miércoles, 1 de julio de 2020

LA TINGUIÑA EN EL BICENTENARIO DE LA INDEPENDENCIA DEL PERÚ


LA TINGUIÑA EN EL BICENTENARIO
DE LA INDEPENDENCIA DEL PERÚ

RESUMEN:
En este artículo se plantea la necesidad de rescatar del olvido, y realizar la puesta en valor, de los hechos, personajes y escenarios históricos, olvidados por la Historia Oficial de la Independencia del Perú. Aquella historia que en forma resumida, en pequeños textos escolares, se distribuía a todas las instituciones públicas, resaltando solo los “principales hechos históricos y los principales personajes”; dejando en el olvido, injustamente, el aporte de los pequeños distritos, provincias y regiones de nuestra Patria; y, especialmente, sepultando en el olvido a los guerrilleros patriotas peruanos. El caso del distrito de La Tinguiña, de la provincia y región de Ica, es solo uno de los miles de casos de la historia ocultada, injustamente, para conocimiento de las nuevas generaciones, en tiempos del coronavirus y del Bicentenario de la Independencia. Se expone la trascendencia e importancia del hoy denominado distrito de La Tinguiña, con su valioso aporte en la Guerra de la Independencia del Perú.

PALABRAS CLAVE: Ica / La Tinguiña / Castrovirreyna / Bicentenario / Independencia / Río Ica / La Achirana

INTRODUCCIÓN:
El 21 de octubre de 1820, en la plaza de armas de Ica, el Coronel Mayor Juan Antonio Álvarez de Arenales, jefe de la Expedición de la Sierra; acompañó al alcalde de la ciudad de Ica, Juan José Salas Bernales, en la histórica proclamación y jura de la Independencia, en cabildo abierto. Al terminar el acto público, con la ovación y algarabía de miles de chinchanos, pisqueños, iqueños, palpeños y nasqueños; la Expedición de la Sierra emprendió su camino, en fiel cumplimiento de la orden de operaciones del General don José de San Martín. Ese mismo día, San Martín, desde su cuartel general en Pisco, oficializaba con un decreto, la creación de la Primera Bandera del Perú Independiente.

El veterano militar argentino Álvarez de Arenales, vencedor en La Florida, en Chacabuco y en Maipú, inició la marcha rumbo a la sierra del Perú, escogiendo la misma ruta que utilizaron los arrieros y comerciantes de las épocas pre incaica, incaica y colonial; es decir, la ruta Ica, Castrovirreyna (Huancavelica), Huamanga (Ayacucho), Andahuaylas (Apurímac) y el Cuzco. Ruta que hoy, en el año 2020, cuenta con una red de carreteras asfaltadas con modernas canaletas, para que discurra el agua de las lluvias; y, modernos puentes, así como puestos de auxilio rápido, para atender las emergencias de los derrumbes y huaycos en época de lluvias… apoyo logístico que hace doscientos años, no existía para el Ejército Libertador del Perú.

Sin embargo, la primera etapa de ésta ruta, se efectuaría desde la plaza de armas de la ciudad de Ica, teniendo como referencia el cauce del río Ica y el cauce incaico de La Achirana, con dirección al noreste. La ruta contemplaba seguir abasteciéndose de alimentos, forraje, caballos y mulas, proporcionados por los patriotas iqueños de los centros poblados, pequeñas parcelas y grandes haciendas de los hoy modernos distritos de San Juan Bautista y La Tinguiña, hasta llegar al actual distrito de San José de Los Molinos; siendo el último centro poblado de la jurisdicción iqueña, el poblado de Ramadilla, para luego cruzar el puente, y llegar al poblado de Tambillo, perteneciente a la provincia de Castrovirreyna, de la región Huancavelica.

Ruta milenaria y pueblos milenarios, que sin embargo quedaron en el olvido por la mayoría de historiadores peruanos y extranjeros, salvo honrosas excepciones. Es nuestro deber, revalorar, guardar, proteger y difundir nuestra historia regional, del olvido, de la desidia y de la indiferencia; males sociales que amenazan con destruir la identidad, las tradiciones y costumbres de nuestra Patria. Un pueblo, una región, un país, que no conoce, que no respeta y que no valora su historia; es un pueblo sin alma, condenado a repetir los mismos sucesos históricos en donde la improvisación, la traición y la falta de identidad; y, en consecuencia, es un pueblo condenado a desaparecer o ser absorbido por otros países.

1.   EL RECORRIDO DE ICA A CASTROVIRREYNA

El historiador peruano Manuel C. Bonilla, en su monumental obra “Epopeya de la Libertad”, publicada en 1921 (hace 199 años), expone lo siguiente:

Fue solo el 21 de octubre de 1820, fecha clásica de la creación de la bandera nacional, el día en que, por fin, pudo Arenales mover sus tropas de Ica y dar principio a su admirable primera campaña en la sierra.

La ejecución de las primeras etapas, fue fácil por cuanto se refiere al enemigo ignorante de la evolución insurgente; pero no en el recorrido de los ásperos y estrechos senderos, de ascensión constante hacia las altas cumbres de esa parte de la cordillera. Tales dificultades solo fueron compensados con el entusiasmo y cariñosa acogida, que los habitantes del paso hicieron a la expedición, y con el éxito final de ella.

El número 7 del “Boletín del Ejército Libertador”, del 14 de setiembre, ha servido de única fuente para quienes han tratado de esta marcha; allí se lee: “Después del ataque de Nazca y encuentro de Acarí, la división salió de Ica el 21 de octubre, y a marchas casi forzadas, por entre nieve y peñazcos, llegó el 29 a Atumpampa, 10 leguas de Huamanga”, por eso sin duda nadie hace el itinerario del recorrido.

Estudiándose las cartas publicadas por Arenales en “Memoria histórica, etc.” Paz Soldán en “Historia, etc” y J.J. Bredma en su “Atlas de Historia Argentina”, un esfuerzo de investigación reconstructiva, nos permite establecer, como el más posible, este itinerario:

Ica
a Ramadillas                25 kilómetros 
a Tambillo                   15 kms.
a Huaitará                    15 kms.
a Cuchicancha             35 kms.
a Castrovirreyna           35 kms.

Total:                           125 kms.

Si teniéndose en cuenta la idea del terreno y demás factores para la marcha, se descompone esa distancia en etapas, lógicamente se llegará a establecer las siguientes:

Octubre 21                   Ica a Ramadillas                       25 kilómetros
Ocubre 22                    Ramadillas a Huaitará              30 kilómetros
Octubre 23                   Huaitará a Cuchicancha                       35 kilómetros
Octubre 24                   Cuchicancha a Castrovirreyna 35 kms.
Octubre 25                   Descanso en Castrovirreyna

Total cuatro días útiles de marcha        125 kms.

Esta distribución de etapas, se conforma a la posibilidad real y a la técnica, la longitud de cada una es proporcional a los días de marcha, comenzando por las más cortas, sujetándose para el estacionamiento a los lugares habitados y se encuentra dentro de los límites de esfuerzo establecidos, para mantener a las tropas siempre en estado de actuar.

El brigadier Montenegro, fue enterado de la presencia de enemigos en su jurisdicción, y no sintiéndose fuerte para resistirlos, reunió los elementos de que disponía y se retiró con ellos hacia el norte, buscando el juntarse a las autoridades de Tarma, hacia donde, a su paso, iba haciendo replegar los que encontraba.

La zona de marcha quedábale así expedita a Arenales.  



2.   RAMADILLA: DATOS HISTÓRICOS DEL SIGLO XXI  

Ramadilla y otros 7 poblados tendrán luz
Actualizado el 17/07/2014 a las 08:59 Diario CORREO Ica

Ramadilla es el último poblado de Ica en la frontera con Huancavelica, donde la "mazorca" de Clodo, aspirante al sillón regional de la Tierra del Mercurio, es más conocida que cualquier otro; finalmente verá la luz por las noches.

Ochenta años esperaron las poblaciones de Casablanca, San José de Huamaní, Loyola, Ranchería, Escalante Bajo y Alto, Tiraxi y Ramadilla para tener el servicio eléctrico público y en sus viviendas.

