CHANGUILLO Y
NASCA
EN EL
BICENTENARIO DE LA INDEPENDENCIA
En plena guerra contra la
pandemia, en pleno mes de agosto, mes de los vientos paracas; retomamos fuerzas
y seguimos difundiendo la historia de nuestra región Ica, con el objetivo de
despertar el interés de las nuevas generaciones, niños y jóvenes entre 5 a 20
años de edad, y a todos nuestros compatriotas, en el Perú y en el extranjero;
para que fortalezcan su espíritu guerrero y levanten la moral, en estos tiempos
del letal Covid 19.
Nuestra misión, es resaltar y
revalorar a cada uno de los centros poblados, de los distritos, de las
provincias, de las regiones de nuestra PATRIA; sus tradiciones y costumbres, su
historia, su identidad regional, revalorar su potencial turístico, inyectar
valor a nuestra gente, conociendo, reconociendo y revalorando su historia.
Y cuando mencionamos ésta hermosa
palabra: PATRIA..!! nos referimos a defender la historia, la identidad, la
tierra en dónde van a vivir nuestros hijos, pasada esta pandemia y enfrentar
todas las que vengan. La patria no es sólo el territorio; es, antes que todo,
el alma de la raza y la tradición que une lo presente con lo pasado y estimula,
por los grandes hechos, la obra que ha de realizar el porvenir.
La Región Ica, Cuna de la
Independencia, está conformada por cinco hermanas provincias: Chincha, Pisco,
Ica, Palpa y Nasca. Y la pandemia del 2020 ni las pandemias que puedan
visitarnos los próximos años; no nos van a impedir, REVALORAR NUESTRA HISTORIA,
NUESTRA IDENTIDAD, NUESTRO VALORES MORALES. Y al iniciar nuestra campaña
educativa “Región Ica, Cuna de la Independencia”, empezamos recorriendo las
instituciones educativas. Llegó la pandemia, y seguimos con más fuerza, en modo
virtual.
Y queremos llevar nuestro mensaje
de INTEGRACIÓN REGIONAL EN EL BICENTENARIO DE LA INDEPENDENCIA Y EN TIEMPOS DE
PANDEMIA; a cada uno de los distritos y
provincias de la Región Ica y del Perú.
A continuación aterrizamos en la
provincia de Nasca y en todos sus distritos, empezando por Changuillo, con este
artículo que esperamos fortalezca el espíritu de y levante la moral del
aguerrido y milenario pueblo de los NASCA.
Episodios de la Guerra de la Independencia
LOS MILITARES ESPAÑOLES SUBLEVADOS
EXPLICAN LAS CAUSAS
QUE MOTIVARON LA PÉRDIDA DEL PERÚ
Durante la Guerra de la Independencia del Perú y Sudamérica (1820 -
1824), los altos mandos militares del virreinato del Perú, sostuvieron
rivalidades, desacuerdos y enfrentamientos, que terminaron con el golpe de
estado al Virrey Pezuela, y la asunción al poder, del nuevo Virrey La Serna.
Culminada la guerra, España perdió a su joya más preciada, el Virreynato del
Perú, su colonia más grande y que le reportó miles de toneladas en oro y plata,
durante trescientos años. Y los militares españoles vencidos, de vuelta en su
tierra, empezaron a escribir documentos y libros, justificando su derrota,
atacándose mutuamente y señalando a los culpables….sus mismos compañeros de
armas.
Valiosos hechos históricos, documentados por los altos mandos del
Ejército Real del Perú; que comprueban la vital importancia geopolítica,
económica y militar, por ejemplo; del actual territorio denominado Región Ica,
al inicio de la Guerra de la Independencia, con la llegada de la Escuadra
Libertadora a la bahía de Paracas, Pisco; el histórico desembarco de la Expedición
Libertadora del Perú, al mando del General don José de San Martín, el 8 de
setiembre de 1820 y la victoria Primera Campaña de la Sierra, al mando del
Coronel Mayor Juan Antonio Álvarez de Arenales
Aportamos datos valiosos para aclarar una fuerte
polémica de doscientos años, entre historiadores peruanos y extranjeros, sobre
sí se realizó o no, un combate, raid o batalla en Changuillo, actual distrito
de la provincia de Nasca, Región Ica; entre las fuerzas realistas y las fuerzas
patriotas. Los datos presentados brindan mayores luces sobre el tema, para
seguir investigando, proceso que también contribuye a fortalecer la identidad
de nuestra población de la Región Ica, en el presente año 2020, año del
Bicentenario del inicio de la Guerra de la Independencia del Perú y
Sudamérica…y en tiempos de pandemia.
Cabe precisar que una investigación histórica o de otra especialidad
profesional, nunca termina, siempre se descubren nuevos datos, que contribuyen
a fortalecer y enriquecer la cultura dinámica de nuestros pueblos, siempre en
constante cambio y evolución.
Es el caso que algunos miles de archivos y documentos históricos, y
valiosos libros de doscientos años de antigüedad, sobre la Guerra de la
Independencia del Perú y Sudamérica; olvidados y desperdigados por el mundo;
continúan apareciendo y continuarán apareciendo, conforme al interés de los
investigadores de las diferentes especialidades, y a medida que evolucionan las
nuevas tecnologías de la información y comunicación. Uno de estos documentos,
reunidos en cinco tomos, lleva el título de “Documentos para la historia de la
guerra separatista del Perú” publicado durante los años 1894 – 1898, en Madrid,
España; y que se encuentra a disposición del público en la siguiente dirección
en internet:
https://bibliotecavirtual.asturias.es/i18n/consulta/registro.cmd?id=3254
I.
INTRODUCCIÓN:
Antes de desarrollar el presente
artículo, repasemos el resumen del contenido de ésta valiosa obra: “Documentos para la historia de la
guerra separatista del Perú” (1894-1898)
Título: Documentos para la historia de la guerra separatista del Perú /
publicados por el Conde de Torata
Publicación:[Madrid] : [s.n.], 1894-1898 (Madrid : Imprenta de la Viuda de M.
Minuesa de los Ríos)
Descripción física:5 v. : il. ; 29 cm
Notas:Copia digital : Biblioteca de Asturias "Ramón Pérez de Ayala",
2014
Contiene:Contiene: T. I: Exposición que dirige al Rey Don Fernando VII Jerónimo
Valdés sobre las causa que motivaron la pérdida del Perú desde Vitoria, á 12 de
julio de 1827 -- 256 p. -- T. II: Refutación que hace Jerónimo Valdés del
Manifiesto que Joaquín de la Pezuela imprimió en 1821 a su regreso del Perú --
513 p., [1] h. de map. col., [1] h. de map. col. pleg. -- T. III: Refutación
que hace Jerónimo Valdés del diario que escribió José Sepúlveda sobre la última
campaña del ejército español en el Perú en 1824. -- 508 p., [5] h. de map.
pleg. -- T. III doble: Apéndices del tomo III de documentos para la historia de
la guerra separatista del Perú -- 585, [8] p. -- T. IV: Traición de Olañeta. --
LV, 518 p.
Materia /
geográfico:Perú-Historia-1820-1829, Guerra de
la Independencia
Autores
secundarios: Torata, Fernando Valdés y Héctor
Conde de Valdés, Jerónimo, 1784-1855
CDU:94(85)"1820/1829"
Tipo de
publicación: Libros
https://bibliotecavirtual.asturias.es/i18n/consulta/registro.cmd?id=3254
II.
EXTRACTOS DEL
TOMO II:
REFUTACIÓN QUE
HACE JERÓNIMO VALDÉS DEL MANIFIESTO
QUE JOAQUÍN DE
LA PEZUELA IMPRIMIÓ EN 1821 A SU REGRESO DEL PERÚ
(Se ha respetado
el texto original, con sus respectivos defectos, quemaduras y manchas, tal como
se encuentra en el facsímil publicado en internet).
Pág. 5
Prólogo
La separación del Virrey del
Perú, General D. Joaquín de la Pezuela, impuesta por varios Jefes del
campamento de Aznapuquio, el 29 de Enero de 1821, fue un suceso de la mayor
transcendencia para los destinos de aquel país.
Juzgado este acto como una
insurrección puramente militar (2), ha sido el origen de los cargos que nos
han dirigido, tanto mas cuanto que la maledicencia lo ha unido con la perdida
de la batalla de Ayacucho, dada el 9 de Diciembre de 1824,
como si estos dos hechos hubiesen
tenido entre si la menor relación, y aunque así no fuese, cuando los cuatro
anos transcurridos de uno a otro, de incesantes victorias y sacrificios de todo
género, habían mas que bastado, para lavar cualquiera mancha que pudieran
tener, los al fin vencidos,
por su participación en la
deposición del Virrey.
Pero la separación del General
Pezuela, lejos de deber ser calificada de esa manera, fue una necesidad
(dolorosa si se quiere), dado el estado del Perú en aquella época, puesto que el
Virrey, prevenido contra el General la Serna, no accedió a ninguna de las
indicaciones que se le hicieron, de separar a los Consejeros de cuya lealtad se
dudaba, de sacar al Ejercito
(1) Localidad situada a una legua al Norte de
Lima. Estas leguas deben ser
de
8.000 varas (6.687 metros), pues a ellas se refiere el Almanaque Peruano y
guia
de forasteros para el ano 1821.
(2)
Manifiesto del General Pezuela, pág. 13, párrafo Hecho.
—
()
a combatir con el de los
enemigos, no aceptando tampoco el que fuese preciso el abandono de Lima. La
situación, sin embargo, era critica a mas no poder, y es necesario que quede
consignada muy en claro, para que se pueda discutir sobre hechos concretos.
Lima estaba bloqueada por mar por
la escuadra chilena desde principios de 1819, y por tierra por las montoneras
(1), apoyadas por el Ejercito de San Martin, que habiendo desembarcado en
Paracas (tres leguas de Pisco) el 8 de Septiembre de 1820, se trasladó a Ancón
en Octubre del mismo,
así que la entrada de víveres era
muy escasa, tanto mas cuanto que Chile y Trujillo, ya perdidos (2), habían sido
sus graneros, y la expedición de Arenales al interior, llevando la insurrección
hasta la sierra, interceptaban la llegada de recursos de toda clase, sobre todo
de hombres y ganados. El
hambre se sentía en aquella
populosa población, y era cuestión de tiempo, y no largo, el llegar a las
mayores escaseces.
