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Escenarios
históricos de la Independencia
LA RUTA DE LA EXPEDICIÓN DE LA SIERRA:
SAN JUAN
BAUTISTA, LA TINGUIÑA, PARCONA
Y SAN JOSÉ DE
LOS MOLINOS
RESUMEN:
En este artículo se plantea la
necesidad de rescatar del olvido, y realizar la puesta en valor, de los hechos,
personajes y escenarios históricos, olvidados por la Historia Oficial de la
Independencia del Perú.
Aquella historia que en forma
resumida, en pequeños textos escolares, se distribuía a todas las instituciones
públicas, resaltando solo los “principales hechos históricos y los principales
personajes”; dejando en el olvido, injustamente, el aporte de los distritos,
provincias y regiones de nuestra Patria; y, especialmente, sepultando en el
olvido a los guerrilleros patriotas peruanos.
INTRODUCCIÓN:
Es el caso de los 14 distritos de
la hoy denominada provincia de Ica, una historia ocultada injustamente, para
conocimiento de las nuevas generaciones, en tiempos del coronavirus y del
Bicentenario de la Independencia.
En el presente trabajo de
investigación se expone la trascendencia e importancia de los hoy denominados
distritos de San Juan Bautista, La Tinguiña, Parcona y San José de Los Molinos,
así como los distritos de Salas y Subtanjalla en la zona norte del valle de
Ica, como integrantes de la ruta utilizada por el Coronel Mayor Juan Antonio
Álvarez de Arenales y la legendaria Expedición de la Sierra, que inició la
marcha de campaña, el 21 de octubre de 1820, desde la plaza de armas de Ica..
De igual manera, se resalta a los
hoy distritos de Ica, Los Aquijes, Pueblo Nuevo, Tate, Pachacútec, Santiago y
Ocucaje, en la zona sur del valle de Ica, todos ellos con su valioso aporte en la Guerra de la
Independencia del Perú.
PALABRAS CLAVE: Ica / San Juan
Bautista / La Tinguiña / Los Molinos / Castrovirreyna / Bicentenario /
Independencia / Río Ica / La Achirana / Imperio Incaico / Manco Inca / Túpac
Amaru I / Túpac Amaru II
ANTECEDENTES DE
LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA
DEL PERÚ Y
SUDAMÉRICA
Cuando nuestros antepasados, los
indios yungas y quechuas, herederos de las mundialmente famosas culturas Nasca,
Paracas, Ica, Chincha, Wari, Moche, Chimú, Chavín, entre otras; conformaron el
poderoso Tawantinsuyo o el Imperio de los Incas, bajo el dominio de los indios
del Qosqo… NO EXISTÍA LA PALABRA “PERÚ”, ni en el idioma castellano ni en el
idioma de los Incas.
Sin embargo, cuando llegaron los
conquistadores españoles, a las costas de lo que hoy es Panamá, Ecuador, en el
Océano Pacífico, empezaron a escuchar la palabra “VIRÚ”, de boca de los
naturales, que hacía referencia a un lugar “más al sur” lleno de riquezas.
Corría el año 1530…y nuestros antepasados y los españoles, no tenían idea de la
palabra “PERÚ”.
Repasemos algunos datos de
internet:
Bárbaro para unos y valeroso combatiente para otros, lo
que no se le puede negar a Francisco Pizarro (uno de los conquistadores más famosos de la Historia de España) es su capacidad para hacerse
con el dominio del Imperio Inca (ubicado
aproximadamente en el actual Perú) con apenas dos centenares de hombres. En su
camino hacia la fama, este extremeño atesoró grandes victorias. Sin embargo,
sobre ellas resuena una cuyo aniversario se cumple precisamente hoy.
Y es que, fue un 16 de noviembre de 1532 cuando,
tras idear una estrategia envidiable, el ya anciano Francisco Pizarro logró capturar a Atahualpa (décimo tercer emperador de los
incas) en la plaza de la ciudad de Cajamarca. Todo
ello, a pesar de que el español apenas contaba con centenar y medio de combatientes y, por su
parte, el líder nativo sumaba un séquito de 40.000 hombres junto a él (una cifra que
varía atendiendo a las fuentes).
Fuente:
ww.abc.es/historia/abci-batalla-minusculo-ejercito-francisco-pizarro-capturo-prepotente-emperador-inca-201611160255_noticia.html?ref=https:%2F%2Fwww.google.com%2F
Luego de ser ejecutado Atahualpa en Cajamarca, Perú,
representantes de varias naciones andinas se reunieron con los conquistadores
españoles y su líder Francisco
Pizarro para ofrecerles su alianza contra el Imperio Inca. Así,
rebeldes cañaris (de
los territorios del sur chachapoyas (de la sierra nororiental peruana) y
la Confederación
Huanca (de la sierra central peruana), reafirmaron su
independencia de los incas, a quienes ya se habían enfrentado por su libertad
en diferentes revueltas en el pasado. Es más, estas naciones estaban
especialmente enfrentadas al bando de Atahualpa por las atrocidades que habría
cometido contra sus poblaciones durante la guerra civil
inca, según las crónicas de la conquista del Perú.
A esta situación de levantamiento
general se sumaba la presencia de tres ejércitos incas del bando de Atahualpa
repartidos en diferentes regiones del imperio. Estos estaban dirigidos por los
generales Rumiñahui, Calcuchímac y Quizquiz y
no eran populares entre las poblaciones andinas. La situación política de
los Andes en
ese momento era inusualmente complicada y hasta hoy difícil de desentrañar pero
claramente explosiva.
El objetivo de los conquistadores
españoles era claro: llegar a Cusco para apoderarse de las ingentes riquezas
que ahí había según todas sus fuentes de información. Pero en Cusco estaban
Quizquiz y sus fuerzas y no podían llegar solos. huancas, cañaris y
Chachapoyas les dieron su apoyo, pero necesitaban legitimidad.
Fue por eso que los españoles se
vieron en la necesidad de mantener la institución imperial inca para
"ordenar" la situación que habían creado y legitimar su presencia en
los Andes Centrales (todos los cronistas hablan de la sensación de miedo de los
conquistadores en ese momento). Así nombraron como Sapa Inca provisorio a un
hermano de Atahualpa, el joven Toparpa pero
éste murió envenenado por Chalcuchímac poco
tiempo después durante la marcha que Pizarro, sus hombres y sus nuevos aliados
andinos (chachapoyas, huancas y cañaris, principalmente) emprendieron
desde Cajamarca a
Cusco.
Manco Inca y la resistencia
Es entonces cuando es nombrado Manco Inca,
que había caído en manos de los partidarios de hernando pizarro. Su intención
pudo ser la restauración del imperio creyendo en la alianza con los españoles,
pero de esa manera sólo sirvió a los propósitos de estos. Recibió la mascaipacha de
mano de Pizarro en 1534 convirtiéndose
así en gobernante . Al llegar a las afueras de Cusco, Manco luchó junto a Diego de Almagro y
los capitanes de los chachapoyas, huancas y cañaris contra el general Quisquis.
En abril de 1536 y tras los
saqueos que caracterizaron la toma del Cusco, Manco Inca se enfrentó
abiertamente a los españoles por sus demandas constantes de oro y plata y su
intolerancia con las creencias e instituciones locales. Ante esta actitud fue mantenido
cautivo en su palacio. El inca, después de haber prometido a Hernando Pizarro traerle
unas estatuas de oro macizo, pudo
dejar la ciudad y se dirigió a Yucay donde convocó un gran ejército, abriendo
tres frentes: una expedición de castigo a los pueblos huancas del valle de
Mantaro (por apoyar a Pizarro y sus hombres), otra contra la población de Lima y una tercera y
muy importante contra el Cusco, al que mantuvo bajo sitio durante casi un año,
desde la Saqsayhuamán. Fue precisamente en Saqsayhuaman donde se libró
el combate decisivo. La plaza fue perdida por los quechuas.