Por un valor superior a los dos millones 894 mil, la Municipalidad Provincial de Ica ejecuta el proyecto eléctrico que tiene un avance del 80% y el próximo mes podría ser inaugurado.
Lili Romaní, docente de la escuela Nº 22660 del poblado de Tiraxi, es la más feliz.
"Aquí los niños no tienen acceso a los adelantos tecnológicos y, al haber equipos de cómputo, muchos niños ya podrán quedarse en Tiraxi", dice la profesora unidocente que en la pequeña aula distribuye conocimientos para una niña del primer, una de quinto y otro de sexto grado, todos del nivel primaria.
Hasta el último extremo donde empieza el distrito de San José de Los Molinos llegó ayer el alcalde provincial Gustavo Martínez García para verificar el avance de las obras.
Los pesados transformadores y cables están en un almacén de San José de Huamaní. Falta poco para concluir con el cableado eléctrico.
"No podemos postergar el desarrollo de los pueblos alejados. Se tiene que electrificar todos los rincones de la provincia de Ica", dijo un emocionado gerente municipal Víctor Arango Salcedo.
La autoridad provincial se comprometió a donar equipos de cómputo para la escuela de Tiraxi, que en épocas de crecida del río vive aislado y solo pueden transportar alimentos a través de una vieja oroya.


3.   RÍO ICA: ESCENARIO HISTÓRICO DE LA INDEPENDENCIA DEL PERÚ

El cauce del río Ica es mucho más, que los dos kilómetros del tramo urbano de la ciudad capital de la provincia y de la región, tramo comprendido entre los puentes Socorro, Puno, Grau, Cutervo y Los Maestros; que generalmente ofrece una pésima imagen al turista nacional y extranjero, tramo del río lleno de basura durante los meses de abril a octubre, producto de una falta de cultura y educación ambiental.

El cauce y la cuenca del río Ica, es historia, cultura y tradición, en cuyos valles, desde las alturas de Ica y Huancavelica; se originaron grandes civilizaciones precolombinas, y en dónde se han registrado hechos históricos durante las épocas del Tawantinsuyo, la colonia, la emancipación y la República.

El Ejército Realista del Perú, al mando del Virrey español don Joaquín de la Pezuela, y el Ejército Unido Libertador del Perú, al mando del patriota argentino don José de San Martín; combatieron durante dos años, utilizando ambos bandos, el río Ica, como eje estratégico para las marchas y contramarchas, y los combates que se realizaron en las hoy regiones de Ica, Huancavelica, Ayacucho, Apurímac, Cuzco, Junín, Huánuco, Pasco y Lima.

Repasemos la obra del destacado historiador y periodista Rodolfo Chalco Cueto “Historia de Ica”, publicada en el 2012, que hace referencia a la historia del río Ica:

Cauces del río Ica    
Según José Fermín Polo, en escrito publicado en el periódico La Ley, el 28 de octubre de 1869, “el antiguo río corría poco más de una milla al sur de Cerro Blanco, seguía por Lagunilla, Monzón, Pampa de Los Castillos (hoy Guadalupe), falda del Cerro Prieto, Río Viejo, Macacona, Cocona, La Victoria y formaba una curva al sureste de Comatrana, pasaba por el oeste de Cachiche, llegaba a Jato, hasta más de una milla al sur de Garganto, frente a la bocatoma del cauce San Agustín, para seguir la dirección o cauce del río actual”. Los investigadores no han podido precisar la fecha en que el río cambió de cauce ni porqué se produjo el cambio de rumbo, pero según el sacerdote Antonio de la Calancha, autor del libro Crónica Moralizada de la Orden de San Agustín, hasta el año 1637 el río pasaba por el costado de Cerro Prieto, hecho del que fue testigo.

El Sacerdote Ignacio Arpón de Velasco, afirma haber leído un escrito antiguo en el que se señalaba que “en un año abundantísimo de lluvias llegó a nuestros campos una avenida tan colosal que ocasionó innumerables destrozos, llevándose la avasalladora corriente árboles y malezas, hasta formar un inmenso valladar, tan alto y sólido cerca al Cerro Blanco que el agua represada se abrió paso impetuosamente y cambió de rumbo, descendió por el oriente de San Juan y de Ica, hasta Garganto, formando el cauce actual”.

En el acta de fundación del hospital San Juan de Dios, producto de la fusión de los hospitales San Nicolás y San José, fechada el 21 de abril de 1650, se señala que el hospital San José estaba mal ubicado “cerca del río, en lugar húmedo y caídas las enfermerías (enfermedades)”.

El historiador Juan Donaire Vizarreta, por su parte, cree que la derivación se debió a derrumbes ocasionados por algún fuerte movimiento sísmico. El investigador Félix Quinteros, sostiene que el río Ica ha tenido tres cauces a través del tiempo, siendo el más antiguo el que se iniciaba en La Macacona y avanzaba serpenteando las pampas de Antoñete, Guadalupe y Villacurí, para desembocar en Paracas. Cree que este cauce quedó inactivo hace un milenio. Los restos arquelógicos hallados en la ruta así parecen confirmarlo.

El segundo cauce también partía de La Macacona y se le conocía con el nombre de río Macacona. Sostiene, el mismo investigador, que este cauce llegaba a Cerro Prieto desviándose hacia el sur, pegado al desierto arenoso, seguía por La Angostura, El Guayabo, La Victoria, Comatrana, Bajo Los Nascas, Alto de Comatrana, costado del cerro de Huacachina y cerro La Huega, Cachiche, Jato, San Jacinto y Tajahuana, donde se unía con el actual cauce.

Cuando llegaron los españoles cruzaron este río, según se menciona en crónicas de ese tiempo.

El tercer cauce del río Ica es el que actualmente existe. El año 1916, mediante ley se dispuso el encauzamiento del río Ica, obra que recién se ejecutó entre 1932 y 1935, comprendiendo 18 kilómetros. Este cauce, lamentablemente no tiene capacidad para soportar grandes avenidas de agua, motivando periódicas inundaciones de los campos de cultivo y de los centros poblados, incluida la ciudad. Expertos de la Universidad Nacional “San Luis Gonzaga”, luego de analizar las causas e la inundación de 1998, emitieron un informe, el 4 de febrero de ese año, señalando que las inundaciones futuras podían evitarse construyendo “un aliviadero hacia el antiguo cauce”, es decir, hacia la pampa de Villacurí.




4.   CAUCE LA ACHIRANA: ESCENARIO HISTÓRICO DE LA INDEPENDENCIA DEL PERÚ

Sobre el cauce La Achirana, acudimos a la obra del destacado historiador y periodista Rodolfo Chalco Cueto y su libro “Historia de Ica”, publicado en el 2012, y refiere:

El cauce de la Achirana tiene una extensión de 30 kilómetros, forma parte del potencial turístico de la ciudad de Ica y posibilita el regadío de 11,2440 hectáreas pertenecientes a 7,000 usuarios. Se extiende desde la bocatoma del río Ica hasta Aguada de Palos, en La Venta. Sobre su origen, don Ricardo Palma escribió una leyenda famosa a nivel mundial, indicando que en 1412, el Inca Pachacútec y sus hijos, llegaron al valle de Ica para su conquista, pero antes de hacer la guerra persuadió a los nativos iqueños y con 40 mil guerreros, construyeron el legendario cauce La Achirana del Ica, “que conduce hacia lo más hermoso”; al pago de Tate donde residía una hermosa doncella.  

Durante diez días, los cuarenta mil hombres del ejército se ocuparon en abrir el cauce que empieza en los terrenos del Molino y de Trapiche y termina en Tate, heredad o pago donde habitaba la hermosa joven de quien se apasionara Pachacútec.

El agua de La Achirana del Inca suministra abundante riego a las haciendas que hoy se conocen con los nombres de Chavalina, Belén, San Jerónimo, Tacama, San Martín, Mercedes, Santa Bárbara Chanchajalla, Santa Elena, Vista Alegre, Sáenz, Parcona, Tallamana, Pongo, Pueblo Nuevo, Sunampe y, por fin, Tate.

Tal, según la tradición, es el origen de La Achirana, voz que significa lo que corre limpiamente hacia lo que es hermoso.

Y son estos lugares mencionados, centros poblados y haciendas, escenarios históricos por donde transitaron y se aprovisionaron, con el apoyo del pueblo iqueño; la Expedición Libertadora de la Sierra, de Juan Antonio Álvarez de Arenales, escoltado por el flamante Escuadrón de Caballería “Auxiliares Patriotas de Ica”, la primera unidad del Ejército del Perú Independiente; legendario escuadrón creado el 21 de octubre de 1820, en la plaza de armas de Ica, por el General don José de San Martín.  

