lunes, 25 de mayo de 2020

NASCA, MARCONA Y CHANGUILLO EN EL BICENTENARIO DE LA INDEPENDENCIA


Homenaje a Marcelino Carreño
NASCA, MARCONA Y CHANGUILLO
EN EL BICENTENARIO DE LA INDEPENDENCIA

Por:
Mag. Juan Carlos Romaní Chacón
Biblioteca Municipal “José de San Martín” Ica
25 de mayo del 2020

Después del histórico desembarco de la Expedición Libertadora del General José de San Martín, el 8 de setiembre de 1820, en la bahía de Paracas – Pisco, se produjeron operaciones militares en todo el territorio de lo que hoy se denomina Región Ica.

El primer objetivo de San Martín era desalojar a los ejércitos realistas de la costa sur del Perú y asegurar la Expedición a la Sierra, comandada por el Coronel Mayor Juan Antonio Álvarez de Arenales, mientras que el Libertador se alistaba para reembarcarse con su Escuadra rumbo al norte de Lima. 

De esta forma se iniciaba formalmente la  Guerra de la Independencia  del Perú, que se prolongó por cuatro largos años, con una serie de triunfos y derrotas, de los bandos patriotas y realistas,    en dos grandes etapas: la campaña inicial del Libertador San Martín y la campaña final del Libertador Simón Bolívar.

La guerra de la Independencia se inició en los escenarios históricos de las hoy denominadas , regiones de Ica, Huancavelica, Ayacucho, Apurímac, Junín, Cerro de Pasco, Lima, Lambayeque, Trujillo, y se generalizó en todo el Virreynato del Perú.

OPERACIONES MILITARES DE 1820

8 de setiembre: Desembarco de la Expedición Libertadora en la bahía de Paracas – Pisco
9 de setiembre:
San Martín envía un escuadrón de caballería al mando del capitán argentino José Félix Aldao, rumbo a las cercanías de Ica, para reconocer el territorio y acopio de información. 
Del 12 al 21 de setiembre: San Martín establece su cuartel general en Pisco y Caucato.
22 y 23 de setiembre:
Deserción de  más de mil soldados chinchanos del ejército realista y pase al ejército patriota.
Ingreso del Regimiento de Granaderos de los Andes al valle de Chincha.
4 y 5 de octubre: Preparación y partida de la Expedición Libertadora a la Sierra.
6 de octubre: Ingreso de la Expedición Libertadora de Arenales a la ciudad de Ica.
7 de octubre: Combate de Palpa y  Primera Victoria Patriota.
15 de octubre: Combate de Changuillo y Combate de Nasca.
16 de octubre: Combate de Acarí  

21 de octubre:
Proclamación y Jura de la Independencia en la Plaza de Armas de Ica. 
Creación oficial de la primera Bandera del Perú, por decreto de San Martín, emitido en el cuartel general de Pisco.
Creación del Escuadrón de Caballería “Auxiliares Patriotas de Ica”, Primera Unidad del Ejército del Perú.
Partida de la Expedición Libertadora de la Sierra por la ruta:
Ica, San Juan Bautista, La Tinguiña, San José de Los Molinos, Chavalina, Huamaní, Ramadilla, Tambillo, Huaytará, Cuchicancha, Castrovirreina, Huamanga, Huancayo, Jauja, Tarma, Cerro de Pasco.
1ero. de noviembre:
Proclamación y Jura de la Independencia en la Plaza de Armas de  Huamanga -  Ayacucho.
6 de diciembre: Batalla de Cerro de Pasco. 

OPERACIONES MILITARES DE 1821

 En 1821 Carreño acompañó a Miller en las incursiones a los puertos del Sur, y no pudo hallarse en Lima al proclamarse la independencia pues en esos días navegaba de Arica a Pisco,  donde desembarcó el 1 de agosto
En agosto de 1821 es decir, cuando se efectuaba la segunda feliz incursión de Miller en la zona de Ica y operaba éste sobre el feroz Santalla

OPERACIONES MILITARES DE 1822

A principios de 1822, con el visto bueno del ilustrado ministro Monteagudo, el  sargento mayor  Marcelino Carreño fue nombrado Comandante Militar del Partido de Nasca.

Reafirmó allí sus cualidades como instructor de milicias y mereció los elogios del coronel Tristán que lo calificó como “oficial de notorias aptitudes y de confianza”.