El Ejercito, encerrado en tan
voluptuosa ciudad, sintiendo los primeros gérmenes de la epidemia que habia de
sufrir en el otoño (3), se hallaba compuesto en su mayor parte de indios,
que siempre muy propensos a la
deserción, lo estaban mucho mas en aquellos momentos, por los trabajos que con este
objeto hacian, agentes de.uno y otro sexo, de los insurgentes, por lo que
abandonaban sus banderas, no ya solo los soldados, sino los Jefes y Oficiales,
y hasta batallones enteros, como el de Numancia, por lo cual se iba deshaciendo
como el hielo y no era difícil predecir el momento en que estaría aniquilado
por su mal espíritu y reducido número.
El comercio, de quien
principalmente se sacaban los recursos, estaba descontento y arruinado con el
bloqueo: los leales se encontraban desanimados y sin confianza en el Virrey por
el numero' y magnitud de las desgracias ocurridas
(1)
Se llaman montoneras a las partidas de paisanos que se armaban por el
momento
y salían a hostilizar sin genero ninguno de instrucción ni disciplina.
(2)
En 1818 y en Diciembre de 1820.
(3)
Hay que recordar que las estaciones están allí cambiadas con las nuestras.
durante su mando y la clase de
personas que le rodeaban y servían de consejeros; mientras los tibios
procuraban ponerse en buen lugar con el nuevo poder que aparecía.
Las masas removidas por hábiles
conspiradores, dispuestas para lanzarse a la lucha cuando el hambre y las
deserciones hubiesen hecho su camino, teniendo la espalda guardada por San
Martin, que con su Ejercito en Huacho y Retes y las avanzadas a solo siete
leguas (4 Enero 21), manejaba todo este teclado y acechaba el momento de caer
sobre su presa, a la vez que el Ayuntamiento, compuesto de las personas más
influyentes, pedía que se capitulase, y el mismo Virrey expresaba esta idea en
la Junta de Guerra, como se ha dicho en la Exposicion al Rey de 12 de Julio de
1827 (1).
Y dada esta situación, que camino
quedaba para salvar el Perú, cuando el Virrey desechaba el único que se podía seguir?
.Que otro modo de realizarlo, si el General Pezuela a nada accedía?
!Cabe mayor abnegación, mayor
amor a la Patria, que haber ejecutado este acto, el de su separación, que tantas
responsabilidades encerraba ante Dios y los hombres, en vez de cruzarse de
brazos y dejarse llevar de la obediencia ciega y pasiva!
Si tal hubiesen hecho, el Perú se
habría perdido cuatro anos antes; pero nosotros no tendríamos que venir aqui a protestar
de la injusticia con que hemos sido tratados.
Es, pues, por la importancia que
tiene todo lo que se rellere al esclarecimiento de este suceso, por lo que
publicamos ahora como segundo tomo de Documentos para la historia de la guerra
separatista de aquel país, la Refutación (inédita) del Manifiesto que el
General Pezuela dio a luz en 1821, tan luego como llego a España.
III.
EL PRINCIPIO DEL
FIN:
Pág.
21
El Sr. Pezuela debió comprender
el estado verdadero de su crédito cuando llego (i Lima y se encargo del
Virreinato, pues contra lo siempre observado en America y en todas partes, vio
que la salida de su antecesor, el Marques de la Concordia, era un dia de luto y
de consternación en la capital (1); al paso que su sucesor en el Ejercito del
Peru, el General la Serna, que desembarcaba al mismo tiempo en las costas de Arica,
era recibido con un entusiasmo extraordinario por los
pueblos y las tropas de que aquel
acababa de separarse, circunstancia para el tanto mas sensible, por el
contraste que formaba con el frio recibimiento que le liabia hecho el mismo Ejercito
cuando fue a relevar al General Goyeneche en 1813.
Esta diferencia fue tal vez el
origen de la falta de armonía con que desde un principio se establecieron las
relaciones con la Serna, y hasta acaso influyo en hacerle emprender en 1816 la
campana de Salta con solo 3.581 hombres, en la cual, no pudiéndose proponer ni
batir ;i Belgrano, que se hallaba en el Tucumán con 4.200 hombres, ni llamar la
atención de San Martin, que operaba con otros tantos sobre las cordilleras de
Chile, a 400 leguas, fue, o un gran error, o no podia tener otro objeto que
desacreditar al nuevo General del Peru, y hacer que su inevitable desgracia
formase un contraste notable con las victorias de Vilcapugio, Ayohuma y Viluma.
El Virrey no contaba si discurria
de este modo, que siendo suyo el plan de campana, y habiendolo resistido el
General la Serna hasta donde permitia la disciplina, era el y no este sobre
quien al fin habia de caer la responsabilidad y el descredito.
Así sucedió, en efecto, y esta
malhadada campana vino et ser después el primero de los cargos que se le
han hecho por su manejo y direccion del Virreinato.
A la campana de Salta siguió la expedición
a Chile en 1818, cuyo mando confió (i su yerno el Brigadier Osorio, bajo
el equivocado concepto de que era posible la reconquista de aquel Reino con
4.500 hombres, estando defendido por (1) Sthevonson. Traducción de Setier,
folio 65, tomo III.
-22
—
San Martin con un Ejército de
11.000 soldados de línea, los habitantes de cuatro provincias armados en masa y
una excelente artillería. Osorio perdio su Ejercito en la batalla del Maipu (5
de Abril de 1818), a los veinte días de haber batido el Brigadier Ordonez !'i
San Martin en los campos de Talca, y decidido la suerte de Chile por uno de
aquellos triunfos inesperados con que suele coronar la fortuna el arrojo, y si
se quiere la temeridad con que se empeño la gloriosa batalla de Cancharrayada.
A consecuencia de esta desastrosa
expedición, fue desmantelada la plaza y puerto de Talcahuano, se rindio la de
Valdivia, quedo bloqueado el archipielago de Cliiloe, se perdió en el mar el
convoy y armamento que escoltaba la fragata Maria Isabel, y los enemigos
quedaron dueños del Pacifico y
en estado de atacar el Peru por
mar y tierra, como lo verificaron en Septiembre del ano de 1820.
La consternación que estas
perdidas causaron en Lima fue extraordinaria, y la circunstancia de ser el
autor inmediato de ellas un yerno suyo suscito el clamor publico contra el
General Pezuela, y sin duda se habria adelantado el hecho de su separacion (1),
si no hubiese contenido la exaltacion el temor de que no sostuviese aquel acto
el Ejercito del Alto Peru, que tenia en un estado brillante el General la
Serna.
San Martin, que estaba muy bien
informado del desconcierto en que se encontraba el Gobierno de Lima, invadio
las costas del Peru con 4.500 hombres de todas armas u principios de Septiembre
de 1820. El Virrey tenia u su disposicion, segun asegura en diversas partes de
este Manifiesto, 23.000
hombres (2), sin incluir en ellos
el regimiento de la Concordia y oiros Cuerpos de milicias que estaban sobre las
armas.
A pesar de esto, el General
insurgente, en una campana de cuatro meses y medio, se hizo dueno de las ricas
provincias de Guayaquil, Trujillo, Tarma, Huancavelica, Huamanga y
(1) Desde la desventurada accion
del Maipu (1818). Manifiesto, parrafo 28.
(2) Parrafo 3."
ln de Lima, excepto la capital;
atraveso el corazon del Peru con nn Cuerpo de 1.200 hombres; batio y tomo
prisioneras las guarniciones de lca, la Nasca, Huancavelica, Iscuchaca, Jauja,
Tarzna y la columna del general O’Relly, que cubria los minerales de Pasco;
concluyo, por la fuerza de sus movimientos, con la division del Brigadier
Ricafort; fue apresada (5 de Noviembre de 1820) la fragata de guerra Esmeralda,
iniciada bajo los fuegos de los castillos del Callao; pasaron a las banderas
de la revolucion las guarniciones de Guayaquil, Trujillo y division de Piura;
lo mismo hizo el batallon de Numancia.
En suma, San Martin, a principios
de 1821, se encontró aumentado su Ejercito hasta el numero de 10.180 hombres, con
otros 5.000 de guerrillas o montoneras, habiendo causado al del Rey una baja de
8.200, todo lo cual resulta del mismo Manifiesto, segun se notara en sus
respectivos lugares.
Una serie de desgracias tan
grande como inesperada acabo de desorganizar el Gobierno del Virreinato;
destruyo el crédito y los recursos de toda especie; puso en poder de los
enemigos todas nuestras costas y arsenales; la capital fue bloqueada por mar y
tierra; la desconfianza y el desaliento llegaron a tal grado entre los hombres
mas comprometidos por la causa espanola,que hubo dia en que se pasaron a los
enemigos 38 Oficiales de todas graduaciones. El pais se creia irremediablemente
perdido, y el Virrey participaba de esta opinion, pues que la manifestaba hasta
en conversaciones oficiales.
El hecho no es exacto, siendo muy
penoso el tener a cada paso que llamar la atencion sobre estos detalles, que
naturalmente produce la • desconfianza respecto a la verdad de los demas.
Decir, por ejemplo, como aqui,
que los Ejercitos del Peru tenian en 29 de Enero de 1821 mas fuerza que en
Septiembre de 1820, a renglon seguido de haber confesado las perdidas de Guayaquil
y Trujillo, las de los batallones de Victoria y Numancia y escuadron de
Carabaillo, las de las divisiones de la costa, no es cosa facil de explicar. El
estado que a continuación se inserta hara ver la fuerza verdadera que existia
en dicho mes de Enero.
Fuerza total que existia en todo
el Virreinato el dia 8 de Septiembre
de 1820, segun dice el Sr.
