domingo, 31 de mayo de 2020

EL SEÑOR DE LUREN EN LA PROCLAMACIÓN Y JURA DE LA INDEPENDENCIA DE ICA


EL SEÑOR DE LUREN EN LA PROCLAMACIÓN Y
JURA DE LA INDEPENDENCIA DE ICA

RESUMEN:


Uno de nuestros grandes retos, es reconstruir el hecho histórico de la Solemne Proclamación y Jura de la Independencia del pueblo de Ica, en la Plaza de Armas de la Ciudad del Sol Eterno, aquél 21 de octubre de 1820, con el Alcalde Juan José Salas y con el Coronel Mayor Juan Antonio Álvarez de Arenales, jefe de la Expedición de la Sierra; coincidentemente, en la misma fecha en que la gran mayoría de veces, durante los últimos 200 años, se realiza la imponente Procesión del Señor de Luren de Ica, en el tercer lunes del mes de octubre. Auténtica FE, HISTORIA Y DEVOCIÓN IQUEÑA.
Imaginamos al flamante Escuadrón de Caballería “Auxiliares Patriotas de Ica”, la primera unidad histórica creada por el General San Martín, base del Ejército del Perú Independiente, formado para la ceremonia catrense respectiva, en la Plaza de Armas de Ica. Un escuadrón integrado por 96 jinetes negros, negros libres y patriotas, que fugaron de las haciendas de Chincha, Pisco, Ica, Palpa y Nasca, expertos jinetes del poderoso caballo peruano de paso; que se enrolaron en el Ejército Libertador, bajo las órdenes del fraile dominico y soldado, el legendario capitán argentino Félix Aldao.

INTRODUCCIÓN:
La festividad religiosa del Señor de Luren de Ica, una de la más grandes a nivel nacional, se realiza entre el 19 al 22 de octubre de todos los años; y, en el Día Central, en el día de la tradicional y multitudinaria procesión, que generalmente es el 21 de octubre, tercer lunes de octubre,( fechas que han variado a lo largo de cuatro siglos, un día más, un día menos, según el calendario del año y diversas circunstancias); los miles de fieles devotos locales, nacionales y extranjeros, obviamente se concentran en la veneración del Cristo Moreno.

