón de caballería y una compañía de
infantería con artillería ligera se adelantaron a tomar posiciones en las
inmediaciones de Pisco. El Ejército Libertador, con el propio San Martín al
frente, entró en la ciudad en horas de la tarde. A su paso, muchos lugareños
vivaron a las tropas patriotas y hubo jóvenes, incluidos algunos esclavos, que
se ofrecieron como voluntarios portando como credencial alguna de las proclamas
distribuidas clandestinamente en los puertos, meses antes, por el vicealmirante
Cochrane.
San Martín instaló su estado mayor en
una antigua casona ubicada a menos de 50 metros de la plaza mayor. Allí trabajó
y residió durante algunos días, definiendo la estrategia militar a seguir en
suelo peruano y complementariamente vislumbrando lo que sería la primera bandera y el primer escudo del Perú independiente.
Allí, fueron aceptados los
primeros voluntarios peruanos. José María Palomo, quien tuvo heroica actuación
en el Puente Llapay, en Huaura, semanas después; Manuel Tiburcio Odriozola, letrado
que llegó a ser secretario de gobierno y que libró batalla ese 4 de octubre en Nazca; Manuel Jorge Bastante, religioso que
ejerció como capellán en filas; Juan José Salas, quien fuera alcalde
de primer voto de Ica;
Francisco de Paula Cabrera, abogado iqueño; Isidro y Baltasar Caravedo; José
Florez, conspirador entonces prófugo, jefe del grupo de los “deanes” de la
calle Monopinta de Lima; Juan José Loyola, quien llegó a ser general; los
hermanos Lorenzo; Joaquín Bardales, Pablo Farfán, Santiago Gómez, Manuel
Revilla, José Bernaola, Manuel Carrasco; Rafael y José Santos Lévano,
trabajadores iqueños y José María de la Fuente Carrillo de Albornoz, marqués de
San Miguel de Híjar, quien pidió un puesto en el ejército y aportó caballos y
dinero.
Antes de caer la noche
del 8 de septiembre, mediante una imprenta portátil
perteneciente a su ejército, San Martín emitió su primera proclama desde suelo
peruano, firmada:
“San Martín. Cuartel general
del Ejército Libertador en Pisco. Septiembre 8 de 1820. Primer día de la
libertad del Perú”
En esta proclama decía:
“Compatriotas: […]. El
último virrey del Perú hace esfuerzos para
prolongar su decrépita autoridad […]. El tiempo de la impostura y del engaño,
de la opresión y de la fuerza está ya lejos de nosotros, y sólo existe la
historia de las calamidades pasadas. Yo vengo a acabar de poner término a esa
época de dolor y humillación. Este es el voto del Ejército Libertador”.
Proclama del Libertador José
de San Martín#GGC11C
·
Basadre Grohmann, Jorge (2005). Historia de
la República del Perú. Lima: Diario La República. Octava edición ISBN
9972-205-62-2.
Véase
también
Referencias]
1. ↑ «Del desembarco
a la gloria». El Peruano.
21 de noviembre de 2019. Consultado el 17 de mayo de 2020.
II. FRANCISCO DE PAULA CABRERA EN LA EXPEDICIÓN DE LA
SIERRA
Seguimos al historiador peruano Manuel
C. Bonilla, en su obra “Epopeya de la Libertad” de 1921:
Antes
de partir de Huanta, Arenales destacó sobre el puente de Mayoc una patrulla de
doce granaderos al mando del teniente Moyano, a fin de cubrir como flanguardia,
ese punto y continuar luego hacia la dirección general de la columna de marcha,
a unirse a ella, como lo hizo, en Izcuchaca.
En
la noche el día 11, dice el Boletín número 7, sorprendió el teniente Moyano, la
partida de 13 hombres que guardaban el puente; de ellos murió el centinela,
siete fueron tomados prisioneros y cinco escaparon a favor de las tinieblas (1).