Pezuela.............................. 23.000
B
A J A S
Guarnicion de Pisco, batida y
hecha prisionera en lea
y la
Nasca........................................................................
400
Idem la de Canete, que se
incorporo con la primera y
que sufrio igual
suerte................................................. 150
La division de Chancay, destruida
en Noviembre.... 296
Division de Ricafort, deshecha en
los movimientos que
ejecuto en Octubre, Noviembre y
Diciembre............. 1.000
Guarnicion de Huancavelica, hecha
prisionera en el
puente Iscuchaca por el Coronel
Arenales............... 200
Las de Jauja y Taima, tomadas por
el mismo caudillo. 230
8-tma y signa.....................................................................
2.276
— 30 —
Simia anterior........................ 2.276
La de Pasco, entre Veteranos y de
Milicias, destruidas
cuando la division de
O’Relly.................................... 300
Division de este, compuesta del
batallon de Victoria,
escuadron de Carabaillo y dos
piezas de montana. 976
Guarniciones de Guayaquil y
Trujillo, y division de l g 202
Piura, que se pasaron . los
enemigos en Diciembre. 2.500 (
Batallon de Numancia, pasado
igualmente en el mismo
mes.............................................................................
650
Bajas aproximadas de muertos,
heridos, prisioneros y
desertores sueltos en los cuatro
meses y medio que
duro esta desastrosa
campana....................................... 1.500
Resto en 29 de Enero de
1821.......................................................... 14.798
Queda, pues, demostrado con los
mismos datos que arroja el Manifiesto, que los Ejercitos del Peru disminuyeron
su fuerza desde el mes de Septiembre de 1820 basta Enero de 1821 en mas de una
tercera parte, cuya baja fue toda en pura .perdida, mediante a que el desconcierto
con que se practicaron las operaciones militares en todos los puntos del
Virreinato, asi como las sublevaciones causadas por la invasion de Arenales en
las provincias interiores del Bajo Peru, impidieron que se hiciese recluta, ni
se aumentasen los Cuerpos con individuo alguno.
Es de advertir que aunque la
partida de 1.500 .hombres de muertos, heridos, prisioneros y desertores sueltos
que se pone en el estado no resulta de los documentos del Manifiesto, fue, sin
embargo, una baja real, que se ha estimado en lo menos posible, pues solo en
deserciones hubo dia en que se
pasaron 38 Oficiales, y otro en
que lo verificaron hasta 100 individuos de todas clases (1), pues formaba parte
del sistema adoptado por San Martin el fomentar estas todo lo posible, por la
perdida material y moral que resultaba.
Sin pasar de aqui, y con solo el
objeto de completar el cuadro de esta campana, poniendo al lado de las perdidas
inesperadas que sufrieron los Ejercitos del Rey las ventajas inde-
(1) Miller. Traduccion de Torrijos.
Tomo I, paginas 259 y 264.
— 31 —
oibles que obtuvieron en ella los
disidentes, vamos a presentar en otro estado las altas y aumentos probables que
tuvo el Ejercito de San Martin desde su desembarco en Septiembre de 1820 basta
Enero de 1821.
Fuerza total con que desembarco
San.Martin-de Pisco............. 4.500
A
L T A S
Dos compañías que se les pasaron
de la división de
lea y algunos prisioneros de la
misma que tomaron
partido..............................................................................
200 \
Pasados y prisioneros, que
también tomaron partido i
de los batidos en
Iscuchaca......................................... 150 I
Pasados de la división de
O’Relly.................................... 400 i
Las guarniciones de Guayaquil y
Trujillo, y división i
de Piura, pasados en cuerpo a los
enemigos............ 2.500 > 6.680
Batallon de Numancia, pasado en
la propia forma.... 650
Pasados sueltos de nuestras
filas.................................... 580
Reclutas de negros en
Pisco............................................ 800
Idem en las provincias del Norte,
entre negros y
blancos..............................................................................
1.400 /
Fuerza total de San Martin el dia
29 de Enero de 1821............. 11.180
Suponiendo por un calculo
aproximado que hubiese tenido San Martin 1.000 hombres de perdida entre
muertos, heridos, prisioneros y desertores, siempre resulta que el día de que
se trata tenia al menos 10.180 hombres, sin incluir en este numero mas de 5.000
partidarios que habia organizado en las seis provincias invadidas, y que, como
se ha dicho, nos hacían mas daño que el Ejercito de linea. Por manera que San
Martin había excedido nuestra fuerza numérica en cuatro meses y medio de
campana, siendo asi que a su desembarco no traia de Chile una quinta parte de
la que tenia el Virreinato. Esta ventaja era inmensa en las manos de San
Martin, porque teniendo que cubrir nuestros 14.798 hombres una extensión de 600
leguas, el tenia concentradas la mayor parte de sus
tropas de linea en Huacho y
Huaura, y aun los Cuerpos de partidarios y de guerrillas obraban a muy poca
distancia de su base de operaciones, pues que se hallaban en las provincias de Huamanga,
Tarma y Lima.
Los lectores comprenderan el
desaliento que debio producir a las tropas y a los realistas del Peru
toda esta serie de desgraciados sucesos, y si era posible que el Virrey
tuviese a su favor la opinion y conservase en el pais el influjo que supone, pues
lo habia conducido a esta situacion, habiendo tenido a su disposicion tantos
medios para salvarlo.
§ 4. Este parrafo parece que
tiene por objeto el manifestar que la opinion general del Peru estaba declarada
por los disidentes, y que esta es poderosa, y solo se puede paralizar por los
triunfos militares. Acaba de verse el cuadro de las desgracias que sufrio el
Ejercito real en esta campana, y las ventajas inmensas que obtuvo el de San
Martin en los cuatro meses y medio que mediaron desde que desembarco hasta el
29 de Enero. Y sin embargo el Sr. Pezuela, fundado en estos principios,
infiere que la situación de los
enemigos no les prometía un resultado seguro, que debían estar debilitados,
destruida su moral, etc., etc.
§ 5. Es difícil comprender lo que
quieren decir en este largo párrafo los autores del Manifiesto. En los primeros
diez renglones y medio dejan entrever la convicción en que estaban de que se
iba a perder el Virreinato, y que de ocurrir esta desgracia se iba a atribuir a
las disposiciones del Virrey,
lo que solo era efecto de la
fuerza de los acontecimientos. En los 47 siguientes se proponen, al parecer,
manifestar que estaba perdido el Perú desde la acción de Chacabuco en Chile (Febrero
1817), es decir, desde la entrada de San Martin en aquel Reino, o lo que es mas
claro, desde la epoca en que el Sr. Pezuela se encargo del Virreinato; y, por
ultimo, concluyen asegurando (}ue la inaccion era sumamente perjudicial, y que
todos los conatos del Sr. Pezuela se habian dirigido desde el principio de la
campana de 1820 a buscar y batir los insurgentes en cualquier parte que los
encontrase.
Hemos dicho antes que los
enemigos mas encarnizados del Sr. Pezuela no podian haberle hecho un dano mayor
que el
- 3:3 —
de liacerle firmar este
Manifiesto y este párrafo, es una nueva prueba de ello. Como se determinan a
hablar de las desgracias de Chile, de la perdida de nuestra Marina, y, por
consiguiente, del dominio
del Pacifico, y con ello
de la destrucción del comercio y de la industria y de los perjuicios que
ocasiona la inacción, habiendo ocurrido todo esto en el tiempo de su mando y
sido esta la causa de su deposición? Que fue el Sr. Pezuela quien mando a Chile
a su yerno Osorio, el que ordeno desmantelar a Talcahuano, cuyo abandono inconcebible
produjo la perdida de la fragata Maria Isabel y la de casi todo el
convoy que transportaba la expedición de Cantabria; que la separación de las
tres fragatas y otros buques que aun quedaban a fines de 1820 en el puerto del
Callao, fue la que ocasiono la perdida de la Esmeralda, abordada en el mismo
puerto, y la de la Prueba y la Venganza, perdidas en Guayaquil,
donde se consumo nuestra ruina maritima?
Como se determina a decir que
esperaba para operar sobre las costas a principios de 1821 la llegada de los
dos navios que se le habian anunciado en Real orden de Junio de 1819, cuando en
Octubre del mismo ano llego a aquellos mares la frogata Prueba, correspondiente
a la expedicion anunciada, y con ella la noticia de que el Alejandro se
habia vuelto desde La Linea, y que el Han Telmo se habia perdido en el
Cabo de Hornos?
Y al hablar de la inaccion, que
se llama con tanta razon sumamenteperjttdicial, .sera posible que se
olvide que fue ella la que abrio las costas de Pisco a la expedicion de San
Martin; la que le proporciono las riquezas, la recluta, los caballos y los
recursos que, con sorpresa suya, encontro en aquellos parajes; la que decidio a
Arenales a practicar la temeraria invasión por el corazon del Bajo Peru, en la
cual conto sus triunfos por los dias de marcha, sin encontrar en ningun punto combinacion
alguna que pudiera desconcertar sus movimientos?
Por ultimo, .como tiene valor
para asegurar que habia tratado de batir a los enemigos, y que iba a ponerse a
la cabeza 3
— 34
del Ejercito pora buscarlos
decididamente, cuando se verifico su separación, resultando, como resulta, que
despues de haber encardado osla operacion a la Serna, y de haberla este
principiado, hizo replegar las tropas a las inmediaciones de Lima, preoisamenle
en el momenlo mismo que se trataba públicamente en osla capihil, do hacer con San
Martin la famosa capitulacion de que se ha. hablado anteriormente y que fue la que
determino su separación?
Los autores del Manifiesto
creyeron sin duda, que escribían para gente completamente ignorante de lo que
alli habia pasado, pues de otra manera-no pueden explicarse los errores y contradicciones
que a cada paso se encuentran.