A Topa Amaro le
cortan la cabeza en el Cuzco.
Grabado de Felipe Guamán Poma de Ayala en Primer Nueva Crónica y buen gobierno.
Manco Inca fue asesinado en 1545 por
un almagrista a quien había dado refugio luego de las guerras contra los
pizarristas. Los sucesores del inca continuaron con el hostigamiento a los
españoles, al tiempo que iniciaron una serie de negociaciones con ellos para
llegar a una paz definitiva.
Después de Manco Inca
Sayri Túpac fue
hijo de Manco Inca y Culchima Caype. Fue declarado heredero el o si o legítimo
cuando murió Manco Inca y tomó como esposa principal a su hermana mayor Cusi Huarcay.
Sayri Túpac empezó negociaciones con el nuevo gobierno español, lo que lo
enfrentó al resto de la élite de Vilcabamba. Incluso dejó su reino para viajar
a Lima donde fue recibido con honores. Aparentemente en ese momento Titu Cusi Yupanqui adquirió poder de facto
y organizó el gobierno de Vilcabamba. Sayri Túpac, luego de obtener inmunidad y
la propiedad de las tierras del Valle de Yucay (Valle Sagrado o de Urubamba)
construyó un palacete en Yucay, donde murió unos años después. Aceptó el
bautismo.
Titu Cusi Yupanqui, al mando de su
reino, tomó una posición bélica contra los españoles. En 1568 después de las
negociaciones finalizadas con el Tratado de Acobamba dejó entrar a
los misioneros a
Vilcabamba. Titu Cusi dictó a un escribano uno de los relatos más importantes
conservados sobre el punto de vista inca de la Conquista del Perú. Un confuso
incidente con un misionero (Diego de Ortiz) terminó
con la enfermedad y repentina muerte del rey y el posterior asesinato en
represalia del cura.
Rebelión de Túpac Amaru I
El más joven de los hermanos de Titu Cusi tomó entonces el mando: Túpac Amaru —es
decir: Serpiente de Fuego—, (conocido como Túpac Amaru I para diferenciarlo
de José Gabriel Condorcanqui quien
también llevó el mismo nombre aunque en el siglo XVIII,
y que también se enfrentó a los españoles). El nuevo Sapa Inca formó un ejército
y lo puso a las órdenes de los generales Huallpa Yupanqui, Cori Páucar Yauyo y
Colla Túpac. Denunció el Tratado de Acobamba, expulsó a los españoles de
Vilcabamba, cerró sus fronteras y pregonó que luchaba por la restauración
del Tahuantinsuyo.
El virrey del Perú, Francisco Álvarez de Toledo, quinto gobernante
del Perú hispano (1569–1581), que ya había
recibido de España el "cúmplase" que incluida la bula que autorizaba
el matrimonio de Quispe Titu, el 20 de julio de 1571, envió al dominico
Gabriel de Oviedo y al licenciado García de los Ríos a Vilcabamba, para que
entregaran los documentos a Túpac Amaru Inca y solucionar el problema de forma
pacífica. Esta comisión no fue recibida por Túpac Amaru Inca y tuvo que volver
al Cusco. Encontrándose el virrey en el Cusco, envió a Tilano de Anaya con una
carta amenazante al Sapa Inca. Al cruzar el puente de Chuquichaca, fue muerto
por los leales a Túpac Amaru. Conocido el hecho, el virrey Toledo decidió
terminar las conversaciones y el concordato con Vilcabamba, enviando una
expedición militar al mando de Martín García Óñez de Loyola, Martín
Hurtado de Arbieto y Juan Álvarez Maldonado, para ocupar Vilcabamba "a
sangre y fuego". Ofreció a la ñusta Beatriz, heredera de las riquezas
de su padre Sayri Túpac, como trofeo en matrimonio para quien capturase al
Inca.
Con ayuda de los informes de
múltiples espías, la expedición española logró burlar las defensas de Vilcabamba,
destruir Victos y capturar, tras una larga persecución, al joven rey. Así y
tras un juicio sumario en la antigua capital del imperio, Túpac Amaru fue
decapitado en mayo de 1572.
Con su muerte terminó oficialmente
la Conquista del Perú.
Fuente:
https://es.wikipedia.org/wiki/Incas_de_Vilcabamba
EL PROCESO DE LA
INDEPENDENCIA DEL PERÚ Y DE SUDAMÉRICA
Según
prestigiosos historiadores del Perú y el mundo, durante la época de la colonia,
el espíritu indómito de los Incas se manifestó una y otra vez, con diferentes
sublevaciones, pero con el objetivo de recuperar el Imperio Incaico. La idea
del Perú, como una nueva nación, recién empezaba a germinar.
Así lo demuestran las rebeliones
de Manco Inca, Juan Santos Atahuallpa, Tupac Amaru II (1780) , Mateo Pumacahua,
entre otros.
LA REGIÓN ICA: EL
PRINCIPIO DEL FIN
El
siglo XIX empezó con grandes revoluciones sociales, a nivel mundial, como
consecuencia de la famosa revolución francesa en 1789, cuando el pueblo
organizado derrocó a la monarquía, sistema de gobierno que por siglos mantuvo
en extrema pobreza y hambruna, al pueblo francés.
En
los años 1800, Napoleón conquistó Europa, convirtiendo a la flamante República
francesa en una nueva monarquía. Los ejércitos napoleónicos invadieron el
decadente Reino de España, que a su vez, gracias a la legendaria guerra de
guerrillas, protagonizada por el pueblo español; luchó a muerte por su
Independencia. En el proceso, las colonias españolas de Sudamérica, se
contagiaron de la ola de revoluciones en el mundo.
Los
ejércitos independentistas de Argentina (Provincias Unidas el Río de la Plata)
y Chile se enfrentaron a los ejércitos realistas, conformados por los mismos
argentinos y chilenos, dirigidos por oficiales españoles americanos y españoles
de la Península.
Luego
del triunfo del ejército de los Andes, al mando del General San Martín,
argentino, y O’Higgins, chileno, en Chacabuco; a los pocos días sufrieron una
aplastante derrota a manos de los realistas, en Cancha Rayada.
Al
respecto, los historiadores chilenos señalan lo siguiente:
La Batalla de
Maipú ocurrida el 5 de abril de 1818, es el hito definitivo del proceso
de Independencia iniciado el 18 de septiembre
de 1810. La trascendencia de la victoria patriota, en los llanos del Maipo
quedó plasmada por Pedro Subercaseaux, en su mural titulado "El
Abrazo de Maipú", en el que aparecen sobre sus caballos y las
banderas chilena y argentina, José de San Martín y Bernardo O'Higgins.
La crónica de la
batalla se ha reproducido en innumerables escritos. Hoy presentamos el manuscrito y transcripción del telegrama y
comunicación , que el mismo San Martín dirigió a Bernardo O'Higgins ese día en horas de la
tarde, informándole de la victoria republicana. Sobresale el propósito de
mostrar la lección aprendida el 19 de marzo de 1818, en
Cancha Rayada, lo que permitió la contundencia del triunfo en la hacienda de Lo
Espejo, a través del número de oficiales y soldados presos, la persecución del
contingente de Mariano Osorio, que escapó del campo de batalla y la reducida
baja de soldados patriotas.