Durante
la marcha fue informado Arenales, próximo a Huancayo, de la retirada hacia el
norte de algunos elementos realistas, provistos de artillería por lo cual hizo
salir en su busca al mayor Lavalle con los granaderos, de lo cual dice el
Boletín que seguimos: “El 20 a las 9 de la noche, estuvieron ya sobre la
retaguardia del enemigo, que acababa de salir de Jauja precipitadamente. Los
fugitivos iban subiendo una cuesta elevada y difícil cuando cargaron sobre
ellos los nuestros: la posición era terrible, el fuego que hacían en retirada
los contrarios, era sin interrupción. Cargó no obstante el mayor Lavalle a
sable en mano, y el denuedo fue tal de parte de los voluntarios (1) y soldados
que le acompañaban, que bien presto hicieron 20 prisioneros, inclusos 4 oficiales,
fuera de ocho hombres que murieron en el encuentro”.
El
21 de noviembre la división alcanzó Jauja, de donde se destacó el 22 a Rojas,
el actor de Changuillo, con el batallón número 2 y 50 jinetes, como vanguardia,
obteniendo en unión del patriota argentino Francisco de Paula Otero, sorprender
en Tarma, a los realistas y capturarles prisioneros, armas y municiones.
Y
fue el día 23 cuando el resto de la división, con su jefe ingresó a la hermosa
ciudad de Tarma, donde su presencia aumentó el alborozo producido por el éxito
de la víspera.
En
esta ciudad mientras daba reposo a sus fatigadas huestes, Arenales dictaba
medidas de organización de la región, nombrando a Otero gobernador, se instruía
de la situación general y particular del enemigo y a su amparo se proclamaba la
independencia de esa rica y populosa sección del territorio.
(1) BOLETÍN No. 7 DEL EJÉRCITO LIBERTADOR
Cuartel
general en Huaura diciembre 14 de 1820
“Los
brillantes sucesos de esta división harán siempre honor a la prudencia,
actividad y valor del coronel mayor Arenales: su carrera desde el año 1810 está
llena de merecimientos y honor; él es digno de la gratitud de todos los
americanos, no menos que los demás jefes y oficiales y tropa que le han acompañado
desde Pisco.
El
honor de nuestras armas exige dar aquí algunos detalles de la campaña de la
sierra, de que no hemos tenido noticia hasta que la victoria del 6 facilitó
nuestras comunicaciones con el coronel mayor Arenales.
Después
del ataque de Nazca y encuentro de Acarí, la división salió de Ica el 21 de
octubre, y a marchas casi forzadas por entre nieve y peñazcos, llegó el 29 a
Atumpampa, 10 leguas de Huamanga.
Allí
tuvo noticia que el gobernador Recabaren con otros empleados habían fugado
hacia el Cuzco, con todos los intereses públicos. El general Arenales dispuso
que el valiente sargento mayor Lavalle se destacase con toda la caballería por
la pampa de Cangallo a cortar los fugitivos, antes que llegasen al puente de
Pampas. La obscuridad de la noche y una lluvia continua impidieron su llegada
al puente, hasta el día siguiente: el enemigo acababa precisamente de pasarlo,
habiéndolo luego inutilizado: fueron sin embargo hechos prisioneros el
comandante de artillería y 4 soldados y algunos individuos más con sus
equipajes: desde allí regresó el mayor Lavalle a unirse con la división,
conforme a las órdenes que tenía.
“El
31 entró en Huamanga el coronel mayor Arenales y todos los habitantes
acreditaron la impaciencia con que ha soportado el Perú un yugo que aborrece
con todo el odio de que es capaz el corazón humano: el pueblo nombró sus
magistrados, y la quietud no sufrió la menor alteración: la división continuó
su marcha el 6 de Noviembre por la villa de entrar en la intendencia de Tarma.
Con el objeto de asegurar el puente de Mayoc paso preciso por este camino,
mandó el coronel mayor Arenales al teniente Moyano con 12 granaderos a caballo,
para que anticipadamente se posesionase de él y lo defendiese a todo trance. En
la noche del 11sorprendió el teniente Moyano la partida de los 13 hombres que
guardaban el puente: de ellos murió el centinela, 7 fueron tomados prisioneros
y 5 escaparon a favor de las tinieblas”.