Acatando órdenes del general Rudesindo Alvarado se movilizó de continuo entre Palpa y Nasca, para mantener contacto con los jefes guerrilleros de Caravelí y Lucanas. Se desarrollaba entonces la Primera Campaña de Intermedios y su misión fue la de “contener cualquier incursión del enemigo por la sierra”

En abril de ese año, al peligrar su posición, se envió de Pisco a San Nicolás, hoy una de las dos bahías del distrito de Marcona, provincia de Nasca (1) , el bergatín “Pejespada” con encargo de embarcar a su tropa. Ya en Pisco se esmeró en recoger dispersos, y el 20 de abril pasó a Changuillo para incorporar una partida de 120 hombres. En el camino fue informado de que los jefes realistas Carratalá y Valdés, desde Palpa e Ica respectivamente,  destacaban fuerzas combinadas para encerrarlo; retrocedió entonces al puerto y no consiguiendo buque para embarcarse, marchó por caminos extraviados durante dos días y medio, sin agua ni alimento alguno, hasta que, retirado el enemigo, pudo volver a Pisco “en el último extremo de la vida”.

Lo socorrió allí el alcalde de Paracas, gracias a quien pudieron salvarse también los rezagados que quedaron en los arenales.

El hecho de haber podido burlar al enemigo pese a hallarse en tan precarias condiciones, le mereció la gratitud del gobierno, que a su llegada a Lima lo nombró Gobernador Político y Militar de Huarochirí, con mando sobre las guerrillas que operaban en la sierra inmediata.


1822: LA SEGUNDA CAMPAÑA LIBERTADORA EN
CHINCHA, PISCO, ICA, PALPA Y NASCA

Recomendada expresamente por el Protector la necesidad de no extorsionar a los pueblos invadidos, sino, al contrario, de manifestar respeto profundo a sus derechos y a sus opiniones, procediendo por el convencimiento y el buen trato antes que por la  violencia y la coerción - y siendo objetivo primordial  de la operación emprendida el apresto de mayores fuerzas, para lo cual habíase llevado cuatro mil fusiles de repuesto – lo primero que debía practicar y que en efecto practicó el comandante en jefe de la división expedicionaria, fue oficiar a los ayuntamientos de la zona, exitando su patriotismo y encomendándoles llamar a las armas a cuantos individuos se sintiesen decididos por la causa de la independencia.

Tristes eran los recuerdos dejados en aquel territorio por la presencia de San Martín, y la de Cochrane, que a fin de proporcionarse recursos y de incrementar el número de las filas auxiliares, incidieron en el sistemático despojo de todas las haciendas,  cuyos esclavos, casi en su totalidad, pasaron con daño de esos fondos a formar entre los invasores, amén de las múltiples expoliaciones perpetradas en las viñas y demás sembríos, en los depósitos y las cosechas.


4 de febrero de 1822
EL PRONUNCIAMIENTO DE NASCA, BENEMÉRITA A LA PATRIA

Con todo, gracias a la conducta sagaz y humana observada por Miller en la segunda incursión que ya historiamos, y a la consideración de ser peruanos los dos jefes principales de la expedición, el espíritu público mostróse inclinado a sobrellevar los nuevos sacrificios que de él se demandaban; y los ayuntamientos requeridos, llanos y gustosos por lo general, apresurarónse a deferir al patriótico llamamiento de los nuevos expedicionarios.

El pueblo de Nasca,  entre otros, distinguióse por lo rápido y satisfactorio de su respuesta; y, en nota que al general divisionario dirigiera su cabildo parroquial (4 de febrero), hizo evidente el entusiasmo con que todos sus vecinos adiestrábanse en el cuerpo de infantería y en el de caballería allí anteriormente organizados por el comandante militar que Miller hubo nombrado para aquél partido, sargento mayor Marcelino Carreño (1); indicó que todos los menesteres, en materia de víveres y vestuarios, “quedarían librados a los recursos de la localidad”, y sólo exigió, “para ponerse en campaña, armamento y municiones de guerra” (2).

(1)   En agosto de 1821 es decir, cuando se efectuaba la segunda feliz incursión de Miller en la zona de Ica y operaba éste sobre el feroz Santalla.  V. el cap. II, parte II, segundo período, 2da. época de esta obra.
(2)   Merece, en verdad, ser conocida la expresiva nota del cabildo nasqueño: “Si los depositarios 