Durante el siglo XX  e inicios del siglo XXI, la procesión central, es el lunes inmediato al tercer domingo de octubre.
Esta especial situación, durante los últimos doscientos años, desde el inicio de la Guerra de la Independencia del Perú, en setiembre y octubre del año 1820; ha desplazado la importancia y trascendencia histórica de la fecha del 21 de octubre de dicho año, el acto del Cabildo Abierto y Proclamación de la Independencia de Ica, en la Plaza de Armas.
La abrumadora y fuerte devoción al Señor de Luren, durante más de cuatroscientos años, cuyo día central también es el 21 de octubre, en la mayoría de veces; dejan en un segundo plano, cualquier ceremonia cívico militar de conmemoración del acontecimiento histórico de la Solemne Proclamación de la Independencia del pueblo iqueño.
Por esa razón, tratamos de reconstruir un período de nuestra historia regional y nacional, comprendido entre los años 1800 a 1820, lleno de dramáticos sucesos, como terremotos, inundaciones, sublevaciones de indios, mestizos, negros esclavos, en el Virreynato del Perú; y, la llegada a costas peruanas, específicamente a la bahía de Paracas, en la hermana provincia de Pisco, del Ejército Libertador del General don José de San Martín, en vísperas de las festividades en honor al Señor de Luren de Ica.
Sobre este panorama y este periodo de tiempo, se ha investigado poco, sobre la fe, la devoción, las tradiciones y costumbres, de los pueblos de Chincha, Pisco, Ica, Palpa y Nasca, en torno a sus manifestaciones religiosas; en torno a sus creencias; y, en especial, la fe y devoción que profesaban los ejércitos en guerra, el Ejército Real del Perú (ejército realista) y el Ejército Unido Libertador del Perú (ejército independiente, patriota, insurgente). Investigamos sobre la fe y devoción de los oficiales y soldados argentinos, chilenos, peruanos, incluso la devoción de los oficiales y soldados españoles.
1. EL SEÑOR DE LUREN DE ICA EN LA HISTORIOGRAFÍA NACIONAL
En 1996 el Fondo Editorial de la Pontificia Universidad Católica del Perú, publicó el libro “La Iglesia en el Perú: su historia social desde la Independencia”, de Jeffrey L. Barcley. En dicha obra se resalta la festividad religiosa en honor al Señor de Luren de Ica, en términos generales, festividad que forma parte de las principales ciudades de nuestro país, que mantienen su religiosidad desde hace cuatro siglos. Repasemos algunos detalles de la obra:
La religiosidad popular
Dentro del mundo de la religiosidad popular peruana existe una muchedumbre de devociones, procesiones y costumbres que varía de un lugar a otro, de una cultura a otra. En 1928 Emilio Romero publicó un libro “3 Ciudades” en el que analizó las enormes diferencias que había entre la religiosidad de las tres ciudades principales del Sur Andino: Arequipa, Puno y Cusco. Según el autor, Arequipa es una ciudad colonial por excelencia, donde predominan las tradiciones españolas con notable vigor y pureza. En cambio, en Puno, ubicada en medio del adusto Altiplano, la religiosidad más típica es la indígena, que se caracteriza por los cantos melancólicos acompañados por la quena, los vestidos coloridos, los bailes interminables, y la ebriedad. Por fin, el Cusco es sobre todo una ciudad mestiza, donde se han fusionado las dos culturas, la hispánica y la indígena. Esta yuxtaposición de culturas se ve en el mestizaje racial de los habitantes, en la mezcla arquitectónica peculiar que tanto distingue al Cusco, y en las manifestaciones religiosas del pueblo (76).
A manera de contraste, en la Costa prevalece una religiosidad más bien “criolla”, distinta de la española, mestiza o indígena, que expresa los sentimientos de una clase trabajadora urbana.
En el Cusco la gran procesión anual es la del Señor de los Temblores. Pero no tan lejos de la antigua capital incaica se realiza todos los años otra procesión, de carácter mestizo – indígena llamada “Quollur Rit’i”, cuyo foco sagrado se encuentra en medio de picos elevados. En Arequipa, la gran procesión anual es la de Semana Santa, pero también hay una procesión todos los años en medio del desierto mistiano en honor de Nuestra Señora de Chapi, que atrae a miles de personas, principalmente de clase popular.
En la costa se destacan, entre otras, las procesiones en honor de Nuestro Señor de Luren, la Virgen de la Puerta en Otuzco, y en Lima, el Señor de Los Milagros. En Ancash la gran procesión anual es la del Señor de la Soledad, en el Callejón de Huaylas.
Con frecuencia, las devociones populares se centran en una persona, tales como los santos tradicionales, Santa Rosa de Lima o San Martín de Porras. Pero además de éstos, hay otras figuras, que no han sido
(76) Emilio Romero. 3 Ciudades (Lima: Imprenta Torres Aguirre, 1929)
Otros aspectos que nos interesan del libro “La iglesia en el Perú” son los siguientes:
…que no han sido canonizadas, tales como el Padre Urraca o la “Beatita de Humay” que son objeto de veneración popular. A partir de la década del 40 Sarita Colonia en el Callao también comenzó a ocupar un lugar importante en el panteón de figuras populares. Especialmente San Martín y Sarita Colonia se caracterizaban por su condición modesta, por una sencillez y bondad que colindaba con lo ingenuo, cualidades que les hacen muy asequibles a las clases populares.
Sin duda, la manifestación popular más importante en todo el Perú es la gran procesión del Señor de Los Milagros, que sale tres veces durante el mes de octubre. La procesión, que comenzó como una devoción particular de los esclavos negros en el siglo XVII, PRONTO LLEGÓ A SER la procesión predilecta de todas las demás clases populares en Lima.
En el siglo XIX los criollos también comenzaron a adoptar la procesión como suya y en el siglo XX la clase alta, sobre todo las damas, descubrieron algunos valores especiales para ellas en este culto popular. Según José Carlos Mariátegui, las devotas de la clase alta sentían sobre todo una nostalgia por la Lima colonial que revivían en la procesión. (77)
No obstante, la procesión no ha perdido su índole esencialmente popular. Se caracteriza por la presencia de vendedores ambulantes que preparan chicha morada, turrones y otras comidas especiales para el mes de octubre. Los devotos que acompañan al “Señor morado” forman un inmenso mar morado que ondula por las estrechas calles limeñas. En medio de todos, los hermanos que pertenecen a la Cofradía del Señor de Los Milagros, negros, mestizos y mulatos, llevan las pesadas andas de las andas. La Hermandad de Cargadores del Señor de Los Milagros contaba con unos 300 miembros en los años 20. En 1878 se fundó una mutual asociada con la Hermandad, con el fin de brindar asistencia a los cofrades en caso de enfermedad y de cubrir los gastos de sepultura en caso de muerte. (78)
(77) La Crónica (Lima), 10 de abril de 1917, pág. 1203.
(78) Ver también Rubén Vargas Ugarte, S.J., Historia del Santo Cristo de los Milagros (3era. Ed. Lima, 1966); José Luis Idígoras S. J. “La más grande procesión del mundo” Revista Teológica Limense, Vol. XII, Núm. 1, págs. 67 – 104; Jeffrey Klaiber, S.J. “El Señor de los Milagros: Fe y Liberación”, Debate 11(noviembre de 1981), págs. 70 – 75