Los llamados conjurados de
Aznapuquio, deben sin embargo darles las gracias por la confesion que hacen en
este parrafo, pues a pemr de la opinion que consignan de que el Peru no podia
defenderse sin el arribo de fuerzas navales, y que sin el dominio del mar es
imponible salvar estos paises, aquellos supieron hacerlo por espacio de
cuatro anos sin recibir este auxilio, y fue necesario que por una parte se
agolpasen sobro el Perú los ejércitos enemigos de toda la America del Sur, y
que por otra estallase la funesta escisión de Olañeta, para que' so perdiesen
aquellos dominios en la aciaga batalla de Ayacucho.
§ 6. Es cierto que el Sr.
Pezuela, en 14 de Noviembre de 1820, titulo Junta directiva a la de Generales
(pie tenia formada desde el principio de su Virreinato; pero tambien lo es que
le quito aquel, nombre y aquellas atribuciones a. las veinticuatro horas de su
instalacion, y que bajo ninguno do los conceptos influyo en ella el General la
Serna, contra quien el Virrey tenia la prevencion que descubre en este mismo párrafo.
Los acuerdos en que prevalecían
por casualidad las opiniones de la Serna.y los Generales Peliu y tal vez
Vacaro eran despues . desconcertados por las sugestiones de la Mar y Llanos, que
formaban slt Consejo privado, y que se hallaban, según se ha visto después, en comunicación
abierta con los enemigos.
Así fue que, después de resuelta
por la Junta la salida
-
35
—
de la división de 0 ‘Relly para
el valle de Jauja, donde hubiera probablemente batido a. Avenales, so le hizo-
marchar, por disposición particular del Virrey, al Cerro de Pasco, en ipue tuvo
que rendir las armas de la manera (pie todos saben. J)e esta misma especie se
podrian citar muchos hechos.:
El Sr. Pezuela. ha olvidado, por
lo que respecta a su mando en el Iqjereiio del Alto Peru, que no fueron solo
sus ideas, según dice, sino también las de los Generales Ramirez, Tacon, Picoaga,
Alvarez, J). Casimiro Valdés y otros beneméritos Jefes, las que le sacaron de
sus apuros, y la afectación innecesaria de este párrafo prueba, que deseaba
indirectamente justificarse de la opinión de irresoluto que se tenía do el
cuando ejercia aquel cargo, y que confiesa en este párrafo haberle perjudicado en
el concepto como Virrey de Lima.
§ 7. Los autores del Manifiesto,
consecuentes al menos en su propósito de presentar en una misma pagina unas
veces perdido el Peru, otras defendido y asegurado'por las combinaciones del
Sr. Pezuela; tan pronto sin comercio, sin dinero y sin recursos, como apoyado
sobre medios de defensa suficientes al logro de la empresa., se lastiman en
este parrafo del peligro de perderse que amenazaba al pais..en las manos de sus
nuevos defensores, y al mismo tiempo nos dicen que nada probara contra el Sr.
Pezuela el buen resultado de las .nuevas operaciones, mediante a' que ≪/a conservado !i del Virrei'natu esta
consiynada sobre la ver-taja de mis combinaciones y sobre el poder que yo he
formado desde sus primeros elementos, a costa de muchos afanes y sarrI/.dosy>.
Si el plan del Manifiesto ha
sido, segun parece, embrollar los hechos de manera que puedan convenir sus
consecuencias a todos los. acontecimientos posibles, es menester confesar que han
hecho una obra completa, por mas que, tratandose de asuntos tan graves, es,
ante todo, preciso hablar claro. .
Al parecer, según puede
entreverse de este párrafo, les preocupaba que los sucesores del Sr. Pezuela en
el Gobierno del Perú perdiesen aquellos dominios, y que en caso de salvarlos lo
hiciesen continuando su mismo sistema,
— 36 —
Si este sentimiento era
verdadero, han debido tranquilizarse muy pronto, pues habrán visto que fue
precisamente adoptando un plan de campana de todo punto contrario al que seguía
tan obstinadamente aquel señor, es decir, que fue estableciendo por base de las
operaciones el centro del Perú, en lugar de continuar apoyándolas, según él lo
hacía, sobre la circunferencia, como se batió al Cuerpo de Tristán en lca, al Ejercito
de Alvarado en Torata y Moquegua, al de Santa Cruz
sobre el Desaguadero, al de Sucre
en Arequipa, y a la expedición de Chile en Arica, a cuyas victorias siguieron
la tranquilidad de las provincias internas, incluso la de Huamanga, que no se
había logrado sosegar durante los dos Virreinatos anteriores. Tantas glorias,
debidas, sin duda, al uso feliz de las líneas centrales, y de que solo podra
formarse juicio teniendo a la vista la Carta de aquellos inmensos paises, no podrá
disputarnoslas el Sr. Pezuela, ni mucho menos atribuirse como propias, unas
concepciones del todo opuestas a las suyas.
IV.
LOS ALTOS MANDOS ESPAÑOLES MENCIONAN A CHANGUILLO
Y NASCA EN LA
GUERRA DE LA INDEPENDENCIA DEL PERÚ
Existe una polémica de doscientos años, entre
historiadores peruanos y extranjeros, sobre sí se realizó o no, un combate,
raid o batalla en Changuillo, actual distrito de la provincia de Nasca; entre
las fuerzas realistas y las fuerzas patriotas. Las siguientes líneas pueden
contribuir a brindar mayores luces sobre el tema, para seguir investigando, proceso
que también contribuye a fortalecer la identidad de nuestra población de la
Región Ica, en el presente año 2020, año del Bicentenario del inicio de la
Guerra de la Independencia del Perú y Sudamérica…y en tiempos de pandemia:
Pág. 43
Relación de las sorpresas más notables
ocurridas durante
el Virreinato del Sr. Pezuela.
1.
La de la fragata Maria Isabel con varios buques de transporte que
conducían la expedición de Cantabria en el ano de 1818.
2.
La que hizo la escuadrilla de Cochrane en el Callao en Febrero de 1819.
3.
Las de Ica, la Nasca, Changuillo y Acarí, sobre la división de Quimper,
en
Octubre de 1820.
4.
La del puente de Iscuchaca, hecha por Arenales, en Noviembre del mismo año.
5.
Las de Jauja y Tarma, verificadas en el mismo mes y año.
6.
La del Cerro de Pasco en Diciembre.
7.
Por último, la de la fragata Esmeralda, apresada dentro del mismo puerto
del Callao en Noviembre del propio año.
V.
EL GENERAL
VALDEZ, EL ENEMIGO FORMIDABLE DE SAN MARTÍN, AUTOR DEL LIBRO “REFUTACIÓN QUE
HACE JERÓNIMO VALDÉS DEL MANIFIESTO QUE JOAQUÍN DE LA PEZUELA IMPRIMIÓ EN 1821
A SU REGRESO DEL PERÚ”
Jerónimo
Valdez, natural de Villarín en Asturias (4 de mayo 1784)…en su juventud había
estudiado para abogado, y desde entonces adquirió la pasión por los libros que
no le abandonó jamás. Con la invasión francesa entró al servicio y se dedicó
con tanto afán y provecho, que con el estudio y la experiencia era tan apto
para combatir como para dar lecciones del arte militar.
A la cabeza de su batallón oía
misa los domingos y días feriados, y rezaba el rosario todos los días…severo
observador de la táctica y de la disciplina, sus soldados se distinguían por su
limpieza, la precisión en las evoluciones militares, el manejo del arma, el
aire marcial, la gracia al andar, y esa apostura orgullosa al cuadrarse y
saludar, privilegio de los que aprendieron en la guerra el desprecio del
peligro.
Su
división, superior a todas las realistas y también a las independientes, era
una agrupación de fanáticos que se habrían dejado matar por él….
Era
de estatura mediana, más bien bajo que alto, de facciones regulares, algo
moreno, bien parecido, en cuya fisonomía simpática campeaban dos grandes ojos
rasgados, chispeantes de energía e inteligencia.
Vestía
un gabán plomo claro hasta los tobillos, chaleco largo cerrado, pantalón corto
aprisionado en medias gruesas negras de lana ligadas a medio muslo, medias
botas de cuero, espada al cinto, sombrero de vicuña de alas anchas, debajo del
que se dibujaba su birrete negro y un gran poncho blanco de lana o dril según
las estaciones. Fumaba puros que a veces envolvía en un papel cualquiera, por
haberse desecho o roto con las rudezas del camino.
Era
el ídolo de sus soldados; el enemigo más temible de los patriotas; el único
respeto de La Serna y el baluarte más firme en América de los derechos del
trono. Tal era el Jefe de Estado Mayor.
HISTORIA DEL
PERÚ INDEPENDIENTE
Por: M. NEMESIO
VARGAS
Págs. 219 - 220
LIMA
IMP. DE LA
ESCUELA DE INGENIEROS
1903
BIBLIOTECA
MUNICIPAL “JOSÉ DE SAN MARTÍN” ICA
HP 390
Biblioteca
Municipal “José de San Martín”
FUENTES:
HISTORIA DEL
PERÚ INDEPENDIENTE
Por: M. NEMESIO
VARGAS
Págs. 219 - 220
LIMA
IMP. DE LA
ESCUELA DE INGENIEROS
1903
BIBLIOTECA
MUNICIPAL “JOSÉ DE SAN MARTÍN” ICA
HP 390
https://bibliotecavirtual.asturias.es/i18n/consulta/registro.cmd?id=3254
VI.
DATOS DEL LIBRO “EPOPEYA
DE LA LIBERTAD”
Lima, Perú 1921
Repasemos la obra del coronel
Manuel Bonilla “EPOPEYA DE LA LIBERTAD”, que adquiere grandes dimensiones en
este año 2020, uno de los historiadores peruanos reconocidos a nivel
mundial, referente de los historiadores
extranjeros que en la actualidad, viajan hasta nuestro país para buscar sus
libros que contienen investigaciones y documentos de hace cuatro siglos.
“Si
fue ilógica la retirada de Quimper en dirección precisamente opuesta a la
aconsejada por las conveniencias tácticas de todo destacamento avanzado, su
ejecución es inexplicable. Tras de una salida, por lo intempestiva, parecida a
una fuga, cuya consecuencia es la pérdida de 200 hombres pasados al adversario con armas y equipos, realiza una
marcha tan lenta como vacilante, con frecuentes y prolongados altos, dentro de
una zona sin recursos, y, por consiguiente, contemplada a desmoralizar sus
tropas; sin una idea directriz, marchaba por marchar o por alejarse del
enemigo.