5.   LA CUENCA INTEGRADA DEL RÍO ICA: POTENCIA ECONÓMICA
EN EL BICENTENARIO DE LA INDEPENDENCIA DEL PERÚ
Para dejar totalmente clara nuestra tesis, que el río Ica es un escenario histórico de la Guerra de la Independencia, que es un potencial económico y turístico en el actual siglo XXI y que por lo tanto merece ser revalorado, así como merece la puesta en valor de sus lugares arqueológicos y las ruinas y vestigios de las antiguas haciendas coloniales y republicanas; presentamos datos actualizados extraídos de internet:

El río Ica es un río del Perú, uno de los cuatro que, de norte a sur, descienden en forma paralela y conforman la red hídrica del departamento de Ica. Estos son el el río San Juan o Chincha, el río Pisco, el Ica y el río Grande (Ica), todos pertenecientes a la vertiente del Pacífico.

La cuenca integrada del río Ica está formada por la cuenca natural del río Ica, en la vertiente del Pacífico, y parte de la cuenca alta del río Pampas, en la vertiente del Atlántico, y que constituye el sistema Choclococha. Las aguas de esa parte de la cuenca del río Pampas es derivada hacia la vertiente del Pacífico a través de un traforo de la cordillera de los Andes.

La cuenca integrada, tiene un área total de 8.103 km² (desde las nacientes del río Pampas, hasta la desembocadura del río Ica en el océano Pacífico); y se localiza entre las siguientes coordenadas geográficas: 13º10'-14º53' S y 75º01'-75º54' W; sus componentes tienen la siguiente área y localización:
·        Sistema Choclococha: área total: 392 km², ubicado entre las coordenadas geográficas: 13º10' - 13º34' S y 75º01' - 75º20' W, altitud media: 4.600 m.
·        Cuenca natural del río Ica: área total 7.711 km², ubicada entre las coordenadas geográficas: 13º28'-14º53' S y 74º58'-75º54' W, altitud: 0 - 4.503 m.
La cuenca del río Ica, se encuentra ubicada en la zona central del departamento de Ica, comprendiendo dentro de su área parte de las regiones denominadas Costa y Sierra (coordenadas 13º10' - 14º53' S y 75º01' - 75º54' W).
Políticamente, forma parte de las provincias de Ica y Castrovirreyna (departamento de Ica y Huancavelica), cubriendo una extensión de 7.711 km², de los que 2.234 km², situados por encima de los 2.500 m, corresponden a la cuenca húmeda, con precipitaciones superiores a 200 mm total anual.
La cuenca del río Ica, tiene una forma muy particular, el sector superior, comprendido entre su origen y San Juan, describe una gran curva o semicírculo, mientras que a partir de esta localidad hasta Ullujalla, tiene un alineamiento sensiblemente recto con un rumbo ligeramente sudsudeste.
Aguas abajo de Ullujalla, el cauce describe dos pequeñas curvas de sentido inverso hasta llegar al caserío Montenegro, desde donde, con un alineamiento casi recto desemboca en el Océano Pacífico.
El valle de Ica se extiende hacia el Sur, alrededor de 55 km, a lo largo de los contrafuertes occidentales de los Andes, su ancho varía entre 2 y 8 km, y la planicie del valle va desde los 300 hasta los 600 m; el clima es árido, con precipitaciones anuales de 3 mm, la temperatura es bastante uniforme, fluctuando los promedios mensuales entre 17 °C en julio, y 25 °C en febrero.
El valle de Ica, con 30.720 ha de área agrícola neta y 37.800 ha de área total global (ONERN, 1971), está conectado a la capital de la República y a las principales poblaciones del Sur del país, mediante la carretera Panamericana, la más importante vía de la red de carreteras del país y que cruza el valle; esta carretera une las ciudades de Lima e Ica mediante un tramo asfaltado de 308 km.
Otra vía importante es la que se inicia en Ica y llega hasta Córdova, con desvíos que conducen a Santiago de Chocorvos, San Miguel de Curis y San Juan de Huirpacancha, pueblos ubicados en la cuenca alta del río Ica.









6.               EL ORIGEN DE LA PALABRA TINGUIÑA

En setiembre del año 2009, el destacado profesor, escritor, periodista e historiador, Federico Guillermo Soriano Vargas, publicó una hermosa obra para la posteridad: “La Tinguiña Tierra Promisoria de Ica”, y presentamos los siguientes datos:

Pág. 260: “Cuando hemos conversado con muchas personas quechua hablantes, sostienen que etimológicamente la palabra Tinguiña, deriva de una voz quechua: “Tinkina”, que significa: “Encuentro o cruce de dos caminos”. Acepción que nos ayuda a confirmar que el vocablo quechua fue utilizado en el incanato, pudo tener su punto de partida, cuando el Inca Pachacútec construyó La Achirana y la mayoría de los pueblos se instalaron a orillas del río.

Los pobladores de ascendencia española que se establecieron en tierra nuestra, continuaron llamándola TINKINA, porque fue un lugar apacible, una posada para agotados viajeros.

El Perú, ya convertido en República Soberana, acontece que 39 años después de la proclamación de la Independencia nacional, una Comisión Gubernamental tocó las puertas de nuestro terruño. Corría por aquel entonces el año 1860. Don Pedro Paz Soldán y Unánue, ilustre investigador, conocido como Juan de Arona, en calidad de Presidente de la Comisión de Demarcación Teritorial del Perú, de quien se dice que recorrió el país 17 años visitando los pueblos más apartados, con el propósito de elaborar el primer mapa político que le había encomendado el Presidente de la República, el mariscal don Ramón Castilla. Al llegar al suelo nuestro, para ejecutar el censo, los habitantes dijeron que el lugar se llamaba TINQUIÑA.

Al editarse el primer diccionario geográfico estadístico del Perú, en el año 1876, después de una ardua labor del ilustre investigador, testificamos que en la página 930 de dicho libro, se registra la palabra TINQUIÑA, tal como manifestaron los habitantes.

Al analizar la acepción de la palabra y posteriormente la lectura del referido diccionario, se determina que TINQUIÑA , es una aldea, por constituir una población sumamente pequeña, ubicada a un cuarto de legua de la ciudad de Ica, conformada por chozas y la presencia de una iglesia. Aldea, porque no poseía autoridad propia, con dependencia de pueblo, villa o ciudad.


7.               LA FUNDACIÓN DEL BEATERIO DE LA TINGUIÑA

Seguimos a Federico Soriano Vargas:

En 1776 se inició la construcción del Beaterio de La Tinguiña. El gestor de tan importante obra fue el padre José Manuel Cordero, miembro de la congregación eclesiástica de Los Dominicos, quien trabajó arduamente hasta culminarla. El 8 de diciembre de 1789, se estrena, porque en aquella fecha se celebra como hasta ahora, las festividades de la Virgen Inmaculada Concepción.

El Beaterio de La Tinguiña, constituyó un anexo de atención médica del hospital de Santa María del Socorro, especialmente para enfermos convalecientes de tuberculosis y que a su vez, fueron cuidados por “beatas”, de ahí su nombre, El Beaterio. El aire seco y puro que corría por las extensas pampas de La Tinguiña, permitió que médicos de los siglos pasados, escogieran a nuestro terruño, como un lugar especial para construir una institución benéfica a favor de la salud de mucha gente humilde del barrio.

8.               LA VIRGEN DE LAS NIEVES, SANTA PATRONA DE LA TINGUIÑA

Estamos seguros que el Coronel Mayor Juan Antonio Álvarez de Arenales, al proclamar la Independencia de Ica, el 21 de octubre de 1820, fue testigo de la inmensa y fuerte devoción del pueblo iqueño al Cristo Moreno Señor de Luren; que por coincidencia, también en esos días, recibía el homenaje que le tributan sus fieles devotos en le marco de sus fiestas patronales de octubre.

De igual manera, estamos seguros que la División de la Sierra del Ejército Libertador del Perú, al iniciar su marcha rumbo a Huancavelica, fue testigo de la devoción del pueblo tinguiñano, del pueblo iqueño, a la Santísima Virgen de Las Nieves.

Federico Soriano Vargas, nos relata:

Las festividades tradicionales del Beaterio

En época del Beaterio, se celebraba en La Tinguiña, las festividades de la Virgen Inmaculada Concepción, el día 8 de diciembre, en coordinación con la iglesia de Santa María del Socorro de la ciudad de Ica.