2.      PRIMEROS DATOS DE COFRADÍAS DEL SEÑOR DE LUREN DE ICA 

1650
31 de marzo. Un pavoroso terremoto destruye la ciudad del Cusco, el mismo que se sintió en Lima con gran intensidad, causando mucha destrucción y heridos. Después del sismo, se cuenta que un negro angoleño, perteneciente a una de las varias cofradías organizadas en el barrio de Pachacamilla bajo la advocación de un santo, pintó una imagen de Jesús crucificado en una tosca pared. Éste fue el origen de una de las cofradías de negros más célebres en el Perú colonial: la que se formó en torno a la pintura y procesión del Señor de los Milagros. Lo singular fue que esta añeja devoción surgió en una de las zonas más deprimidas de la ciudad, donde vivía una gran población de color. La milagrosa resistencia a los sismos del muro de adobe donde estaba pintada la imagen motivó la expansión de este culto por todo el Perú. Sobre la venerada imagen del Cristo Morado –por el color de los hábitos que suelen llevar sus fieles seguidores en octubre, el mes en que se celebra su fiesta— el padre Vargas Ugarte dice que ésta ya estaba pintada en 1651. Ver: ¿qué era una cofradía? (Nota_31)
Carlos II, rey de Inglaterra, Escocia e Irlanda (n. 1630 – m. 1685), se convierte en el principal propulsor de la esclavitud en Europa por su apoyo a la Real Compañía Africana, que traficó con millones de esclavos negros de Guinea entre sus factorías en el continente negro y América del Norte e islas del Caribe.



1651
Se consolida en Lima el culto al Cristo de Pachamamilla; en este año se institucionalizó el culto al Señor de los Milagros que ahora moviliza a millones de devotos, en sus famosa procesión de octubre, 353 años después. Paralelamente, surgen devociones a otros cristos, santos y vírgenes –siempre promovidos por cofradías negras— en todo el Perú, como sucede en Ica con el Señor de Lurén.
Inglaterra promulga la primera ley de navegación, que contempla el transporte de esclavos.
Los ingleses de La Compañía Británica de las Indias Orientales asaltan y arrebatan la isla de Santa Elena a los holandeses.

(Nota 31) El estudio Etnicidad y Discriminación Racial en la Historia del Perú advierte la dificultad existente en dar una explicación acerca de la definición de cofradía. "No existe una respuesta unánime" de los investigadores. Las distintas definiciones variarán según los contextos sociales y geográficos estudiados. De acuerdo con las personas que la integraban, el entorno en el que se desarrollaban y su propia evolución histórica, la cofradía fue ampliando o creando nuevas funciones. Beatriz Garland (1994-2001) manifiesta que una cofradía en nuestra ciudad fue una institución de seguro y crédito cuya actividad iba de la mano con el culto a un santo patrono y la promoción de una serie de manifestaciones socioculturales y espirituales. Entre ellas tenemos, por ejemplo, procesiones, fiestas, entierros, limosnas y dotes por sorteo para las hijas de los miembros. Además, no se puede concebir las actividades de crédito y seguro sin una advocación religiosa y sin las manifestaciones indicadas. Según Anthony de la Cruz, en Lima había dos tipos de cofradías, religiosas y étnicas, ya que el papel benéfico era desempeñado por las hermandades.
Fuente: Varios Autores. Publicación del Instituto Riva Agüero (Pontificia Universidad Católica del Perú) y el Banco Mundial. Lima, 2002 – Versión en formato PDF:
http://www.aprodeh.org.pe/desc/
documentos_racial/EtniciTomo1.pdf#search=%22
Etnicidad%20y%20Discriminaci%C3%B3n%20
Racial%20en%20la%20Historia%20del%20Per%C3%BA%20%22

Esclavitud de por acá (la de ébano y la de los otros) y la historia paralela
(Primera Parte: Años 1000 a. C.—1824 d. C.)
Carlos Gamero Esparza, Lima – Perú.
Noviembre 2006