Que todo hombre de Nasca renuncia voluntario cuanto tiene y cuanto vale, por trasmitir a US. la deliberación absoluta de todos sus derechos. El ayuntamiento se avanza a protestarle que no es ésta una traslación retórica e insignificante; que el pueblo se halla decidido a obrar dentro o fuera del territorio; y que, con esta mira, se presta gustoso y puntual a la disciplina diaria que recibe del jefe y oficialidad que le ha destinado US.; que su progreso es demasiado rápido, y que los cuerpos de infantería y caballería que se organizan bajo la dirección del sargento mayor y comandante militar don Marcelino Carreño, deberán presentar, dentro de breves días, un simulacro de las aptitudes que adquieren. Sabe US. mejor que los miembros del ayuntamiento, todas las necesidades de cualquiera corta partida para ponerse en estado de servicio; y que las facultades de un pueblo pobre, por grandes que sean su decisión , su generosidad y entusiasmo, nunca pueden ser bastantes para dividirse en diferentes objetos. La tropa de Nasca sólo exigirá de US. armamento y municiones de guerra para ponerse en campaña: los restantes artículos quedarán  librados a  los recursos de Nasca; y, conseguido que sea este objeto, parece que el ayuntamiento habrá llenado su deber, los votos de US. y los del pueblo benemérito que le ha confiado su representación y poder ilimitado. Desearía el ayuntamiento que sus ideas quedasen bien explicadas, que pudiese entender US. y concederle la alta gracia de creer que el pueblo de Nasca,  a pesar de su oscuridad, y de ocupar apenas un puesto en la topografía del Perú merece ser elevado al rango de los libres,  por su adhesión, por su energía, y por haber aspirado al aprecio del ilustre genera l en jefe del ejército libertador del Sud.- Dígnese US. Sr. General, aceptar las seguridades que le ofrece el ayuntamiento, de su más alta consideración y respeto.- Dios guarde a US. muchos años. – Nasca y febrero 4 de 1822. – José Narciso Trigoso.- José Manuel Mesa.- Juan José López.- José Borda.- Juan Mesa  .- Por mandado de S .Sía.: Juan Galindo,  secretario. –Sr. General jefe del ejército libertador del Sud, don Domingo Tristán y Moscoso” .- Gaceta del Gobierno de Lima, t . II núm. 15, del 20 de febrero de 1822.- Palpita en esta nota la fogosidad de un sincero patriotismo, y admira que, en esos tiempos y en un pueblo como Nasca, pudiese haber quien, con tanta elocuencia y corrección, redactara documentos de la calidad y altura que resplandecen en el oficio precedente.- El sargento mayor don Marcelino Carreño, organizador de los cuerpos cívicos de Nasca, falleció en el encuentro de Corpahuaico, la víspera de la batalla de Ayacucho (8 de diciembre de 1824); era argentino.- las Memorias de Miller, vol. I, Pág. 306.

(3)    Precisamente, casi todo el período comprendido entre su arribo y desastre, que fue el 7 de abril. V. op. cit., vol. III. pág. 286.


Germán Leguía y Martínez
HISTORIA DE LA EMANCIPACIÓN DEL PERÚ: EL PROTECTORADO
TOMO VI
Prólogo de Alberto Tauro
COMISIÓN NACIONAL DEL SESQUICENTENARIO DE LA INDEPENDENCIA DEL PERÚ
LIMA 1972






COMANDANTE MILITAR DE NASCA

A principios de 1822, con el visto bueno del ilustrado ministro Monteagudo, Carreño fue nombrado Comandante Militar del Partido de Nasca

Reafirmó allí sus cualidades como instructor de milicias y mereció los elogios del coronel Tristán que lo calificó como “oficial de notorias aptitudes y de confianza”.

Acatando órdenes del general Rudesindo Alvarado se movilizó de continuo entre Palpa y Nasca, para mantener contacto con los jefes guerrilleros de Caravelí y Lucanas. Se desarrollaba entonces la Primera Campaña de Intermedios y su misión fue la de “contener cualquier incursión del enemigo por la sierra”

En abril de ese año, al peligrar su posición, se envió de Pisco a San Nicolás, hoy una de las dos bahías del distrito de Marcona, provincia de Nasca (1) , el bergatín “Pejespada” con encargo de embarcar a su tropa. Ya en Pisco se esmeró en recoger dispersos, y el 20 de abril pasó a Changuillo para incorporar una partida de 120 hombres. En el camino fue informado de que los jefes realistas Carratalá y Valdés, desde Palpa e Ica respectivamente,  destacaban fuerzas combinadas para encerrarlo; retrocedió entonces al puerto y no consiguiendo buque para embarcarse, marchó por caminos extraviados durante dos días y medio, sin agua ni alimento alguno, hasta que, retirado el enemigo, pudo volver a Pisco “en el último extremo de la vida”.