La llegada de la Virgen de Las Nieves al barrio

El padre Santiago Rejas, se hace cargo del Beaterio de La Tinguiña en el año 1848, devolviéndole como en el pasado todo su esplendor. Y durante su administración construyó un oratorio que lo puso por nombre Socorro de La Tinguiña, trayendo desde España a la Virgen de Las Nieves en un óleo.

Las festividades de antaño

Fueron otros tiempos las celebraciones de las novenas, vísperas y procesión de la Virgen de Las Nieves, convocadas durante una semana por el tronar de las campanas, donde acudía la comunidad con su ropa de gala. Las damas iban con el rostro cubierto por un velo, llevando en sus manos el rosario y el misal, mientras que los varones vestían terno y sombrero. Todos ellos escuchaban el responso del sacerdote, que desde el púlpito predicaba.

Desde que salía la procesión hasta que ingresaba, el sacerdote iba delante de la Virgen derramando el sahumerio, unas veces lo hacía el padre Amalio Herrera, otra el padre Moyita, ambos dejaron una estela de fe cristiana en el barrio. Por otro lado, durante el recorrido de la procesión don Silverio se encargaba de encender los cohetes todos los años en honor a la patrona, desde aquella vez que compró un huacho de la lotería millonaria en nombre de la Virgen y se sacó la suerte en la ciudad de Lima.  

Gente de todas partes del territorio nacional y tinguiñanos residentes en el extranjero, acuden a la fiesta de la patrona del Distrito.    

9.               LA TINGUIÑA EN EL SIGLO XXI

El distrito de La Tinguiña es uno de los catorce distritos peruanos que forman la provincia de Ica en el departamento de Ica, bajo la administración del Gobierno regional de Ica.

El distrito de La Tinguiña fue creado mediante Ley 13791 del 28 de diciembre de 1961, durante el segundo gobierno del Presidente Manuel Prado Ugarteche.1

La Tinguiña en la Época Colonial

El 17 de junio de 1563, el capitán español Don Luís Jerónimo de Cabrera, realiza la fundación de la Villa de Valverde de Ica, y empieza la posesión y división de grandes extensiones de terrenos, que con el tiempo dieron origen a las grandes haciendas, como las de San Juan de Buena Vista, Vista Alegre y Tacama, ubicadas en La Tinguiña. En el año 1776, los antiguos moradores tinguiñanos, presenciaron la llegada de la Sagrada Imagen de la Virgen de Las Nieves, traída desde España que motivo la construcción de una capilla y un Beaterio, que en la actualidad (2016) son la Iglesia Virgen de las Nieves y el IST. Fernando León de Vivero. En aquella época solo tres calles formaban el pueblo tinguiñano: la calle Santa Rosa o el barrio Los Leones; la Av. Julio Cevasco y lo que hoy conocemos como la Av. Las Nieves.

La Tinguiña en los años Veinte

De los años 20 al 40, aún no existía la carretera Panamericana, y se construyó un aeródromo en la pampa de La Tinguiña, lo que hoy es la Av. El Parque; donde empezaron a llegar los aviones Faucett, transportando a los magnates del algodón y de la uva, así como a turistas ávidos por conocer la laguna de Huacachina. Todo indicaba la próxima construcción de un Aeropuerto Internacional, pero en 1950 se construyó la Panamericana y empezó el ocaso del legendario “Puerto Aéreo” de La Tinguiña. Fue tan grande su apogeo que el 8 de enero de 1934, un grupo de tinguiñanos, fundó el Club Sport Puerto Aéreo de La Tinguiña. Primera Institución Cultural y Deportiva que seria protagonista de los próximos acontecimientos históricos de La Tinguiña.

La Creación del Distrito

Era la década de los 50 y La Tinguiña seguía siendo un caserío más, dependiente de la Municipalidad de Ica. El pueblo quería lograr la elevación a categoría de Distrito, y en 1960 se formó una comisión pro creación de distrito, y cientos de tinguiñanos residentes en Lima apoyaron el proyecto con mucho esfuerzo y se logró la creación del Distrito de La Tinguiña mediante la promulgación de la Ley Nº 13791, un 28 de diciembre de 1961, firmado por Don Manuel Prado Ugarteche, en ese entonces Presidente de la República. En seguida Don Jorge Cevasco Villagarcia fue elegido Primer Alcalde; siendo los primeros regidores: Miguel Ángel Campos Gutiérrez, Juvenal Farfán Uribe, Justo Sotelo Uribe, José Tipacti Ramos, Alberto Fuentes Ore, Miguel Altamirano Donayre, Humberto Lizarzaburo Martínez, Alfredo Uribe Alvites y Serafín Sotelo Uribe; quienes el 11 de febrero de 1962 en los salones del legendario club sport Puerto Aéreo realizaron la instalación como primer Concejo Municipal de La Tinguiña.

Geografía

·        Ríos: IcaAchirana.
·        Lagunas: Huacachina.

 

Autoridades Municipales

·        2019 - 20222
o   Alcalde: Juan Gustavo Roque Hernández, del Movimiento Regional Obras por la Modernidad.
o   Regidores:
3.      Carlos Fernando Huaranga Cotaquispe (Movimiento Regional Obras por la Modernidad)
4.      Eduardo Mario Ortiz Laura (Movimiento Regional Obras por la Modernidad)
5.      Rosana Yannet Gómez Campos de Herrera (Movimiento Regional Obras por la Modernidad)
6.      Sandra Nataly Oliden Servellón (Movimiento Regional Obras por la Modernidad)
7.      Teófilo Agustín Guillén Antezana (Movimiento Regional Obras por la Modernidad)
8.      Florián Arango Medina (Unidos por la Región)
9.      Fiona Nahymed Huamán Guardia (Avanza País - Partido de Integración Social)
Alcaldes anteriores
·        2015 - 2018Carlos Reyes Roque, del Partido Aprista Peruano (APRA).
·        2011 - 2014Pablo Camargo Pillihuamán, del Partido Regional de Integración de Ica (PRI).
·        2007 - 2010: Rubén Ananías Velásquez Serna.



10.            EL PRIMER ALCALDE DE LA TINGUIÑA

Por: Juan Carlos Romaní Chacón

En julio de 1996, un novato periodista emprendió la tarea de recoger algunos de los miles de datos históricos, sobre La Tinguiiña; y, específicamente, sobre la Virgen de Las Nieves.

En uno de esos días, cuando la paraca tinguiñana parece refugiarse en lo hercúleos brazos de los ficus centenarios de la Plaza María de Las Nieves; un señor de avanzada edad, de rostro cetrino y cabellos ondulados, luciendo las canas que afloran con el tiempo, reposaba sentado en un banquito de cemento, al costado del local municipal.

El jovenzuelo que apenas conocía ciertos datos de La Tinguiña, deficiencia lógica de todo foráneo, optó por consultar al delgado tinguiñano de los cabellos canos, algo sobre La Tinguiña Antigua.

La breve conversación, resultó rica en detalles pasados  y el joven agradeció la atención y se despidió del desconocido tinguiñano. Pasaron siete meses, y cuando permanece latente y fresco, el recuerdo de la presentación de la Revista Perfiles, edición especial sobre la historia de La Tinguiña, con la portada engalanada por la imagen de nuestra Santa Patrona Virgen de Las Nieves; el bizoño periodista se atreve con cierta audacia a indagar una vez más, detalles del pasado, aún con el riesgo de omitir verdaderos momentos que merecen estar registrados en un papel, para que sirva de consulta y motivo de respeto y admiración a las nuevas generaciones.

Tal riesgo se desvanece, porque al acudir a las fuentes, se asegura la veracidad de los hechos y su correspondiente publicación.

Don Jorge Cevasco Villagarcía, primer alcalde del distrito, sufre una enfermedad a los ojos que no le permite distinguir muy bien, y cercano a los 70 años de edad, conservando esa lucidez envidiable por muchos y venerada por pocos; nos contó su historia y parte de su vida, por supuesto sin reconocer al periodista que otra vez se le ponía en frente, dispuesto a escuchar las sabias palabras y los valiosos recuerdos, grandes eslabones del grandioso pasado de La Tinguiña.