2. EL TERREMOTO DE ICA DEL 30 DE MAYO DE 1813
En el libro “Historia de los sismos en el Perú: Siglos XXVIII – XIX” de Lizardo Seiner-Lizárraga, se consigna lo siguiente: “El cosmógrafo José Gregorio Paredes, contemporáneo al hecho, afirmó que el 30 de mayo de 1813 sucedió un temblor en Ica que causó en sus edificios una ruina lamentable. Se destruyeron las casas y templos; murieron 32 personas con el Presbítero D. Pedro José Guerrero a parte de una mujer a quien al día siguiente mató una pared al caer. Del Desaguadero de Chanchajalla hasta Garganto se abrieron grietas desmedidas en el cauce del río y vertieron copiosísimos raudales de agua hedionda y cenicienta. Se rompieron como 4,000 botijas de aguardiente en las haciendas, y fueron grandes los destrozos. Quedaron en tierra la Iglesia del Señor de Luren, que respetó el terremoto del 13 de mayo de 1644, y la del Convento de San Agustín… ”
Con esta información, deducimos que la venerada imagen del Señor de Luren de Ica, fue invocada con desesperación durante el terremoto del 30 de mayo de 1813, por españoles, criollos, indios, mestizos y negros esclavos; y, con esperanza, para iniciar la reconstrucción de la ciudad por enésima vez; y todo esto a escasos siete años de la llegada de la Expedición Libertadora del Perú.
3. El FRAILE JOSÉ FÉLIX ALDAO
Quiso el Todopoderoso que un fraile dominico y soldado, de la Expedición Libertadora del General San Martín, fuera el primero en recorrer tierra peruana.
El Diario Militar del General San Martín consigna lo siguiente:
“Setiembre 10 de 1820; Al amanecer continuó el regimiento No. 8 y entró en Pisco a las siete de la mañana. El resto del ejército desembarcó, pero fueron detenidos los regimientos de granaderos y cazadores a caballo. Al ponerse el sol llegaron los regimientos 4, 5 y artillería.
El capitán Aldao que con 59 granaderos montados había salido a reconocer el lugar donde se hallaban los enemigos, regresó a la noche trayendo la noticia de que se mantenían en su posición y condujo consigo 50 animales entre caballos y mulas, 800 carneros y 30 vacas. Algunos negros y paisanos se presentaron dando la noticia que el hacendado Mazo se había retirado con la mayor parte de sus esclavos, y que el Conde de Monte Blanco había dado libertad a 150, entregándolos al ejército enemigo. Al ponerse el sol llegaron los granaderos y cazadores que habían quedado en el desembarcadero”.
“El 13 de setiembre mandé una división compuesta del batallón número 5 y 50 granaderos al mando del coronel mayor don Juan Antonio Álvarez de Arenales, marchando a la gran hacienda de Caucato, legua y media de Pisco; el 14 quedó situada en aquél punto, y los destacamentos e granaderos corrieron el valle de Chincha con el mismo objeto que antes.
En este día (14 de setiembre de 1820) se hizo también un reconocimiento sobre Ica por los capitanes Aldao y Lavalle; y al siguiente entró en la bahía el transporte Libertad”.
Con estas líneas de oro, el Libertador General don José de San Martín, dejó constancia para la historia del Perú y del mundo, que fue el joven capitán argentino José Félix Aldao, el primer soldado del Ejército Libertador, en llegar a la tierra bendita del Señor de Luren de Ica; fraile dominico y militar que más adelante sería el encargado de organizar y comandar el legendario “Escuadrón de Caballería Auxiliares Patriotas de Ica”, la primera unidad del Glorioso Ejército del Perú; así como fue uno de los grandes responsables de la organización de guerrillas y montoneras en toda nuestra Patria, durante la Guerra de la Independencia.
José Félix Esquivel y Aldao, fue un fraile dominico y luego militar y caudillo argentino, líder absoluto del Partido Federal de la provincia de Mendoza.
Cuando había cumplido los 17 años de edad, José Félix decidió que su vida debía estar ligada a Dios, por lo que tomó los hábitos, siendo parte de la Orden de Predicadores pertenecientes al Convento de Mendoza.
Allí pasó las horas leyendo de manera intensa, y al mismo cultivándose sobre todo en el ámbito de la filosofía, que lo apasionaba profundamente. Finalmente en 1809 se ordenó como Sacerdote en la ciudad de Santiago de Chile.
Si bien poseía una fuerte herencia militar, ya que como mencionamos su padre había ejercido como Capitán del Ejército, y por otro lado sus dos hermanos, tanto José como Francisco, fueron militares que lograron alcanzar el grado de Coronel, Félix no había considerado hasta el momento el camino de las armas, prefiriendo las doctrinas religiosas.
Convertido en Fray, Félix Aldao fue solicitado por el General San Martín para que ocupara el puesto de capellán del Batallón N° 11, grupo armado con el cual el General llevó adelante la campaña de los Andes.
Debido a las implicancias bélicas que incidían en su labor, el General Las Heras autorizó al Fray Aldao a llevar consigo armas. Aquello le permitió entrar en combate a la par de los soldados, destacándose rápidamente del resto gracias a su bizarría y bravura en el campo de batalla, sobre todo durante el combate de Guardia Vieja.
4. LOS SOLDADOS DEL LIBERTADOR SAN MARTÍN
En 17 años de armas en España, África, Francia y Portugal, ganó los galones de capitán, y de vuelta a la península hizo la campaña de Bailén, bajo el General Castaños. En Albufera mereció ser nombrado Comandante del Regimiento de Sagunto (15 de mayo 1811).
L a guerra de la independencia grasaba ya en Buenos Aires desde 1810, cuando San Martín se embarcó para Londres, buscando una nave que le condujera a su patria. El 9 de marzo llegó a Buenos Aires en la fragata inglesa Jorge Canning; contaba 34 años. A los cuatro días se le dio de alta en el ejército, y en el acto se hizo sentir su influencia en la disciplina y en la buena organización.