"La
patria es libre",
le expresa San Martín a O'Higgins, quien se encontraba en Santiago organizando
la milicia que apoyaría a las fuerzas que se hallaban en las afueras de Santiago.
Conformar la
tropa no era una tarea fácil, para los revolucionarios criollos. Son
recurrentes las deserciones de soldados rasos que, lejos de un sentimiento
patriótico muchas veces luchaban por una paga o un hipotético botín. Por ello,
San Martín redactó de manera reservada la siguiente instrucción a sus oficiales
de las cuales destacamos la siguiente:
2º
"Antes
de entrar en acción procurarán los jefes una ración de vino y aguardiente
(prefiriendo siempre el primer licor) a su tropa, pero con tal medida que el
soldado no pueda propasarse"[1]
Una vez
alcanzada la tranquilidad, el Cabildo de Santiago en sesión abierta
ofrecía al libertador trasandino el mando supremo de Chile, cargo que
declinaría para dejarlo en manos del padre de la patria. Así, por cerca de una
década la figura de O'Higgins dominó la política nacional, hasta el 28 enero de
1823.
Por su parte San
Martín, prosiguió su proyecto de liberar al Perú del dominio español, en cuya
tarea Chile, sería su gran aliado a través del Ejército Libertador.
>>VER TRANSCRIPCIÓN DEL
DOCUMENTO ESCRITO POR JOSÉ DE SAN MARTIN A BERNARDO O´HIGGINS.
[1] Archivo Nacional:
Fondo Ministerio de Guerra vol. Nº68, fja. 198.
Materias: Arqueología - Documentos - Historia
Palabras
clave: José de San Marín - Batalla de Maipú - 5 de abril de 1818 - Bernardo O´Higgins - Independencia de Chile
Fuente:
https://www.archivonacional.gob.cl/616/w3-article-8055.html?_noredirect=1
EL PRINCIPIO DEL
FIN:
LA GUERRA DE LA
INDEPENDENCIA DEL PERÚ Y SUDAMÉRICA
El
20 de agosto de 1820, zarpa del puerto de Valparaíso – Chile, la legendaria
Escuadra Libertadora, rumbo al centro del poderío del Virreynato del Perú. Más
de 7 mil hombres, de diferentes nacionalidades, entre tripulación y soldados.
Luego
de 17 días de turbulenta navegación, con algunos navíos extraviados, y una
serie de peripecias, el 8 de setiembre de dicho año, se produce el histórico
desembarco de la Expedición Libertadora del Perú, en la bahía de Paracas,
Pisco….hoy, provincia de, LA REGIÓN ICA, CUNA DE LA INDEPENDENCIA DEL PERÚ…!
El
principio del fin, el primer día de la Libertad, del Perú y Sudamérica, había
empezado.
La
última y decisiva etapa de la Independencia, consta de cuatro largos años de
guerra (1820 - 1824), en territorio de la flamante nación peruana…..y dicha última
etapa, empezó en la hoy denominada REGIÓN ICA.
El
4 de octubre de 1820, en la plaza de armas de Pisco, el General San Martín,
entrega la orden de operaciones al Coronel Mayor Juan Antonio Álvarez de
Arenales, al mando de la Expedición de la Sierra, con el objetivo inmediato de
la toma de la ciudad de Ica. La ceremonia militar incluyó la entrega de la primera
bandera del Perú, diseñada a bordo del navío “San Martín”, por el artista y
militar inglés Carlos Wood Taylor.
El
5 de octubre se inició la marcha de los valientes, con más de 1,138 hombres,
atravesando el candente desierto iqueño. El 6 de octubre ingresan a la ciudad
de Ica, por los sectores de Vilacurí y los hoy distritos de Salas y
Subtanjalla. La Expedición de la Sierra, ingresó al cetro de la ciudad, por la
hoy denominada avenida Arenales.
El
7 de octubre se produce el combate de Palpa, con la primera victoria patriota.
El 15 de octubre se producen los combates de Changuillo y Nasca, el 16 de
octubre las fuerzas patriotas obtienen la decisiva victoria con el combate de
Acarí.
Después
de las primeras victorias de las fuerzas patriotas en el territorio comprendido
entre las actuales provincias de Nasca, por el sur (incluyendo a Acarí), y hasta
Chincha, por el norte; el 21 de octubre de 1820, en la plaza de armas de Ica,
el Coronel Mayor Juan Antonio Álvarez de Arenales, jefe de la Expedición de la
Sierra; acompañó al alcalde de la ciudad de Ica, Juan José Salas Bernales, en
la histórica proclamación y jura de la Independencia de Ica, en cabildo
abierto. Cabe precisar, que un día antes, el 20 de octubre de 1820, se firmó el
acta de la Independencia, en el Ayuntamiento o Cabildo de Ica (hoy, el local
central de la Municipalidad Provincial de Ica).
Al
terminar el acto público, con la ovación y algarabía de miles de chinchanos,
pisqueños, iqueños, palpeños y nasqueños; la Expedición de la Sierra emprendió
su camino, en fiel cumplimiento de la orden de operaciones del General don José
de San Martín. Ese mismo día, San Martín, desde su cuartel general en Pisco,
oficializaba con un decreto, la creación de la Primera Bandera del Perú
Independiente.
LA RUTA DE LA
EXPEDICIÓN DE LA SIERRA:
EL RECORRIDO DE ICA A CASTROVIRREYNA
En 1820, el valle de Ica era un inmenso bosque de huarangos, salpicado
por más de 60 lagunas y gigantescos viñedos en manos de hacendados españoles,
con mano de obra indígena, y miles de esclavos negros, traídos desde África, y
que llegaron por los puertos de Pisco, puerto Caballa, de Nasca, y Tambo de
Mora de Chincha.
El río Ica y el cauce incaico La Achirana, aguas arriba y aguas abajo,
eran y son en la actualidad, los referentes para los caminos principales o
caminos reales, que interconectaban la ciudad de Ica, con las rancherías,
caseríos humildes, y gigantescas haciendas, que hasta el día de hoy existen,
con sus nombres originales.
La actual ruta asfaltada, desde la plaza de armas de Ica, puente Socorro,
San Ildefonso, Bodega Vista Alegre (Parcona ), La Bambarén, Los Lunas, La Tinguiña,
Los Molinos; antiguamente era un “camino real” y fue utilizado por el Coronel
Mayor Juan Antonio Álvarez de Arenales, para abastecer y reforzar a su
ejército, acantonado en la plaza de armas de Ica, por más 15 días.
La otra ruta también asfaltada en la actualidad, se inicia en la plaza
de armas de Ica, Hospital Socorro, Los Patos, Fonavi San Martín, plaza de armas
de San Juan Bautista, El Carmen, el Olivo, puente San Juan, cruza el río Ica y
empalma con La Vela, La Jara, La López, Chanchajalla, La Fundición Alta, La
Fundición Baja, Chalet, Tacama, sectores del hoy distrito de La Tinguiña; así
como Santa Bárbara, Buenos Aires hasta el puente Santa Rosa, sobre el cauce La
Achirana, en donde empieza el actual distrito de San José de Los Molinos,
prosigue por El Cerrillo, Pampa de la Isla, plaza de armas de Los Molinos,
Bocatoma, Trapiche, Chavalina, Huamaní, Ramadilla, hasta el puente que cruza el
río Ica y llega a Tambillos (Hancavelica).
El historiador peruano Manuel C. Bonilla, en su monumental obra “Epopeya
de la Libertad”, publicada en 1921 (hace 199 años), expone lo siguiente:
Fue solo el 21 de octubre de 1820, fecha clásica de la creación de la
bandera nacional, el día en que, por fin, pudo Arenales mover sus tropas de Ica
y dar principio a su admirable primera campaña en la sierra.