Posesionado
Arenales de Ica, recibió al par que las muestras del mayor entusiasmo,
constantes y preciosos datos sobre la dirección y condiciones del destacamento
de Quimper. Su orden era batirlo y aún cuando ya no se encontraba en el lugar
donde se previó la acción, el amplio sentimiento del cumplimiento de la misión,
y el interés de no dejar a su espalda una tropa, le incitaron a buscarlo y
destruirlo donde lo alcanzara.
Quimper
habíase detenido al sur de Palpa y norte de Nazca en la hacienda Changuillo
(San Juan) cerca de los contrafuertes de las cadenas de montañas de la
provincia de Lucanas y podría decirse en el centro de un desierto: la enorme
pampa de Huayurí, lo separaba de los insurgentes y a pesar de su salida de Ica
en la madrugada del día 6, el día 15 permanecía allí. Había recorrido solo 120
kilómetros.
Arenales,
sin tomar en consideración la cifra de las tropas, preparó con todo sigilo un
pequeño destacamento de 80 jinetes, llevando igual número de infantes en ancas,
conduciendo de tiro cabalgaduras recolectadas en Ica y sus alrededores y
provisto de excelentes guías del país.
A
su segundo, el Comandante Rojas, dio el mando y las instrucciones para el raid,
el cual se inició en la noche del día 12.
Rojas,
apartándose de los caminos, marchando sólo de noche, disimulándose en el día y
tratando de mantener el más estricto secreto sobre su presencia y
desplazamiento alcanzó llegar en las
primeras horas del día 15 de octubre hasta las inmediaciones de Changuillo,
deteniéndose antes de tocar con los elementos de vigilancia de Quimper, cuyas
avanzadas se dirigían más a la dirección de Palpa, habiendo Rojas obtenido, por
razón de su marcha a través de la pampa de Huayurí, colocarse hacia el suroeste
de Changuillo, es decir hacia el flanco y retaguardia del emplazamiento
realista
Ante
tal resultado, la iniciativa y reputado tino de Rojas, encontró propicia la
ocasión para, con un hermoso golpe de audacia, dar cumplimiento a su misión y
al raid. Hizo desmontar a los infantes, cambiar y arreglar las cabalgaduras,
dividió a sus jinetes en tres pelotones al mando de tres futuras glorias de la
caballería: Lavalle, Brandsen y Suárez, y dióles orden de asaltar el campo
enemigo mientras la infantería continuaría para apoyar su acción.
Esos
granaderos y cazadores, insomnes varios días, fatigados por larga y difícil
marcha, insignificantes en número se precipitaron contra sus nada precavidos
adversarios como un huracán de espanto y muerte, alanceando y sableando a los
inexpertos y sorprendidos soldados de Quimper, los cuales no pudieron atinar a
ninguna disposición de resistencia y hubieron de buscar su salvación en la
huida y la dispersión. Quimper sólo pudo dar esta voz: “¡Sígame la caballería!”
y con el conde Montemar y algunos oficiales se alejó hacia el sur.
Los
resultados materiales de este raid fueron 50 realistas entre muertos y heridos;
6 oficiales y 80 soldados de línea como primeros prisioneros, pues a éste
número debe añadirse el de la totalidad de la llamada división, pues en su
mayoría o fue capturada después o del todo dispersa. Además fueron trofeos las
armas, en las cuales habían 300 fusiles, equipos, ganado y los equipajes en su
total.
VII.
CARTA DEL CORONEL ARENALES A SAN
MARTÍN
Ica,
13 de octubre de 1820
Señor
don José de San Martín
Mi
General y todo mi respeto:
A
las 12 de este día recibo su estimada carta fecha de ayer en que se sirve
significarme el motivo de no haberme remitido las cargas que posteriormente me
había insinuado, y por lo que despaché las últimas mulas con el oficial Silva.
Asimismo veo cuanto me advierte acercad de la urgencia de mi salida de aquí y
lo que usted ha dispuesto en este concepto. Puede usted creerme mi General, que
siento mis deseos y parecer iguales, experimento una inexplicable violencia en
mi espíritu por la demora que varias circunstancia imprevistas e inevitables
nos han ocasionado; y me falta poco para exasperarme por el entorpecimiento de
nuestros conformes designios.
A
pesar de mi agitación se demoró la consecución de arrias para traer el
cargamento que dejé en ese punto. Por fin se venció esto y con su insinuación
despaché más mulas con el dicho oficial Silva, a fin de traer las armas y
municiones que ya en esta virtud aplicaba yo para este gobernador, como que lo
considero de necesidad, pero en esta parte me compondré con él como pueda; lo
peor es que no me hayan vuelto siquiera alguna de estas dichas mulas.
Como
los enemigos, con la poca fuerzas que les ha quedado, se detuvieron en Palpa,
distante 24 leguas de aquí, ha clamado este vecindario (y con razón) porque se
envíe una fuerza capaz de destruirlos, o al menos arrojarlos por las largas
travesías o hacia Arequipa, y graduando este paso de suma necesidad, despaché
antes de ayer los dos piquetes de caballería de la división, con los 50 hombres
de cazadores a caballo que quedaron aquí y las dos compañías de cazadores de
infantes en ancas, con caballos de diestra, todos al comando de Rojas, a fin de
lograr el golpe completo como necesitamos, y no dejar este infeliz vecindario
con la soga al cuello como quedaría si el enemigo puede regresar sobre él
después de mi salida, como es probable, y creo que en los sentimientos de usted
causaría el mayor dolor, atendiendo a la sinceridad y buena fe con que esta
gente se ha portado.
La
salida de dicha fuerza se verificó antes de anoche a las tres, con la mayor
cautela, reserva y precaución. Debió ir a descansar ayer como lo ha hecho a las
ocho leguas de aquí para emprender anoche la marcha por una pampa limpia que
sigue sin agua, de catorce leguas, y con buenos baqueanos para tomar un camino
excusado, tres leguas antes de llegar a Palpa, a efecto de sorprender y tomar a
los enemigos. Espías que yo antes había despachado me aseguran que los enemigos
estaban allí muy faltos de bestias y con ánimo de seguir hoy o mañana para… donde
desde antes tenían adelantado algún cargamento. Será más que desgracia que no
caigan en esta red completamente, pero de cualquier modo ya no tengo otro
arbitrio que esperar precisamente su vuelta, cuya brevedad he reencargado
muchísimo, y comunicaré a usted el resultado.
Al
oficial don José María Baldovinos que quedó en Chunchanga con el piquete que
custodió el cargamento que estuvo allí, he repetido órdenes para que se venga
con la última remesa de cargas, y hasta ahora no se me ha reunido. Le hago
expreso para que lo verifique, y desde que regrese Rojas no me detendré un
momento, ni en comunicar a usted mi partida.
El
coronel Necochea ha padecido mucho más de lo que al principio se creyó por los
síntomas de su accidente, pues se le fijó después la puntada al costado; no
surtieron efecto varios remedios hasta que por último han usado del cáustico y
está mejor, pero no capaz de ponerse en marcha.
Muy
sensible me es el sentimiento que causó a usted mi General, por la demora. Así
padece mi espíritu porque comprendo la urgencia, pero sírvase usted dispensarme
bien persuadido de los deseos de su amantísimo que sus manos besa.
Juan
Antonio Álvarez de Arenales
VIII.
BOLETÍN No. 2
DEL EJÉRCITO LIBERTADOR
Cuartel
general en Pisco, Octubre 22 de 1820
“Después
de una marcha forzada y penosa, la división del coronel mayor Arenales, entró
el 6 en Ica, y fue recibida con el más sincero entusiasmo por el cuerpo
municipal y vecindario de aquel pueblo. El coronel Quimper y el conde de
Montemar , se pusieron en fuga pocas horas antes que entrase nuestra división:
la tropa que los seguía pasaban de 300 hombres; de ellos se nos unieron dos
compañías con sus respectivos oficiales. Los fugitivos fueron perseguidos por
un escuadrón de cazadores a caballo al mando del teniente coronel Guido hasta
el pueblo de Palpa, 16 leguas al Sud de Ica: de allí regresó esta fuerza en
cumplimiento de las órdenes que llevaba.
“Con
el objeto de dejar en completa seguridad el vecindario de Ica, y prevenir que
la fuerza de Quimper volviese sobre este pueblo, luego que nuestra división
siguiese a su destino; dispuso el coronel mayor Arenales, que el teniente
coronel Rojas con 80 caballos e igual número de infantes, marchase hasta Nasca,
donde según noticias contestes permanecía el enemigo con cuanto pudo salvar en
su fuga. ”
“Para
que esta operación tuviese el éxito deseado, era necesario que se efectuase por
sorpresa: de otro modo, no era factible que la tropa de Quimper se dejase ver
de nuestros soldados. El 12 salió de Ica el teniente coronel Rojas, y
dirigiendo su marcha por desiertos estraviados, llegó el 15 a Changuillo, tres
leguas a retaguardia del enemigo. La confianza que tenía este en sus avanzadas,
situadas en el camino de Palpa, hizo que nuestra pequeña división, se
aproximase al pueblo sin ser sentida. Entonces dispuso el comandante de ella,
que los valientes capitanes Lavalle y Bermúdez, y el teniente Suárez, de
cazadores de la escolta, entrasen con la caballería a gran galope, mientras
avanzaba la infantería. La confusión y el desorden fue igual a la sorpresa: los
enemigos abandonaron la plaza con la velocidad del miedo, y fueron perseguidos
y acuchillados hasta una legua del pueblo: el camino por donde emprendieron su
fuga, quedó sembrado de cadáveres y heridos. Quimper abandonó a sus soldados, y
según afirma uno de los oficiales prisioneros, la única orden que dio al verse
atacado, fue, que lo siguiese la caballería.