Sus soldados eran tan valientes como piadosos, templados en el temor a Dios.
Después de la tercera lista rezaban el rosario.
Los domingos, vestidos de gran parada, oían misa, y se les predicaba sobre el heroísmo, la subordinación, el amor a la carrera, el patriotismo y otros temas escogidos por él.
Estimaba mucho a los oficiales pundonorosos, y creía que le ofendían personalmente, los insubordinados; apreciación errónea que le condujo a estimar como atentados graves contra su autoridad, simples delitos políticos.
Se puede decir que él señaló el verdadero rumbo de la emancipación, haciendo que los movimientos de todos los cabecillas convergieran a un solo punto.
Con celo infatigable se dedicó a organizar un escuadrón de caballería, que sirvió de modelo a todos los demás, y que muy pronto hizo sentir su empuje a los españoles en la refriega de San Lorenzo, en la que San Martín, al cargar, cayó debajo de su caballo, y tuvo que batirse como un desesperado para escapar con la vida.
Tal fue el famoso Regimiento de Granaderos a caballo, dice Mitre, que concurrió a todas las grandes batallas de la independencia, dio a la América 19 Generales, más de 200 Jefes y oficiales en el transcurso de la revolución, y que después de derramar su sangre y sembrar sus huesos desde el Plata hasta el Pichincha, regresó en esqueleto a sus hogares, trayendo su viejo estandarte bajo el m ando de uno de sus últimos soldados, ascendido a Coronel en el espacio de trece años de campaña.
Este afortunado jefe, fue un lanchero paraguayo, llamado José Félix Bogado, que se dio de alta al siguiente día de la jornada de San Lorenzo, y que a su regreso de Buenos Aires, no habían con él sino siete fundadores en el Regimiento (1).
5. EL GENERAL VALDÉZ, EL ENEMIGO FORMIDABLE DE SAN MARTÍN
Valdéz, natural de Villarín en Asturias (4 de mayo 1784)…en su juventud había estudiado para abogado, y desde entonces adquirió la pasión por los libros que no le abandonó jamás. Con la invasión francesa entró al servicio y se dedicó con tanto afán y provecho, que con el estudio y la experiencia era tan apto para combatir como para dar lecciones del arte militar.
A la cabeza de su batallón oía misa los domingos y días feriados, y rezaba el rosario todos los días…severo observador de la táctica y de la disciplina, sus soldados se distinguían por su limpieza, la precisión en las evoluciones militares, el manejo del arma, el aire marcial, la gracia al andar, y esa apostura orgullosa al cuadrarse y saludar, privilegio de los que aprendieron en la guerra el desprecio del peligro.
Su división, superior a todas las realistas y también a las independientes, era una agrupación de fanáticos que se habrían dejado matar por él….
Era de estatura mediana, más bien bajo que alto, de facciones regulares, algo moreno, bien parecido, en cuya fisonomía simpática campeaban dos grandes ojos rasgados, chispeantes de energía e inteligencia.
Vestía un gabán plomo claro hasta los tobillos, chaleco largo cerrado, pantalón corto aprisionado en medias gruesas negras de lana ligadas a medio muslo, medias botas de cuero, espada al cinto, sombrero de vicuña de alas anchas, debajo del que se dibujaba su birrete negro y un gran poncho blanco de lana o dril según las estaciones. Fumaba puros que a veces envolvía en un papel cualquiera, por haberse desecho o roto con las rudezas del camino.
Era el ídolo de sus soldados; el enemigo más temible de los patriotas; el único respeto de La Serna y el baluarte más firme en América de los derechos del trono. Tal era el Jefe de Estado Mayor (2).
6. JOSÉ DE SAN MARTÍN, LA FE DEL LIBERTADOR
Devoto. El protector argentino no solo confiaba en la capacidad del ejército que comandaba, sino también en la voluntad divina de santas católicas.
En aquellas poblaciones donde se profesa una religión, sus ejércitos no solo confían las campañas y contiendas en sus armas y el profesionalismo de sus hombres, sino también en la protección divina. Como cualquier ser humano, los soldados apelan a su fe, confiando en ella el hecho de retornar a casa con vida, el alcanzar la victoria y también –por qué no decirlo– la tranquilidad de su alma si es que este se encuentra con la muerte durante la batalla.
Este hecho no fue ajeno en el Ejército Patriota y particularmente en su comandante en jefe, el general José de San Martín, quien manifestaría su fe religiosa en numerosos actos durante la guerra por la Independencia, la misma que se haría extensiva entre sus soldados.
Las PROTECTORAS
Antes de su arribo al Perú, el general San Martín, a quien, para el debate, algunos lo vinculan con la masonería, confiaba el éxito de la campaña libertadora no solo en la capacidad del ejército que comandaría, sino también en la protección divina. Así vemos cómo el 5 de enero de 1817 hizo formar marcialmente en el Campamento de Plumerillo, en las afueras de la ciudad de Mendoza (Argentina) y de manera solemne juró como Patrona del Ejército a la virgen del Carmen, como señala Gustavo Pons Muzzo en el Compendio de Historia del Perú (1982).
Otros ejemplos respecto a la fe que profesaba el libertador, son mostrados por Jorge Castro Olivas en El secreto de los libertadores (2011). Castro señala que San Martín era católico y devoto de la virgen María por convicción propia. Como muestra de aquella fe, toma como ejemplos el matrimonio religioso que celebró el libertador con la joven María de los Remedios Escalada, o también la redacción de una carta a Tomas Godoy Cruz donde señala que el nuevo gobierno no tenga “tendencia a destruir nuestra religión”.
EL LIBERTADOR SAN MARTÍN Y LA VIRGEN DEL CARMEN