La ejecución de las primeras etapas, fue fácil por cuanto se refiere al
enemigo ignorante de la evolución insurgente; pero no en el recorrido de los
ásperos y estrechos senderos, de ascensión constante hacia las altas cumbres de
esa parte de la cordillera. Tales dificultades solo fueron compensados con el
entusiasmo y cariñosa acogida, que los habitantes del paso hicieron a la
expedición, y con el éxito final de ella.
El número 7 del “Boletín del Ejército Libertador”, del 14 de setiembre,
ha servido de única fuente para quienes han tratado de esta marcha; allí se
lee: “Después del ataque de Nazca y encuentro de Acarí, la división salió de
Ica el 21 de octubre, y a marchas casi forzadas, por entre nieve y peñazcos,
llegó el 29 a Atumpampa, 10 leguas de Huamanga”, por eso sin duda nadie hace el
itinerario del recorrido.
Estudiándose las cartas publicadas por Arenales en “Memoria histórica,
etc.” Paz Soldán en “Historia, etc” y J.J. Bredma en su “Atlas de Historia
Argentina”, un esfuerzo de investigación reconstructiva, nos permite
establecer, como el más posible, este itinerario:
Ica
a Ramadillas 25
kilómetros
a Tambillo 15
kms.
a Huaitará 15
kms.
a Cuchicancha 35 kms.
a Castrovirreyna 35 kms.
Total: 125
kms.
Si teniéndose en cuenta la idea del terreno y demás factores para la
marcha, se descompone esa distancia en etapas, lógicamente se llegará a
establecer las siguientes:
Octubre 21 Ica a
Ramadillas 25
kilómetros
Ocubre 22 Ramadillas
a Huaitará 30 kilómetros
Octubre 23 Huaitará
a Cuchicancha 35
kilómetros
Octubre 24 Cuchicancha
a Castrovirreyna 35 kms.
Octubre 25 Descanso
en Castrovirreyna
Total cuatro días útiles de marcha 125
kms.
Esta distribución de etapas, se conforma a la posibilidad real y a la
técnica, la longitud de cada una es proporcional a los días de marcha,
comenzando por las más cortas, sujetándose para el estacionamiento a los
lugares habitados y se encuentra dentro de los límites de esfuerzo
establecidos, para mantener a las tropas siempre en estado de actuar.
El brigadier Montenegro, fue enterado de la presencia de enemigos en su
jurisdicción, y no sintiéndose fuerte para resistirlos, reunió los elementos de
que disponía y se retiró con ellos hacia el norte, buscando el juntarse a las
autoridades de Tarma, hacia donde, a su paso, iba haciendo replegar los que
encontraba.
La zona de marcha quedábale así expedita a Arenales.
RÍO ICA:
ESCENARIO HISTÓRICO DE LA INDEPENDENCIA DEL PERÚ
El cauce del río
Ica es mucho más, que los dos kilómetros del tramo urbano de la ciudad capital
de la provincia y de la región, tramo comprendido entre los puentes Socorro,
Puno, Grau, Cutervo y Los Maestros; que generalmente ofrece una pésima imagen
al turista nacional y extranjero, tramo del río lleno de basura durante los
meses de abril a octubre, producto de una falta de cultura y educación
ambiental.
El cauce y la
cuenca del río Ica, es historia, cultura y tradición, en cuyos valles, desde
las alturas de Ica y Huancavelica; se originaron grandes civilizaciones
precolombinas, y en dónde se han registrado hechos históricos durante las
épocas del Tawantinsuyo, la colonia, la emancipación y la República.
El Ejército
Realista del Perú, al mando del Virrey español don Joaquín de la Pezuela, y el
Ejército Unido Libertador del Perú, al mando del patriota argentino don José de
San Martín; combatieron durante dos años, utilizando ambos bandos, el río Ica,
como eje estratégico para las marchas y contramarchas, y los combates que se
realizaron en las hoy regiones de Ica, Huancavelica, Ayacucho, Apurímac, Cuzco,
Junín, Huánuco, Pasco y Lima.
Repasemos la obra
del destacado historiador y periodista Rodolfo Chalco Cueto “Historia de Ica”,
publicada en el 2012, que hace referencia a la historia del río Ica:
Cauces
del río Ica
Según José Fermín Polo, en escrito publicado en el periódico La Ley, el
28 de octubre de 1869, “el antiguo río corría poco más de una milla al sur de
Cerro Blanco, seguía por Lagunilla, Monzón, Pampa de Los Castillos (hoy
Guadalupe), falda del Cerro Prieto, Río Viejo, Macacona, Cocona, La Victoria y
formaba una curva al sureste de Comatrana, pasaba por el oeste de Cachiche,
llegaba a Jato, hasta más de una milla al sur de Garganto, frente a la bocatoma
del cauce San Agustín, para seguir la dirección o cauce del río actual”. Los
investigadores no han podido precisar la fecha en que el río cambió de cauce ni
porqué se produjo el cambio de rumbo, pero según el sacerdote Antonio de la
Calancha, autor del libro Crónica Moralizada de la Orden de San Agustín, hasta
el año 1637 el río pasaba por el costado de Cerro Prieto, hecho del que fue
testigo.
El Sacerdote Ignacio Arpón de Velasco, afirma haber leído un escrito
antiguo en el que se señalaba que “en un año abundantísimo de lluvias llegó a
nuestros campos una avenida tan colosal que ocasionó innumerables destrozos,
llevándose la avasalladora corriente árboles y malezas, hasta formar un inmenso
valladar, tan alto y sólido cerca al Cerro Blanco que el agua represada se
abrió paso impetuosamente y cambió de rumbo, descendió por el oriente de San
Juan y de Ica, hasta Garganto, formando el cauce actual”.
En el acta de fundación del hospital San Juan de Dios, producto de la
fusión de los hospitales San Nicolás y San José, fechada el 21 de abril de
1650, se señala que el hospital San José estaba mal ubicado “cerca del río, en
lugar húmedo y caídas las enfermerías (enfermedades)”.
El historiador Juan Donaire Vizarreta, por su parte, cree que la
derivación se debió a derrumbes ocasionados por algún fuerte movimiento
sísmico. El investigador Félix Quinteros, sostiene que el río Ica ha tenido
tres cauces a través del tiempo, siendo el más antiguo el que se iniciaba en La
Macacona y avanzaba serpenteando las pampas de Antoñete, Guadalupe y Villacurí,
para desembocar en Paracas. Cree que este cauce quedó inactivo hace un milenio.
Los restos arquelógicos hallados en la ruta así parecen confirmarlo.
El segundo cauce también partía de La Macacona y se le conocía con el
nombre de río Macacona. Sostiene, el mismo investigador, que este cauce llegaba
a Cerro Prieto desviándose hacia el sur, pegado al desierto arenoso, seguía por
La Angostura, El Guayabo, La Victoria, Comatrana, Bajo Los Nascas, Alto de
Comatrana, costado del cerro de Huacachina y cerro La Huega, Cachiche, Jato,
San Jacinto y Tajahuana, donde se unía con el actual cauce.
Cuando llegaron los españoles cruzaron este río, según se menciona en
crónicas de ese tiempo.
El tercer cauce del río Ica es el que actualmente existe. El año 1916,
mediante ley se dispuso el encauzamiento del río Ica, obra que recién se
ejecutó entre 1932 y 1935, comprendiendo 18 kilómetros. Este cauce,
lamentablemente no tiene capacidad para soportar grandes avenidas de agua,
motivando periódicas inundaciones de los campos de cultivo y de los centros
poblados, incluida la ciudad. Expertos de la Universidad Nacional “San Luis
Gonzaga”, luego de analizar las causas e la inundación de 1998, emitieron un
informe, el 4 de febrero de ese año, señalando que las inundaciones futuras
podían evitarse construyendo “un aliviadero hacia el antiguo cauce”, es decir,
hacia la pampa de Villacurí.