”
“La
fuerza del enemigo, por la relación de los mismos prisioneros, ascendía a más
de 600 hombres: de ellos se han tomado 6 oficiales y 80 soldados de línea,
fuera de un gran número de milicianos: los muertos y heridos pasan de 50.
También han quedado en nuestro poder 30 fusiles, un crecido número de
tercerolas, fornituras, sables y lanzas, con todos los equipajes de la
división. ”
“Por
los mismos vecinos de Nasca fue informado el comandante Rojas, que el enemigo
había remitido al pueblo de Acarí sobre 100 cargas entre pertrechos de guerra y
otros efectos que sacó de Ica al retirarse. En la noche del 15, dispuso que el
teniente Suárez con una partida de cazadores, saliese con prontitud a
apoderarse de aquel cargamento. La actividad de este oficial venció las
dificultades que le oponían la distancia
El
19 regresó a Ica el comandante Rojas, y el 20 emprendió su marcha al interior
(1), la división del coronel mayor Arenales, dejando ya en seguridad a los
patriotas. Antes de su partida dispuso el general en jefe, que el teniente
coronel Bermúdez quedase en Ica, en clase de comandante general del sur, con
una fuerza respetable, a más del armamento y municiones necesarias para
aumentarla hasta el grado que se considere conveniente.
“Tales
han sido los resultados del primer ensayo del ejército desde el 5 del que rige,
en que salió de Pisco la división del coronel mayor Arenales. Los peruanos han
visto ya la enorme diferencia que hay entre los que pelean por oprimir, y los
que buscan el combate para librar a sus hermanos: los enemigos por su parte han
recibido una lección terrible, el sable de nuestro granaderos y cazadores, ha
sido y será siempre una señal de muerte para los soldados del rey: en breve
probarán todos los cuerpos del ejército, que los vencedores de Chacabuco y
Maypo aún viven, y que sus almas se hallan en toda la juventud del ardor
guerrero.
“La
municipalidad de Ica ha dirigido a S.E. el general en jefe, una nota con fecha
del 19, en que después de encarecerle su profundo reconocimiento por haber
libertado a sus habitantes del yugo español, emplea toda la fuerza de sus
sentimientos para elogiar la conducta de los jefes, oficiales y tropa que componen
la división del coronel mayor Arenales. La impresión que ha causado en todas
partes la presencia de los libertadores del Perú, ha sido tanto más vehemente y
favorable, cuanto han quedado más al descubierto las falsas y ridículas
imputaciones del gobierno de Lima. Ningún habitante podrá quejarse de la
conducta del ejército: todas las propiedades han sido respetadas, con excepción
de las de aquellos que de hecho se hallaban con las armas en la mano; los
esclavos que han venido a presentarse en nuestras filas, han sido amparados;
pero al mismo tiempo se ha ofrecido solemnemente indemnizar a sus amos, luego
que se establezca un gobierno nacional ; los desórdenes cometidos por algunos
de ellos, se han castigado con severidad; y un malvado, que antes de la llegada
del ejército en Chincha, cometió un horroso asesinato, luego que se presentó a
tomar partido, fue preso, juzgado por orden del general en jefe, mandado
ejecutar con aprobación de S.E. en el mismo lugar donde ensangrentó sus
criminales manos. En fin, los mismos prisioneros hechos en la acción de Nasca,
han sido favorecido en su desgracia, y todos los que estaban en estado de
marchar , serán en breve remitidos a Lima. El grande objeto del general en
jefe, es ahorrar a la humanidad todas las aflicciones posible, y hacer la
guerra de un modo, que a más de ser vencido el enemigo en el campo de batalla,
lo sea también ante la opinión de los hombres que piensan. ”
(1)
)
Nota aclaratoria: la partida de Arenales hacia la sierra se postergó para el
día siguiente, 21 de octubre de 1820, después de la ceremonia de proclamación
de la Independencia por el pueblo y sus autoridades, en la plaza de armas de
Ica; situación que posteriormente se explica en cartas de Arenales a San
Martín)
Fuente:
“Epopeya
de la Libertad”
Reminiscencias
Históricas de la Independencia del Perú
TOMO I
Setiembre
a Diciembre de 1820
Autor:
Manuel C. Bonilla
Págs. 149
a 160
Lima
1921
IX.
4 de febrero de
1822
NASCA EN EL
BICENTENARIO DE LA INDEPENDENCIA:
EL PRONUNCIAMIENTO
DE LIBERTAD DEL CABILDO NASQUEÑO Y
LA CREACIÓN DE
SU INFANTERÍA Y CABALLERÍA
El
General San Martín proclamó la independencia del Perú el 28 de julio de 1821,
en la Plaza de Armas de Lima, pero los ejércitos españoles todavía eran dueños
de gran parte del Virreynato del Perú, y los guerrilleros patriotas peruanos en
coordinación con las divisiones del Ejército Libertador, seguían luchando,
tratando de sostener la independencia de los pueblos que la habían proclamado y
jurado antes de Lima. Muchos pueblos sufrieron las sangrientas represalias de
los godos, y se produjeron gestas heroicas de muchos pueblos de la costa,
sierra y selva; hechos históricos que las nuevas generaciones del siglo XXI
recién empiezan a conocer.
La
adhesión del aguerrido pueblo nasqueño a la causa de la Independencia, ya se
había destacado desde el desembarco de San Martín el 8 de setiembre de 1820,
así como en las primeras operaciones militares del 7 de octubre en Palpa, con
una contundente primera victoria patriota, así como el 15 de octubre en
Changuillo y Nasca; y, en la proclamación de la Independencia de Ica, en su
Plaza de Armas, y la partida de La Expedición Libertadora del General Juan
Antonio Álvarez de Arenales; ese mismo día, rumbo a la sierra.
Los
meses siguientes fueron de angustia, incertidumbre y sacrificios de la pueblos
de Chincha, Pisco, Ica, Palpa y Nasca, que hoy conforman la región Ica. Los
ejércitos españoles iban recuperando poco a poco los antiguos partidos o
pueblos, en donde muchos peruanos, indios, mestizos, negros y criollos,
defendía al Rey y despreciaban a los patriotas. Eran tiempos de traiciones,
conspiraciones, bandolerismo y anarquía, en donde se hacía justicia con las
armas.
En
éste terrible escenario, fueron pocos los pueblos que se atrevieron a arriesgar
en forma mayoritaria, sus propiedades, su ganado, sus reservas de alimentos…
sus vidas.
NASCA SE LEVANTA
El
historiador peruano Germán Leguía y Martínez, en su imponente obra, HISTORIA DE
LA EMANCIPACIÓN: EL PROTECTORADO, nos relata lo siguiente:
“Con
todo, gracias a la conducta sagaz y humana observada por Miller en la segunda
incursión que ya historiamos, y a la consideración de ser peruanos los dos
jefes principales de la expedición, el espíritu público mostróse inclinado a
sobrellevar los nuevos sacrificios que de él se demandaban; y los ayuntamientos
requeridos, llanos y gustosos por lo general, apresurarónse a deferir al
patriótico llamamiento de los nuevos expedicionarios.
El
pueblo de Nasca, entre otros,
distinguióse por lo rápido y satisfactorio de su respuesta; y, en nota que al
general divisionario dirigiera su cabildo parroquial (4 de febrero), hizo
evidente el entusiasmo con que todos sus vecinos adiestrábanse en el cuerpo de
infantería y en el de caballería allí anteriormente organizados por el
comandante militar que Miller hubo nombrado para aquél partido, sargento mayor
Marcelino Carreño (1); indicó que todos los menesteres, en materia de víveres y
vestuarios, “quedarían librados a los recursos de la localidad”, y sólo exigió,
“para ponerse en campaña, armamento y municiones de guerra” (2).
(1) En agosto de 1821 es decir,
cuando se efectuaba la segunda feliz incursión de Miller en la zona de Ica y
operaba éste sobre el feroz Santalla. V.
el cap. II, parte II, segundo período, 2da. época de esta obra.
(2) Merece, en verdad, ser conocida
la expresiva nota del cabildo nasqueño: “Si los depositarios
X.
PRONUNCIAMIENTO
DEL PUEBLO DE NASCA
4 de febrero de
1822
Que
todo hombre de Nasca renuncia voluntario cuanto tiene y cuanto vale, por
trasmitir a US. la deliberación absoluta de todos sus derechos. El ayuntamiento se avanza a
protestarle que no es ésta una traslación retórica e insignificante; que el
pueblo se halla decidido a obrar dentro o fuera del territorio; y que, con esta
mira, se presta gustoso y puntual a la disciplina diaria que recibe del jefe y
oficialidad que le ha destinado US.; que su progreso es demasiado rápido, y que
los cuerpos de infantería y caballería que se organizan bajo la dirección del
sargento mayor y comandante militar don Marcelino Carreño, deberán presentar,
dentro de breves días, un simulacro de las aptitudes que adquieren. Sabe US.
mejor que los miembros del ayuntamiento, todas las necesidades de cualquiera
corta partida para ponerse en estado de servicio; y que las facultades de un
pueblo pobre, por grandes que sean su decisión , su generosidad y entusiasmo,
nunca pueden ser bastantes para dividirse en diferentes objetos. La
tropa de Nasca sólo exigirá de US. armamento y municiones de guerra para
ponerse en campaña: los restantes artículos quedarán librados a los recursos de Nasca; y, conseguido que sea
este objeto, parece que el ayuntamiento habrá llenado su deber, los votos de
US. y los del pueblo benemérito que le ha confiado su representación y poder
ilimitado. Desearía el ayuntamiento que sus ideas quedasen bien explicadas, que
pudiese entender US. y concederle la alta gracia de creer que el
pueblo de Nasca, a pesar de su oscuridad,
y de ocupar apenas un puesto en la topografía del Perú merece ser elevado al
rango de los libres, por su adhesión,
por su energía, y por haber aspirado al aprecio del ilustre genera l en jefe
del ejército libertador del Sud.- Dígnese US. Sr. General, aceptar las
seguridades que le ofrece el ayuntamiento, de su más alta consideración y
respeto.- Dios guarde a US. muchos años. – Nasca y febrero 4 de 1822. – José
Narciso Trigoso.- José Manuel Mesa.- Juan José López.- José Borda.- Juan Mesa .- Por mandado de S .Sía.: Juan
Galindo, secretario. –Sr.