UN LIBRO A MI TINGUIÑA  

En la comodidad de su hogar, don Jorge toma aire y desparrama sus palabras a través de esa voz pausada y precisa: “… algo tiene que quedar en la mollera, si vale el término, que finalmente pueda perennizar con un documento escrito y que pueda servir de consulta, los motivos de recuerdo y el futuro de La Tinguiña, que sea bueno y fuerte como el huarango…”

Y aclara con solemnidad propia de los patricios romanos….”yo muy poco conocí de los trámites que se hicieron para que La Tinguiña fuera distrito. En ese tiempo yo trabajaba en Ica, en la Casa Picasso y era difícil que yo estuviera constantemente en estos lugares, salvo los fines de semana para pasarlo con mi madre…los verdaderos hombres a quienes se les debe reconocer su lucha por tan noble ideal, son don Augusto Gonzáles Tipacti, Armando Cevasco Villagarcía, Eugenio Uribe, Carlos Luna Victoria, Fernando Cevasco y muchos más…

Hace algunos años, teníamos en mente, algunas personas, como Alfonso Tello, Rolando Cazallo, y otros….escribir un libro, y fuera el resumen, porque es muy difícil escribir toda la historia, y que pueda servir de orientación ; y fijar en ese documento el nombre de personas que no deben olvidarse nunca y puedan estar todo el tiempo latentes, en el recuerdo de la gente…de vez en cuando nos reuníamos y surgían grandes conversaciones, junto a una chelitas y nuestro pisquito, pero el tiempo no nos alcanzaba por nuestras ocupaciones y la idea se iba postergando…”

LAS BUENAS NOTICIAS

“…La noticia de la creación política del distrito de La Tinguiña, la trajo don Domingo Arias Rondett, que junto a los gestores que ya he mencionado y a mi primo Julio Cevasco Llerena, son los pilares de tremendo triunfo.

Domingo era muy activo y el llegó como a las doce de la noche del 28 de diciembre de 1961. Hubo un pequeño revuelo en la población y ahora venían los problemas…”

¿QUIÉN SERÁ EL PRIMER ALCALDE?

El brillo relampagueante, encienden las pupilas de un hombre que sufre las batallas inexorables de la ancianidad, y descarga otra andanada de recuerdos….”El problema de buscar quién será el primer alcalde, se terminó cuando los miembros de la comisión por la creación de nuestro distrito, acordaron buscarme a mí para ser alcalde. En ese tiempo la gente no era como hoy, que fácil se emociona creo yo, y hace problemas. Eso se ha visto y se ve en todo el Perú.

Cuando a mí me dijeron la noticia y después me trajeron la Resolución de la Prefectura nombrándome como alcalde, para mí fue como un pesar,, pues con el trabajo recargado que tenía como encargado de Caja de la Casa Picasso, imagínese; y tampoco podía negarme…y yo de alcalde, que sabía? ¡nada!....antes no había computadoras y yo trabajaba con los libros de contabilidad, que al abrirse parecían una cancha de fútbol. Había compartimientos para Vista Alegre, Santa Margarita, Macacona, Cabildo, etc. Todo ese movimiento lo llevaba yo…..ganaba un sueldo considerable, pero el trabajo me absorbía 20 horas de un día….pero yo creo que el destino de todos los seres, está trazado. Se hizo la proclamación, se paseó la bandera por toda Tinguiña, que siempre ha tenido contacto con todos los caminos y por eso se realizó un rallye, que hasta ahora no ha podido ser superado, motivo de otro relato….”

LOS NUEVE CONCEJALES

“….Se nombraron nueve concejales o regidores por desconocimiento de la ley de municipalidades, porque en realidad tenían que ser sólo cinco concejales. Acordamos instalar la primera comuna y elegimos el local del Club Sport Puerto Aéreo.

Con mis compañeros de trabajo de la Casa Picasso y los flamantes concejales, organizamos un almuerzo para agasajar a los invitados. Mi madre Eufemia Villagarcía Ecos, me acuerdo, brindó su casa, ésta casa en donde nos encontramos, para ofrecer el almuerzo. Se hizo un programa, una tarde deportiva, se compraron mallas para los arcos del campo de fútbol, gracias a la gestión de Miguel Ángel Campos.

Nuestro gran amigo José Meza Quijandría, nos apoyó para conseguir los travesaños. Los postes tenían 5 pulgadas de ancho, de largo tenía 2, 43 y el larguero 7.32.

Vinieron de Ica varios diputados, senadores, otras autoridades, etc. No sé como, pero el almuerzo alcanzó para todo el pueblo”.

UN ONCE DE FEBRERO

“Antes de iniciar nuestras actividades como distrito, el almuerzo ese, fue una lista de  anécdotas y recuerdos. Nos instalamos oficialmente y festejamos muy bien, tanto así que faltaron cajas de cerveza y nos perdimos de ganar más. Pero también se perdieron cubiertos que tuve que pagarlos yo, porque me los presté de la Casa Picasso, que me lo descontó de mi sueldo en armadas….encima el Prefecto de Ica, con varias copas de pisco adentro, anunció que La Tinguiña sería provincia…”

“En ese tiempo se produjo el golpe de estado y sacaron a don Manuel Prado Ugarteche, presidente de la República y empezó una persecución política empezando por destituir a todos los alcaldes del país y con la consigna de destituir a todos los regidores apristas.

Y así antes de realizar la instalación de la primera comuna….ya teníamos problemas. Entonces llegó un alférez, comisionado por el Ministerio del Interior, pero este señor era compañero de armas de mi hermano y amigo de mi familia….no me destituyó, pero el problema de los concejales quedaba pendiente. Mi gran amigo Juvenal Farfán, uno de los mejores tesoreros del municipio, en toda su historia, se encargó de averiguar cuando llegaban los resultados de la investigación sobre concejales apristas. Y llegó un día con la respuesta, un documento que el me lo leyó, y confirmaba la destitución de todos los apristas y que justamente conformaban una gran parte de la primera comuna.

Entonces le dije que él no había recibido nada y rompí el documento en pedacitos. De esta manera pude continuar con mi gobierno con el apoyo de estos nueve concejales que se dieron íntegros por La Tinguiña.

El once de febrero iniciamos nuestras actividades y con el apoyo de Miguel Campos y de mi sobrino Julio Cevasco Llerena, que redactor de actas del Congreso de la República y periodista de El Comercio, iniciamos las primeras obras.

Yo no sabía donde estaba parado y con sus orientaciones fuimos avanzando.

Sobre el tema del agua, existía un pozo en  la Plaza María de Las Nieves, que hasta ahora se observan algunos restos y el reservorio que usted vé, se construyó por el Estado. Habían varios pilones en lugares estratégicos y nosotros mejoramos esa deficiente acción del motor extractor de agua y ampliamos las tuberías para la población que iba aumentando.


Realizamos un baile en la escuela 22309, lo que hoy es el Instituto y nos dio una utilidad de 17 mil soles. Compramos un motor y una bomba vertical de 4 pulgadas que mejoró el bombeo y hasta hoy existen restos enterrados en el pozo. Con otras partes se hicieron los parantes para la cancha de fútbol. Construimos tres puentes para cruzar las acequias, que ahora ya han sido destruidas para construir la Av. María de las Nieves. Al respecto del afirmado de las calles de ese tiempo, mucho debemos a las gestiones de José Oliva Sotelo, hijo del alcalde que tuvo Ica, don José Oliva Razzeto.

Las sesiones de concejo las hacíamos en el alma mater de La Tinguiña, la escuela 22309, a puerta abierta y el que quería entraba y opinaba. No ocultábamos nada.

Los nombres de ciudades capitales de América y Europa, que hoy se nombran en La Tinguiña zona alta, les pusimos así con la finalidad de pedir apoyo a las embajadas de esos países, para que financien la construcción y el embellecimiento de las mismas. Además no se iba a llamar así, Tinguiña Alta, mal llamada hasta ahora, sino, Urbanización Mundial. 

LA CALLE OLVIDADA

Para perennizar el 11 de febrero, le pusimos ese nombre a una calle que está un poco escondida. La idea era y es, que esa calle se empalme con la Av. Julio Cevasco y se puede hacer, porque parece que nunca se lo pidieron a los dueños de esos predios que están construidos, que estaban llanos a colaborar. La calle 11 de febrero es más ancha que la calle Julio Cevasco, que se le llamó así en memoria de mi padre Julio Cevasco Elías.             

ITALIA

Mi abuelo don Rómulo Cevasco Barballerata, vino de un pueblo de Italia y se instaló en La Tinguiña, junto con su paisano don Mateo Novaro. Mi apellido se pronuncia “chevasco”, pero ahora mi familia lo ha hecho peruano e iqueño y se pronuncia “cevasco”, con mucho orgullo y gracias a esta tierra bendita.