CAUCE LA
ACHIRANA: ESCENARIO HISTÓRICO DE LA INDEPENDENCIA DEL PERÚ
Sobre el cauce La
Achirana, acudimos a la obra del destacado historiador y periodista Rodolfo
Chalco Cueto y su libro “Historia de Ica”, publicado en el 2012, y refiere:
El cauce de la
Achirana tiene una extensión de 30 kilómetros, forma parte del potencial
turístico de la ciudad de Ica y posibilita el regadío de 11,2440 hectáreas
pertenecientes a 7,000 usuarios. Se extiende desde la bocatoma del río Ica
hasta Aguada de Palos, en La Venta. Sobre su origen, don Ricardo Palma escribió
una leyenda famosa a nivel mundial, indicando que en 1412, el Inca Pachacútec y
sus hijos, llegaron al valle de Ica para su conquista, pero antes de hacer la
guerra persuadió a los nativos iqueños y con 40 mil guerreros, construyeron el
legendario cauce La Achirana del Ica, “que conduce hacia lo más hermoso”; al
pago de Tate donde residía una hermosa doncella.
Durante diez días, los cuarenta mil hombres del ejército se ocuparon en
abrir el cauce que empieza en los terrenos del Molino y de Trapiche y termina
en Tate, heredad o pago donde habitaba la hermosa joven de quien se apasionara
Pachacútec.
El agua de La Achirana del Inca suministra abundante riego a las
haciendas que hoy se conocen con los nombres de Chavalina, Belén, San Jerónimo,
Tacama, San Martín, Mercedes, Santa Bárbara Chanchajalla, Santa Elena, Vista
Alegre, Sáenz, Parcona, Tallamana, Pongo, Pueblo Nuevo, Sunampe y, por fin,
Tate.
Tal, según la tradición, es el origen de La Achirana, voz que significa
lo que corre limpiamente hacia lo que es hermoso.
Y son estos lugares mencionados, centros poblados y haciendas,
escenarios históricos por donde transitaron y se aprovisionaron, con el apoyo
del pueblo iqueño; la Expedición Libertadora de la Sierra, de Juan Antonio
Álvarez de Arenales, escoltado por el flamante Escuadrón de Caballería
“Auxiliares Patriotas de Ica”, la primera unidad del Ejército del Perú
Independiente; legendario escuadrón creado el 21 de octubre de 1820, en la
plaza de armas de Ica, por el General don José de San Martín.
LA CUENCA
INTEGRADA DEL RÍO ICA: POTENCIA ECONÓMICA
EN EL
BICENTENARIO DE LA INDEPENDENCIA DEL PERÚ
Para dejar
totalmente clara nuestra tesis, que el río Ica es un escenario histórico de la
Guerra de la Independencia, que es un potencial económico y turístico en el
actual siglo XXI y que por lo tanto merece ser revalorado, así como merece la
puesta en valor de sus lugares arqueológicos y las ruinas y vestigios de las
antiguas haciendas coloniales y republicanas; presentamos datos actualizados
extraídos de internet:
El río Ica es un río del Perú, uno de los cuatro
que, de norte a sur, descienden en forma paralela y conforman la red hídrica
del departamento de Ica. Estos son el el río San Juan o Chincha, el río Pisco, el Ica y el río Grande (Ica), todos pertenecientes a la vertiente del Pacífico.
La cuenca integrada del río Ica está
formada por la cuenca natural del río Ica, en la vertiente del Pacífico, y parte de la cuenca alta del río Pampas, en la vertiente del Atlántico, y que constituye el sistema Choclococha.
Las aguas de esa parte de la cuenca del río Pampas es derivada hacia la
vertiente del Pacífico a través de un traforo de la cordillera de los Andes.
La cuenca integrada, tiene un área total
de 8.103 km² (desde las nacientes del río Pampas, hasta la desembocadura del
río Ica en el océano Pacífico); y se localiza entre las siguientes coordenadas
geográficas: 13º10'-14º53' S y 75º01'-75º54' W; sus componentes tienen la
siguiente área y localización:
·
Sistema Choclococha: área total: 392 km², ubicado entre las
coordenadas geográficas: 13º10' - 13º34' S y 75º01' - 75º20' W, altitud media:
4.600 m.
·
Cuenca natural del río Ica: área total 7.711 km², ubicada entre
las coordenadas geográficas: 13º28'-14º53' S y 74º58'-75º54' W, altitud: 0 -
4.503 m.
La cuenca del río Ica, se encuentra ubicada en la zona central
del departamento de Ica, comprendiendo dentro de su área parte de las regiones
denominadas Costa y Sierra (coordenadas 13º10' - 14º53' S y 75º01' - 75º54' W).
Políticamente, forma parte de las provincias de Ica y Castrovirreyna (departamento de Ica y Huancavelica), cubriendo una extensión de 7.711 km², de los que 2.234
km², situados por encima de los 2.500 m, corresponden a la cuenca húmeda, con
precipitaciones superiores a 200 mm total anual.
La cuenca del río Ica, tiene una forma muy particular, el sector
superior, comprendido entre su origen y San Juan, describe una gran curva o
semicírculo, mientras que a partir de esta localidad hasta Ullujalla, tiene un
alineamiento sensiblemente recto con un rumbo ligeramente sudsudeste.
Aguas abajo de Ullujalla, el cauce describe dos pequeñas curvas
de sentido inverso hasta llegar al caserío Montenegro, desde donde, con un
alineamiento casi recto desemboca en el Océano Pacífico.
El valle de Ica se extiende hacia el Sur, alrededor de 55 km, a
lo largo de los contrafuertes occidentales de los Andes, su ancho varía entre 2 y 8 km, y la planicie del valle
va desde los 300 hasta los 600 m; el clima es árido, con precipitaciones
anuales de 3 mm, la temperatura es bastante uniforme, fluctuando los promedios
mensuales entre 17 °C en julio, y 25 °C en febrero.
El valle de Ica, con 30.720 ha de área agrícola neta y 37.800 ha
de área total global (ONERN, 1971), está conectado a la capital de la República
y a las principales poblaciones del Sur del país, mediante la carretera
Panamericana, la más importante vía de la red de carreteras del país y que
cruza el valle; esta carretera une las ciudades de Lima e Ica mediante un tramo
asfaltado de 308 km.
Otra vía importante es la que se inicia en Ica y llega hasta
Córdova, con desvíos que conducen a Santiago de Chocorvos, San Miguel de Curis
y San Juan de Huirpacancha, pueblos ubicados en la cuenca alta del río Ica.
https://es.wikipedia.org/wiki/R%C3%ADo_Ica
LA
POTENCIA COLONIAL DE LA TINGUIÑA:
HACIENDAS,
BODEGAS, CABALLOS PERUANOS DE PASO
Y
CAPITAL HUMANO
La
Expedición Libertadora de la Sierra, al mando de Álvarez de Arenales, no pudo
escoger mejor ruta, que los territorios que hoy se denominan los distritos de
San Juan Bautista, La Tinguiña y San José de Los Molinos; que en el año 1820,
rebosaban de recursos, bajo la explotación del yugo español. Una vez más,
acudimos a internet para corroborar esta afirmación, con los siguientes datos:
LA BODEGA MÁS
ANTIGUA DE SUDAMÉRICA
http://www.tacama.com/visitas-guiadas.html
“En la década de
los años 1540 Francisco de Carabantes creó el Viñedo de Tacama, que es el más
antiguo del Perú. Desde allí la vid se difundió a Chile y Argentina”.