General jefe del ejército libertador del Sud, don Domingo Tristán y Moscoso” .-
Gaceta del Gobierno de Lima, t . II núm. 15, del 20 de febrero de 1822.-
Palpita en esta nota la fogosidad de un sincero patriotismo, y admira que, en
esos tiempos y en un pueblo como Nasca, pudiese haber quien, con tanta
elocuencia y corrección, redactara documentos de la calidad y altura que
resplandecen en el oficio precedente.- El sargento mayor don Marcelino Carreño,
organizador de los cuerpos cívicos de Nasca, falleció en el encuentro de
Corpahuaico, la víspera de la batalla de Ayacucho (8 de diciembre de 1824); era
argentino.- las Memorias de Miller, vol. I, Pág. 306.
(3) Precisamente, casi todo el período comprendido
entre su arribo y desastre, que fue el 7 de abril. V. op. cit., vol. III. pág.
286.
El COMANDANTE
MILITAR DE NASCA
A
principios de 1822, con el visto bueno del ilustrado ministro Monteagudo,
Carreño fue nombrado Comandante Militar del Partido de Nasca
Reafirmó
allí sus cualidades como instructor de milicias y mereció los elogios del
coronel Tristán que lo calificó como “oficial de notorias aptitudes y de
confianza”.
Acatando
órdenes del general Rudesindo Alvarado se movilizó de continuo entre Palpa y
Nasca, para mantener contacto con los jefes guerrilleros de Caravelí y Lucanas.
Se desarrollaba entonces la Primera Campaña de Intermedios y su misión fue la
de “contener cualquier incursión del enemigo por la sierra”
En
abril de ese año, al peligrar su posición, se envió de Pisco a San Nicolás (
una de las dos bahías del distrito de Marcona, provincia de Nasca) (1) , el bergatín “Pejespada” con encargo de
embarcar a su tropa. Ya en Pisco se esmeró en recoger dispersos, y el 20 de
abril pasó a Changuillo para incorporar una partida de 120 hombres. En el
camino fue informado de que los jefes realistas Carratalá y Valdés, desde Palpa
e Ica respectivamente, destacaban
fuerzas combinadas para encerrarlo; retrocedió entonces al puerto y no
consiguiendo buque para embarcarse, marchó por caminos extraviados durante dos
días y medio, sin agua ni alimento alguno, hasta que, retirado el enemigo, pudo
volver a Pisco “en el último extremo de la vida”.
Lo
socorrió allí el alcalde de Paracas, gracias a quien pudieron salvarse también
los rezagados que quedaron en los arenales
El
hecho de haber podido burlar al enemigo pese a hallarse en tan precarias
condiciones, le mereció la gratitud del gobierno, que a su llegada a Lima lo
nombró Gobernador Político y Militar de Huarochirí, con mando sobre las
guerrillas que operaban en la sierra inmediata
Germán Leguía y
Martínez
HISTORIA DE LA
EMANCIPACIÓN DEL PERÚ: EL PROTECTORADO
TOMO VI
COMISIÓN
NACIONAL DEL SESQUICENTENARIO DE LA INDEPENDENCIA DEL PERÚ
LIMA 1972
NASCA Y EL PERÚ
RINDEN HOMENAJE A
MARCELINO
CARREÑO
EL CORONEL SANTIAGO MARCELINO
CARREÑO, LIBERTADOR DE CHILE Y DEL PERÚ, HÉROE OLVIDADO DE LA CAMPAÑA DE
AYACUCHO
Por. Luis Guzmán Palomino
Prejuicios
e ignorancias han marginado a los protagonistas peruanos de esta guerra,
inclusive a jefes de alta graduación que estuvieron vinculados a las guerrillas
indias y mestizas. Consideramos que ello implica no sólo omisión, sino aun
injusticia, cuya reparación no puede dilatarse por más tiempo.
Tal
vez la omisión más grave sea la que ha sepultado en el olvido al insigne
coronel cuzqueño Santiago Marcelino Carreño, cuyo nombre casi nadie recuerda
pese a que fue el oficial peruano de mayor graduación que murió en la campaña
de Ayacucho. De los jefes patriotas solo el británico Guillermo Miller lo citó
entre los héroes; todos los demás lo silenciaron, olvidando a quien fuera de
los libertadores de Chile, vencedor de varias acciones guerrilleras,
organizador de un escuadrón de caballería que sería base del regimiento
“Húsares de Junín” y Jefe de los Guerrilleros de Vanguardia” en la
definitiva batalla de Ayacucho. Ningún
monumento conmemorativo recuerda a Carreño; apenas si algunos historiadores,
principalmente Juan José Vega; han vindicado su memoria; los diccionarios de
personajes peruanos ni lo nombran y no ha tenido hasta hoy el homenaje que
exige su brillante trayectoria.
El
8 de diciembre de 1824, en vísperas de librarse la batalla de Ayacucho, cuando
precisamente bajaba con sus guerrilleros para participar en ella, Carreño fue
emboscado en las cercanías del Condorcunca, librando allí su último combate e
inmolándose heroicamente. Estos modestos apuntes sobre los rasgos más saltantes
de su biografía, se escriben como un reconocimiento de gratitud hacia tan preclaro
peruano, merecedor como pocos de un lugar destacado en las más gloriosas
páginas de nuestra historia.
LIBERTADOR DE
CHILE
Desconocemos
hasta la fecha la hoja de servicios de tan singular patriota; pero varios
documentos lo señalan como peruano y cuzqueño, con el añadido de indio que le
adjudicaron algunos racistas coetáneos, no precisamente realistas. Debió
iniciar su carrera militar a muy temprana edad; y fue de los primeros en
abrazar la causa independentista, pues existe testimonio de que luchó por la
emancipación de Chile, ganando sus ascensos en los campos de batalla hasta
alcanzar el grado de sargento mayor. Su probado amor por el Perú, su patria y
su suelo, como mencionó tantas veces, motivó su alistamiento en la expedición
sanmartiniana, figurando entre los 29 oficiales que trajo el regimiento
“Dragones de Chile”, cuerpo que vino con sólo dos individuos de tropa, lo que
indica que se completó con una mayoría de reclutas peruanos.
Vencedor en
Coparí y Ccahuachi
En
1821 Carreño acompañó a Miller en las incursiones a los puertos del Sur, y no
pudo hallarse en Lima al proclamarse la independencia pues en esos días
navegaba de Arica a Pisco, donde
desembarcó el 1 de agosto. Al huir de Ica la guarnición realista, Miller envió
partidas en su persecución; y el alcance se produjo en Coparí, con clara
victoria patriota. El enemigo prosiguió su fuga hacia la sierra, pero fue
interceptado por los Morochucos, viéndose obligado a retornar a la costa con
intención de pasar a Arequipa. Miller supo de ello en Tambo y destacó una tropa
al mando de Carreño para cortar la retirada del enemigo. Recogiendo informes de
indios amigos, Carreño avanzó por Nasca, y la noche del 10 de agosto sorprendió
a los realistas en Ccahuachi, logrando un nuevo y decisivo triunfo que se vio
realzado porque derrotó a un enemigo que superaba cuatro veces el número de sus
efectivos . De vuelta en Ica, mereció
los elogios de Miller, porque merced a sus esfuerzos quedaba libre de realistas
la región meridional inmediata a Lima.
La Patria Nueva
de los Hijos del Sol
A
continuación, Carreño fue destinado a la capital para tomar parte en el sitio
del Callao comandando a los “Granaderos” del batallón “Auxiliar de Lima”. En
setiembre de ese año sucedió a Pardo de Zela en la jefatura del batallón
“Provisional de Lima”, que se organizó sobre la base de mil quinientos negros
que se presentaron a servir voluntariamente
En las misiones
más riesgosas
En las semanas siguientes figuró jefaturando a
los “Guerrilleros de Vanguardia”. Así lo mencionó Miller, señalando que “los
montoneros, a las órdenes del valiente Coronel Carreño, ocupaban Abancay y
otros puntos en la orilla izquierda del Apurímac. Sucre dio también testimonio
de la importante misión que cumplía Carreño.
XI.
DISCURSO
PRONUNCIADO POR EL SEÑOR
TENIENTE CORONEL EP ABEL CARRERA NARANJO
Señoras,
señores, estimados alumnos:
Debo hacer una confesión. Me
causa profunda impresión contemplar en la plaza principal de este caserío tan
apartado de las rutas más traficadas, pueblo pequeño y muy poco conocido, una
tan gran concentración de escolares de uno y otro sexo.
Observando las banderas
desplegadas, veo que buen número de alumnos ha venido de otros pueblos,
distritos y anexos muy alejados. Este solo hecho demuestra el entusiasmo y
sacrificios realizados, tanto por los profesores y profesoras como por el mismo
alumnado y los padres de familia. A alumnos y maestros quiero expresarles, por
ello, mi más efusiva felicitación. Este pequeño pueblo de Changuillo ha
evidenciado hoy un elevado grado de civismo, al que han contribuido sus dignas
autoridades municipales, educacionales y políticas.
Al volver a Lima me será
sumamente grato dar a conocer a la presidencia de la Comisión Nacional del
Sesquicentenario de la Independencia del Perú, la forma digna como ha
respondido Changuillo a esta cita patriótica de hoy. Con el espectáculo que
ahora presencio, el pequeño Changuillo ha dado un ejemplo a ciudades grandes de
nuestra patria. Mis felicitaciones, hijos de este simpático pueblo.