LOS FICUS Y LA VIRGEN DE LAS NIEVES

Yo calculo que el ficus que está frente a la Iglesia María de Las Nieves, tiene 10 años, porque realicé algunas indagaciones; pero los otros ficus son recientes y algunos los han matado para construir la Plaza de Armas.

Hernán Uribe Matta y don Carlos Luna Victoria, son mis fuentes de información con quienes nos reuníamos en una cantinita de don Nicolás Roca; eran reuniones provechosas en donde aprendíamos mucho los más jóvenes.

Sobre la fiesta de la Virgen de Las Nieves, nosotros no nos metíamos en nuestro primer gobierno. Después formé la Hermandad de la Virgen de Las Nieves conservando siempre la inalterable tradición. Además fundé la Liga de Fútbol, el Coliseo Parroquial, tracé el Estadio Municipal, me dediqué a hacer el plano urbanístico y ubiqué la plaza José Olaya, el colegio Daniel Merino Ruiz. Aquí quiero decir que hay un desnivel desde el punto de la Plaza de Armas María de Las Nieves, al punto de la plaza Olaya, de 5 a 6 metros, igual en el estadio, un desnivel de 1.5 metros….en fin, hay tantas cosas que nos faltarían días para contar…”

CAMPO DE ATERRIZAJE

Lo que hoy es la Av. El Parque, era el campo de aterrizaje para aviones Faucett y Paracas….después vinieron maquinarias para ampliarlo a 1800 metros de longitud por 135 metros de ancho, y con cuyas máquinas aprovechamos y afirmamos varias calles, que tienen su nombre por concurso público. Esa gran avenida la llamé yo Av. Los Incas. Después la llamaron Campo de Marte, no sé porque mérito, pero no estoy de acuerdo porque Marte no tiene nada que hacer en La Tinguiña; y por último la llamaron Av. El Parque. Sin duda, es la columna vertebral de nuestro distrito, que separa la zona alta y zona baja, únicamente por el desnivel de terreno que hay, y no por tontos motivos que en nada contribuye a estar cada día más unidos en una sola Tinguiña”.

Publicado en el Boletín Municipal de La Tinguiña, el 11 de febrero de 1997.





11.            LA POTENCIA COLONIAL DE LA TINGUIÑA: HACIENDAS, BODEGAS,    
CABALLOS PERUANOS DE PASO Y CAPITAL HUMANO

La Expedición Libertadora de la Sierra, al mando de Álvarez de Arenales, no pudo escoger mejor ruta, que los territorios que hoy se denominan los distritos de San Juan Bautista, La Tinguiña y San José de Los Molinos; que en el año 1820, rebosaban de recursos, bajo la explotación del yugo español. Una vez más, acudimos a internet para corroborar esta afirmación, con los siguientes datos:

LA BODEGA MÁS ANTIGUA DE SUDAMÉRICA

“En la década de los años 1540 Francisco de Carabantes creó el Viñedo de Tacama, que es el más antiguo del Perú. Desde allí la vid se difundió a Chile y Argentina”.

José del Pozo, “Historia del Vino Chileno”, 1998, Santiago de Chile, Editorial Universitaria

Es un placer ofrecerles un especial servicio de visitas guiadas a nuestro viñedo y bodega en el valle de Ica. Tacama es conocida por sus vinos espumosos y piscos, pero Tacama es también un lugar. Y un lugar, tómennos la palabra, especial.

Tacama es especial por su historia: es uno de los viñedos más antiguos de América. Hasta hoy es regado por un canal que en el siglo XV construyó el Inca Pachacútec – la Achirana del Inca – y que inmortalizó en una de sus bellas tradiciones, Ricardo Palma. En Tacama se ve la centenaria prensa de huarango con la que se extraía el jugo de las uvas para hacer, vinos, piscos y espumosos en el lugar.

Tacama es especial por su ubicación: situado en la parte alta del valle de Ica, la viña funciona como un mirador donde la naturaleza se extiende hasta donde llega la mirada y dónde un mar de parras va a morir en los pies mismos de los Andes, que en Tacama, se ven achicarse hasta volverse dunas y, finalmente, desierto.

Tacama es especial por su arquitectura: uno de los pocos lugares del Perú donde ha sobrevivido una hacienda antigua con todos sus elementos típicos: la alameda de árboles, el patio, los arcos, la iglesia, el campanario, las caballerizas, e incluso, muchas de sus tradiciones.

Los caballos de paso que hoy se ven en los desfiles de Tacama son los descendientes de la cría creada por Don Manuel Pablo Olaechea Guerrero, en el siglo XIX al cruzar yeguas árabes importadas de España con sus potros peruanos de paso, creando así la “raza Tacama” que ha sido un elemento clave en la historia y en la evolución del caballo peruano de paso.

Tacama es especial por su bodega: un lugar en donde usted podrá apreciar, con visitas guiadas en español o en inglés y paso a paso, cómo se usa tecnología de punta para continuar con una tradición centenaria y producir vinos, piscos y espumosos que ganan premios de excelencia en los más prestigiosos concursos internacionales y llegan a los mercados más exigentes.

Tacama, en fin, es especial por la experiencia: porque supone recorrer, en un día, la historia, la naturaleza y la tecnología, mientras uno sigue el camino de la uva desde los almácigos en que primero se siembran hasta los vinos en que finalmente se convierten - y que sus visitantes podrán degustar.

Vengan a compartir con nosotros la experiencia de Tacama. La visita tomará dependiendo de su curiosidad, hasta 2 horas, pero nuestra promesa es que lo acompañará toda la vida”.

Asimismo, la antigua hacienda Vista Alegre, que hoy abarca los distritos de Parcona y La Tinguiña, nos ofrece una minúscuila parte de todo su poderío que alguna vez ostentó en la época colonial:  


BODEGA VISTA ALEGRE
Provenientes de Italia, los hermanos Picasso se instalan en el valle de Ica en el año 1850, para luego fundar Bodega Vista Alegre, en el año 1857.
Inicialmente trabajaron las variedades viníferas existentes, para luego importar variedades finas, como Cabernet, Sauvignon, Chenin o Pinot Blanc, Carignan, Malbec, Tempranillo, Merlot y muchas otras… propagándose además por todo el país, iniciando así la verdadera historia del Vino Fino en el Perú.
Hoy la familia Picasso en su cuarta generación, siguen invirtiendo y modernizando día a día Bodegas Vista Alegre. Profesionales, Técnicos (peruanos y extranjeros) especializados en Italia, Francia y Argentina, forman parte de la gran familia Vista Alegre, es decir, cada día mejor que ayer.

Bodega Vista Alegre en Ica
Tradicional bodega dedicada a la elaboración de vino y pisco. Todavía conserva características de la usanza colonial para procesar la vid. Ubicada hacia el noreste de la ciudad de Ica.
Una de las bodegas de vinos y piscos más grandes del Perú. Tuvo su origen en la época colonial. A inicios del Siglo XX se buscó mejorar la calidad de las variedades de uva existentes en la región.


12.            PROYECTO DE PUESTA EN VALOR DE LUGARES HISTÓRICOS,
ARQUEOLÓGICOS Y TURÍSTICOS DEL DISTRITO DE LA TINGUIÑA
EN EL BICENTENARIO

Y para recordar, revalorar y rescatar del olvido los escenarios históricos del distrito de La Tinguiña, que están a la espera de ser descubiertos y reduscubiertos por las nuevas generaciones, en el Bicentenario de la Independencia del Perú; los presentamos con orgullo y admiración:

·        Anamia
·        Buenos Aires
·        Camacho
·        Chalet
·        Chanchajalla
·        Cordero Bajo
·        Fernando León de Vivero
·        Fundicion Alta
·        Fundicion Baja
·        Fundo Bernales
·        Fundo La Bordon
·        Fundo La Chacarilla
·        Fundo Las Mercedes
·        Fundo María
·        Fundo San Antonio
·        Fundo Torrecilla
·        Fundo Uribe
·        Fundo Venancio
·        Hacienda Bambaren
·        Hacienda Esperanza
·        Hacienda La Vela
·        Hacienda Lopez
·        Hacienda San José
·        Hacienda San Miguel
·        Hacienda Tacama
·        La Jara
·        La Lopez
·        La Maquina
·        La Nueva Esperanza
·        La Tinguiña
·        Los Lunas
·        Los Romanes
·        Manco Capac
·        Pampa Blanca
·        Residencial Luren
·        San Martín
·        Santa Barbara
·        FUNDICIÓN BAJA
·        FUNDICIÓN ALTA
·        Santa Elena
·        Tacama
·        Ungeta
·        Zurita