José del Pozo, “Historia del Vino
Chileno”, 1998, Santiago de Chile, Editorial Universitaria
Es
un placer ofrecerles un especial servicio de visitas guiadas a nuestro viñedo y
bodega en el valle de Ica. Tacama es conocida por sus vinos espumosos y piscos,
pero Tacama es también un lugar. Y un lugar, tómennos la palabra, especial.
Tacama
es especial por su historia: es uno de los viñedos más antiguos de América.
Hasta hoy es regado por un canal que en el siglo XV construyó el Inca
Pachacútec – la Achirana del Inca – y que inmortalizó en una de sus bellas
tradiciones, Ricardo Palma. En Tacama se ve la centenaria prensa de huarango
con la que se extraía el jugo de las uvas para hacer, vinos, piscos y espumosos
en el lugar.
Tacama
es especial por su ubicación: situado en la parte alta del valle de Ica, la
viña funciona como un mirador donde la naturaleza se extiende hasta donde llega
la mirada y dónde un mar de parras va a morir en los pies mismos de los Andes,
que en Tacama, se ven achicarse hasta volverse dunas y, finalmente, desierto.
Tacama
es especial por su arquitectura: uno de los pocos lugares del Perú donde ha
sobrevivido una hacienda antigua con todos sus elementos típicos: la alameda de
árboles, el patio, los arcos, la iglesia, el campanario, las caballerizas, e
incluso, muchas de sus tradiciones.
Los
caballos de paso que hoy se ven en los desfiles de Tacama son los descendientes
de la cría creada por Don Manuel Pablo Olaechea Guerrero, en el siglo XIX al
cruzar yeguas árabes importadas de España con sus potros peruanos de paso,
creando así la “raza Tacama” que ha sido un elemento clave en la historia y en
la evolución del caballo peruano de paso.
Tacama
es especial por su bodega: un lugar en donde usted podrá apreciar, con visitas
guiadas en español o en inglés y paso a paso, cómo se usa tecnología de punta
para continuar con una tradición centenaria y producir vinos, piscos y
espumosos que ganan premios de excelencia en los más prestigiosos concursos
internacionales y llegan a los mercados más exigentes.
Tacama,
en fin, es especial por la experiencia: porque supone recorrer, en un día, la
historia, la naturaleza y la tecnología, mientras uno sigue el camino de la uva
desde los almácigos en que primero se siembran hasta los vinos en que
finalmente se convierten - y que sus visitantes podrán degustar.
Vengan
a compartir con nosotros la experiencia de Tacama. La visita tomará dependiendo
de su curiosidad, hasta 2 horas, pero nuestra promesa es que lo acompañará toda
la vida”.
Asimismo,
la antigua hacienda Vista Alegre, que hoy abarca los distritos de Parcona y La
Tinguiña, nos ofrece una minúscuila parte de todo su poderío que alguna vez
ostentó en la época colonial:
|
BODEGA VISTA ALEGRE Provenientes
de Italia, los hermanos Picasso se instalan en el valle de Ica en el año
1850, para luego fundar Bodega Vista Alegre, en el año 1857. Inicialmente
trabajaron las variedades viníferas existentes, para luego importar
variedades finas, como Cabernet, Sauvignon, Chenin o Pinot Blanc, Carignan,
Malbec, Tempranillo, Merlot y muchas otras… propagándose además por todo el
país, iniciando así la verdadera historia del Vino Fino en el Perú. Hoy la
familia Picasso en su cuarta generación, siguen invirtiendo y modernizando
día a día Bodegas Vista Alegre. Profesionales, Técnicos (peruanos y
extranjeros) especializados en Italia, Francia y Argentina, forman parte de
la gran familia Vista Alegre, es decir, cada día mejor que ayer. |
https://www.vistaalegre.com.pe/somos.html
Bodega Vista Alegre en Ica
Tradicional
bodega dedicada a la elaboración de vino y pisco. Todavía conserva
características de la usanza colonial para procesar la vid. Ubicada hacia el
noreste de la ciudad de Ica.
Una de
las bodegas de vinos y piscos más grandes del Perú. Tuvo su origen en la época
colonial. A inicios del Siglo XX se buscó mejorar la calidad de las variedades
de uva existentes en la región.
PROYECTO DE PUESTA EN VALOR DE LUGARES HISTÓRICOS,
ARQUEOLÓGICOS Y TURÍSTICOS DE LOS DISTRITOS DE SAN
JUAN BAUTISTA, LA TINGUIÑA, PARCONA Y SAN JOSÉ DE LOS MOLINOS
EN EL
BICENTENARIO
Y
para recordar, revalorar y rescatar del olvido los escenarios históricos, que
están a la espera de ser descubiertos y reduscubiertos por las nuevas
generaciones, en el Bicentenario de la Independencia del Perú; los presentamos
con orgullo y admiración:
·
Anamia
·
Camacho
·
Chalet
·
La Jara
·
La Lopez
·
FUNDICIÓN BAJA
·
FUNDICIÓN ALTA
·
Tacama
·
Ungeta
·
Zurita
https://mapas.deperu.com/ica/ica/la-tinguina/
EL CAPITAL
HUMANO DEL VALLE DE ICA, EN LA COLONIA,
EN LA
EMANCIPACIÓN Y EN LA REPÚBLICA
Mano
de obra indígena en las haciendas jesuitas de Ica-Perú (1767-1800)
Hilda Barentzen
Marzo de 2004
Ica, conocida desde la fundación del
virreinato como la Villa de Valverde,3 perteneció hasta entrado el siglo XIX a la organización
geopolítica de Lima, cuya administración dependía de la metrópoli. En 1780
figura como corregimiento, instancia bajo la cual los Borbones administraron
severamente sus ingresos. De acuerdo con la tradición prehispánica, Ica estaba
compuesta por pagos4 (Chunchanga, San Jerónimo, Humay, Macacona, San Martín,
entre los principales) dominados por la escasa, cuando no estacional, cuenca de
los ríos Macacona, Nazca, Pisco y la acequia de origen prehispánico La Chirana,
posteriormente se constituyeron en haciendas. Frente a ellos estaban situados
los villorrios de Ica, Pisco y Nazca, de carácter urbano.
El antiguo centro del regimiento real
tenía disposición aquí, con salida directa por tres puertos al Pacífico:
Caballa, Pisco y Tambo de Mora. El manejo de las haciendas, su producción e
intercambio comercial daban a este lugar un carácter importante, cerrado al
principio por la política económica de la Compañía, pero distinto, a mediados
del último tercio del siglo XVIII, pues su flujo mercantil supuso en gran
medida estructuras administrativas que dominaron la extracción de los recursos.
La legislación indiana que regulaba el
tratamiento de los indígenas en el siglo XVIII se basó en las Recopiladas de
Indias, cuyo corpus tiene en el libro vi una sección que dispone el uso de
la mano de obra, de la cual nos ocuparemos más adelante. Sin embargo, a pesar
de ello la situación fue muy irregular: de un lado, las órdenes eclesiásticas
actuaban en compromiso con sus propias reglas, mientras que los civiles se
debían guiar estrictamente por las Recopiladas, aunque omitían habitualmente
esta vía legal.
De las leyes Recopiladas de Indias
transcribimos literalmente las que se aplican a los casos tratados, teniendo en
cuenta que éstas eran la legislación activa hacia 1767 a pesar de las reformas,
las cuales sólo incidieron en la limitación del poder de la Iglesia y en el
desplazamiento de cargos administrativos, pero no en la situación del indígena.