Lo socorrió allí el alcalde de Paracas, gracias a quien pudieron salvarse también los rezagados que quedaron en los arenales

El hecho de haber podido burlar al enemigo pese a hallarse en tan precarias condiciones, le mereció la gratitud del gobierno, que a su llegada a Lima lo nombró Gobernador Político y Militar de Huarochirí, con mando sobre las guerrillas que operaban en la sierra inmediata




EL CORONEL SANTIAGO MARCELINO CARREÑO, LIBERTADOR DE CHILE Y DEL PERÚ, HÉROE OLVIDADO DE LA CAMPAÑA DE AYACUCHO
Por. Luis Guzmán Palomino

…análisis de ese período desde el punto de vista peruano, consintiéndose el desmedido ensalzamiento de los aliados en desmedro de los nuestros, cuya actuación en ningún caso fue menos importante. Prejuicios e ignorancias han marginado a los protagonistas peruanos de esta guerra, inclusive a jefes de alta graduación que estuvieron vinculados a las guerrillas indias y mestizas. Consideramos que ello implica no sólo omisión, sino aun injusticia, cuya reparación no puede dilatarse por más tiempo.

Tal vez la omisión más grave sea la que ha sepultado en el olvido al insigne coronel cuzqueño Santiago Marcelino Carreño, cuyo nombre casi nadie recuerda pese a que fue el oficial peruano de mayor graduación que murió en la campaña de Ayacucho. De los jefes patriotas solo el británico Guillermo Miller lo citó entre los héroes; todos los demás lo silenciaron, olvidando a quien fuera de los libertadores de Chile, vencedor de varias acciones guerrilleras, organizador de un escuadrón de caballería que sería base del regimiento “Húsares de Junín” y Jefe de los Guerrilleros de Vanguardia” en la definitiva  batalla de Ayacucho. Ningún monumento conmemorativo recuerda a Carreño; apenas si algunos historiadores, principalmente Juan José Vega; han vindicado su memoria; los diccionarios de personajes peruanos ni lo nombran y no ha tenido hasta hoy el homenaje que exige su brillante trayectoria.

El 8 de diciembre de 1824, en vísperas de librarse la batalla de Ayacucho, cuando precisamente bajaba con sus guerrilleros para participar en ella, Carreño fue emboscado en las cercanías del Condorcunca, librando allí su último combate e inmolándose heroicamente. Estos modestos apuntes sobre los rasgos más saltantes de su biografía, se escriben como un reconocimiento de gratitud hacia tan preclaro peruano, merecedor como pocos de un lugar destacado en las más gloriosas páginas de nuestra historia.

LIBERTADOR DE CHILE

Desconocemos hasta la fecha la hoja de servicios de tan singular patriota; pero varios documentos lo señalan como peruano y cuzqueño, con el añadido de indio que le adjudicaron algunos racistas coetáneos, no precisamente realistas. Debió iniciar su carrera militar a muy temprana edad; y fue de los primeros en abrazar la causa independentista, pues existe testimonio de que luchó por la emancipación de Chile, ganando sus ascensos en los campos de batalla hasta alcanzar el grado de sargento mayor. Su probado amor por el Perú, su patria y su suelo, como mencionó tantas veces, motivó su alistamiento en la expedición sanmartiniana, figurando entre los 29 oficiales que trajo el regimiento “Dragones de Chile”, cuerpo que vino con sólo dos individuos de tropa, lo que indica que se completó con una mayoría de reclutas peruanos.

Vencedor en Coparí y Ccahuachi

En 1821 Carreño acompañó a Miller en las incursiones a los puertos del Sur, y no pudo hallarse en Lima al proclamarse la independencia pues en esos días navegaba de Arica a Pisco,  donde desembarcó el 1 de agosto. Al huir de Ica la guarnición realista, Miller envió partidas en su persecución; y el alcance se produjo en Coparí, con clara victoria patriota. El enemigo prosiguió su fuga hacia la sierra, pero fue interceptado por los Morochucos, viéndose obligado a retornar a la costa con intención de pasar a Arequipa. Miller supo de ello en Tambo y destacó una tropa al mando de Carreño para cortar la retirada del enemigo. Recogiendo informes de indios amigos, Carreño avanzó por Nasca, y la noche del 10 de agosto sorprendió a los realistas en Ccahuachi, logrando un nuevo y decisivo triunfo que se vio realzado porque derrotó a un enemigo que superaba cuatro veces el número de sus efectivos . De vuelta en  Ica, mereció los elogios de Miller, porque merced a sus esfuerzos quedaba libre de realistas la región meridional inmediata a Lima.

La Patria Nueva de los Hijos del Sol

A continuación, Carreño fue destinado a la capital para tomar parte en el sitio del Callao comandando a los “Granaderos” del batallón “Auxiliar de Lima”. En setiembre de ese año sucedió a Pardo de Zela en la jefatura del batallón “Provisional de Lima”, que se organizó sobre la base de mil quinientos negros que se presentaron a servir voluntariamente








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