13.            EL CAPITAL HUMANO DE ICA Y LA TINGUIÑA, EN LA COLONIA,
EN LA EMANCIPACIÓN Y EN LA REPÚBLICA

 Mano de obra indígena en las haciendas jesuitas de Ica-Perú (1767-1800)
 Hilda Barentzen
 Marzo de 2004


Ica, conocida desde la fundación del virreinato como la Villa de Valverde,3 perteneció hasta entrado el siglo xix a la organización geopolítica de Lima, cuya administración dependía de la metrópoli. En 1780 figura como corregimiento, instancia bajo la cual los Borbones administraron severamente sus ingresos. De acuerdo con la tradición prehispánica, Ica estaba compuesta por pagos4 (Chunchanga, San Jerónimo, Humay, Macacona, San Martín, entre los principales) dominados por la escasa, cuando no estacional, cuenca de los ríos Macacona, Nazca, Pisco y la acequia de origen prehispánico La Chirana, posteriormente se constituyeron en haciendas. Frente a ellos estaban situados los villorrios de Ica, Pisco y Nazca, de carácter urbano.

El antiguo centro del regimiento real tenía disposición aquí, con salida directa por tres puertos al Pacífico: Caballa, Pisco y Tambo de Mora. El manejo de las haciendas, su producción e intercambio comercial daban a este lugar un carácter importante, cerrado al principio por la política económica de la Compañía, pero distinto, a mediados del último tercio del siglo XVIII, pues su flujo mercantil supuso en gran medida estructuras administrativas que dominaron la extracción de los recursos.
La legislación indiana que regulaba el tratamiento de los indígenas en el siglo XVIII se basó en las Recopiladas de Indias, cuyo corpus tiene en el libro vi una sección que dispone el uso de la mano de obra, de la cual nos ocuparemos más adelante. Sin embargo, a pesar de ello la situación fue muy irregular: de un lado, las órdenes eclesiásticas actuaban en compromiso con sus propias reglas, mientras que los civiles se debían guiar estrictamente por las Recopiladas, aunque omitían habitualmente esta vía legal.

De las leyes Recopiladas de Indias transcribimos literalmente las que se aplican a los casos tratados, teniendo en cuenta que éstas eran la legislación activa hacia 1767 a pesar de las reformas, las cuales sólo incidieron en la limitación del poder de la Iglesia y en el desplazamiento de cargos administrativos, pero no en la situación del indígena.

La hacienda jesuita tenía como base de su organización la capacidad individual y la habilidad del trabajo en grupo, que sirvieron a la política lanzada por la Compañía y se rompieron con su expulsión; la posterior organización pretendió crear un modelo sustituto basado en la designación de administradores civiles nombrados por una real orden, sujetos a cambio de acuerdo con su desempeño y a la producción de la hacienda, según se señala en los documentos de las distintas haciendas revisadas en la sección de Temporalidades.

Haciendas y mano de obra indígena

En la tradición occidental el trabajo manual estaba a cargo de las clases serviles y esclavas, de tal manera que para los españoles llegados a América, la mano de obra estuvo conformada por la indígena a la que se sumó luego la esclava. En 1601 se estableció el concertaje o concierto de los trabajadores, en el cual éstos acordaban laborar para determinado propietario a cambio de un jornal.

Los productos vitales para sustentar el desarrollo de la hacienda, en lo que corresponde a los oficios bien conocidos por los indígenas, fueron la hechura de botijas, la agricultura y el arrieraje, que no siempre corría por cuenta de la población esclava, pues tanto ésta como la población indígena se destinaban a trabajos de lagaradas, vendimias y limpias, entre otros oficios. Cada hacienda tiene un caso particular: mientras las haciendas más grandes presentan necesidad de mano de obra regular, a pesar de la esclava, las menores sólo tienen algunos casos sueltos.

Seguidamente revisamos el descargo correspondiente en el periodo comprendido entre los años de 1767 a 1800, de siete haciendas seleccionadas para el presente estudio.

San José de la Nazca
Ubicada en el valle de Nazca, tenía un anexo con producción de aguardiente denominado la Ventilla. Su tasación original es de 247 729 pesos reales,17 con un total de 73 290 cepas utilizables en la extracción de mostos que arrojaban una producción anual promedio -en el periodo de 1767-1775—18 de 5 000 botijas de vinos y aguardiente, con una tendencia al declive a partir de 1786 que figura en las cuentas administrativas.19
En el cuadro 1 se detallan las cuentas realizadas en 1768 y en las que se hacen los descargos de 1767. La mano de obra documentada es la de los arrieros cuyos pagos se hacen a nombre de Matías Sotil, Luis Méndez y varios otros. La suma asciende a 4 r. la carga, haciendo el total de 2 410 p. 6 r. en el proceso de arrieraje, el trabajo es entre indígenas y mestizos.

En 1769 figuran pagos por conducción. El pago a los jornaleros se incrementa a causa de la epidemia de viruela, y respecto de los botijeros hay un total de 866 botijas labradas. En 1770, se realiza un pago por 29 p. 4 r. a Domingo Guerrero por la saca de aguardiente. 

En 1771, por conducción de esclavos fugitivos, se paga a Benturo Enciso y a Joseph Robles 48 p. 4 r.; los jornaleros Luis de Mesa y Josef Donayres reciben respectivamente 30 p. y 54 p. por la saca de aguardiente y por guarda.

En 1772, la producción es de 3 767 botijas de vino con descargo de 804 a la factoría en Lima; el cargo de peruleras de aguardiente es de 2 624 con descargo de 1 159 a la factoría. No se encuentran gastos por arrieraje, a pesar de que, de las cuentas se deduce un movimiento de botijas y peruleras a Caballa para su posterior embarque al Callao, es lógico especular que debe pagarse por el traslado de estos efectos de la hacienda a Caballa, pero no consta en los documentos.

En 1773 se describe un pago a Hilario Mitanta, oficial de botijeros, por 556 botijas que labró a 2 r. cada una, haciendo un total de 139 p., trabajo realizado por enfermedad de los esclavos de este oficio.

En el año de 1775 se remata a don Francisco de Ángulo, la hacienda de San José de la Nazca, su anexa la Ventilla y la estancia denominada San Antonio de Loccha con sus anexas, todas pertenecientes al Colegio del Cuzco y las tierras de Guarangal y Copara propias del colegio de San Pablo. 

Loccha, situada en la provincia de Lucanas (actual Ayacucho), obispado de Huamanga, fue inicialmente donada por el cacique y curaca de este pueblo a don Sancho de Córdoba, encomendero de Laramate, a la que se anexaron otras tierras que "donan los indios por muchos tributos, tiene en contorno de tres leguas" (una legua: 5 196 m), y son todas tierras de ganado atendidas por indios tributarios a los que, inclusive, cuesta conseguir por lo apartado e inhóspito del terreno y del clima.
Los documentos refieren que se encuentran indios en posesión de las tierras.

En julio de 1782, don Francisco de Ángulo y Guisla propone anexar la otra mitad de Coyungo que le pertenecía a San Javier, porque le "es más fácil llegar al puerto de Caballa por Lacra que por Coyungo" . No es extraño que don Francisco estuviera tratando de ahorrar gastos de transporte.
Sólo se ha encontrado el libro de cuentas líquidas del año 1768. En éstas figuran los datos de venta del factor, gastos fiscales, bodegaje y transporte, todos ellos que en detalle se suman para dar el precio de venta de las botijas de vino y peruleras de aguardiente.

En el inventario de 1801, la extensión de la hacienda es de 340 fanegadas, 21 eolios, 625 varas, incluidos los anexos. Sin contar las tierras de Locchas (Tocahuasi y Casoni) que en 1775 se subastaron a don Francisco de Ángulo.

Nuestra Señora de Belén
Ubicada en Ica, tenía un solo anexo: Chavaliña. Su extensión, incluyendo el anexo, es de 59 fanegadas 1 eolio y 768 varas. Las cuentas empiezan a presentarse a fines de 1767, siendo administrador Antonio Portuondo.35 Este año, el maestro Laureano Toledo recibe 85 p. por 680 botijas labradas. Los arrieros Carlos Cárdenas, José Beato, Joseph Donaires, Bartolomé Cordero y Sebastián Sendero conducen diversos efectos por 94 p. 4 r.
Los jornaleros reciben por regar y por la guardianía de noches y días de fiesta, 38 p. 2 r. y por la saca de aguardiente 62 p.