La hacienda jesuita tenía como base de su
organización la capacidad individual y la habilidad del trabajo en
grupo, que sirvieron a la política lanzada por la Compañía y se rompieron
con su expulsión; la posterior organización pretendió crear un modelo
sustituto basado en la designación de administradores civiles nombrados
por una real orden, sujetos a cambio de acuerdo con su desempeño y a la
producción de la hacienda, según se señala en los documentos de las distintas haciendas
revisadas en la sección de Temporalidades.
Haciendas y mano de obra indígena
En la tradición occidental el trabajo
manual estaba a cargo de las clases serviles y esclavas, de tal manera que para
los españoles llegados a América, la mano de obra estuvo conformada por la
indígena a la que se sumó luego la esclava. En 1601 se estableció el
concertaje o concierto de los trabajadores, en el cual éstos acordaban laborar
para determinado propietario a cambio de un jornal.
Los productos vitales para sustentar el
desarrollo de la hacienda, en lo que corresponde a los oficios bien conocidos
por los indígenas, fueron la hechura de botijas, la agricultura y el arrieraje,
que no siempre corría por cuenta de la población esclava, pues tanto ésta como
la población indígena se destinaban a trabajos de lagaradas, vendimias y
limpias, entre otros oficios. Cada hacienda tiene un caso particular: mientras
las haciendas más grandes presentan necesidad de mano de obra regular, a
pesar de la esclava, las menores sólo tienen algunos casos sueltos.
Seguidamente revisamos el descargo
correspondiente en el periodo comprendido entre los años de 1767 a 1800, de
siete haciendas seleccionadas para el presente estudio.
San José de la Nazca
Ubicada en el valle de Nazca, tenía un anexo con producción
de aguardiente denominado la Ventilla. Su tasación original es de 247 729 pesos
reales,17 con un total de 73 290 cepas utilizables en la extracción de
mostos que arrojaban una producción anual promedio -en el periodo de 1767-1775—18 de 5 000 botijas de vinos y aguardiente, con una tendencia
al declive a partir de 1786 que figura en las cuentas administrativas.19
En el cuadro 1 se detallan las cuentas realizadas en 1768 y en las que se
hacen los descargos de 1767. La mano de obra documentada es la de los arrieros
cuyos pagos se hacen a nombre de Matías Sotil, Luis Méndez y varios
otros. La suma asciende a 4 r. la carga, haciendo el total de 2 410 p. 6
r. en el proceso de arrieraje, el trabajo es entre indígenas y mestizos.
En 1769 figuran pagos por conducción. El
pago a los jornaleros se incrementa a causa de la epidemia de viruela, y
respecto de los botijeros hay un total de 866 botijas labradas. En 1770,
se realiza un pago por 29 p. 4 r. a Domingo Guerrero por la saca de
aguardiente.
En 1771, por conducción de esclavos
fugitivos, se paga a Benturo Enciso y a Joseph Robles 48 p. 4 r.; los
jornaleros Luis de Mesa y Josef Donayres reciben respectivamente 30 p. y 54
p. por la saca de aguardiente y por guarda.
En 1772, la producción es de 3 767 botijas
de vino con descargo de 804 a la factoría en Lima; el cargo de
peruleras de aguardiente es de 2 624 con descargo de 1 159 a la
factoría. No se encuentran gastos por arrieraje, a pesar de que, de las cuentas
se deduce un movimiento de botijas y peruleras a Caballa para su posterior
embarque al Callao, es lógico especular que debe pagarse por el traslado de
estos efectos de la hacienda a Caballa, pero no consta en los documentos.
En 1773 se describe un pago a Hilario
Mitanta, oficial de botijeros, por 556 botijas que labró a 2 r. cada una,
haciendo un total de 139 p., trabajo realizado por enfermedad de los esclavos
de este oficio.
En el año de 1775 se remata a don
Francisco de Ángulo, la hacienda de San José de la Nazca, su anexa la Ventilla
y la estancia denominada San Antonio de Loccha con sus anexas, todas
pertenecientes al Colegio del Cuzco y las tierras de Guarangal y Copara propias
del colegio de San Pablo.
Loccha, situada en la provincia de Lucanas
(actual Ayacucho), obispado de Huamanga, fue inicialmente donada por el cacique
y curaca de este pueblo a don Sancho de Córdoba, encomendero de Laramate, a la
que se anexaron otras tierras que "donan los indios por muchos tributos,
tiene en contorno de tres leguas" (una legua: 5 196 m), y son todas
tierras de ganado atendidas por indios tributarios a los que, inclusive, cuesta
conseguir por lo apartado e inhóspito del terreno y del clima.
Los documentos refieren que se encuentran
indios en posesión de las tierras.
En julio de 1782, don Francisco de Ángulo
y Guisla propone anexar la otra mitad de Coyungo que le pertenecía a San
Javier, porque le "es más fácil llegar al puerto de Caballa por Lacra que
por Coyungo" . No es extraño que don Francisco estuviera tratando de
ahorrar gastos de transporte.
Sólo se ha encontrado el libro de cuentas
líquidas del año 1768. En éstas figuran los datos de venta del factor, gastos
fiscales, bodegaje y transporte, todos ellos que en detalle se suman para dar
el precio de venta de las botijas de vino y peruleras de aguardiente.
En el inventario de 1801, la extensión de
la hacienda es de 340 fanegadas, 21 eolios, 625 varas, incluidos los
anexos. Sin contar las tierras de Locchas (Tocahuasi y Casoni) que en 1775 se
subastaron a don Francisco de Ángulo.
Nuestra Señora de Belén
Ubicada en Ica, tenía un solo anexo:
Chavaliña. Su extensión, incluyendo el anexo, es de 59 fanegadas 1 eolio y 768
varas. Las cuentas empiezan a presentarse a fines de 1767, siendo administrador
Antonio Portuondo.35 Este año, el maestro Laureano Toledo recibe 85 p. por 680
botijas labradas. Los arrieros Carlos Cárdenas, José Beato, Joseph Donaires,
Bartolomé Cordero y Sebastián Sendero conducen diversos efectos por 94 p. 4 r.
Los jornaleros reciben por regar y por la
guardianía de noches y días de fiesta, 38 p. 2 r. y por la saca de
aguardiente 62 p.
En 1769 se manda a labrar gran cantidad de
botijas: 500 a Mario Mitante, 288 a Joseph Guarnan, 501 a Alejo Ventura, 541 a
Gabriel Rejan, 418 a Baltasar Aquije, 776 a Andrés Chutu y 512 a Andrés
Guarnan. Como la hechura de cada botija es a 1 r. si es en blanco, o sea sin
quemar, se paga en total 442 p. Los arrieros Carlos Cárdenas, Juan de Zegarra y
Jacinto Ramos conducen diversos efectos por 228 p. 5% r. Francisco Cueto se
encarga de la saca de aguardiente por 60 p. Por regado y guardianía de aguas en
días de fiesta, 9 p. 6 r. y por jornales a indios en quince lagaradas (20
hombres en cada lagarada) para la pisa de uva, 150 p. A finales de año
asume la administración don Juan Maurtua y Pedreros.
En 1770, los arrieros Pascual Chávez y
Pedro Alcántara conducen diversos efectos por 92 p., los maestros Andrés
Múñante y Francisco Guarnan labran 1 112 y 240 botijas respectivamente por 169
p. Francisco Cueto realiza la saca de aguardiente en 20 días por 20 p. y los
regadores, que "conducen el agua sin desvarío a los parajes
destinados", por 19 p 3 r. En este año se deja de enviar aguardiente
a Huancavelica; el aguardiente de caña, de inferior calidad y precio, domina el
mercado de la sierra.