“Al
acercarse la división a Huancayo, tuvo noticia el coronel mayor Arenales que el
enemigo con todas sus fuerzas veterana y de milicias algunas piezas de
artillería y pertrechos se acababa de retirar para Tarma. A la misma hora
dispuso que el mayor Lavalle con los granaderos a caballo los persiguiese en su
marcha hasta alcanzarlos: es laudable el celo de 15 oficiales de distintas
armas, que quisieron acompañar como voluntarios al mayor Lavalle en esta
empresa. El 20 a las 9 de la noche estuvieron ya sobre la retaguardia del
enemigo, que acababa de salir de Jauja precipitadamente. Los fugitivos iban
subiendo una cuesta elevada y difícil cuando cargaron sobre ellos los nuestros:
la posición era terrible, el fuego que hacían en retirada los contrarios, era
sin interrupción. Cargó no obstante el mayor Lavalle a sable en mano, y el
denuedo fue tal de parte de los voluntarios (1) y soldados que le acompañaban,
que bien presto hicieron 20 prisioneros, inclusos 4 oficiales, fuera de ocho
hombres que murieron en el encuentro. El 21 por la noche entró en Jauja toda la
división, y el 22 salió para Tarma el teniente coronel Rojas con el batallón
No. 2 y 50 caballos: el 23 recibió Tarma a sus libertadores, y a la actividad
del teniente coronel Rojas se debió que el enemigo no pudiese salvar
absolutamente: 6 piezas de artillería, 50,000 cartuchos a bala, un gran número
de fusiles y prisioneros fueron el fruto de esta jornada: en ella hizo notables
servicios el benemérito patriota D. Francisco de Paula Otero.
Libre
ya la intendencia de Tarma, el coronel mayor Arenales se puso en marcha para
Pasco, dejando en ella, un parque y armamento considerable para las milicias de
Tarma, Jauja, Huancayo y Concepción; y por término de su constancia obtuvo
aquella división la victoria del Cerro, precisamente a los dos meses de su
entrada en Ica. ¡ Gloria y gratitud eterna a los que han cumplido sus deberes¡
Esta
será siempre la conducta de las tropas de Chile y de los Andes, destinadas a
libertar el Perú por término de una larga carrera de esforzados y continuos
servicios.
(1).- Entre esos voluntarios
figuraba el cadete, iqueño, Francisco de Paula Cabrera, quien fue uno de los
primeros en incorporarse en Pisco a la Expedición Libertadora. Fue cadete el 27
de setiembre de 1820, porta estandarte el 1º. de febrero de 1821, alférez el 3
de agosto del mismo, siendo teniente el 22, capitán el 23 y llegando a teniente
coronel en 1835.
Sirvió en los Cazadores de a
caballo y en los Granaderos a caballo de los Andes, en cuyas filas concurrió a
las batallas de Pasco; Torata, Junín y Ayacucho y a los dos sitios del Callao;
en el segundo de estos, se invalidó por herida.- Datos tomados de la foja de
servicios proporcionada por sus descendientes.
III.
PERUANOS ALISTADOS
EN EL EJÉRCITO LIBERTADOR EN PISCO
La
Patria surgió cuando la florida juventud iqueña, fugándose del engreimiento de
sus hogares, se presentó en Pisco, al cuartel general de San Martín a ofrecer
su esfuerzo y su vida por la vida del
Perú naciente, y fue tanto su valor y tal su pujanza moral, que todos
llegaron a ser militares gloriosos; los Generales Juan Pablo Fernandini, mártir
de la unida peruana; el General Baltazar Caravedo, Fermín del Castillo, prócer
de la gloriosa Nasca; los Coroneles Francisco de Paula Cabrera, organizador del
primer regimiento de caballería patriota; Antonio Elejalde, primera lanza en el
combate de Junín; en fin toda una pléyade de próceres, que al lado de los
Huasasquiches, Chacaltanas, Mayautes y otros tantos indígenas, llegaron a ser
jefes de alta reputación en los primeros ejércitos nacionales, para fundar la
Patria sobre los campos de batalla.