Por otro lado, dentro del ámbito castrense, el general San Martín personalmente organizaría los actos religiosos a través del cual colocaba al Ejercito de los Andes bajo la protección de la Señora del Carmen, incluyendo además el hecho de que el libertador llevaba entre sus prendas personales la imagen de la Virgen de Luján.

También resalta el hecho de que en el “Código de Deberes Militares”, el mismo que fue redactado por San Martín para el ejército, en su primer artículo se señalaba de manera drástica que “Todo el que blasfemare el santo nombre de Dios o de su adorable madre, sería arrojado del cuerpo de Granaderos”. Además, como una manera de materializar la fe de los patriotas, se podía observar que sus tropas portaban en el cuello el Santo Rosario y lo rezaban cada semana bajo la dirección del sargento más antiguo.

Pero a pesar de estas muestras de catolicismo por parte del libertador; no faltaron los cuestionamientos de monseñor Las Heras contra San Martín, quien desde el púlpito lanzaba lapidarios discursos en contra del ejército libertador, particularmente contra sus jefes, manifestando “…nadie puede ser buen cristiano e hijo de Dios, no siendo un buen súbdito y fiel vasallo de su rey”. Una manera muy sutil de utilizar la creencia religiosa para mantener la autoridad virreinal, la que al final no tuvo el efecto deseado en los patriotas.
Se debe tener en cuenta además que, tras la proclamación de la independencia en la ciudad capital, San Martín estimó conveniente la realización de numerosos actos religiosos, pues a través de ellos demostraba su reconocimiento hacia la fe religiosa de los peruanos –y la de sí mismo– así como la cristiana manifestación de gratitud de la población por el trascendental acontecimiento de la iniciación de la vida republicana, como señala Fernando Gamio en El proceso de la Emancipación Nacional y los actos de la declaración, proclamación y jura de la independencia del Perú (1971).
Otro detalle de su devoción por la virgen María, particularmente bajo la representación en la Señora del Carmen, ocurrió cuando estableció su puesto de comando próximo a la iglesia que se levanta en honor a la virgen del Carmen de la Legua, a mitad del camino que une Lima con el Callao.
Al respecto se comenta que, mientras monitoreaba el desplazamiento de las fuerzas realistas de Canterac acontecida entre fines de agosto y la primera quincena de setiembre de 1821, el libertador ya convertido en Protector del Perú, en determinados momentos asistía a solas al altar del referido templo, colocando su espada ante los pies de la Virgen del Carmen e inmediatamente poniéndose de rodillas ante la imagen de María.
EL LIBERTADOR Y SANTA ROSA DE LIMA
Pero uno de los santos peruanos por quien el general José de San Martín profesó mucha veneración fue Isabel Flores de Oliva, Santa Rosa de Lima. Sabemos que la referida santa limeña vivió entre 1586 y 1617, y fue proclamada Patrona del Perú en 1669, para luego ser reconocida en 1670 como Patrona del Nuevo Mundo y de las Filipinas, y finalmente ser elevada a los altares en 1671, convirtiéndose en la Primera Santa del Nuevo Mundo.
EL VIRREY ABASCAL Y SANTA ROSA DE LIMA
Respecto a lo anterior, debemos indicar que antes de desembarcar San Martín en el Perú, como bien describe Scarlett O’Phelan en San Martín y su paso por el Perú (2017) el entonces virrey Fernando de Abascal había reconocido a Isabel Flores como “Santa Realista” por excelencia en 1811. Sin embargo, en 1816 durante el Congreso de Tucumán, el libertador proclamaría a Santa Rosa como “Santa Independentista”, manifestando que la campaña libertadora del sur estaría también bajo la protección de la santa peruana. Así, el Protector del Perú estaría bajo el amparo de la limeña bendita de quien era su devoto, y por la que mandó organizar ceremonias y misas públicas en su honor, hasta incluso antes de abandonar el Perú en el año 1822.
De esta manera, la Independencia del Perú no solo se conseguiría empuñando las armas por la libertad, sino también bajo la protección divina a través de la fe de sus protagonistas. (9)
7. SUBLEVACIONES, FE Y DEVOCIÓN DE NEGROS ESCLAVOS
Los esclavos huidos y los negros libres contribuyeron desde muy pronto a organizar levantamientos y rebeliones contra los españoles. El 23 de junio de 1570 se descubrió en Lima una conjura de indios y negros, pero la rebelión más importante tuvo lugar en 1602 en Vilcabamba, cerca de Cuzco, donde había más de 2.000 negros en las minas de oro. Estuvo encabezada por el indio Francisco Chichima al que se unieron los negros. La llegada de refuerzos acabó con la revuelta y los negros entregaron su cabeza a los españoles.
Repunte demográfico