En 1771 se señala con claridad que la
labranza corría por manos de un maestro botijero indígena, hacia el mismo año a
razón de 1 r. por cada botija labran Andrés Múñante y José Guarnan. El
arrieraje corre por cuenta de Antonio Soto, indígena que, al no saber firmar,
recurre al capellán Felipe Reina para sacar su cuenta, con un total de 29
cargas a razón de 12 r. cada una. Francisco Cueto vuelve a realizar la saca de
aguardiente por 35 p. y a los regadores por su trabajo mensual se les da un
total anual de 28 p. 2 r. Este año se producen 904 botijas de aguardiente de
las cuales 628 son remitidas al puerto de Pisco.
En 1772, se paga a Andrés Múñante por la
labranza de 650 botijas, 81 p. 2 r.; al arriero Joseph Uribe, entre otros, por
los fletes de diversos efectos, 51 p.; en tanto que a Francisco Cueto por la
saca de aguardiente, 40 p., y a los regadores, según costumbre, 25
p. 4 r. Este año se producen 902 botijas de aguardiente, de las cuales 784
se remiten al puerto de Pisco.
En 1773 el arriero Joseph Donaire por la
conducción de diversos efectos recibe 91 p,; el botijero Andrés Múñante por la
hechura de 450 botijas, 56 p. 2 n; Francisco Cueto otra vez realiza la saca de
aguardiente por 38 p. y a los regadores, según costumbre antigua, se
les paga 23 p. De las 676 botijas de aguardiente producidas, 389 fueron
remitidas al puerto de Pisco y 126 botijas del botijambre de sierra se
venden a razón de 8 p. en la hacienda.
En 1774 el arriero Joseph Donaires conduce
cargas de diversos efectos por 33 p.; el botijero libre Joseph Guarnan realiza
635 botijas por 79 p. 3 r.; Francisco Cueto por la saca de aguardiente, 32 p.,
y se paga a los regadores un total de 10 p. En este año se producen 603 botijas
de aguardiente, 358 de ellas se remiten al puerto de Pisco y 110 del botijambre
de sierra se venden en la hacienda. Para el siguiente año, la hacienda es
rematada a Francisco de Villar y Dehesa.
En el total de entradas no figura la
cantidad de venta a Huancavelica porque no tiene descargo de impuestos (éstos
están presentes sólo en la hacienda San Jerónimo de Ica) y en el año de 1770 se
ha sumado al producto libre, el valor de las botijas en poder del factor y
avaluadas.
CONCLUSIONES
El aporte de la población del valle de Ica (hoy, la provincia de Ica,
con sus 14 distritos), en el año 1820, para el Ejército Libertador de San
Martín, fue contundente. Cabe precisar que al mencionar la palabra pueblo o población,
nos referimos también, a dos bandos bien definidos: los realistas y los
independentistas, en todos los niveles sociales. Obviamente, la mayoría del
pueblo iqueño, era independentista o patriota.
La mayoría de los pueblos del valle de Ica, contribuyeron en forma
voluntaria a la conformación y refuerzo de la Expedición de la Sierra al mando
del Coronel Mayor Juan Antonio Álvarez de Arenales.
Por el norte, los sectores ubicados en los hoy modernos distritos de
Salas y Subtanjalla, recibieron y apoyaron a la Expedición de la Sierra, que
ingresó a Ica, el 6 de octubre de 1820.
De igual forma, las haciendas coloniales del valle de Ica, de los
distritos de San Juan Bautista, La Tinguiña, Parcona y San José de Los Molinos,
se convirtieron en bases militares de avanzada durante la primera etapa de la
Guerra de la Independencia, desde 1820 a
1822.
Por el sur del valle de Ica, también los pueblos iqueños, hoy distritos
agroexportadores, aportaron al Ejército Libertador, vale decir, a la Expedición
de la Sierra.
El pueblo iqueño, conformado por los trabajadores de la haciendas coloniales,
contribuyeron con su experiencia, habilidades y destrezas, para el soporte
logístico de la Expedición Libertadora de la Sierra.
El Libertador San Martín revaloró y logró la puesta en valor de la ruta
milenaria de las culturas precolombinas y de los Incas, utilizando en forma
estratégica el imponente escenario de las hoy regiones de Ica, Huancavelica,
Ayacucho, Apurímac, Huancayo, Pasco, Cuzco y Lima.
En la actualidad, los denominados 14 distritos del valle y provincia de
Ica, constituyen potencias
agroindustriales del Perú, cuyas raíces están fortalecidas por su historia,
cultura, tradiciones y costumbres.
https://revistabicentenarioica.blogspot.com/2020/07/la-tinguina-en-el-bicentenario-de-la.html
INVESTIGACIÓN:
Mag. Juan
Carlos Romaní Chacón
Cel. 970 917752
Biblioteca
Municipal “José de San Martín”
Ica -
Perú
BIBLIOGRAFÍA
“Epopeya de la Libertad”
Reminiscencias Históricas de la Independencia del
Perú
TOMO
I - Págs. 234, 235, 236, 237
Setiembre a Diciembre de 1820
Autor: Manuel C. Bonilla
Págs. 149 a 160
Lima 1921
Chalco
Cueto, Rodolfo. “Historia de Ica”
Ica, 2012
Mano de obra
indígena en las haciendas jesuitas de Ica-Perú (1767-1800)
Hilda Barentzen
Marzo de 2004
José
del Pozo, “Historia del Vino Chileno”, 1998.
Santiago
de Chile, Editorial Universitaria
Otros
datos extraídos de Internet.
Ica, 06 de agosto del 2020
Sobre el autor
Juan Carlos Romaní Chacón
Periodista, escritor, editor, docente e
historiador.
Licenciado en Ciencias de la Comunicación,
por la Universidad Nacional “San Luis Gonzaga” de Ica. Maestría en Educación,
con mención en Investigación y Docencia en la Educación Superior, por la
Universidad “José Carlos Mariátegui” de Moquegua.
Empleado público con 25 años de servicios,
como relacionista público y comunicador del Estado, en diferentes gobiernos
locales. En la actualidad se desempeña como investigador en la Biblioteca
Municipal “José de San Martín” de la Municipalidad Provincial de Ica – Perú.
Como diseñador gráfico ilustró las páginas
del Diario “El Informal” de Lima en 1990. Ha editado revistas de actualidad,
cultura y turismo, y otras publicaciones institucionales. Ha publicado
artículos y documentos, y ha colaborado en la edición de diferentes diarios,
revistas y libros de la región Ica.
Ejerció la docencia en la Universidad
Nacional “San Luis Gonzaga” de Ica, en la Facultad de Ciencias de la
Comunicación, Turismo y Arqueología. Su línea de investigación está ligada a
las clases populares de los siglos XIX y XX peruanos, y el estudio de sus
tradiciones y costumbres, especialmente en el ámbito de la Región Ica y su aporte
a la Independencia del Perú.
Promotor cultural y Director de Relaciones Públicas del Festival
Internacional de la Vendimia Iqueña, por seis años consecutivos. Organizador
del Concurso Nacional de Afrodanzas “Reina de la Vendimia Iqueña”. Jefe de Relaciones
Públicas y Maestro de Ceremonias de la Municipalidad Provincial de Ica.
Organizador del Programa de Domingos Cívicos “En Ica nació la Patria” en la
plaza de armas de Ica (2007 - 2019).
Se desempeñó como Director de Comunicación
y Publicaciones del Colegio de Periodistas del Perú, Consejo Regional de Ica,
período 2018 – 2019.
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