(1).
(1) AQUÍ NACIÓ LA PATRIA…
Conferencia cívica pronunciada el
21 de octubre de 1933 desde la Casa Municipal levantada sobre el mismo sitio
histórico en que el pueblo de Ica proclamó por primera vez en el país la
Independencia Política de la Nación, por el Prof. Alberto Casavilca, Comisionado
Escolar de la Provincia.
Concejo Provincial de Ica:
Alcalde, Dr. José Picasso Peratta
Comisionado para la conmemoración
Sr. Manuel A. Borrini
LIBRERÍA E IMPRENTA NIERI
1933
La
estada de San Martín en la región de Pisco, no sólo fue útil por
lo apuntado. Además del éxito militar, político y moral, así como del acopio e incremento de hombres, material y ganado, permitió a muchos y muy distinguidos peruanos
satisfacer su noble anhelo de alistarse en las filas revolucionarias para
convertir en hechos sus ideas de libertad.
Como
un homenaje a sus méritos, estimamos tributo de admiración y gratitud
patriótica, citar sus nombres: José María de la Fuente y Messia, marqués de San
Miguel, nombrado coronel y ayudante del
general San Martín; Isidoro, Lorenzo y Baltasar Caravedo, Manuel Jorge
Bustamante, Juan José Loyola, Francisco de Paula Cabrera, Antonio Elejalde,
Melchor Valle, Manuel de Odriozola,, Joaquín Bardales, Juan de D. Arnao, Pablo
Farfán, Santiago Gómez, Manuel Revilla, Rafael y José Santos Lévano. (2)
(2)
.- J. Hipólito Herrera – Album de Ayacucho
Fuente:
“Epopeya de la Libertad”
Reminiscencias
Históricas de la Independencia del Perú
TOMO I
Setiembre
a Diciembre de 1820
Págs. 48 al 95
Autor:
Manuel C. Bonilla
Lima 1921
IV.
CONCLUSIONES:
Las escasas investigaciones y escasa difusión de
artículos, libros, revistas, video documentales, conferencias virtuales, sobre
el valioso aporte de los héroes nacionales en la Guerra de la Independencia del
Perú y Sudamérica, han afectado en gran medida la identidad regional y
nacional. El iqueño, el peruano de a pie, del siglo XXI, no se siente
identificado con lo que no conoce. No ama, no respeta, no protege, no valora a su
historia regional, no valora ni respeta a su pueblo, a su gente, a su Patria.
El caso de Francisco de Paula Cabrera, no termina en
comprobar que existió, que combatió, que triunfó, que murió luchando por la
libertad o terminó discapacitado, olvidado, ignorado. Como todos sus compañeros
de armas, merece mayor atención, mayores esfuerzos de las entidades públicas y
privadas. Y la mayor parte de los documentos históricos, de nuestros héroes
regionales y nacionales, se encuentran en el extranjero…y se necesita dinero,
para viajar, investigar y difundir. Y todo no es investigar en internet, se
tiene que conocer, en vivo y en directo, los documentos y valorar a los
personajes, los hechos y los escenarios históricos.
Mientras tanto, los pocos amantes de la historia,
apasionados del Perú; que ejerciendo otras profesiones, dedican tiempo y sus escasos
recursos, continúan entregando artículos, revistas, libros, conferencias presenciales
y virtuales; con la firme convicción que su mensaje de identidad, integración,
fortaleza y esperanza, contribuya a forjar valores en nuestros niños y jóvenes,
para afrontar todo tipo de adversidades, incluidas las pandemias.
Ica, 4 de
julio del 2020
Mg. Juan
Carlos Romaní Chacón
Biblioteca
Municipal “José de San Martín”
Municipalidad
Provincial de Ica
ICA -
PERÚ
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