En 1769 se manda a labrar gran cantidad de botijas: 500 a Mario Mitante, 288 a Joseph Guarnan, 501 a Alejo Ventura, 541 a Gabriel Rejan, 418 a Baltasar Aquije, 776 a Andrés Chutu y 512 a Andrés Guarnan. Como la hechura de cada botija es a 1 r. si es en blanco, o sea sin quemar, se paga en total 442 p. Los arrieros Carlos Cárdenas, Juan de Zegarra y Jacinto Ramos conducen diversos efectos por 228 p. 5% r. Francisco Cueto se encarga de la saca de aguardiente por 60 p. Por regado y guardianía de aguas en días de fiesta, 9 p. 6 r. y por jornales a indios en quince lagaradas (20 hombres en cada lagarada) para la pisa de uva, 150 p. A finales de año asume la administración don Juan Maurtua y Pedreros.

En 1770, los arrieros Pascual Chávez y Pedro Alcántara conducen diversos efectos por 92 p., los maestros Andrés Múñante y Francisco Guarnan labran 1 112 y 240 botijas respectivamente por 169 p. Francisco Cueto realiza la saca de aguardiente en 20 días por 20 p. y los regadores, que "conducen el agua sin desvarío a los parajes destinados", por 19 p 3 r. En este año se deja de enviar aguardiente a Huancavelica; el aguardiente de caña, de inferior calidad y precio, domina el mercado de la sierra.

En 1771 se señala con claridad que la labranza corría por manos de un maestro botijero indígena, hacia el mismo año a razón de 1 r. por cada botija labran Andrés Múñante y José Guarnan. El arrieraje corre por cuenta de Antonio Soto, indígena que, al no saber firmar, recurre al capellán Felipe Reina para sacar su cuenta, con un total de 29 cargas a razón de 12 r. cada una. Francisco Cueto vuelve a realizar la saca de aguardiente por 35 p. y a los regadores por su trabajo mensual se les da un total anual de 28 p. 2 r. Este año se producen 904 botijas de aguardiente de las cuales 628 son remitidas al puerto de Pisco.

En 1772, se paga a Andrés Múñante por la labranza de 650 botijas, 81 p. 2 r.; al arriero Joseph Uribe, entre otros, por los fletes de diversos efectos, 51 p.; en tanto que a Francisco Cueto por la saca de aguardiente, 40 p., y a los regadores, según costumbre, 25 p. 4 r. Este año se producen 902 botijas de aguardiente, de las cuales 784 se remiten al puerto de Pisco.

En 1773 el arriero Joseph Donaire por la conducción de diversos efectos recibe 91 p,; el botijero Andrés Múñante por la hechura de 450 botijas, 56 p. 2 n; Francisco Cueto otra vez realiza la saca de aguardiente por 38 p. y a los regadores, según costumbre antigua, se les paga 23 p. De las 676 botijas de aguardiente producidas, 389 fueron remitidas al puerto de Pisco y 126 botijas del botijambre de sierra se venden a razón de 8 p. en la hacienda.

En 1774 el arriero Joseph Donaires conduce cargas de diversos efectos por 33 p.; el botijero libre Joseph Guarnan realiza 635 botijas por 79 p. 3 r.; Francisco Cueto por la saca de aguardiente, 32 p., y se paga a los regadores un total de 10 p. En este año se producen 603 botijas de aguardiente, 358 de ellas se remiten al puerto de Pisco y 110 del botijambre de sierra se venden en la hacienda. Para el siguiente año, la hacienda es rematada a Francisco de Villar y Dehesa.
En el total de entradas no figura la cantidad de venta a Huancavelica porque no tiene descargo de impuestos (éstos están presentes sólo en la hacienda San Jerónimo de Ica) y en el año de 1770 se ha sumado al producto libre, el valor de las botijas en poder del factor y avaluadas.



CONCLUSIONES

El aporte de la población tinguiñana, en el año 1820, para el Ejército Libertador de San Martín, fue contundente.

Los pueblos del valle de Ica, contribuyeron en forma voluntaria a la conformación y refuerzo de la Expedición de la Sierra al mando del Coronel Mayor Juan Antonio Álvarez de Arenales.

Las haciendas coloniales del valle de Ica, de los distritos de San Juan Bautista, La Tinguiña y San José de Los Molinos, se convirtieron en bases militares de avanzada durante la primera etapa de la Guerra de la  Independencia, desde 1820 a 1822.

El pueblo iqueño, conformado por los trabajadores de la haciendas coloniales, contribuyeron con su experiencia, habilidades y destrezas, para el soporte logístico de la Expedición Libertadora de la Sierra.

El Libertador San Martín revaloró y logró la puesta en valor de la ruta milenaria de las culturas precolombinas y de los Incas, utilizando en forma estratégica el imponente escenario de las hoy regiones de Ica, Huancavelica, Ayacucho, Apurímac, Huancayo, Pasco, Cuzco y Lima.

El hoy denominado distrito de La Tinguiña es una de las potencias agroindustriales del valle de Ica y del Perú, cuyas raíces están fortalecidas por su historia, cultura, tradiciones y costumbres.  


BIBLIOGRAFÍA

“Epopeya de la Libertad”
Reminiscencias Históricas de la Independencia del Perú
TOMO I  - Págs. 234, 235, 236, 237
Setiembre a Diciembre de 1820
Autor: Manuel C. Bonilla 
Págs. 149 a 160
Lima 1921 

Diario CORREO Ica
17/07/2014

Municipalidad Distrital de La Tinguiña
Boletín Municipal de La Tinguiña, edición del 11 de febrero de 1997.


Chalco Cueto, Rodolfo. “Historia de Ica”
Ica, 2012

Soriano Vargas, Federico. “La Tinguiña Tierra Promisoria de Ica”
Lima, 2009

Mano de obra indígena en las haciendas jesuitas de Ica-Perú (1767-1800)
Hilda Barentzen
Marzo de 2004

José del Pozo, “Historia del Vino Chileno”, 1998.
Santiago de Chile, Editorial Universitaria

Otros datos extraídos de Internet.


 Ica, 1 de mayo de 2020


INVESTIGACIÓN:
Mag. Juan Carlos Romaní Chacón
Cel. 970 917752

Biblioteca Municipal “José de San Martín”
Ica - Perú



Sobre el autor

Juan Carlos Romaní Chacón

Periodista, escritor, editor, docente e historiador.

Licenciado en Ciencias de la Comunicación, por la Universidad Nacional “San Luis Gonzaga” de Ica. Maestría en Educación, con mención en Investigación y Docencia en la Educación Superior, por la Universidad “José Carlos Mariátegui” de Moquegua.

Empleado público con 25 años de servicios, como relacionista público y comunicador del Estado, en diferentes gobiernos locales. En la actualidad se desempeña como investigador en la Biblioteca Municipal “José de San Martín” de la Municipalidad Provincial de Ica – Perú.

Como diseñador gráfico ilustró las páginas del Diario “El Informal” de Lima en 1990. Ha editado revistas de actualidad, cultura y turismo, y otras publicaciones institucionales. Ha publicado artículos y documentos, y ha colaborado en la edición de diferentes diarios, revistas y libros de la región Ica.

Ejerció la docencia en la Universidad Nacional “San Luis Gonzaga” de Ica, en la Facultad de Ciencias de la Comunicación, Turismo y Arqueología. Su línea de investigación está ligada a las clases populares de los siglos XIX y XX peruanos, y el estudio de sus tradiciones y costumbres, especialmente en el ámbito de la Región Ica y su aporte a la Independencia del Perú.

Promotor cultural y Director  de Relaciones Públicas del Festival Internacional de la Vendimia Iqueña, por seis años consecutivos. Organizador del Concurso Nacional de Afrodanzas “Reina de la Vendimia Iqueña”. Jefe de Relaciones Públicas y Maestro de Ceremonias de la Municipalidad Provincial de Ica. Organizador del Programa de Domingos Cívicos “En Ica nació la Patria” en la plaza de armas de Ica (2007 - 2019).

Se desempeñó como Director de Comunicación y Publicaciones del Colegio de Periodistas del Perú, Consejo Regional de Ica, período 2018 – 2019.

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