Si a finales del siglo XVIII, el 60 por ciento de la población urbana de Perú era negra, en el censo de 1940 los negros s0lo eran unos 28.000, el 0,47 por ciento de la población. En la actualidad ha habido un ligero repunte de su demografía, y se concentran en diez comunidades. Sus reivindicaciones sociopolíticas y su interés por estudiar sus raíces les ha llevado a revalorizar su tradición cultural y conseguir su reconocimiento como grupo propio (ver Mundo Negro octubre 1992 pp. 42-45).
COFRADÍAS RELIGIOSAS DE INDIOS Y NEGROS EN EL VIRREYNATO DEL PERÚ
Los cronistas citados destacaron el entusiasmo de los negros por agruparse en cofradías religiosas, lo mismo que hacían también sus hermanos en España. La primera surgió en Lima en la década de 1540. Vázquez se hace eco de la misma bastantes años más tarde: “Hay otra congregación de indios y otra de negros, y todas estas se juntan los domingos después del medio día en capillas diferentes…”.
En la ciudad de Trujillo, fundada por Almagro en 1534, puede verse hoy día la antigua iglesia de los negros, muy renovada y decorada bajo la advocación de San Lorenzo. Fue sede de una de las varias cofradías que siguen persistiendo en nuestros días, aunque integradas por blancos. Sin embargo, recordando sus raíces, participan en los desfiles procesionales pintados de negros, y bailando al son de ritmos africanos. De hecho, en sus estandartes se puede leer “hermandad de negros”.
Una de las procesiones más vistosas es la de la Virgen de la Puerta, coronada como Reina de la Paz Universal” el 27 de octubre de 1943. Aunque la fiesta litúrgica es el 15 de diciembre, las procesiones suelen hacerse en fechas próximas al 27 de octubre. Lo más atractivo de la procesión es el desfile de Hermandad de Negros de Nuestra Señora de la Puerta.
Los propios cofrades, para explicar su participación, recuerdan que había algunos negros en la cárcel que, viendo pasar en procesión a la Virgen de la Puerta, le pidieron su liberación. Al instante cayeron sus cadenas y quedaron libres. En agradecimiento a esta intervención mariana, los negros se comprometieron a acompañarla en cualquiera de sus fiestas y manifestaciones, si se lo permitían las cofradías responsables. Esta cárcel estaba en la esquina contigua a la Municipalidad, en la Plaza de Armas, la más grande de Perú; luego se trasladó a los sótanos de la misma Municipalidad.
La religiosidad popular es otra seña de identidad de la comunidad afroperuana.
Si nos vamos al sur, nos encontraremos también con un reducto importante de la cultura afroperuana. Los negros se concentran en el departamento de Ica, y, más concretamente, en la provincia de Chincha y, sobre todo, en el distrito del Carmen. Su presencia está relacionada con el cultivo del viñedo y la fabricación de vino. Vázquez dice de Ica “que tiene más de 200 vecinos españoles sin más de 8 o 10.000 negros que tienen para el beneficio de las viñas”. Y sobre el puerto de la Magdalena de Pisco, que “todas las demás chacras o viñas tienen casas, lagares y bodegas para el beneficio de las viñas y en todas tienen capillas para la gente de servicio, y en particular los negros esclavos, que cada hacienda tiene un pueblo formado de ellos”.
Y la misma insistencia al hablar de los valles de esta región, donde reconoce que “hay muchos poderosos, y en cada hacienda tienen un pueblo de negros para el beneficio de las viñas… Habrá en este valle más de 10.000 negros para el beneficio de estas viñas… Tres leguas más delante de este pago corre otro río por la misma banda donde se recogen más de 50.000 botijas de vino…”.
Los primeros viñedos se plantaron en 1550 y su producción amenazó muy pronto a la española, por lo que en el siglo XVII la Corona prohibió su importación a España. Los bodegueros, entonces, optaron por la fabricación del famoso licor de Pisco, al que añadiéndole clara de huevo, limón, jarabe de glucosa y hielo se consigue el delicioso aperitivo pisco sour.
En el distrito del Carmen se elabora un vino dulce de sabor parecido al de Oporto, y durante la segunda semana de marzo se celebra la Fiesta de la Vendimia, a la que acude gran cantidad de gente.
También en marzo celebran todos los años el festival “Verano Negro”. Es la máxima expresión de la cultura afroperuana con manifestaciones de música, baile, gastronomía y poesía en un ambiente carnavalesco. Se termina el festival con la tradicional Yumsa: en un poste colocado en medio de la plaza se colocan regalos; las parejas bailan a su alrededor y, en un momento dado, cada una de ellas descarga sobre él un hachazo. Quien termine derribándolo, será el mayordomo en la fiesta del año siguiente.
Otras manifestaciones peculiares de reminiscencias negras son los cantos y bailes del 24 y 25 de diciembre con motivo de la Navidad, y el 26 y 27 del mismo mes en honor de la Virgen del Carmen. Estas danzas también tienen lugar el 6 de enero, fiesta de los Reyes Magos, que coincide con el nacimiento de la mestiza Melchora Saravia (la Melchorita), muerta en olor de santidad a quien se atribuyen muchos milagros y es muy venerada en todo el país. (7)