LA PLUMA Y LA ESPADA
Desde que Francisco Pizarro
conquista el imperio de los Incas los peruanos mantienen una lucha incesante
por recobrar su libertad. En esta larga pugna por romper las cadenas, son
muchos los millares de peruanos que derraman su sangre heroica. Entre los
numerosos compatriotas nuestros que encabezan las diferentes rebeliones,
brillan de modo particular Manco Inca, Santos Atahualpa, Zela, los hermanos
Angulo, Pumacahua y otros muchos. Figura en la cumbre de esta terca lucha Túpac
Amaru, quien dirige la insurrección más sangrienta y dilatada de todo el continente
americano...
Teniendo en cuenta esta
desigualdad de fuerzas realistas es explicable que Argentina, Chile y Venezuela
lograran la independencia antes que el Perú.
Es bien conocido que el general
San Martín organiza en Mendoza un ejército con el que cruza los Andes y logra
la independencia luego de sus victoria de Chacabuco y Maipú. En la emancipación
de la América Española se da un interesante caso de cooperación que podríamos
llamar internacional. Argentina contribuye a la libertad de Chile, Chile a la
del Perú, el Perú a la del Ecuador, Venezuela a la de Colombia, y Colombia y
Venezuela, ya con Bolívar, participan decisivamente en la independencia del
Perú y de América con las victorias de Junín y Ayacucho.
Libre Chile, vuelca todas sus
energías a la formación de una poderosa escuadra y un aguerrido ejército, que
lanza a las playas peruanas al mando del general San Martín. En la sacrificada
y dura tarea de crear esta fuerza armada chileno – argentina destinada a dar
libertad al Perú, desempeña papel principalísimo el prócer chileno Bernardo O’Higgins,
jefe del Estado.
LA EXPEDICIÓN LIBERTADORA
Sabemos que el día 8 de setiembre
de 1820 se produce el desembarco de la Expedición Libertadora en la bahía de
Paracas. Los soldados realistas no oponen resistencia seria, por lo que de
inmediato los libertadores conquistan una zona extensa de territorio. Como en
Lima existía un poderoso ejército español, San Martín preparó una inteligente
maniobra para hacer caer la capital del virreinato.
Para ello, mientras él en Pisco
se reembarcará en la escuadra y pasando frente al Callao desembarcará en Huacho,
encarga al general Arenales, que con una división, partiendo también de Pisco,
se interne a la sierra por Ica y continuando por Ayacucho, Huancayo, Jauja y
Cerro de Pasco, para cerrar el círculo en Huacho, dándose la mano con su jefe
el general San Martín.
Esta penetración de Arenales a la
sierra central – lo que significará su actuación a la espalda de los españoles
defensores de Lima – da ocasión a los combates que tienen lugar en este
departamento de Ica, Changuillo y Nazca, y al de Acarí, en el de Arequipa.
CONTRIBUCIÓN PERUANA
¿Qué hacen nuestros padres, los
peruanos de 1820, en esta lucha por la independencia nacional? En cartas que
desde Pisco …
su temperamento sino ver a
alguien acechando a su amo para ofenderle, a cuyo lado se hallaba siempre en
los momentos de peligro.
En el combate de Mirabe (cerca de
Tacna), Miller le mandó pasar a retaguardia para que tuviese cuidado de sus
caballos, y él repentinamente contestó: “No, señor; donde hay peligro estaré yo;
y donde muera mi amo, allí morirá Ildefonso”.
“Este pobre soldado merecía una
suerte mejor que la que esta ocasión le cupo. Enviado disfrazado a Pisco para
adquirir noticias del enemigo, y habiendo retardado su vuelta de la villa hasta
roto el día, le persiguió la caballería española, y no pudiendo alcanzar a la
columna patriota que iba ya avanzando, se arrojó al mar para evitar caer en
manos de sus perseguidores. El enemigo le intimó se rindiera, y recibió por
contestación de Ildefonso, que moriría mil veces por la causa de la patria,
antes que obedecer otra vez a un español.
Entonces los realistas le
hicieron fuego y le atravesaron el cuello. Pocos días después algunos de estos
soldados españoles fueron hechos prisioneros y contaron las últimas palabras de
Ildefonso, cuyo cuerpo fue varado en la playa al día siguiente. Su entierro se
hizo en medio del más profundo sentimiento de sus compañeros”.
Al escuchar este emotivo relato
del fin de un valiente, contado por sus propios enemigos, yo me pregunto,
estimados alumnos, ¿no sentimos todos nosotros algo así como la necesidad de
que en algún paraje solitario de las playas de Pisco, batida casi por las olas,
se levante una estatua de bronce a Ildefonso, que recuerde a las generaciones
cómo se muere por la patria?
VICTORIAS PATRIOTAS
Volvamos pues a referirnos al
general Arenales, encargado, como sabemos, de internarse a la sierra, para
debilitar la retaguardia de los defensores de Lima. Al llegar a Ica este jefe,
las fuerzas españolas que venían huyendo desde Pisco, desmoralizadas, se
pasaron unas a los patriotas, mientras otras continuaban su retirada en
dirección a Palpa. Es entonces que el general Arenales pone una columna volante
al mando del teniente coronel Rojas, con la misión de destruir a esas tropas
realistas. Es en estas circunstancias que se producen las acciones de
Changuillo y de Nazca, en las que los sables de los jinetes patriotas destrozan
por completo a los enemigos de la libertad. El monumento que tenemos a la vista
nos recuerda, pues, el heroísmo de esos soldados que lucharon y murieron por
darnos libertad.
Y estas victorias de Changuillo,
de Nazca y de Acarí fueron logradas – así lo reconocen el general Arenales, el
teniente coronel Rojas…
XII.
PLACAS COLOCADAS
POR LA COMISIÓN NACIONAL DEL SESQUICENTENARIO DE LA INDEPENDENCIA DEL PERÚ
150
AÑOS (1821 – 1971)
(Decreto Ley N
17815 del 16 de setiembre de 1969)
DEPARTAMENTO DE
ICA
1.
PISCO
A
San Martín. Inaugurada en el Club Social “San Martín”, el 21 de octubre de 1970
2.
CAUCATO
A
la Expedición Libertadora. Inaugurada en la Casa Hacienda, el 13 de setiembre
de 1970
3.
CHANGUILLO
A
las Fuerzas Patriotas. Inaugurada en la Plaza de Armas, el 15 de octubre de
1970
4.
NASCA
A
la Victoria de las Fuerzas Patriotas. Inaugurada en el jirón Lima (frente al
Hotel de Turistas), el 14 de octubre de 1970
5.
CHINCHA ALTA
A
San Martín. Inaugurada en la Municipalidad, el 23 de setiembre de 1970
6.
ICA
A la Proclamación
de la Independencia. Inaugurada en la Municipalidad, el 21 de octubre de 1970
Fuente:
LIBRO “MEMORIA
DE LA COMISIÓN NACIONAL DEL SESQUICENTENARIO DE LA INDEPENDENCIA DEL PERÚ ”
Presentada por
el GENERAL DE DIVISIÓN EP ( r ) JUAN MENDOZA RODRÍGUEZ
Presidente de la
Comisión Nacional del Sesquicentenario de la Independencia del Perú
1969 – 1979
LIMA – PERÚ 1974
Obra que se
encuentra a disposición del público en general, en la BIBLIOTECA MUNICIPAL
“JOSÉ DE SAN MARTÍN” DE ICA
N Registro:
11444
XIII.
CONCLUSIONES:
Queda
confirmada la vital importancia de la hoy denominada Región Ica, para el inicio
victorioso de la Guerra de la Independencia del Perú y Sudamérica, con hechos
documentados por los mismos altos mandos del Ejército Real del Perú; militares
españoles que se sublevaron y depusieron al Virrey Pezuela y apoyaron al nuevo
Virrey La Serna, con quien lograron mantener la guerra por recapturar el Perú,
durante cuatro largos años.
Queda
confirmada la desidia e indiferencia de los gobiernos centrales de la República
del Perú, que no le dieron importancia a los personajes, hechos y escenarios
históricos, de la Región Ica, durante el proceso de la Independencia Nacional;
a excepción del monumental trabajo de investigación, impulsado por el gobierno
militar en los años 1968 a 1974, con la publicación de valiosos libros de la
“Colección Documental de la Independencia del Perú”, valiosa obra de grandes
historiadores peruanos, quienes han resaltando la participación y contribución
de la Región Ica a nuestra Independencia Nacional.
Es
necesario un nuevo impulso del actual Gobierno Central, en tiempos de pandemia
y post pandemia, de financiar nuevas investigaciones históricas, actividades y
proyectos educativos, actividades y proyectos editoriales; en modo físico,
presencial y virtual, y financiar campañas publicitarias fomentando la HISTORIA
Y LA IDENTIDAD NACIONAL en el Bicentenario de la Independencia Nacional.
El
gobierno central y el sector privado, deben articular esfuerzos para rescatar
de las garras de la irresponsabilidad y de la falta de valores, a las nuevas
generaciones de peruanos, entre 0 a 20 años de edad; que demuestran su total
falta de identidad y una baja autoestima, al no respetar la ley y no cumplir
con los protocolos de bioseguridad para prevenir el Covid 19; y como
consecuencia, se están produciendo trágicos hechos, con la pérdida de vidas
humanas, hechos registrados y que son de conocimiento público.
Se
requiere una masiva y efectiva campaña educativa de valores, buscando el cambio
de actitud de nuestra población, que se está convirtiendo en vulnerable, por la
precaria salud mental producto del stress, el pánico y el miedo frente a la
pandemia.
En
la era digital, está en manos del gobierno central, de los gobiernos regionales
y locales, impulsar estrategias de participación ciudadana, motivar y canalizar
la energía y creatividad en el uso de la tecnología digital, de nuestros niños
y jóvenes milenians, en temas que enriquezcan y mejoren su actitud, frente a la
adversidad, como la conmemoración virtual, del BICENTENARIO DE LA INDEPENDENCIA
DE LA REGIÓN ICA Y DEL PERÚ.
Ica,
martes 25 de agosto del 2020
Investigación:
Mag.
Juan Carlos Romaní Chacón
Municipalidad
Provincial de Ica
Biblioteca
Municipal “José de San Martín”
ICA
– PERÚ
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