1.      PRIMEROS DATOS DE COFRADÍAS DEL SEÑOR DE LUREN DE ICA 

1650
31 de marzo. Un pavoroso terremoto destruye la ciudad del Cusco, el mismo que se sintió en Lima con gran intensidad, causando mucha destrucción y heridos. Después del sismo, se cuenta que un negro angoleño, perteneciente a una de las varias cofradías organizadas en el barrio de Pachacamilla bajo la advocación de un santo, pintó una imagen de Jesús crucificado en una tosca pared. Éste fue el origen de una de las cofradías de negros más célebres en el Perú colonial: la que se formó en torno a la pintura y procesión del Señor de los Milagros. Lo singular fue que esta añeja devoción surgió en una de las zonas más deprimidas de la ciudad, donde vivía una gran población de color. La milagrosa resistencia a los sismos del muro de adobe donde estaba pintada la imagen motivó la expansión de este culto por todo el Perú. Sobre la venerada imagen del Cristo Morado –por el color de los hábitos que suelen llevar sus fieles seguidores en octubre, el mes en que se celebra su fiesta— el padre Vargas Ugarte dice que ésta ya estaba pintada en 1651. Ver: ¿qué era una cofradía? (Nota_31)
Carlos II, rey de Inglaterra, Escocia e Irlanda (n. 1630 – m. 1685), se convierte en el principal propulsor de la esclavitud en Europa por su apoyo a la Real Compañía Africana, que traficó con millones de esclavos negros de Guinea entre sus factorías en el continente negro y América del Norte e islas del Caribe.



1651
Se consolida en Lima el culto al Cristo de Pachamamilla; en este año se institucionalizó el culto al Señor de los Milagros que ahora moviliza a millones de devotos, en sus famosa procesión de octubre, 353 años después. Paralelamente, surgen devociones a otros cristos, santos y vírgenes –siempre promovidos por cofradías negras— en todo el Perú, como sucede en Ica con el Señor de Lurén.
Inglaterra promulga la primera ley de navegación, que contempla el transporte de esclavos.
Los ingleses de La Compañía Británica de las Indias Orientales asaltan y arrebatan la isla de Santa Elena a los holandeses.

(Nota 31) El estudio Etnicidad y Discriminación Racial en la Historia del Perú advierte la dificultad existente en dar una explicación acerca de la definición de cofradía. "No existe una respuesta unánime" de los investigadores. Las distintas definiciones variarán según los contextos sociales y geográficos estudiados. De acuerdo con las personas que la integraban, el entorno en el que se desarrollaban y su propia evolución histórica, la cofradía fue ampliando o creando nuevas funciones. Beatriz Garland (1994-2001) manifiesta que una cofradía en nuestra ciudad fue una institución de seguro y crédito cuya actividad iba de la mano con el culto a un santo patrono y la promoción de una serie de manifestaciones socioculturales y espirituales. Entre ellas tenemos, por ejemplo, procesiones, fiestas, entierros, limosnas y dotes por sorteo para las hijas de los miembros. Además, no se puede concebir las actividades de crédito y seguro sin una advocación religiosa y sin las manifestaciones indicadas. Según Anthony de la Cruz, en Lima había dos tipos de cofradías, religiosas y étnicas, ya que el papel benéfico era desempeñado por las hermandades.
Fuente: Varios Autores. Publicación del Instituto Riva Agüero (Pontificia Universidad Católica del Perú) y el Banco Mundial. Lima, 2002 – Versión en formato PDF:

Esclavitud de por acá (la de ébano y la de los otros) y la historia paralela
(Primera Parte: Años 1000 a. C.—1824 d. C.)
Carlos Gamero Esparza, Lima – Perú.
Noviembre 2006


CONCLUSIONES:

La relación entre la festividad religiosa del Señor de Luren y la ceremonia de proclamación de la Independencia de Ica, además de coincidir en el mes de octubre; se sustenta en la fuerte devoción al Cristo Moreno, del pueblo iqueño, desde hace cuatro siglos.

Durante la época del Virreynato del Perú y luego en la época de la Emancipación y República, se conocen datos generales de las festividades en honor al Señor de Luren de Ica, faltando datos específicos, como nombres de autoridades religiosas como obispos, párrocos; datos de autoridades y personalidades civiles, políticas y militares, y fechas, en donde hayan participado en dichas festividades. Valiosos datos que permitan conocer más la historia regional de Ica y revalorar su patrimonio cultural y turístico. 

Está pendiente la investigación, insistimos, de las festividades religiosas en honor al Señor de Luren de Ica, que se han realizado antes y durante la Guerra de la Independencia, información que contribuirá al fortalecimiento de la identidad de las nuevas generaciones de la hoy denominada Región Ica.

Ica, 20 de abril de 2020

Mag. Juan Carlos Romaní Chacón
Biblioteca Municipal “José de San Martín” Ica

Municipalidad Provincial de Ica
BIBLIOGRAFÍA:
(1)HISTORIA DEL PERÚ INDEPENDIENTE

Por: M. NEMESIO VARGAS

Págs. 76 – 77

LIMA
IMP. DE LA ESCUELA DE INGENIEROS

1903
BIBLIOTECA MUNICIPAL “JOSÉ DE SAN MARTÍN” ICA

HP 390
(2)HISTORIA DEL PERÚ INDEPENDIENTE

Por: M. NEMESIO VARGAS

Págs. 219 – 220

LIMA
IMP. DE LA ESCUELA DE INGENIEROS

1903
BIBLIOTECA MUNICIPAL “JOSÉ DE SAN MARTÍN” ICA

HP 390
(7) MUNDO NEGRO. Negros en Perú, historia de una presencia constante desde 1527

José Luis Corté López. 2017
(10) Publicado: 11/5/2016

https://andina.pe/…/noticia-publican-ley-declara-al-senor-l…


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